Las Torres de Satélite y su plato volador

El plato volador de Ciudad Satélite

Yo no me acordaba, pero mis primos me hablaban de este comercial del plato volador y sus marcianitos verdes.

Nos cambiamos en 1963 y mi mamá sigue viviendo en Satélite.

Ahora, al cumplirse los 50 años de las Torres de Satélite (idea de Mathias Goeritz, escultor y Luis Barragán, arquitecto), como ingeniero en corrosión, estoy trabajando con el Municipio de Naucalpan y el Instituto Nacional de Bellas Artes para restaurar y pintar «Las Torres» con recubrimientos de alta tecnología donados por mi compañía: Comex.

Recuerdo la película del magufín de Alejandro Jodorowski, La montaña sagrada, en la que uno de los personajes penetra a las torres a través de un orificio circular que se encontraba en la parte alta de la Torre blanca. De ahí emerge a un mundo surrealista. Las torres, en efecto, están huecas. No tienen ninguna entrada circular en su parte alta. Cada una tiene una puerta en la parte baja y en la parte superior no tienen techo. Cientos de palomas anidan en su interior aprovechando las cubetas que dejó, como basura, la compañía que las pintó por última vez.

Son muchos los años y muchos los recuerdos que tengo de Ciudad Satélite, pero entre ellos no están el de ir a la iglesia, a pesar de que los marcianitos verdes anunciaban que había misa todos los domingos. Yo trataba de aprovecharlos en otras cosas.

4 pensamientos en “Las Torres de Satélite y su plato volador”

  1. Luis Barragan, ha sido el mejor arquitecto mexicano.
    Gracias por darnos, estas obras.

    Espero que no se haga el proyecto que le quitara vida a estas torres.

  2. No entiendo por qué no quieres que se realice el proyecto (algo que, para tu desgracia, ya se está haciendo).

    En realidad hicimos un estudio muy minucioso y encontramos que las torres, al tener ya más de 8 capas de pintura (en algunos casos más de 10) estaban sufriendo un proceso de lixiviado en su base de concreto. Es decir, era necesario retirar toda la pintura para permitir que el concreto «respirara». Posteriormente para protegerlas nuevamente del medio ambiente (lluvia ácida) era necesario volverlas a pintar. Pero ahora escogimos entre los recubrimientos de más alta tecnología. Así pues, el proyecto, en lugar de quitarles vida, las revitalizará.

  3. creo que lux se refería al proyecto del Viaducto Bicentenario, como dices, el proyecto de «restaurarlas» y que supongo es o fue por los 50 años del inicio de su construcción sin duda las revitalizará.
    Yo soy ingeniero estructurista, me gustaría saber qué tipo de estudio hicieron para diagnosticar lo que dices del «lixiviado en la base de concreto» Saludos y gracias.

  4. En conjunto con el INBA y el Instituto de Antropología de la UNAM se realizaron pruebas de pH superficial y resistencia a la compresión.
    Las torres son huecas. Al llover el agua arrastra contaminantes que por capilaridad se arrastran al interior de la estructura de concreto y llegan a la interfase concreto-pintura. Al disminuir la humedad, estas sales se cristalizan y generan una presión interna que rompe el concreto.
    Al retirar la pintura se encontró que la capa superficial de concreto se desmoronaba muy fácilmente (ya no tenía una buena resistencia a la compresión)

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