Los mayas y sus conocimientos edafológicos

IMPACTO AMBIENTAL

Los mayas y sus conocimientos edafológicos[1]

Juan José Morales

En mi libro La península que surgió del mar, comento que los campesinos mayas denominan los diferentes tipos de suelos con base en una clasificación que proviene de los tiempos prehispánicos pero que, si bien es de naturaleza empírica y atiende sobre todo a los aspectos externos «”esto es, la apariencia del suelo»”, se corresponde notablemente con la clasificación científica internacional.

Sobre este tema se publicó recientemente en la revista Ciencia y Desarrollo, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, un artículo que señala lo mismo. Es decir, lo atinado de la clasificación maya de los suelos y el gran valor de ese ancestral conocimiento, el cual «”dicen los autores del trabajo»” debe ser tomado en cuenta para mejorar la clasificación internacional.

clip_image002Así son en su mayor parte los suelos de la península de Yucatán. Pero, no obstante su extrema pedregosidad y lo delgado de la capa fértil, los campesinos mayas han sabido sacarles provecho, y pudieron lograrlo en gran medida por el conocimiento que tienen de ellos. La foto, tomada en las cercanías de la población de Xocén, es cortesía de Fernando Rochaix.

Escriben los biólogos Francisco Bautista y Diana Maldonado, y el geógrafo Alfred Zinck en el citado artículo, que los mayas fueron profundos conocedores de los llamados leptosoles, o sea los suelos rocosos y pedregosos poco profundos, con escasa materia vegetal, que son característicos de la península de Yucatán pero también existen en otros lugares del mundo. Nuestros ancestros y sus descendientes supieron distinguir muy bien entre los diferentes tipos de leptosoles, a tal grado que muchas de las características usadas por ellos para clasificarlos «”color, pedregosidad, rocosidad, contenido de grava, profundidad, textura, estructura, drenaje, etc.»” son utilizadas en la misma forma por la Base de Referencia Mundial de Suelos o WRB, como se le denomina por su sigla en inglés. Tan preciso es el sistema maya, que al ordenar en una clasificación formal el conjunto de nombres que en él se da a los diferentes tipos de suelos, se obtiene un esquema muy semejante al de la WRB.

Por otro lado, añaden, «el concepto maya para clasificar es integrador: considera relieve, hidrología, comunidades vegetales y suelos, y es aplicado por los agricultores al momento de seleccionar cultivos y prácticas agrícolas. Por ejemplo, Akal significa área inundada y Che significa árbol o vegetación. La combinación de los dos términos en Ak»™al che se refiere a zonas pantanosas con suelos inundados estacionalmente y cubiertos de árboles.»

El conocimiento maya sobre los suelos va mucho más allá del nivel local. «Puede «”subraya el documento»” ser utilizado en otras zonas de karst (piedra caliza) ubicadas en todo el mundo, pues la cabal comprensión de esta clasificación puede ser utilizada para mejorar la internacional ya que la primera hace énfasis en los suelos con espacio reducido para el crecimiento de las plantas en suelos someros poco profundos o leptosoles, en cuyo conocimiento los mayas son expertos, por ser los de mayor extensión en las zonas tropicales kársticas.»

Y concluyen los tres investigadores señalando que «la clasificación maya de suelos y la WRB son complementarias; al utilizarlas conjuntamente, se obtiene información valiosa sobre las propiedades del suelo, y a un nivel máximo de detalle, lo que no se logra de manera aislada. En consecuencia, se recomienda 1) enseñar la clasificación maya de suelos en las universidades regionales (península de Yucatán, Belice y Guatemala), y 2) utilizar la clasificación maya de suelos como medio de comunicación entre científicos y campesinos, lo que conduciría a mejorar el conocimiento edafológico de la península de Yucatán y del país.»

Como se ve, no hay que desdeñar los tradicionales conocimientos de los campesinos mayas sobre su medio ambiente. Son mucho más amplios, detallados, profundos y sistemáticos de lo que muchos creen, y tienen un gran valor para la ciencia.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Viernes 8 de febrero de 2013

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