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La siniestra secta de Moon

El llanto de los billetes

LA SINIESTRA SECTA DE MOON

Mario Méndez Acosta

Recientemente se celebró en Europa una importante reunión de una poderosa organización internacional cuyo objetivo manifiesto es coordinar la lucha mundial contra el comunismo y, específicamente, proponer la intensificación de los actos agresivos contra Nicaragua y contra la revolución salvadoreña.

Moon A la conferencia asistieron un gran número de militares, políticos y escritores ultraconservadores de todo el mundo, incluyendo a personajes muy influyentes dentro de la actual administración estadounidense. No se intentó ocultar que tal encuentro se celebró bajo los auspicios de la Iglesia de la Unificación, que en­cabeza un negociante y autodenominado mesías corea­no llamado Sun Myung Moon.

También, en fechas recientes, se han incrementado en 108 cables de noticias internacionales las referencias a los comentarios y editoriales que formula en rela­ción con México y asuntos centroamericanos el diario Washington Times, también tendencia ultraderechista.

En especial, dicha publicación se ha referido a la necesidad que existe de presionar a nuestro país para que modifique su política con respecto a Centroamé­rica y de que, también, adopte medidas más estrictas en su lucha contra el narcotráfico.

Lo que es menos conocido es que este diario es propiedad del mismo Sun Myung Moon.

Todo lo anterior no tendría nada de especial dentro de los ires y venires de la política internacional si no fuera por la muy especial condición del reverendo Moon.

Moon encabeza una extendida secta religiosa que se distingue por sus tendencias manipuladoras y tota­litarias. En casi todos los países occidentales un elevado número de jóvenes condicionados por un refinado tratamiento de lavado cerebral, se dedican a trabajar, en realidad de esclavos en las múltiples empresas propiedad del santón, a mendigar donativos en las calles, a vender productos como el ginseng o flores, o bien a labores misioneras y de proselitismo.

Estos jóvenes, conocidos en Estados Unidos como moonies, reciben un agotador adoctrinamiento de par­te de sus capataces… en su manual de entrenamiento se incluyen pasajes como el siguiente: «¿Te gustaría hacer dichosos a los billetes verdes (dólares)? ¿Por qué no los haces dichosos? ¡Hay tantos billetes verdes que lloran! ¿Nunca los has oído llorar? ¿Todavía no? Tienes que oírlos. Todos están destinados a ir al Padre Moon».

Los moonies se distinguen por su mirada plácida y sonrisa ovina. Esto se logra después de someterlos a intensos tratamientos de lavado cerebral que incluyen inacabables peroratas por parte de instructores estri­dentes y mesiánicos; técnicas como la retención for­zosa de la orina; administración incesante de estimu­lantes -como el propio ginseng en grandes dosis-, dietas pobres en proteínas; aislamiento y ruptura de su medio de origen: ocupación continua; miedo al diablo y al infierno; largas horas de trabajo sin remu­neración y, claro, mendicidad en público, con elevadas cuotas por cubrir, so pena de castigos corporales. El tratamiento es enormemente efectivo. Moon logra fi­delidad absoluta de parte de sus esclavos. Solamente después de delicados tratamientos sicológicos pueden los moonies ser desprogramados y reintegrados a la vida normal.

Moon no es modesto consigo mismo. Aunque su Iglesia pretende ser cristiana esto no le impide al gurú afirmar: «Soy el más grande de los santos», «Soy más grande que el mismo Jesús». «El mundo entero está en mis manos y yo venceré y subyugaré al mundo», «Dios está desembarazándose del cristia­nismo para establecer una nueva religión: la de la Igle­sia de la Unificación. Todos los cristianos del mundo están dispuestos a ser, absorbidos por nuestro movi­miento…».

No es de extrañarse que las agrupaciones de sectas protestantes yanquis le hayan negado a Moon su reco­nocimiento como Iglesia cristiana.

EL MAGNATE

Actualmente, Moon se encuentra en la cárcel -en un agradable campo rural de detención- al igual que Al Capone, se encuentra purgando una pena por evasión de impuestos y es que Moon es uno de los em­presarios más ricos y rapaces del mundo.

Moon, quien hace veinte años no poseía un centavo, controla el comercio mundial de ginseng, es dueño de fábricas de armamento, empresas farmacéuticas y metalúrgicas.

Es dueño de innumerables y fastuosas residencias y castillos en diferentes lugares del mundo, incluyendo el Columbia. University Club en Nueva York, y de antiguos monasterios y de hoteles en Manhattan. Se estima su fortuna personal en cerca de 60 millones de dólares, más la propiedad de docenas de empresas en todo el mundo.

Kodama Moon sostiene nexos muy cercanos con la temible mafia del hampa japonesa. El diario ingles The Guar­dian ha revelado su asociación con gangsters nipones como Sasagawa Ryoichi, «padrino» del bajo mundo en esa nación y con Yoshio Kodama, otro líder de los yakuza o «mafiosi» del Imperio del Sol Naciente.

Por supuesto, Moon sostiene una relación muy pri­vilegiada con la dictadura surcoreana y, sobre todo, con la temible CIA de Corea del Sur (KCIA). Tam­bién se ha visto envuelto en los repetidos escándalos de sobornos coreanos a congresistas estadounidenses.

Con estas amplias bases financieras, Moon ha lan­zado varios intentos para recuperar una imagen res­petable. He embaucado a varios científicos, premios Nobel, a que asistan a congresos culturales -por su­puesto con todos los gastos pagados y generosos viáticos- y ha comprado diarios y estaciones de radio en diferentes naciones.

Moon sostiene extrañas teorías científicas. Pretende que el universo fue creado hace unos seis mil años y que los electrones son pequeñas porciones de la voluntad de Dios cuya misión es formar los átomos.

«BONDAD»

Como ocurre con muchas otras sectas, el mensaje de Moon a sus jóvenes candidatos a ser reclutados es el del amor sin limites; el de la bondad y el de la sumi­sión a la voluntad de Dios -que en este caso es Moon mismo-. Con estas dulces manifestaciones, los segui­dores de Moon -que incluyen, por ejemplo, al dirigente de la juventud hitleriana Paul Warner, jefe de la secta en la RFA-, atraen a la juventud ignorante y hastiada de EU y de Europa Occidental.

Con el trabajo de estos esclavos, Moon y otros enfermos de la misma ralea cooperan con la Casa Blanca en su criminal labor de agresión contra. Nicaragua y los demás pueblos de América Central.

Muchos más detalles sobre Moon pueden consultarse en el libro Las Nuevas Sectas, de Alain Woodrow (Col. Popular, FCE, 1979).

Visión extraocular. Prodigio o impostora

VISIÓN EXTRAOCULAR PRODIGIO O IMPOSTORA[1]

Por Mario Méndez Acosta

Uno de los más persistentes sueños que ha perse­guido la humanidad ha sido, desde épocas inmemo­riales, el de tener la posibilidad de percibir al mundo que nos rodea por otros medios que no sean los de los cinco sentidos originales.

Clarividentes, telépatas y adivinos de distintos ti­pos se han manifestado a lo largo de la historia sin habernos legado, a pesar de todo, ninguna evidencia totalmente confiable de sus habilidades y, más que nada, sin dejarnos la presunta clave para poder repe­tir y compartir sus experiencias.

Nuestra época no constituye la excepción en este aspecto. A todo lo largo de este siglo han surgido con insistencia un gran número de personas que afirman poseer algún tipo de percepción extrasensorial. No obstante, nunca han podido dar ninguna demostración de sus poderes en situaciones controladas por investigadores bien capacitados.

DERMOVlSION

dermo En México se han multiplicado en los últimos tiempos algunos grupos que afirman ser capaces de ense­ñar a los niños con cierto número de poderes para­normales, entre ellos el de la visión con la piel, o der­movisión.

No se han puesto de acuerdo entre ellos cómo funciona el mencionado poder. Para unos, la capacidad de la visión dérmica reside en las manos, pudiendo un sujeto, vendado de los ojos, leer material escrito o percibir imágenes impresas colocando encima del papel las yemas de los dedos.

Para otros, dicho poder reside en la piel de los pómulos, mejillas y la barbilla del presunto lector, ya que afirman que de la parte inferior del rostro se proyecta un cono perceptor que permite apreciar las imágenes.

Por supuesto, todos los grupos cobran sustanciales cuotas a cambio de la enseñanza de sus secretos.

La confusión existente entre las dos interpreta­ciones del fenómeno tiene, sin embargo, una explica­ción muy sencilla.

El arte de espiar por entre vendajes aplicados al rostro con el objeto de impedir la visión es casi tan antiguo como los propios afanes mágicos de la huma­nidad. En el repertorio de todo buen mago de escenario figuran necesariamente varios hábiles trucos para poder ver aún con el rostro totalmente cubierto por vendas y hasta por plastas de masa de harina de trigo. Algunos magos se han hecho famosos por su acto de conducir un automóvil con el rostro totalmente cu­bierto.

CONTROLES

Sospechando que algunos de estos supuestos po­deres dermoópticos pudieran más bien deberse a la utilización de algunos de los viejos trucos de magia, ciertos investigadores escépticos decidieron verificar la supuesta visión de la piel de las manos cubriendo por completo el rostro del sujeto, ya sea con un capu­chón o con una caja de material opaco. El prodigioso poder desapareció invariablemente.

Para evitar este tipo de incómodo control los defen­sores de la explicación paranormal optaron por afir­mar que la percepción la recibe el sujeto en la zona del rostro inmediatamente abajo de los ojos. Solamen­te vendándoles normalmente podrían los videntes leer el material que se les presenta.

Para corroborar esa afirmación los investigadores serios han desarrollado un sistema un poco más complicado. La presencia de la venda facilita la posibilidad de espiar por el hueco que queda entre el puente de la nariz y el pómulo, por lo que resulta más conveniente colocar un parche de tela adhesiva, recortado, de manera que cubra toda la órbita de cada ojo «“cuidando de no dejar material adhesivo en la zona central que entra en contacto con las pestañas.

Cada parche debe ser independiente del compañero que cubra el otro ojo. Debe cuidarse que el parche quede adherido en todo el perímetro del ojo, sobre todo en la zona entre el puente de la nariz y el pómulo.

Debe también vigilarse que al aplicar el parche el sujeto no esté gesticulando, por el contrario, deberá tener una expresión normal, ya que al estirar la piel de la cara pudiera lograr despegarse la tela adhesiva. Hay que señalar -y esto lo puede comprobar cual­quiera- que basta un orificio muy pequeño en uno solo de los ojos para poder apreciar cualquier imagen colocado por abajo del rostro.

Este experimento puede realizarse por todos los padres cuyos hijos asistan a centros en los que su­puestamente les enseñen esta habilidad.

PRUEBAS

Los supuestos poderes de dermovisión en niños han sido ya sujetos a estrictas pruebas, tanto en México como en el extranjero con grupos mexicanos. En todos los casos la habilidad ha desaparecido al aplicar con­troles como los descritos.

En noviembre de 1982 se realizaron una serie de pruebas en la Facultad de Sicología de la UNAM, con­ducidas por el investigador y mago James Randi, quien además tiene una oferta permanente de 10,000 dólares a quien le compruebe la realidad de un fenómeno -como éste- de percepción extrasensorial.

Con la participación de varios sujetos de distintos grupos, incluyendo a un joven ciego, se demostró en esa ocasión que los poderes desaparecían ante los controles adecuados. En el caso del ciego se pretendía proporcionarle una clave en la textura del corte de unas hojas de papel de distintos colores que supues­tamente trataría de identificar.

Otro grupo mexicano resultó incapaz de pasar las sencillas pruebas que le puso el propio James Randi ante la televisión japonesa.

Ambos experimentos fueron apropiadamente ates­tiguados y videograbados.

EXPLICACIONES

Es necesario subrayar que prácticamente todos los grupos que proponen y difunden la enseñanza de la llamada visión extraocular se dedican a explotarla co­mercialmente.

Nadie puede objetar que este tipo de experimentos se realicen con fines académicos, bajo cuenta y riesgo de un investigador calificado cosa que si ocurre en muchos centros de enseñanza en el mundo. Sin embar­go, la necesidad de controles extraordinarios, estrictos, y hasta criticas, se impone en el caso de quienes comercializan este supuesto poder.

Queda la cuestión de dilucidar por qué los niños se prestan, tan animosamente a cometer lo que en todos los casos examinados ha sido un fraude.

Es posible que para los pequeños esta experiencia represente una oportunidad única de lograr el entu­siasmo, la atención y hasta el orgullo de sus padres por ellos. El mostrar este poder es para los niños una fuente de gratas emociones y apreciación generalizada.

Además, en muchos casos los muchachos no saben en realidad qué tipo de percepción se supone que de­berían experimentar. El hecho de que pueda leerse a través de un orificio milimétrico no es evidente para cualquiera y menos para un niño de corta edad.

La existencia de la percepción extraocular es una afirmación extraordinaria que linda con lo maravi­lloso. Para su demostración se necesitan igualmente pruebas y evidencias extraordinarias.


[1] Este artículo apareció en Excelsior, domingo 23 de diciembre de 1984

La tumba de Tutankamen

De Momias y Maldiciones

LA TUMBA DE TUTANKAMEN

Por Mario Méndez Acosta

Quizá el hallazgo arqueológico más famoso de todos los tiempos -aunque desde luego no el más importante- fue el descubrimiento, en 1922, de la tumba del faraón: Tuntankamen, conocido irrespetuo­samente en EU, gracias a la prensa sensacionalista, como el Rey Tut.

EI infortunado y joven faraón era yerno y suce­sor del legendario Amenofis IV, quien cambiándose el nombre a Akenaton, intentó establecer el monoteísmo en Egipto, adorando a un solo dios solar: Atón.

A la muerte de Akenaton y ya bajo el reinado de Tutankamen, la casta sacerdotal de Amón-Ra logró la reinstauración de la religión egipcia tradicional y politeísta, y se intentó borrar todo recuerdo del faraón hereje.

Tutankamen sólo reina hasta los 18 años de edad, cuando muere en circunstancias sospechosas. Sin embargo, a pesar de su insignificancia, recibe una de las sepulturas más grandiosas que haya tenido cualquier soberano de la historia.

LEYENDA Y HALLAZGO

Tutankamen es embalsamado alrededor del año 1350 a. de C. Muchos siglos después, ya en nuestra era, aparece, en 1857, la obra de Teófilo Gautier, El relato de la momia, en donde, por primera vez se menciona la leyenda de la maldición de los faraones en contra de quienes, con cualquier intención, pro­fanaran sus sepulcros.

Pero no fue sino hasta el hallazgo de la tumba de Tutankamen, que los medios sensacionalistas intenta­ron difundir la versión de que la maldición faraónica realmente había actuado en contra de los arqueólogos que la profanaron.

LordCarnavon Lord Carnarvon, amante de la cultura egipcia y patrocinador de expediciones arqueológicas al país del Nilo, recibió del egiptólogo Howard Carter «“el cual investigaba en la necrópolis del Valle de los Reyes-, el siguiente telegrama fechado el 6 de no­viembre de 1922:

«Al fin he hecho un maravilloso descubrimiento en el Valle; una magnifica tumba con los sellos in­tactos, mismos que no romperé hasta su llegada, Felicidades».

Después de una infructuosa búsqueda, al fin había Carter hallado, entre los cimientos de una vieja cho­za, los primeros 16 escalones descendentes, cortados en roca viva, que conducían a una entrada sellada en la que se podía ver la marca especial que identifi­caba las tumbas reales.

Carter cubrió con escombros su hallazgo y esperó hasta la llegada de Carnarvon, tres semanas después.

En noviembre 25 se inició la excavación. Se derri­bó la primera puerta y se descubrió un pasadizo que conducía a una segunda puerta, la cual, al ser derribada, mostró una escena que dejó sin hablar a los intrusos.

En una cámara se amontonaban cientos de objetos cubiertos de placas de oro: divanes, carruajes, canoas, y otros espectaculares tesoros regados por el piso, señal de que los saqueadores habían estado ya ahí.

En un muro se apreciaba otra puerta que conduciría a la siguiente cámara, esta vez, la mortuoria.

Al abrir esta nueva puerta, en febrero 17 de 1923, los arqueólogos se encontraron con una nueva sor­presa: todo el cuarto estaba ocupado, excepto por un estrecho espacio a lo largo de las paredes, por un re­cinto ligeramente menor con la entrada sellada.

En realidad, se trataba de cuatro recintos más, imbricados uno dentro del otro, a la manera de cajas chinas.

Pero Lord Carnavon no vivió para maravillarse ante los hallazgos que aún le aguardaban. A causa de un piquete de mosquito de la malaria que se le infectó, murió apenas dos meses más tarde.

CarterandTut Después de vencer varias dificultades burocráticas, Carter abrió y desarmó con cuidado los últimos recintos, hallando en el interior el sarcófago de cuar­cita blanca con una tapa de granito rosado de más de media tonelada; dentro del mismo estaban otros tres lujosos ataúdes antropomorfos, el más interior, de oro sólido.

Ahí yacía la momia del Rey, Tut, la cual, a causa de un error de sus embalsamadores, había sido carbonizada totalmente por una reacción química multisecular.

Todos los tesoros y hallazgos fueron entregados al museo de El Cairo. La momia fue devuelta a su tumba.

¿MALDICIÓN?

Recientemente, una revista racionalista canadien­se -llamada muy apropiadamente La Raison– publi­có un interesante estudio sobre la supuesta maldición que alcanzó a los descubridores del sepulcro del infortunado Tutankamen.

Lord Carnarvon, con efecto, fallece un poco antes de la apertura del sarcófago.

El piquete infectado, en una época en que no existían antibióticos, realmente implicaban la, condena a una muerte segura.

Otras dos personas, que tuvieron que ver con el hallazgo, murieron antes de cinco años. Georges Benedit y Arthur C. Mace fallecieron de pulmonía des­pués de entrar y salir en diversas ocasiones de la tumba; pero esto es explicable, ya que dentro de la cripta la temperatura era de unos 10 grados centígrados, mientras que, en el exterior, el termómetro llegaba a los 45 grados.

carter5 El principal investigador, Howard Carter, quien fue el que penetró por primera vez a la tumba, mu­rió hasta el 2 de marzo de 1939, (17 años después). En cuanto a los otros investigadores participantes: Lucas, Burton, Engelbach, Lacau, Gardiner, murieron entre 1943 y 1963. El más viejo tenía ya 80 años.

En resumen, de los diez principales descubridores .de tumba de Tutankamen, dos estaban vivos cuarenta años después de la apertura de la tumba»¦ un plazo muy largo para cualquier maldición que se respete.

A la caza de seudociencias

La Prueba de Bunge

A LA CAZA DE SEUDOCIENCIAS

Por Mario Méndez Acosta

A la disciplina que se dedica al estudio de la actividad científica, analizando lógicamente sus procedimientos y validando con rigor su metodología, se le ha nombrado metaciencia. No viene a ser otra cosa que una aplicación muy detallada de la lógica simbólica moderna. Abunda en aspectos como el estudio de la validez de la explicación científica y la correcta construcción de hipó­tesis, teorías y leyes generales o descriptivas concernientes a fenómenos científicos.

MarioBunge El filósofo argentino Mario Bunge ha profundizado en el desarrollo de la metaciencia y expone su trabajo en la obra La investigación científica (Ariel; Barcelona, 1983).

Las diferentes escuelas metacientíficas pueden cali­ficarse, según Bunge, por la cantidad de teorías que le permitan pasar a una teoría científica cualquiera sujeta a su análisis.

Esa es una de las razones por las que Bunge se ha dedicado con esmero al estudio de las diferentes seudo­ciencias o disciplinas charlatanescas que han proliferado en nuestro siglo. Según él, esta actividad constituye el mejor campo de pruebas posible para cualquier doctrina que pretenda normar o describir formalmente a la investigación científica legitima.

Bunge ha determinado una lista de características que debe reunir toda doctrina o campo cognoscitivo para poder llamarse ciencia. Una doctrina que no reúna esas condiciones, y que afirme ser científica, definirá a una seudociencia. En un artículo previo aparecido aquí el día 2 de julio, se detallaron estas características, las cuales constituyen la Prueba de Bunge para comprobar la cientificidad de cualquier disciplina.

Bunge aplica su prueba a algunas doctrinas pretendidamente científicas y de gran difusión y aceptación en la actualidad con resultados interesantes.

PARASICOLOGlA

El caso de la parasicología es particularmente significativo, porque se trata de una disciplina que, al revés de lo que ocurre con muchas seudociencias, utiliza frecuentemente la estadística; cuenta con laboratorios de experimentación y publica regularmente los resultados de sus pruebas. Sin embargo, Bunge le encuentra deficiencias esenciales respecto a muchas de las condicio­nes que debe cumplir una actividad científica.

El dominio de la parasicología incluye reconocidamente, a entidades inmateriales tales como espíritus descarnados. El dominio de la ciencia versa únicamente sobre entidades reales.

Su visión general de la realidad entra en conflicto con el conocimiento científico, el cual se aplica a un conjunto de principios limitantes fuera de los cuales le es imposible actuar. Estos principios son: (I) no hay acontecimiento que carezca de base física; (II) el espíritu no es una sustancia muy sutil que pueda abandonar el cuerpo, propagarse en el espacio y obrar en la materia; el «espíritu» es simplemente el nombre de un complejo sistema de funciones del sistema nervioso; (III) ningún efecto preexiste a su causa, en particular, ningún men­saje puede recibirse antes de ser emitido; (IV) las leyes básicas de la física rigen sin excepción en cualquier lugar y en cualquier tiempo (V) todo conocimiento de cualquier hecho requiere de una percepción sensorial en algún momento. Señala Bunge que es inútil tratar de hacer ciencia por fuera de estos principios.

El fondo formal de la parasicología incluye la estadística. Sin embargo, los parasicólogos no son muy rigu­rosos en su uso. Consistentemente seleccionan la evidencia favorable de una serie de experimentos. No distinguen las coincidencias de la relación causa-efecto y no son dados a construir modelos matemáticos de sus sistemas hipotético-deductivos.

El fondo específico de la parasicología no hace uso de conocimientos de otros campos, como la física o la fisiología. Es más, los parasicólogos afirman que las ciencias están equivocadas o que no cubren los fenómenos síquicos.

Los problemas a resolver por la parasicología se reducen a uno solo: probar que existen fenómenos para­normales, o sea, hechos que no pueden ser explicables por la ciencia normal.

El acervo de conocimientos de la parasicología no incluye un solo hallazgo en firme, ni un solo dato confiable en telepatía, clarividencia, precognición o sicoquinesis y, menos aún, alguna hipótesis verosímil para explicar los mecanismos de esos supuestos fenómenos. Lo único que pueden afirmar es que sus datos son anómalos, o sea, inexplicables por la ciencia actual. No existe tal cosa como la Primera Ley de la Clarividencia o la Segun­da Ley de la Telepatía o la Tercera Ley de la Sicoquinesis.

El objetivo final -no siempre confesado- de la parasicología es apoyar antiguos mitos o sustituir a las religiones que declinan. No intenta fijar leyes y teorías que sirvan para entender y pronosticar.

Los métodos de la parasicología han sido escrutados por científicos, estadísticos y magos de escenario por más de un siglo e, invariablemente, se ha hallado que son defectuosos. Su mayor falla es, siempre, la falta de controles estrictos; derivada del deseo del experimentador de hallar lo que busca y no la verdad. Sin embargo, el engaño y los trucos han plagado desde siempre la parasicología. Desde aquél que pretende doblar las cucharas con la mente o el que supuestamente enseña a niños con los ojos vendados a leer con la piel; todos sin excep­ción han sido desenmascarados como estafadores en pruebas estrictas de laboratorio o ante verdaderos exper­tos calificados.

La parasicologia no forma parte del sistema del cono­cimiento humano. No hace ningún contacto con otros campos de investigación. Sus hipótesis ni siquiera intentan armonizar con otras hipótesis de otras disciplinas.

La parasicología no evoluciona. Por el contrario, sus supuestos hallazgos más difundidos se han visto desacre­ditados por investigadores cuidadosos que se han molestado en corroborar reportes e informes de hace ya algu­nas décadas.

Aunque cada experimento en particular que desarrolla la parasicología puede ser sujeto a contrastación o falsificación -demostrar que es falso-, en su conjunto la disciplina no es susceptible de ser refutada.

Si un supuesto síquico empieza a fallar ante un escéptico, el parasicólogo puede afirmar que el sujeto está cansado, que ha perdido su capacidad o que la negativa influencia síquica del supervisor ha neutralizado sus poderes.

A veces, un sujeto que intenta ir adivinando una serie de cartas o mensajes, en una prueba de telepatía, falla consistentemente; no obstante, el parasicólogo señala que puede estar leyendo la carta o el mensaje siguiente de una secuencia; es decir, que presenta el fenómeno de desplazamiento anterior, interpretable como un caso claro de profecía.

También ocurre que, si un supuesto síquico falla demasiado, entonces presentará un fenómeno de rechazo síquico… ¡también paranormal!

No hay posible falla. Siempre podrá cocinarse una explicación al fracaso. Simplemente la parasicología no es contrastable ni refutable… por lo que no es ciencia.

Pero la prueba de Bunge no sólo puede ser aplicada a disciplinas que acuden a explicaciones paranormales o mágicas. También doctrinas que actúan dentro del dominio de los fenómenos naturales pueden ser evaluadas y Mario Bunge somete a prueba al sicoanálisis. Eso lo veremos en la siguiente entrega.

Cada minuto nace uno…

Bromas Síquicas

CADA MINUTO NACE UNO»¦[1]

Por Mario Méndez Acosta

La necesidad de creer en algo mágico y maravilloso en este mundo puede conducir a las personas a hacer cosas realmente increíbles. En verdad, la, capa de racionalidad y escepticismo que nos cubre es bastante delgada, y la mayor parte de la gente estará dispuesta aceptar con alegría y sin necesidad de evidencia cualquier manifestación de lo sobrenatural. Esto ha permitido que muy recientemente varios bromistas -movidos por muy distintas razones- hayan pergeñado colosales engaños en diversos lugares en los que han caído literalmente miles de incautos.

LA PEQUEÑA MARAVILLA

TinaResch2 Por marzo de este año, la agencia internacional de prensa AP, hizo circular una fotografía donde una niña asustada veía volar frente a sí un aparato telefónico.

La nota que acompañaba a la imagen señalaba que la jovencita Tina Resch, de Columbus, Ohio, era pro­tagonista, o víctima, de ese impresionante fenómeno síquico conocido como poltergeist -fantasma juguetón- que consiste en que un niño supuestamente causa con la mente que los objetos de su casa vuelen por los aires o que se rompan en pedazos cristales, vasos o floreros.

Al enterarse del caso, y olfateando una buena historia, el periódico Columbus Dispatch endosó de inmediato el fenómeno y publicó una serie de sensacionales reportajes sobre la pequeña maravilla.

Varios parasicólogos confirmaron los prodigios antes de que se integrara un equipo de investigadores, formado por un mago y un físico, cuyo propósito era obtener una explicación a fondo del asunto.

Los padres de la jovencita no permitieron que estos escépticos se entrevistaran con la niña; sin embargo, después de una interesante labor detectivesca se logró poner .en claro algunos hechos muy significativos: Primeramente, se descubrió que la muchacha no permitía a nadie atestiguar directamente los fenómenos que ocasionaba. Todo el mundo debería estar de espaldas a ella y sólo podrían fotografiarla indirectamente, sin observarla por el ocular de las cámaras. .

Se logró obtener el rollo negativo de donde se ex­trajo la foto que hizo circular la AP. Al revelarlo, se pudo ver que en varios cuadros antes de la toma en cuestión la chica aparecía manipulando el teléfono y hacía girar el auricular sujetándolo por el cable

TinaResch1 Un camarógrafo del Canal 6 de Columbus dejó una cámara de videograbación funcionando y enfocando a la muchacha. La videocinta resultante mostraba a Tina tomando la pantalla de una lámpara de mesa y arro­jándola violentamente al piso. Al transmitir al día si­guiente la cinta, Tina explicó para alivio de la prensa, que sólo se trataba de una broma, pero que todo lo demás que hacia era real.

A pesar de esta confesión, tanto la prensa como los parasicólogos continúan afirmando que se trata de un caso genuino de sicokinesis espontánea repetida (SKER). A juicio de la revista científica Discover se trata más bien de un caso de TTPPP (Tina tomándoles el pelo a periodistas y a parasicólogos).

PILOTOS JOCOSOS

Desde principios de 1983 miles de habitantes de las áreas rurales de Nueva York eran aterrorizados por extrañas y casi cotidianas apariciones en los cielos noc­turnos. Numerosos reportes, y hasta fotografías, atestiguaban que en los cielos del valle del Hudson aparecía repetidamente un enorme platillo volador iluminado.

Generalmente se informaba de un gran objeto de­lineado por luces de diversos colores y que asumía diversas formas como de óvalo, círculo o de bumerang. Las descripciones de los testigos eran realmente sobrecogedoras y agregaban cada vez más detalles extra­ños a la visión. Automovilistas, pilotos de aviación y policías corroboraban los numerosos avistamientos. Por supuesto, los principales investigadores sobre ovnis, como Hynek y Gersten, avalaron con entusiasmo la autenticidad del fenómeno.

Sin embargo, fue el humilde reportero Glenn Garelik, de la revista Discover, quien desenmascaró a los inventores de esta broma y echó a perder el misterio.

Stormville Después de una agotadora investigación, Garelik descubrió que varios pilotos aficionados de la zona, agrupados en la localidad de Stormville, habían decidido perpetrar el engaño. «Lo único que tenían que hacer era volar en formación con sus avionetas Cessna 152 -peligrosa demostración de gran habilidad, por cier­to-. Con las luces de navegación encendidas en la noche se lograba el efecto deseado del contorno del gigantesco ovni. Posteriormente, al apagarlas todos al mismo tiempo se lograba el efecto reportado por mu­chos testigos de la desaparición súbita de la enorme «nave espacial».

Claro que una vez revelado el engaño no faltaron quienes afirmaron habérselo imaginado desde un prin­cipio, pero la realidad es que prácticamente todos los involucrados cayeron redondos en el engaño. En el valle del Hudson sólo queda una marca de hamburguesas ovni como recuerdo de la malograda visita cósmica.

MALDADES DÉ UNOS ESCÉPTICOS

Pero el privilegio de urdir espectaculares bromas y engaños no tiene por qué quedarse en manos de los charlatanes, y de los desocupados.

Durante los años recientes, Australia ha sido vícti­ma de una autentica invasión de brujos, videntes, sí­quicos y taumaturgos de distintas especies. Por otro lado, es fama también que la prensa australiana, junto con su televisión, son quizá unas de las más amarillistas del mundo. Por supuesto, los charlatanes son siempre bienvenidos en los medios australianos.

Para contrarrestar espectacularmente esta deleznable costumbre, un grupo de periodistas y científicos, austra­lianos protagonizó recientemente una colosal engañifa que sacudió al país de los canguros.

Steiner Primeramente, se anunció por todos los medios la visita a Australia de un prodigioso síquico, capaz de realizar los más maravillosos fenómenos paranormales como precognición, telequinesis, visión a distancia y telepatía. Se convenció a un prestigiado columnista, por supuesto escéptico, para que ayudara a dar credibilidad al engaño. El columnista, famoso por su honorabilidad y terrible temperamento -una especie de Nikito aus­traliano- lanzó entonces una serie de indignadas de­ de­nuncias contra el presunto charlatán. Sin embargo, el falso síquico no era otro que un mago e investigador californiano llamado Robert Steiner, que amablemente se prestó al engaño.

El prodigioso taumaturgo llega entonces a Austra­lia, ofrece conferencias de prensa, lo entrevistan en radio y televisión y hace una serie de apariciones en persona en grandes teatros. Ahí, adivina números de teléfono, pensamientos, el paradero de perros perdidos, etcétera.

Después de semanas de doblar cucharas y levitar objetos, el maravilloso síquico se presenta, al fin, en el programa de TV de más auditorio en Australia. Ahí, ante millones de televidentes, confiesa todo. Se trata de un engaño. El es un simple mago y los ha embauca­do… Tal y como lo hacen todos los demás charlatanes.


[1] Publicado en Excélsior, domingo 9 de diciembre de 1984