El misterio de las centellas (219)

Hace varios años estaba construyendo la iluminación de unos clubes nocturnos y me pidieron producir un sistema de alta potencia para un lugar en particular. Configuré mi mesa de trabajo y procedí a construir un circuito de conmutación simple y recurrí a bancos de condensadores que salvé de un tienda de excedentes militares, no recuerdo los valores de ellos, pero eran muy grandes, apilé todos los 8 en este circuito en particular.

El circuito operaba a 240 volts y después de conectar y encender, no pasó nada. Desconecté el circuito y volví a comprobar los componentes y no encontré ningún falla. Tuve cuidado de no tocar las tapas en ese momento ya que estarían suministrando potencial.

Después de volver a montar el circuito lo enchufé y de nuevo no pasó nada. Decidí activar manualmente el SCR, usé una sonda aislada para hacer esto, para mi sorpresa nada sucedió inicialmente, y luego lo intenté de nuevo y un brillo comenzó a construirse en el tubo de luz estroboscópica. Este siguió creciendo y era como si el tubo estroboscópico estuviera en llamas. El resplandor llegó a un tamaño de alrededor de una pelota de tenis, tal vez un poco más pequeña. Parecía ser expulsado por el tubo hacia mí, yo estaba sentado a cerca de 600 mm de distancia del tubo estroboscópico. La luz era inusual en la manera en que no era dura y era fácil de ver. La llama, o lo que fuera, me golpeó en la cara. Sentí una sensación instantánea de calor por toda la cara. Me preocupé de que me estuviera quemando y fui a un espejo y comprobé que mis cejas estaban todavía intactas.

No había quemaduras, ni ningún otros signo visible de que el evento hubiera ocurrido. No traté de replicarlo ya que pensé que la próxima vez podría no ser tan afortunado, pero envié una carta a una organización en los EU, por desgracia, nunca recibí confirmación por parte de ellos de que recibieron la carta.

Andrew Hooper

Auckland, AK New Zealand