La falsa insulina de nopal

ESCRUTINIO

La falsa insulina de nopal[1]

Juan José Morales

Hace poco, en un vagón del Metro en la ciudad de México, me topé con un cartel que anunciaba «insulina de nopal» como un efectivo remedio, no sólo para la diabetes sino contra otros varios padecimientos. Todo ello «”decía el anuncio»” respaldado por «investigaciones hechas por un egresado del Instituto Politécnico Nacional», lo cual a fin de cuentas no significa que esa institución educativa las avale ni mucho menos que por ello se garantice la eficacia del producto. Por lo demás, en el más puro estilo de la publicidad de productos milagro y como para no dejar duda de que de tal cosa se trata, se ofrece un «tratamiento» de dos meses por cierta cantidad de dinero, más otros dos meses gratis si el pago se hace en efectivo. Esto último indudablemente con fines de evasión de impuestos.

Pero por ahora lo que nos interesa no son los asuntos fiscales, sino el engaño que representan las afirmaciones contenidas en ese anuncio en el sentido de que pueda haber insulina de nopal y que esta sustancia evite o controle la diabetes y por añadidura sirva para regular la hipertensión arterial, curar la gastritis, adelgazar, y reducir los altos niveles de colesterol, con lo cual de paso se evitan los riesgos de un ataque al corazón.

clip_image002No pocos fabricantes de suplementos alimenticios, como los del anuncio de la izquierda, explotan las consejas populares sobre las propiedades curativas del nopal para vender sus productos como si fueran medicamentos y pudieran reemplazar a la insulina en el control de la diabetes.

Por principio de cuentas, la insulina no tiene tantas propiedades y nadie va a bajar de peso ni a evitar la dispepsia o la úlcera gástrica y tener mejor digestión utilizándola. Tiene una función específica en el organismo, que es regular el metabolismo de los hidratos de carbono de los alimentos «”o azúcares como también se les llama»”, de manera que el cuerpo pueda obtener de ellos energía para su funcionamiento.

En segundo lugar, la insulina no es de origen vegetal. No puede, por tanto, haber insulina de nopal ni de ninguna otra planta. Es una hormona de origen animal producida por las llamadas células beta del páncreas, un órgano que en el ser humano está ubicado debajo del estómago.

La diabetes es una condición en la cual, o bien el páncreas no produce insulina, o bien la segrega pero el organismo no puede utilizarla adecuadamente. En cualquiera de los dos casos, el resultado es que los azúcares provenientes de los alimentos se acumulan en la sangre sin poder ser utilizados y el cuerpo sufre por falta de la energía que debería suministrarle su metabolismo.

La tercera mentira en el anuncio de la llamada «insulina de nopal», es que se pueda «”suponiendo que realmente fuera insulina- resultar efectiva tomándola en forma de cápsulas. La insulina no puede administrarse de tal manera porque se desintegraría durante la digestión, tal como ocurre con las proteínas de los alimentos. Para que actúe, debe aplicarse en forma de inyecciones subcutáneas y de este modo hacerla llegar directamente a la sangre, que es donde cumple su función, no en el estómago ni en el intestino.

En realidad, lo que pomposamente se hace pasar en su publicidad como «insulina de nopal» y como medicamento para la diabetes, no es más que un complemento alimenticio elaborado a base de nopal, y todas las extraordinarias propiedades que se le atribuyen no han sido probadas científicamente. Ciertamente, en medicina popular se utiliza el nopal contra la diabetes, y en la UNAM y otros centros de investigación se realizan estudios sobre la posibilidad de emplear sustancias obtenidas de esa y otras plantas «”entre ellas el ko»™ochlé o guarumbo, Cecropia obtusifolia, un árbol común en la península»” para tratar la diabetes tipo 2, o sea aquella debida a dificultades del organismo para utilizar la insulina y no a falta de esta hormona. Pero tales estudios se encuentran en la etapa preliminar y, como señalan investigadores de la Facultad de Medicina de la UNAM, «aún no se cuenta con los suficientes estudios preclínicos y clínicos que permitan fundamentar la realidad sobre sus propiedades medicinales», y tampoco hay suficientes datos experimentales «que permitirían evaluar los riesgos y beneficios adquiridos por quienes consumen esta planta».

En pocas palabras: la tal «insulina de nopal» es un engaño que podría tacharse de criminal por cuanto puede hacer que muchos diabéticos abandonen el tratamiento a base de inyecciones que les permite mantener bajo control su enfermedad, creyendo que con sólo tomar unas cápsulas de extracto de nopal obtendrán el mismo resultado.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Jueves 21 de febrero de 2013.

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