Los toros como nuevo distractor

ESCRUTINIO

Los toros como nuevo distractor[1]

Juan José Morales

No se ha hablado mucho de ello, pero el PRI y su filial Verde, están utilizando un nuevo medio para distraer a la opinión pública mientras hacen de las suyas: pedir la prohibición de las corridas de toros, al igual que en su momento utilizaron la prohibición del uso de animales en los circos para armar un debate artificial que desvió la atención de la entrega de los energéticos al capital extranjero, el estancamiento económico, el desempleo y otros problemas de gran importancia.

Así, el pasado 29 de agosto, con los votos del PRI, el PVEM, el Panal y el PSD, el congreso de Coahuila prohibió tales espectáculos. Antes ya habían hecho lo mismo las legislaturas de Sonora y Guerrero.

clip_image001En la lidia, el torero no tiene a su merced al toro indefenso, como un verdugo a su víctima. Es un juego de habilidad y destreza en el cual ambos rivalizan y el torero «”al cual no en balde se le llama también con el sinónimo diestro»” corre el riesgo de ser víctima del animal.

Los argumentos sensibleros que esgrimen los enemigos de las corridas de toros son esencialmente los siguientes: que al toro se le somete a tortura, que se le cría con el deliberado propósito de sacrificarlo ante una multitud sedienta de sangre y que los animales tienen derecho a un trato digno y humano.

Por principio de cuentas «”y esto hay que subrayarlo»” lidiar a un toro no implica en modo alguno torturarlo. El uso de ese término por parte de los animalistas sólo ha servido para banalizarlo y hacer olvidar su verdadero significado. El objetivo de la tortura es hacer sufrir a un ser indefenso, ya sea por sádico placer o para obtener una información, una confesión o un beneficio cualquiera para el verdugo, quien además no corre riesgo alguno. En una corrida, el objetivo no es hacer sufrir al toro, sino medir su fuerza y astucia contra la habilidad del torero. Y el burel no es un animal indefenso, sino que tiene la oportunidad de atacar, embestir y tratar de herir a su adversario. El torero también pone en juego su vida, y de hecho muchos han muerto en el ruedo o a consecuencia de las heridas sufridas durante la lidia.

Es falso también que al toro se le críe en condiciones inhumanas y única y exclusivamente para matarlo en el ruedo. Mucha gente ignora que al toro de lidia se le cría en condiciones envidiables, en amplios espacios donde dispone de una o dos hectáreas por cabeza para vagar a su antojo. Por contraste, en las granjas porcícolas los cerdos están apiñados, en estrechos espacios donde apenas pueden moverse para no desperdiciar energía y dedicados exclusivamente a comer y engordar, para que con ellos puedan hacerse el jamón y los chorizos que muchos enemigos de las corridas de toros comerán gustosamente. Y de cada 300 ejemplares de toros de lidia, sólo una docena terminan en el ruedo. Además, aquellos que muestran excepcional bravura y características, son indultados, se les exime de ser muertos, para dejarlos pasar el resto de su vida tranquilamente en la ganadería. Porque «”y esto hay que subrayarlo»” a un toro no se le puede torear por segunda vez, ya que en su primera experiencia aprende a enfrentarse exitosamente al torero.

Finalmente, es falso que las corridas de toros sean un espectáculo cruel, sangriento y bárbaro remanente de épocas anteriores a la civilización. Quienes así opinan hacen referencia a antiguas imágenes en que se ve enfrentarse a hombres y toros, pero ignoran «”o deliberadamente ocultan»” que esas imágenes no se refieren a las corridas de toros como tales, y además provienen de grandes civilizaciones, como la minoica y la griega. La tauromaquia, el arte del toreo en su forma actual, data de los siglos XVIII y XIX, de la época del llamado Siglo de las Luces, ese período de gran florecimiento intelectual en Europa, de la Ilustración y el Enciclopedismo.

Pero la prohibición de las corridas de toros no es cuestión ecológica, científica, ética ni moral. Es un asunto puramente político.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Miércoles 7 de octubre de 2015

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