Ovnis en México. Década de los 50 (Primera parte)

LA «OLEADA» DE 1950 EN MÉXICO

La primera «oleada» de platillos voladores sucedida sobre cielos mexicanos se dio en el mes de marzo de 1950. Hasta el momento el único investigador mexicano que se ha ocupado del asunto es Héctor Escobar Sotomayor, quien ha publicado varios trabajos al respecto[1][2].

Aún cuando las noticias de los platos voladores en Estados Unidos y en Europa llegaban puntualmente a México, los mexicanos parecían poco interesados en el asunto. No fue sino hasta el inicio de la década de los cincuenta que los avistamientos comenzaron a crecer. Fue en marzo de 1950 cuando se presentó la avalancha de reportes que conformó la oleada mexicana del 50. Ningún ufólogo, que yo sepa, ha investigado las razones y antecedentes de esa oleada. En este trabajo tampoco nosotros lo haremos. Nos limitaremos a presentar una descripción de los casos siguiendo una línea histórica. Tampoco trataremos de explicar los acontecimientos, a menos que sean muy evidentes. El trabajo sociológico y análisis puntual de cada caso se harán en su momento con re-encuestas de los casos más interesantes y de los que se disponga suficiente información.

Será este trabajo, pues, una breve aproximación, un resumen, de la oleada mexicana de 1950.

En el puerto de Mazatlán, en el Estado de Sinaloa, el señor Francisco Navarro Fragoso, el jueves 2 de febrero de 1950, vio una luz rojiza que se acercaba a la costa. La luz parecía provenir de la Isla de la Piedra. Al llegar a un campo de tenis, «la bola grande y redonda» se detuvo y desapareció[3]. Eran las 8 de la noche. Este es el primer reporte de platillos voladores en territorio mexicano en esta década. Al parecer, por la descripción, se trataba de una centella, pero no existen más datos para hacer alguna evaluación. Lo que sí es cierto es que las condiciones de observación no eran las más adecuadas. Aunque podríamos considerar este el primer caso de la oleada de 1950, pocos días después se tendría un avistamiento, también en el Norte del país.

El 13 de febrero «una parvada de los llamados platos voladores» (como se escribió en La Prensa[4]), cruzaron los cielos de los municipios de Apodaca y San Nicolás, en el Estado de Nuevo León. Parecían «pompas de jabón», pero viajaban a gran velocidad. Un cálculo habla de unos 500 Km/h.

Al despuntar la década de los cincuenta se dio el primer caso conocido de un OVNI perseguido por aviones de la Fuerza Aérea Mexicana. Al menos eso es lo que se desprende de los reportes de prensa del 3 de marzo de 1950.

Poco más de veinticinco personas vieron las evoluciones de un objeto sobre el aeropuerto de Chihuahua el día 2 de marzo de 1950, como a las 18:00 horas. Se dijo que el objeto tenía forma de un disco. Parecía desplomarse sobre la tierra y brillaba intensamente. Entre los testigos estaba el aviador Leo López y un grupo de soldados del destacamento militar cercano al aeropuerto. Todos esos testigos, más de veinticinco personas, se encontraban presenciando las pruebas de un avión.

«Venía rápidamente a Tierra «“dijo López-, pero repentinamente me di cuenta que en realidad se trataba de un extraño aparato. Cuando estaba a la vista de nosotros, el disco pareció desintegrarse, pues se le desprendió una partícula redonda, la partícula prosiguió también, voló rápidamente y después de dar una vuelta en círculo se reincorporó al enorme y reluciente cuerpo.

«Parecía que se le había desprendido una ala al avión que hacía las pruebas, y que venía rápidamente a tierra, pero repentinamente me di cuenta de que en realidad se trataba de un extraño aparato».[5]

El periódico Ultimas Noticias[6], de la Ciudad de México abundaba sobre el caso del jueves 2 de marzo. Según el vespertino, alrededor del medio día (otros autores dicen que fue a las 3 de la tarde[7], y otros más que a las 6), se vio un objeto de color crema pálido (amarillo, según Antonio Ribera). El «plato volador» estaba a unos 5,000 metros de altura. No se indican las coordenadas. El avistamiento se dio en el aeropuerto de Chihuahua, en el Estado del mismo nombre.

Se calcula que fueron más de 25 personas las que observaron el fenómeno desde el aeropuerto. Los testigos informaron al señor Roberto Ostos Z., inspector en Chihuahua de Aeronáutica Civil, quien se comunicó con su superior, el señor Julio Horacio Doorman, subjefe de inspectores de Aeronáutica Civil en la Ciudad de México.

Se dijo que también las autoridades militares observaron el platillo y que se envió un par de aviones cazas North American AT-6, de hélice, para interceptarlo.

El objeto «con una rapidez increíble se esfumó, dirigiéndose hacia el sureste».

Ostos Z. le dijo a su superior que no se trataba de una ilusión de óptica, como alguien sugirió.

En ese entonces el aeropuerto de Chihuahua no contaba con radar. Se desconoce la forma en que se determinó la altura del objeto.

Como el avistamiento duró varios minutos, centenares de habitantes de la ciudad de Chihuahua pudieron subir a las azoteas para observar el plato volador, el cual empezó a adquirí mayor altura para posteriormente dirigirse con rumbo Norte hasta desaparecer.

¿GLOBOS METEOROLÓGICOS?

Ese mismo día, a cientos de kilómetros de Chihuahua, un objeto de las mismas características fue observado en el Estado de Guerrero.

El capitán Dávila y el teniente coronel Izunza, ambos pilotos de Aerotransportes de Oaxaca, afirmaron haber visto un objeto de similares características del que se vio en Chihuahua, cuando volaban entre Tutla y Omatepec (Guerrero). Los pilotos dijeron que el objeto cruzaba los aires a una velocidad increíble. Según ellos, llegó a estar a unos quinientos metros de su avión.

Cuatro días después, el 6 de marzo, nuevamente de Mazatlán llegó otro reporte. Esta vez se trataba de la observación de tres objetos luminosos que se dirigían rumbo al Sur. Eran las 23:00 horas.

Ese mismo lunes, en Guadalajara (Jalisco), el licenciado Jesús Valencia vio un platillo volador que se dirigía al Sur. Se reportaron otros tres platos[8].

Ese día, por la noche, poco antes de las 22:00 horas, en el mismo Estado de Jalisco, un grupo de cazadores vieron un plato volador que volaba a gran velocidad. Los testigos se encontraban en el Cerro del Cuatro, tendiendo sus trampas[9].

En Durango, según un reporte de Excelsior[10], numerosos testigos observaron las maniobras de un plato volador, entre las 11:00 y 12:00 horas. Parecía estar suspendido, a gran altura, sobre el centro de la ciudad. Entre los miles de testigos se encontraban: la profesora María Luisa Badillos, la señora Guadalupe B. de Badillos, Tomás Canales, Antonio García, y el señor Salvador Alcalde.

A ojo desnudo el platillo volador era muy parecido a los espejos circulares de bolsillo. Pero cuando Salvador Alcalde lo observó a través de unos binoculares, se percató que tenía forma ovoide con alas en semicírculo.

«Se veía del tamaño de un espejo circular de bolsillo, brillaba a la luz del Sol y no se percibía ningún zumbido, personas que utilizaron lentes de larga vista o gemelos, dicen que la nave tenía forma ligeramente ovoide u ovoidal, con alas laterales con forma de semicírculos, y que al parecer estaba hecha de aluminio».

Por tercera ocasión se obtuvo un reporte de Mazatlán. Esta vez fue el 8 de marzo. Entre las 10:00 y 14:00 horas se vio un cuerpo brillante en forma de disco. La observación se hizo con teodolito, desde las oficinas de Caminos y Servicios Rurales. En el primer reporte se indica que el objeto se encontraba a unos 45° con respecto al horizonte, pero no se informa en qué dirección.

Otro reporte, al parecer del mismo avistamiento, confirma que se vio un trompo con franjas rojas que volaba a unos 13,000 metros de altura. Estaba a unos 40° 30″™ sobre el horizonte con dirección 53° 20″™ SO. Eran aproximadamente las 12:00, según las declaraciones de un ingeniero llamado E. Nuncio, catedrático de astronomía de la Escuela Tecnológica de Durango, que fue el que hizo las mediciones[11]. La punta del trompo era de color rojo.

El plato volador se mantuvo casi inmóvil sobre el centro de la ciudad por espacio de dos horas, según el reporte de las Ultimas Noticias[12]. Muchos dijeron que no era un espejismo ni sugestión[13]

En Chihuahua se vio un objeto similar a las 12:00. Según el Novedades[14] el fenómeno fue visto por cerca de 85,000 personas. Durante dos horas los testigos siguieron las evoluciones del objeto, que a simple vista parecía esférico. Debido a lo prolongado de la observación (de las 11:50 a las 14:15), varios testigos pudieron sacar sus prismáticos y observaron que en realidad parecía «una media Luna con cuerdas».

Incluso un ganadero, Guillermo Valdez ordenó a su piloto, el ingeniero Ignacio Dávalos, subir a su avión y perseguir el objeto, pero no lo pudieron localizar.

El 9 de marzo le tocó el turno a Torreón, Coahuila. Muchos testigos observaron un objeto que se movía en varias direcciones, como si fuese llevado por los vientos[15]. Su forma era esférica y reflejaba la luz del Sol. Se le vio entre las 12:30 y las 14:00. Se dijo que parecía una estrella de tercera magnitud. Otros testigos dijeron que «era semejante a un globo plateado»[16]. Fue visible por dos horas al Suroeste de esta ciudad.

El observatorio informó que se trataba de un globo sonda[17]. Incluso el globo sonda cayó cerca de la ciudad de Torreón ese mismo día.

Ese mismo día en la ciudad de Saltillo, Estado de Coahuila, el profesor Jesús Perales, director de una escuela normal de la localidad, junto con sus alumnas observó, entre las 14:30 y 15:00 un objeto muy brillante a gran altura, fijo en el cielo en dirección Suroeste. El objeto desapareció gradualmente sin moverse.

FOTOGRAFIADO POR ASTRÓNOMOS

Por su parte, varios científicos mexicanos que fueron entrevistados al respecto de los avistamientos[18], informaron que se trataba de globos sonda que eran utilizados tanto por la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), como por la Universidad Nacional Autónoma (UNA, la antecesora de la UNAM, Universidad Nacional Autónoma de México). Así lo expresaron el doctor Luis Enrique Erro, director del Observatorio de Tonantzintla, Puebla; el doctor Manuel Sandoval Vallarta, del Instituto de Física de la UNA; y el ingeniero Antonio Romero Juárez de la misma UNA. Tanto Sandoval como Romero utilizaban por aquel entonces diversos globos en sus estudios de las radiaciones cósmicas. Por su parte la FAM recién había adquirido globos de su similar americana, con el fin de hacer estudios meteorológicos y radiométricos[19]. Al parecer se había iniciado el proyecto, justo en esos días, en las instalaciones que la FAM tenía a lo largo del país: precisamente en Campeche, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, México, Michoacán, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala y Veracruz.

¿Eran globos meteorológicos los objetos observados en Chihuahua? Supongo que si. De otra manera no se explica cómo es que se envía a dos aviones cazas a buscar un objeto del que sólo se pudo observar durante 3 a 5 minutos. Seguramente 5 minutos son insuficientes para avistar un objeto, determinar que no es un avión civil o militar conocido y disponer la salida de dos aviones. Por lo menos en México se necesitaría mucho más de ese tiempo para hacer toda la maniobra, a menos»¦ A menos que se tratara de globos sonda militares para estudios meteorológicos, y por lo tanto, la FAM estuviera interesada en monitorearlos más de cerca.

Jueves 9 de marzo. En la ciudad de Irapuato, en el Estado de Guanajuato, se observó un objeto que fue descrito como el tapón de las ruedas de un automóvil[20].

En la vecina ciudad de León, en el mismo Estado, se observó un objeto que presentaba la «forma de media Luna». Otros testigos dijeron que tenía forma de «Luna en cuarto menguante»[21]. El objeto se desplazaba lentamente de Oriente a Suroeste.

Al iniciar el crepúsculo de aquel día, y a pesar de que el cielo estaba bastante nublado, los vecinos de la ciudad de Pachuca, en el Estado de Hidalgo, vieron un «Disco volador» que emitía un potente brillo. Posteriormente se desató una tormenta[22]. Según el Excelsior:

«Personas serias y cultas afirman que lo que se vio aquí no fue un plato volador, lo único que vimos fue el planeta Venus que «amenazaba fuertemente»».

El viernes los platos fueron vistos sobre Querétaro (Querétaro), muy cerca de la ciudad de Irapuato. El objeto que tenía «la forma de un globo de color de aluminio, con un sector oscuro en su base»[23], fue visto a las 13:00.

El ingeniero Carlos Lázaro Benítez lo observó con su telescopio. Algunos testigos dijeron que tenía la forma de «un globo desinflado»[24]. Varios testigos que se encontraban en el Palacio de Gobierno pidieron al notario A. Fernández, que levantara un acta en caso de que apareciera otro objeto.

En San Juan del Río (Querétaro) se le vio a las 13:30. Rodrigo Puga, José Pérez González y Wenceslao González lo vieron que seguía una trayectoria Norte Sur[25].

En el ingenio azucarero de Navolato, en Culiacán Sinaloa se observó otro objeto a unos 10,000 metros de altura. El objeto era brillantísimo. Estaba al Sureste y fue visto a las 10:30 utilizando un telescopio. Su forma era de una media Luna alargada[26]. La noticia apareció, incluso, en los diarios de Chile[27]. Ahí se informaba, de manera errónea, que el avistamiento se había hecho desde el observatorio de Culiacán.

El capitán José María del Castillo Altamirano, el capitán Antonio R. Quiroz, y el capitán Héctor M. Cruz que piloteaban un avión de la línea Compañía de Transportes Aéreos Gómez Méndez, dijeron haber visto un platillo volador cuando volaban entre los Estados de Guerrero y Puebla, a una altura de 4,000 metros.

El objeto estaba a unos 700 metros sobre ellos. Se trataba de un disco de color rojo, de 2 metros de diámetro, que viajaba a una velocidad de unos 400 Km/h en dirección Norte Sur, rumbo a Juchitán.

También fue testigo el licenciado Francisco Castro Rayón, consultor del Gobierno, que viajaba en dicho avión[28].

En Saltillo, Coahuila se vio un objeto que parecía Venus[29]. Más de 50 mil coahuilenses lo vieron desde las calles. Algunos de ellos se hincaron a rezar, pues pensaban que se trataba de una «invasión marciana»

Por esos días se dijo que el objeto fotografiado por los astrónomos Luis Munch y Lauro Herrera, desde el observatorio de Tonantzintla (el 2 de marzo de 1950), era uno de los misteriosos platos voladores. El doctor Luis Enrique Erro, director de dicho observatorio, declaró que se trataba de un pequeño cuerpo astronómico, un aerolito de 23 kilómetros de diámetro que pasó entre las órbitas de la Luna y la Tierra[30]. El color rojo del objeto en la foto, se debía a que se utilizó un filtro de ese color. Se dice que en la placa se puede ver una faja que indica la trayectoria del objeto, de la parte superior derecha a la inferior izquierda[31].

El asunto de la fotografía de Tonantzintla se dio a conocer hasta el 11 de marzo[32]. Munch y Herrera vieron, durante unos segundos, un objeto tan brillante que les hizo imposible poder ver la estrella «guía». Lauro Herrera, instintivamente, obturó la cámara.

Continuará…


[1] Escobar Sotomayor Héctor, La oleada de 1950, Perspectivas Ufológicas, Año 2, No. 6, pag. 15-22, México, septiembre de 1995.

[2] Escobar Sotomayor Héctor, 500 años de OVNIs en México I, Editorial Mina, México, 1995.

[3] Anónimo, Plato Volador en Mazatlán, La Prensa, México, 4 de febrero de 1950.

[4] Anónimo, Vieron platos voladores en Apodaca, Nuevo León, La Prensa, México, 14 de febrero de 1950.

[5] Anónimo, Más de 25 personas vieron un plato volador en la Ciudad de Chihuahua, Excelsior, México, 3 de marzo de 1950.

[6] Anónimo, Un plato volátil se paró 3 minutos en Chihuahua, Ultimas Noticias, México, 3 de marzo de 1950.

[7] Ribera Antonio, Platillos Volantes en Iberoamérica y España, Plaza & Janes, España, 1980.

[8] Anónimo, Fueron vistos 4 platillos voladores, La Prensa, México, 7 de marzo de 1950.

[9] Anónimo, Otro platívolo en el Cerro del Cuatro, Excelsior, México, 8 de marzo de 1950.

[10] Anónimo, Todo Durango vio el Plato Volador. Enorme conmoción en dicha Ciudad por la extraña nave, Excelsior, México, 8 de marzo de 1950.

[11] Anónimo, Observaron con aparatos a un disco, Ultimas Noticias, México, 9 de marzo de 1950.

[12] Anónimo, Conmueve a Durango el misterio de los Platos Voladores, Ultimas Noticias, México, 9 de marzo de 1950.

[13] Anónimo, Conjeturas sobre la rara nave, Ultimas Noticias, México, 9 de marzo de 1950.

[14] Anónimo, Más platillos en Chihuahua, Novedades, México, 9 de marzo de 1950.

[15] Anónimo, Platillos volantes sobre Torreón, Novedades, México, 10 de marzo de 1950.

[16] Anónimo, Más «discos» surcan el cielo de México, La Prensa, México, 11 de marzo de 1950.

[17] Anónimo, Platos voladores, Excelsior, México, 10 de marzo de 1950.

[18] Anónimo, Científicamente no se cree en los platívolos, Ultimas Noticias, México, 9 de marzo de 1950.

[19] El 22 de enero de 1947 se creo la Escuela Militar de Meteorología

[20] Anónimo, Platillo volante en Irapuato, Novedades, México, 10 de marzo de 1950.

[21] Anónimo, Más reportes de platos voladores, Excelsior, México, 11 de marzo de 1950.

[22] Anónimo, Platos voladores por toda la República, Novedades, México, 11 de marzo de 1950.

[23] Anónimo, Más «discos» surcan el cielo de México, La Prensa, México, 11 de marzo de 1950.

[24] Anónimo, Más reportes de platos voladores, Excelsior, México, 11 de marzo de 1950.

[25] Anónimo, Más reportes de platos voladores, Excelsior, México, 11 de marzo de 1950.

[26] Anónimo, Platos voladores por toda la República, Novedades, México, 11 de marzo de 1950.

[27] Nota de Pablo Petrowish en UFO Chile, haciendo referencia a un recorte de prensa de El Mercurio, Santiago de Chile, 12 de marzo de 1950.

[28] Anónimo, Platos voladores por toda la República, Novedades, México, 11 de marzo de 1950.

[29] Anónimo, Venus se pudo observar de las 9 de la mañana a las 2 de la tarde, Excelsior, México, 11 de marzo de 1950.

[30] La impresión que me da la fotografía es que se dejó el obturador abierto durante varios segundos (o minutos) y lo que se captó fue alguna estrella o planeta.

[31] Anónimo, Científicamente se acepta que algo extraño sucede, Ultimas Noticias, México, 11 de marzo de 1950.

[32] Anónimo, El observatorio de Tonantzintla fotografió un extraño objeto. Conjeturas sobre lo que pudo haber sido el raro y flamígero viajero, Excelsior, México, 11 de marzo de 1950.

Este artículo apareció originalmente como

Ruiz Noguez Luis, La «oleada» de 1950 en México, Cuadernos de Ufología, No. 30, 3ª Epoca, Santander, Esoaña, año 2004, Pags. 62-81.

3 pensamientos en “Ovnis en México. Década de los 50 (Primera parte)”

  1. hola, esta muy padre su pagina, pero me gustaria saber si tienen noticias acercadel ovni que cayo en Ciudad Serdan Puebla hace como treinta años, pues mi padre y sus amigos lo fueron a ver, y el comenta que se destruyo como dos kilometros el linea recta, casa, personas, y que fue una noticia mundial, y que actualmente la gente lo sigue comentando, me gustaria saber si saben algo de este caso, espero mepuedan escribir …

    gracias

    dolores garcia martinez

  2. Hola Dolores:

    Gracias por tus comentarios.

    El caso al que te refieres es el del ovni estrellado en Puebla. Este asunto lo tratamos en nuestra revista en papel Perspectivas Ufológicas. Se trató de la reentrada de los restos del Cosmos 929.

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