Un Cristo que llora sangre

Un Cristo que llora sangre

Denia, España, abril 2, 1985 (EFE).- Una mezcla de fervor y curiosidad arrastra a miles de personas a visitar en la ciudad española de Denia (levante del país) el domicilio de la curandera Antonia Álvarez Algarra, propietaria de una imagen del llamado «Cristo de Limpias», en la cual los fieles creen ver lágrimas de sangre.

La repentina devoción popular surgida en torno a esta imagen de Cristo, que según los creyentes comenzó a llorar sangre el pasado jueves, adjudica ya a la misma la realización de un milagro: curar al hijo de la propia curandera, enfermo de poliomielitis.

El niño, Antonio Álvarez Martí, de 12 años, fue operado hace dos meses y seguía la rehabilitación en un centro sanitario, hasta que de nuevo regresó a su hogar, prácticamente restablecido.

Antonia Álvarez, de 36 años, madre de seis hijos, se dio cuenta hoy, cuando se disponía a acompañar a su hijo a Valencia (a un centenar de kilómetros), que el busto de Cristo vertía lágrimas de sangre.

La imagen representa un busto de la imagen de Cristo existente en Limpias, municipio de Santander (norte español), al que se le atribuyen diversos milagros, siempre en Semana Santa, en los años 1919, 1921 y 1922.

Antonia Álvarez, curandera por el método de imposición de manos, asegura que el llanto de su imagen de Cristo es una premonición, un augurio de que algo grave va a ocurrir, aunque no sabe explicar concretamente qué será.

Las causas por las que va a sobrevenir este mal son, según la curandera, porque la gente ha dejado de ir a misa y de confesar.

La casa de Antonia Álvarez, en la prolongación del paseo de Saladar, en el centro de Denia, se ha convertido en un centro de peregrinación de personas, que se agolpan para poder ver el fenómeno y tocar el busto con el fin de conseguir su protección.

Por la casa se asegura que han pasado, desde el pasado jueves, más de 15,000 personas, cifra un tanto abultada, aunque se da por seguro que al menos habrán desfilado unas cinco mil personas.

La aglomeración es tal que se ha tenido que colocar un letrero en la entrada de la vivienda con un horario de visitas: de 11 a 14 horas de la mañana, y de 16 a 21 horas de la tarde.

El arquitecto del edificio ha realizado una llamada de alerta a la policía municipal, ya que un excesivo número de visitantes en el piso podría acarrear su hundimiento, pues no está construido para soportar tanto peso.

Por otra parte, en un bazar situado junto a la vivienda de la curandera se venden ya imágenes del busto del «Cristo de Limpia».

La Iglesia no ha querido pronunciarse todavía al respecto, y guarda silencio, entre el escepticismo y la preocupación por el desarrollo de los hechos.

Cristo de Denia

Antonia Álvarez Algarra, curandera que decía recibir mensajes marianos al entrar en éxtasis. El busto de su propiedad comienza a emitir lágrimas y luego sangre por unos orificios que se encuentran en los ojos.

La Guardia Civil envía a un par de agentes de la Brigada de Información de la Comandancia de Alicante. Los agentes van vestidos de civil y logran hacerse de una muestra de esta sangre y la envían a un laboratorio de Alicante para analizarla: se trata de mercurocromo. Desafortunadamente como todo fue extraoficial no pudieron hacerle cargos.

Otros análisis fueron encargados por Rosario Leo, amiga de la vidente, al Hospital de la Fe. Los resultados fueron: sangre Rh positivo. La sangre no correspondía con la de Antonia ¿era la de Rosario?

El caso poco a poco fue quedando en el olvido, pero seis años después, durante la semana santa Antonia comenzó a presentar estigmas y a recibir mensajes de la Virgen. Hubo otras manifestaciones milagrosas como lluvia de pétalos de rosas, materializaciones, comuniones místicas.

Varios de sus seguidores la denunciaron por estafa. Entre ellos estaban Rosalía Álvarez Algarra, su propia hermana, Reina Delgado, Erika Voigt, Catalina García de la Reina Delgado, Salvador Martínez y Juan Antonio Martínez. Todos se presentaron el 28 de septiembre de 1990 ante la Audiencia Nacional de Alicante para presentar u denuncia.

Antonia les había pedido dinero para construir una capilla para la Virgen en unos terrenos de Rosa Rubio. Pero en los terrenos, en lugar de construir la capilla, Antonia construyó una casa y perreras para animales de raza.

En las primeras declaraciones salieron a relucir otros «sucios negocios» de la curandera, relacionados con sus actividades de vidente y quiromántica. Pero luego, al ver que el juicio estaba empañando los milagros y afectando los fenómenos religiosos, en los que ellos sí creían, decidieron desistir. El 15 de junio de 1995 Antonia fue absuelta en la sala tercera de la Audiencia de Alicante.

Finalmente se construyó la capilla y en ella fue colocada la imagen en lo que ahora es llamado La Nueva Jerusalén.

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