Dos marinas y las playas perdidas

IMPACTO AMBIENTAL

Dos marinas y las playas perdidas[1]

Juan José Morales

Hace unos días recorrí parte de la costa de Isla Blanca, al norte de Cancún, que en los últimos años sólo había visto de lejos, desde el mar, al navegar rumbo al Contoy o a Boca Iglesia. Y quedé estupefacto al ver la transformación que ese sitio ha experimentado en poco tiempo: lo que era una amplia y hermosa playa, ha desaparecido. A todo lo largo de la orilla se observa un verdadero acantilado rocoso de varios metros de altura, con evidentes signos de recientes y constantes derrumbes, cocoteros y postes a punto de precipitarse al mar, y las olas batiendo los montones de piedras acumulados en la base de ese enorme e insalvable escalón que impide el acceso al agua.

Sabía, sí, que hay un serio problema de erosión de costas en esa zona, pero no imaginaba que fuera de tal magnitud. Tal como están las cosas, y dada la rapidez con que sigue avanzando el mar, no pasará mucho tiempo antes de que llegue a los cimientos de algunas residencias y provoque su derrumbe, como ya ha sucedido en el fraccionamiento Playacar de Playa del Carmen, otro lugar de la costa de Quintana Roo también gravemente afectado por la erosión.

clip_image001Las extensas playas han desaparecido a lo largo de kilómetros en este sector de la costa continental de Isla Mujeres, al norte de Cancún. ¿La causa? Las escolleras de la marina La Amada, unos kilómetros al sur, que «”al igual que las de Puerto Cancún, más distantes»”, alteraron radicalmente las corrientes marinas y las hacen incidir sobre el litoral en vez de correr paralelamente a él como antes ocurría.

Y cuando indagué entre algunos conocedores sobre las causas del fenómeno, hubo coincidencia al respecto: se debe a la construcción de la marina de La Amada, en el desarrollo hotelero y residencial de la parte continental de Isla Mujeres. Las escolleras y demás construcciones alteraron las corrientes que se mueven de sur a norte a lo largo del litoral y han ocasionado la devastación de las playas, con el consiguiente perjuicio para los propietarios de residencias y terrenos ubicados corriente abajo, que han visto desaparecer en corto tiempo los extensos arenales antes característicos de esa parte de la costa.

Algo semejante ha ocurrido en la zona de Puerto Juárez, también por efecto de una obra del mismo tipo: Puerto Cancún.

Este gran desarrollo turístico, al cual nos hemos referido en varias ocasiones, se construyó sobre un extenso manglar que actuaba como vaso regulador de inundaciones y como filtro natural de aguas contaminadas, además de ser refugio de gran cantidad de aves acuáticas. Comprende grandes torres de departamentos y una serie de canales y atracaderos para yates y lanchas de recreo. Para dar acceso a los canales, se cortó la franja costera y se construyeron escolleras para proteger el canal de navegación. El resultado de esta obra, al igual que en el caso posterior de La Amada, fue una alteración de las corrientes, que ahora, en vez de continuar su curso original paralelamente a la costa, recurvan hacia ésta y la erosionan, con la consiguiente pérdida de playas, que afecta a los condominios, casas y hoteles construidos hace años al norte de Puerto Juárez. En algunos casos, como en una parte del hotel originalmente llamado Blue Bay y actualmente All Ritmo, ya prácticamente no queda playa, las palmeras se sostienen a duras penas entre la escasa arena deslavada por el oleaje, y es sólo cuestión de tiempo para que se desplomen.

Son varios kilómetros del litoral continental de Isla Mujeres los que están padeciendo este gravísimo problema, que si bien se mira es resultado de la lenidad de las autoridades y de la excesiva complacencia que han tenido para con los inversionistas extranjeros, a los cuales se les da todo tipo de facilidades para desarrollar sus proyectos sin parar mientes en las graves consecuencias ambientales que tendrán y que eran fácilmente previsibles.

Y no está de más señalar que se trata de una zona en la cual se pretende continuar construyendo hoteles, condominios, fraccionamientos residenciales, restaurantes y otros establecimientos turísticos. Pero si las playas desaparecen, como parece que sucederá inevitablemente si no se toman medidas para evitarlo, se perderá totalmente su atractivo.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Viernes 7 de noviembre de 2014

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