Una enfermedad de pobres en el país más rico

ESCRUTINIO

Una enfermedad de pobres en el país más rico[1]

Juan José Morales

La tripanosomiasis o mal de Chagas es una de esas típicas enfermedades de pobreza. La ocasiona cierto parásito, el Tripanosoma cruzi, y se transmite principalmente por la picadura de la chinche hocicona o besucona Triatoma dimidiata, que al picar a un ser humano, defeca sobre su piel, y como el excremento contiene el parásito, al rascarse por el escozor de la picadura, se puede hacer que penetre al cuerpo.

clip_image001Esta es la llamada chinche hocicona o besucona, el insecto transmisor de la tripanosomiasis o mal de Chagas. Se alimenta con sangre, y al picar a un ser humano para obtenerla, deposita sobre la piel excremento con el parásito causante de la enfermedad, que puede penetrar al organismo al rascarse por la comezón que ocasiona la picadura.

Esta enfermedad afecta sobre todo a la gente más pobre, que habita viviendas precarias, vive en malas condiciones higiénicas y sanitarias, y carece de adecuados servicios médicos y sanitarios. Por eso está tan extendida en América Latina.

Pero, aunque a muchos pueda sorprender, también es un serio problema de salud pública en Estados Unidos. De acuerdo con un reciente editorial de la revista Public Library of Science (PLOS), hay en aquel país no menos de 300 mil y probablemente un millón de enfermos. La amplitud de las estimaciones se debe, por un lado, a que no se ha hecho un estudio epidemiológico detallado para determinar la situación real, y por otro lado a que el mal de Chagas no siempre presenta síntomas evidentes, sino que éstos se manifiestan a menudo años después de ocurrida la infección. En un principio, el enfermo sólo experimenta debilidad, fatiga y malestar general. Es ya avanzado el mal cuando se presentan graves problemas del corazón y trastornos generalizados de los órganos, que pueden desembocar en la muerte del paciente. Por eso al mal de Chagas se le llama la enfermedad silenciosa.

Además, es un padecimiento crónico y de difícil curación. Para ello se requiere un largo y sistemático tratamiento que a menudo debe prolongarse por años y exige constancia por parte del paciente para someterse a la aplicación de medicamentos y a repetidos análisis clínicos orientados a comprobar los resultados y verificar si ya se ha eliminado al parásito.

El hecho de que la tripanosomiasis afecte a una cantidad tan grande de norteamericanos, como decíamos, puede parecer sorprendente a mucha gente, pues comúnmente se tiene la idea de que en el vecino país todo mundo disfruta de un buen nivel de vida, vivienda adecuada, muy buenas condiciones higiénicas y sanitarias y una excelente atención médica. La realidad, empero, es muy diferente. Según recientes estadísticas, 50 millones de norteamericanos se encuentran en la pobreza, y un alto porcentaje de ellos vive en condiciones que facilitan la infestación de sus viviendas por insectos de todo tipo, incluida por supuesto la chinche hocicona, sobre todo en los estados del sur.

En cuanto a la atención médica, en Estados Unidos es prácticamente un lujo debido a su alto costo y a la falta de un sistema público de medicina. La gente pobre prácticamente no tiene más alternativa que acudir a las clínicas de caridad, que en su gran mayoría no son gratuitas sino simplemente menos costosas que las demás. En tales condiciones, una persona puede pasar años sin que siquiera se le diagnostique su padecimiento, mucho menos que reciba tratamiento. Y sobra decir que no hay campañas gubernamentales para la detección y atención de pacientes de tripanosomiasis.

Por otro lado, el mal puede transmitirse por otras vías, igualmente relacionadas con la pobreza, como el consumo de alimentos contaminados con el parásito. También puede ocurrir que una madre enferma contagie a su hijo durante el parto si no se toman las debidas precauciones.

Así «”concluye el editorial de PLOS«”, los norteamericanos más pobres sufren en silencio el flagelo de esta enfermedad, cuyas víctimas en una proporción desmesuradamente alta, son las mujeres embarazadas.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Miércoles 20 de noviembre de 2013

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