¿Dónde estás Toutatis?

¿DÓNDE ESTÁS TOUTATIS?[1]

Mario Méndez Acosta

La posibilidad de que la Tierra sea impactada por un asteroide de regulares dimensiones ha sido considerada por los científicos como uno de los mayores riesgos que amenazan a la civilización humana.

LouisWalterAlvarez Ello se puso de manifiesto sobre todo cuando el físico y Premio Nobel estadounidense Luis Alvarez y su hijo, el geólogo Walter Alvarez, postularon la hipótesis de que la extinción de los dinosaurios se debía al choque de un cometa o asteroide de grandes dimensiones, contra la Tierra, que muy probablemente cayó hace unos 62 millones de años en la actual localidad costera de Chicxulub, en la península de Yucatán, causando una catástrofe ecológica responsable de la extinción de multitud de especies en mar y tierra y, por supuesto, la formación de un gigantesco cráter.

Algunos investigadores han tratado de demostrar que nuestro planeta es susceptible de sufrir estos impactos de manera periódica, y lo atribuyen a varias causas cósmicas. El problema, pues, es real; por ello, muchos astrónomos se dedican a observar la bóveda celeste en busca de evidencias de cuerpos de gran magnitud cuyas orbitas puedan acercarse demasiado a la de la Tierra representando una amenaza. En esta práctica se han detectado varios asteroides que podrían llegar a ser un peligro, entre ellos, el asteroide 4179, que lleva el nombre de Toutatis, un dios celta, protector de varias tribus en la Galia antigua, descubierto en 1989 por astrónomos franceses. En 1992 Toutatis se acercó a la Tierra unos cuatro millones de kilómetros, mostrando una característica muy particular: este constituido por dos grandes rocas de 4 y 2.5 kilómetros de diámetro respectivamente, las cuales giran alrededor de un centro común de gravedad y quizás estén en contacto.

Ahora, resulta que el suizo Billy Meier, notorio ovnilogo (autor de varias falsificaciones fílmicas de supuestos platillos voladores -que resultaron ser maquetas construidas por el propio Meier-, así como de imágenes de rubias extraterrestres), asegura que Toutatis se impactaría con la Tierra el 29 de septiembre de 2004, fecha en la cual, según los astrónomos, Toutais peso tan solo a un millón 200 mil kilómetros de la Tierra, lo que de todos modos representa una distancia de cuatro veces la existente entre la Tierra y la Luna.

Meier asevero que el objeto será desviado de su trayectoria por causa de una serie de erupciones solares que ocurrirían en ese momento y chocaría con nuestro planeta causando, al menos, el fin de nuestro.

Como es usual en esos casos, en México, semejante versión fue propalada por el conductor de televisión Jaime Maussan, quien está dedicado a promover todo tipo de propuestas amarillistas. Cuando los charlatanes hacen «profecías» tan concretas a tan corto plazo se exponen a ser refutados ostensiblemente por los hechos, como ha ocurrido con este fallido fin del mundo. Pero eso no parece molestarles mucho, ya que la ganancia en fama, publicidad y ventas, lograda durante al periodo en que su profecía aún es suficiente. Sin embargo, este caso resulta muy ilustrativo porque muestra cómo funciona la deficiente lógica que rige el proceso de razonamiento de los promotores de la pseudociencia.

Ciertamente, pasar a un millón 200 mil kilo-metros es un acercamiento notable en términos astronómicos, pero aun así, la distancia es de tal magnitud que aleja cualquier posibilidad de un riesgo real, y definitivamente no existe forma de suponer que ello implique alguna probabilidad de producir un choque.

Toutatis Ante esto, la explicación ofrecida por Meier de que ya sea la radiación emitida por la actividad electromagnética de las manchas solares, o el mismo viento solar puedan alterar la trayectoria de un asteroide, equivale a pensar que el destello de una cámara pueda desviar de su trayectoria a una pelota de beisbol bateada para un jonrón por un jugador experto.

Es verdad que una de las soluciones propuestas para lograr una forma de navegación espacial a muy altas velocidades implica desplegar una vela metálica muy tenue y gigantesca en el espacio, la cual podría ser impulsada por la presión que ejerce la luz del Sol. Pero la masa de tal velamen resultaría insignificante comparada con la del asteroide Toutatis que tendría una masa y una inercia miles de millones de veces superior a la de dicha vela especial y, por lo tanto no podría ser desviado siguiera por la radiación solar. Incluso, si hubiera una fuerza capaz de desviar la trayectoria del asteroide, sería muy poco probable que se dirigiese justamente hacia la Tierra; un punto lejano perdido en la inmensidad de la esfera celeste desde el punto de vista del asteroide.

Sin embargo, aunque Toutatis en esta ocasión no represento peligro alguno para la Tierra, ello no quiere decir que en el futuro este asteroide o cualquier otro no puedan quedar en trayectoria de choque con nuestro planeta.

Una de las decisiones que deberá tomar la humanidad en los próximos siglos será la de construir algún tipo de defensa efectiva para evitar que el mundo sea impactado por asteroide o cometa. La defensa debe incluir un sistema de alarma temprana y algún tipo de elemento físico de defensa para destruir la amenaza. Pero conviene no olvidar que ese evento cósmico sería extremadamente raro para a los plazos de nuestra existencia como civilización.

No ocurre así en términos geológicos, pero para nosotros tener la conciencia del peligro resulta suficiente, ya que en pocos siglos habrá la tecnología necesaria para desviar o destruir todos los asteroides peligrosos. Algo distinto ocurre con los cometas que llegan a la Tierra desde los confines del Sistema Solar, muchos de los cuales no son controlables. Pero con toda certeza, si alguno llegara a ser una amenaza, ello se sabría tal vez hasta siglos antes de que el peligro se presentara.

REFERENCIAS

Toutatis threatens totally. Robert Sheaffer. Skeptical Inquirer, Jul Aug 2004.

Toutatis Asteroid 4179. http://www.solarviews.com/eng/toutatis.htm


[1] Publicado originalmente en Ciencia y Desarrollo No. 179, México noviembre-diciembre de 2004, Págs. 58-59.

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