Los lobos (y otros animales) de Chernobyl

IMPACTO AMBIENTAL

Los lobos (y otros animales) de Chernobyl[1]

Juan José Morales

Han pasado ya casi 30 años desde que, en abril de 1986, ocurrió el accidente nuclear de Chernobyl en la antigua Unión Soviética, que obligó a reubicar permanentemente a 116 mil habitantes de la ciudad de Pripyat y establecer una zona de exclusión de 4 200 kilómetros cuadrados que abarca porciones de Ucrania y Bielorrusia y en la cual no se permiten asentamientos humanos.

Por supuesto, los científicos han querido saber qué ocurrió con la fauna en esa zona. Para ello en los últimos años se instalaron cámaras automáticas y se realizaron numerosas observaciones de campo. Y los resultados han sido sorprendentes: contra lo que podría pensarse, hay abundantes poblaciones de animales silvestres en la zona de exclusión, en algunos casos hasta siete veces más nutridas que en áreas naturales protegidas cercanas, fuera de la zona. Además, esos animales no muestran señales de alteraciones genéticas debidas a la radiación.

clip_image001Mucha gente podría pensar que en la zona afectada por la contaminación radiactiva después del accidente nuclear de Chernobyl, los animales silvestres presentan deformidades genéticas debidas a mutaciones. Pero no se ha observado tal cosa. En la foto, una manada de lobos, cuya población creció considerablemente a la par que la de jabalíes, dado que se alimentaban con éstos.

Dicho sea de paso, el nivel de radiación en el área afectada por el accidente ha disminuido tanto en las casi tres décadas transcurridas desde entonces, que Pripyat se ha convertido en atracción turística. Diariamente llegan grupos de visitantes desde Kiev, la capital de Ucrania, y si bien el tiempo que permanecen en el lugar es limitado, en ese lapso reciben una dosis de radiación menor que en un vuelo de América a Europa, en el que por la gran altura la radiación cósmica mayor que al nivel del suelo.

El principal informe sobre la fauna de Chernobyl proviene de un equipo internacional de investigadores coordinado por el Prof. Jim Smith, de la Escuela de Ciencias Ambientales y de la Tierra de la universidad británica de Portsmouth. El documento, publicado en la revista Current Biology, señala que en la actualidad el número de animales de diversas especies en la zona de exclusión es sensiblemente mayor que antes del accidente.

Ha habido, dice el informe, una proliferación de zorros rojos, jabalíes, alces y ciervos, que son ahora tanto o más abundantes que en las áreas naturales protegidas cercanas. Incluso han comenzado a observarse osos, que anteriormente no existían en esa área. Y es notable la cantidad de lobos que ahora existe. Esto último al parecer está ligado al gran incremento que experimentó la población de jabalíes en los años posteriores al accidente. Al haber tantos, también comenzaron a multiplicarse los lobos, dado que tenían abundantes presas a su disposición. Luego, la población de jabalíes declinó, pero no por efecto de la radiación «”dicen los investigadores»”, sino en parte a causa de la depredación de los lobos y en parte a una epizootia de fiebre porcina africana que afectó a los cerdos silvestres.

El incremento en las poblaciones de estos y otros animales en la zona de Chernobyl «”señalan los autores del estudio»” contrasta marcadamente con la situación en otras partes de la antigua Unión Soviética en la década de 1990 y años posteriores, cuando debido al desplome del sistema socialista sobrevino una crisis económica que se tradujo en pobreza para gran parte de la población. Ello, sumado al debilitamiento de los organismos gubernamentales encargados de la protección y conservación del medio ambiente, hizo que se incrementara la caza furtiva.

En fin, como señala el informe del grupo encabezado por el Prof. Smith, hoy día hay en la zona afectada por el accidente nuclear nutridas y saludables poblaciones de animales silvestres, mucho mayores que en las cercanas áreas naturales protegidas.

Por supuesto, esto no puede atribuirse a la contaminación radiactiva. Tampoco significa que las radiaciones nucleares sean inofensivas, sino simplemente «”dice el Prof. Smith»” que no son tan peligrosas como generalmente se piensa.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Lunes 14 de diciembre de 2015

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