«Alien Abduction», un thriller dirigido por Matty Beckerman
Una familia encuentra hay algo ahí fuera
Por Jeannette Catsoulis
3 abril 2014
Riley Polanski como un autista de 11 años de edad en el «Día de la madre», un thriller ambientado en la región de Brown Mountain de Carolina del Norte. Crédito IFC Midnight
Como dice su título, «Alien Abduction» de Matty Beckerman reenvasa la antigua leyenda para el público moderno en una historia de una película encontrada, de eficiencia aerodinámica.
Con la inspiración de avistamientos de luces fantasmales en la región de Brown Mountain de Carolina del Norte, el Sr. Beckerman coloca una cámara de video en las manos de Riley Morris (Riley Polanski), un autista de 11 años de edad acampando en la zona con su familia. Presentando la cámara como la frazada de Riley – un dispositivo calmante para manejar un mundo de miedo – ha demostrado ser una manera ingeniosa de explicar su uso continuado, especialmente cuando llueven cuervos muertos de los cielos, y un túnel lleno de coches abandonados se convierte en un campo de batalla aterrador.
En esencia, una película de persecuciones con perseguidores extraterrestres (y un poco de trampa después de los créditos finales), este debut no tiene ninguna pretensión de sutileza. Solamente acción – la alternancia respira sin aliento con ráfagas de movimiento histérico – fluye a través de una cabaña en el bosque, a medida que perdemos miembros de la familia y ganamos un hombre de montaña monosilábico. La iluminación se atenúa, los actores hacen lo poco que se les pide, y el diseño de sonido sube a una mezcla satisfactoria de grietas y gritos y rugidos animalistas.
Pero mientras que el conjunto carece de novedad (incluso los extraterrestres son edición estándar), la fotografía de bajo ángulo de Lucas Geissbuhler perdura intuitivamente sobre lugares de interés que un niño tendría que desear investigar. Y cuando la madre de Riley es aspirada en el cielo nocturno, el estallido espantoso de su columna demuestra que, cuando se trata de efectos, lo barato como las papas fritas a veces es más que suficiente.