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Viaje a las estrellas

VIAJE A LAS ESTRELLAS[1]

Mario Méndez Acosta

Para la persona común, la posibilidad de que el ser humano o alguna especie inteligente extraterrestre viaje de una estrella a otra, o hasta de una galaxia a otra, es cuestión de unos cuantos días «“o meses, en el peor de los casos-; es algo que está fuera de toda duda. Tal convicción es la base fundamental de la creencia, tan extendida, de que los llamados ovnis son precisamente naves extraterrestres que nos visitan por miles todos los días del año, en los diversos lugares del planeta, sin intentar -curiosamente- establecer contacto o con nuestra civilización.

Fermi Por el contrario, para quien ha tenido oportunidad de estudiar física moderna ­»“en especial la teoría relativista- y la cosmogonía actual, la impresión al respecto es la inversa. Las dificultades verdaderas que se oponen al viaje interestelar expedito son, para la mayor parte de los científicos modernos, prácticamente insuperables. Se resume su actitud en la pregunta que se hizo Enrico Fermi, desmintiendo la existencia de civiliza­ciones con la capacidad del viaje interestelar en las regiones cercanas dentro de nuestra galaxia: «¿En dónde están?», con lo que subrayó ­así que, de existir, su presencia sería inocultable tanto para los científicos como para la opinión pública.

ArthurCClarke Desde luego, para quienes han hecho un modus vivendi comercial de la promoción de la creencia popular en el origen extrate­rrestre de los ovnis, y que han establecido verdaderas sectas semirreligiosas sobre esta superstición, el problema del viaje inter­estelar es inexistente. Aseguran que para una tecnología muy avanzada ello no representa un problema. Al respecto se ha rescatado una de las afirmaciones del escritor Ar­thur C. Clarke, quien asegura que para cualquier civilización, una muestra de alguna tecnología muy superior resulta indistinguible de la magia. Esto es verdad; pero también cabe señalar que ningún avance tecnológico, logrado aquí, en la Tierra, ha violado o refutado alguna de las leyes fundamentales de la física. Así, a menos de que nuestro conocimiento de las leyes fundamentales de la naturaleza se halle profundamente equivocado, no es previsible un cambio tecnológi­co que permita saltarse con facilidad las terminantes restricciones que se ha detectado existen, por ejemplo, viajar a una velocidad mayor que la de la luz.

Hay, en efecto, algunas posibilidades teóricas de burlar esta restricción; pero todas, sin excepción, requieren del consumo de una cantidad excesivamente elevada de energía. Lo anterior haría que el costo de incluso el viaje interestelar rápido más corto se hiciese insufragable, aun para los recursos disponibles en una civilización avanzada por varios miles de años respecto a la Tierra.

Sin embargo, el viaje interestelar «len­to», es decir a velocidades muy inferiores a la de la luz, sí es algo factible, y la mayor parte de los futurólogos han contemplado su posi­ble intento en no más de un siglo hacia el por­venir. Para lograrlo habrá que utilizar dos posibles caminos: uno sería el de la hibernación de los tripulantes, quienes deberían estar dispuestos a dormir congelados durante varios siglos, hasta alcanzar algún destino interesante en las cercanías de nuestra galaxia. El otro camino es el de la construcción de arcas espaciales autosuficientes en oxígeno, energéticos, agua y combustibles, como para que varias ge­neraciones naciesen y murieran a bordo antes de alcanzar ese destino estelar remoto. Por tal medio se ha calculado que la especie humana podría colonizar toda la galaxia en no más de 2 o 3 millones de años, un tiempo en verdad reducido en las escalas geológica y cósmica.

Algunos han propuesto la posibilidad del viaje instantáneo, aprovechando un hipotético salto cuántico, a distancias arbitraria­mente lejanas, de todas las partículas subatómicas que forman nuestro organismo. Esto se denomina teleportación y se enfrentaría con algunos obstáculos teóricos fundamentales. En primer lugar no existe un solo caso de que alguna partícula subatómica se haya transportado a través del llamado efecto «túnel», factible según la mecánica cuántica, que se pretende aprovechar en esta propuesta, más allá de una distancia ultra-microscópica.

Por otra parte, se requeriría en el lugar de destino algún tipo de aparato receptor que permita recibir las partículas y construir el or­ganismo en cuestión. Finalmente, lo más com­plejo de un ser vivo es la información indis­pensable sobre la distribución relativa de cada una de las partículas subatómicas que lo for­man respecto a todas las demás. Tal informa­ción no va incluida en cada una de las partí­culas teleportadas, por lo que si no hay una manera de enviarla, lo único que se recibiría en el lugar de arribo sería una nube difusa de partículas aisladas que pronto se esparciría sin dejar huella. El óvulo fecundado de un ser hu­mano lleva en su material genético toda la in­formación para reconstruir un ser completo; no así sus partículas subatómicas. Las relacio­nes entre objetos son información pura, la cual no puede teleportarse. Hay otra consideración filosófica interesante que señala que si un hu­mano es teleportado, no se puede asegurar que lo que se reconstruya en el lugar de recepción no sea sino un duplicado exacto del viajero; pero de ninguna manera es el que inició el via­je quien, en verdad, ¡muere en el trayecto!


[1] Este artículo apareció en la serie «La Ciencia y sus rivales» en el número 115 de Ciencia y Desarrollo, (Conacyt), marzo-abril 1994, página 104.

Los bebés de piedra: Litopedion

LOS BEBÉS DE PIEDRA: LITOPEDION

Podrían escribirse varios titulares al estilo del Weekly World News: «Bebé de 50 años de edad», «Mujer con 40 años de embarazo», «Mujer da a luz una piedra»»¦ Pero, aunque suene amarillista en realidad es desgarrador y terriblemente trágico. Se trata de una condición médica llamada Litopedion, y lo más abrumador es que es un fenómeno no tan raro (se calcula que ocurre una vez en cerca de 20,000 embarazos) y que aparece en todo el mundo.

Litopedion1 El Litopedion (del griego Litho = piedra; Pedion = niño), o literalmente «bebé de piedra», ocurre usualmente cuando un óvulo fertilizado se adhiere a cualquier lugar fuera del útero (ya sea un embarazo ectópico o abdominal), el feto puede comenzar a crecer, pero no puede sobrevivir y muere. Los casos de litopediones parecen implicar una detención del desarrollo del feto.

En muy raras condiciones, principalmente si el feto es lo suficientemente grande como para evitar su expulsión o absorción, entonces comienza a calcificarse. Esta calcificación se produce por vía subcutánea, y normalmente se envuelve en adherencias (tejido cicatrizal). El sistema inmunológico de la madre eventualmente reconoce al feto como un objeto extraño y, para protegerla de una posible infección, reacciona revistiendo el feto con una sustancia «calciferosa» mientras los tejidos mueren y se deshidratan.

clip_image002Mientras se acumula la pared «calciferosa», el feto se convierte en un litopedion momificado o bebé de piedra. Pero para eso es necesario que pase tiempo asintomático y se escape al diagnóstico médico. Entonces el feto y/o su membrana entran en un proceso de petrificación.

El litopedion puede producirse a partir de la semana 14 de gestación y hasta el término. Toma mucho tiempo para acumular suficientes depósitos de calcio que lo convierten en piedra. No es raro que un bebé de piedra permanezca sin diagnosticar durante décadas, y con frecuencia no es hasta que un paciente es examinado por otras condiciones o se lleva a cabo un examen, que incluya una radiografía.

clip_image002[7]La calcificación no sucede con los tumores, porque son células viables que no son reconocidas como extrañas por el sistema inmunológico. Tampoco sucede con una bala, porque no es posible calcificar una pieza sólida de plomo. El proceso no es exactamente el mismo al de la fabricación de una perla por una ostra. Si así fuera, entonces una bala podría ser envuelta y transformada en «piedra» en el cuerpo. Es más parecido a lo que ocurre con la placa sobre los dientes, que calcifica y se elimina por una limpieza dental.

Para que se desarrolle un litopedion se necesitan ciertas condiciones:

1) Embarazo extra-uterino;

2) Muerte fetal después de 3.5 meses de embarazo;

3) El huevo debe ser estéril;

4) No haber diagnóstico precoz;

5) Permanecer en condiciones asépticas;

6) Deben existir las condiciones locales para la precipitación de calcio (depósito).

clip_image002[9]El desarrollo de este embarazo es el mismo que para los embarazos abdominales intrauterinos hasta la muerte fetal. Después de este tiempo, ocurre la deshidratación de los tejidos, la infiltración de calcio y se inicia el proceso de petrificación el cual, según R.D»™Aunoy y E. L. King[1], consiste en:

«¢ Esqueletomización, donde sólo permanecen los huesos del feto después de la desintegración y absorción de las partes blandas.

«¢ Adipocere, donde las partes blandas son reemplazadas por ácidos grasos, jabones y ceras de ácidos palmítico y esteárico.

«¢ Supuración, el feto es destruido después de la formación de un absceso, por lo regular debido a una infección por E. coli. En estas circunstancias el absceso puede desprenderse a la vagina, el recto u otras partes de los intestinos, y los huesos fetales pueden descargarse a través de cualquiera de los orificios del cuerpo, incluyendo la boca

«¢ La formación del verdadero Litopedion que ocurre si el feto permanece estéril y comienza a ser infiltrado por sales de calcio.

F. Küchenmeister[2] los clasifica, según las estructuras calcificadas, en tres tipos:

1) Lithokelyphos o litokeliposis (litho = piedra, kelyphos = concha): sólo se calcifica la membrana ovular y el feto puede estar en diferentes etapas de descomposición;

2) Lithokelyphopedion o litokelitopedion: ambos están calcificados, es decir, el feto y las membranas ovulares;

3) Litopedion: sólo el feto está calcificado.

Aquellos interesados en el diagnóstico pueden consultar la nota al pie de página[3].

CASOS HISTÓRICOS

Litopedion2 Hay menos de trescientos casos señalados en la literatura médica acumulada a lo largo de unos 400 años.

El litopedion más antiguo se encontró en una excavación arqueológica, con fecha de 1100 aC.

En los noventa, durante una excavación en el antiguo Bering Sinkhole, en Texas, el arqueólogo de la Universidad de Texas, profesor Leland Bement descubrió los restos bien preservados de lo que al principio parecía una mujer con alguna clase de bebé momificado. Una inspección posterior reveló algo más interesante. Los patólogos Christine y Bruce Rotschild confirmaron que se trataba de un litopedion de 3100 años de antigüedad[4].

Litopedion3 Similarmente en 1996 se encontró un feto del siglo IV en Costebelle, Francia. Al principio se pensó que era un caso de sífilis congénita, pero luego se confirmó que era un feto calcificado de siete meses.

La condición fue descrita por primera vez en un tratado de cirugía («Kitab al Tasrif») del médico árabe Abul-Qasim Khakaf ibn al Abbas al Zahravi, más conocido como Albucasis en el siglo XI. Albucasis vivió en Córdoba, España (936-1013). Su artículo fue publicado en Venecia, en 1497, poco después de la invención de la imprenta. Fue reimpreso en Oxford en 1779. El registro establece que los huesos fetales pasaron a través de la pared abdominal de la madre, pero que ésta se recuperó.

Litopedion4 En 1557, el médico de Estrasburgo Israel Spach, citado por Bainbridge[5], en su texto ginecológico (Nomenclator scriptorvm medicorvm) incluyó una ilustración de un litopedion in situ (es decir, dentro de un útero abierto de una mujer). Spach relacionaba esto al mito del diluvio helénico. Según esta leyenda el mundo fue repoblado por los dos sobrevivientes: Deucalión y Pirra, quienes arrojaron piedras sobre sus hombros: los guijarros que arrojó Deucalión se convirtieron en hombres, y las piedras que lanzó Pirra se transformaron en mujeres.

Sach escribió este epígrafe: «Deucalión aventó piedras detrás de él y, por tanto, creo nuestra raza de mármol. ¿Cómo es que en nuestros días se invierten las cosas, el cuerpo de un pequeño bebé que tiene extremidades similares a la piedra?»

Sens En 1582 fue encontrado un feto de 28 años de edad, en una mujer francesa. En el siglo XVI varios médicos se ocuparon de esta enfermedad, como por ejemplo Horstius y N. Polinus (Silesia Chronicle). Otros casos antiguos fueron los reportados por Venetiss (De Medica Historia. Mirabili Libri Sex) en 1595 y Denesingeus en 1661. Un caso famoso ocurrió en la ciudad de Sens y fue reportado en Gynaeciorum por Mauritius Cordaeus en la primera parte del siglo dieciséis, se encontró el feto cuando murió el paciente. En 1540 Christopher Bain, el «cirujano viajero», operó a una mujer italiana y le extrajo el esqueleto de un bebé varón. La mujer sobrevivió y tuvo más hijos. En 1721, Anna Mullern, de 46 años, antes de su muerte declaró haberse auto embarazado. Ella pidió que a su muerte, ocurrida a los 94 años, fuera abierta. Un cirujano la abrió con un hacha y encontró un litopedion que había estado presente, probablemente, por más de 60 años.

clip_image002[11]La primera operación en EU para retirar un litopedion fue realizada en 1759 por John Baird en Nueva York. Los detalles los registra Fothergill[6].

En enero de 1813 la mujer campesina, Randi Jonsdatter, de Kvikne en Hedmark Noruega, habían estado embarazadas durante 10 años. Un día se resbaló en su corral, y poco después «dio a luz» los restos descompuestos de un niño de piedra a través de una incisión por encima de su ombligo. La mujer, que tenía alrededor de 50 años, vivió durante muchos años después del «nacimiento».

clip_image002[13]Se trata del primer caso conocido de un litopedion noruego. El caso está documentado en una carta escrita sólo tres meses después del evento. Esta carta está archivada en la Biblioteca Nacional de la Colección de Manuscritos Noruegos. El caso también fue publicado por el médico Christian Stengel de las minas Røros, en la revista médica Eyr en 1827[7].

Sólo se conocen otros dos casos, en Noruega, de 1858 y 1885[8].

«Memoir on Extra-uterine Gestation», de William Campbell, publicado en Edimburgo en 1840, es una mina de información[9].

CASOS EN EL SIGLO XX

Zahra1 Un caso presentado recientemente en el Discovery Health Channel en un programa titulado «Embarazada durante 46 años»[10].

En 1955 en una pequeña aldea de las afueras de Casablanca, Marruecos, Zahra Aboutalib, de 26 años de edad, está embarazada de su primer hijo. Espera dar a luz en su casa, pero después de 48 horas de trabajo penoso, se apresura al hospital local. Los médicos le informan que le deben hacer una cesárea. En la clínica Zahra escucha los terribles gritos de dolor de una mujer apunto de parir. Las enfermeras le dicen que la mujer murió. Zahra huye del hospital temiendo tener la misma suerte, si se queda.

Zahra2 En los días siguientes, Zahra sigue sufriendo dolores de parto insoportables, pero el bebé sigue estando decididamente en su seno. Después de unos días más, los dolores cesan y el bebé deja de moverse.

En la cultura marroquí, se cree que un bebé puede dormir en el interior de la madre para proteger su honor. Zahra cree en este mito y se olvida del embarazo. Adopta tres niños que, a su debido tiempo, la hacen abuela.

Zahra3 Muchos años más tarde, cuando Zahra tiene 75 años, regresan los dolores de repente. Uno de sus hijos, preocupado por el bienestar de su querida madre, la lleva con un especialista, el profesor Taibi Ouazzani, de la ciudad de Rabat. Él sospecha que lo que sobresale del vientre es causado por un tumor de ovario y la prepara para hacerle una exploración por ultra-sonido. La prueba pone de manifiesto una gran masa que no se puede identificar.

clip_image002[15]Zahra es enviada a un especialista radiólogo para una segunda opinión. Él puede ver una estructura calcificada de algún tipo, pero se necesitó de un detallado estudio de resonancia magnética para ver que era el bebé que Zahra había concebido 46 años antes.

Zahra había tenido un embarazo ectópico, donde el óvulo se había implantado en la trompa de Falopio. El feto que se desarrolló, rompió la trompa de Falopio y se siguió desarrollando en la cavidad abdominal. Sobrevivió uniendo su placenta a los órganos vitales alrededor de su estómago.

clip_image002[17]El profesor Ouazzania se enfrenta a una decisión difícil a la hora de decidir si es seguro tratar de eliminar el feto. Finalmente decide operar. Al final descubre que el feto se había calcificado y es un nódulo sólido y duro. Es, en esencia, un bebé de piedra. Lo preocupante es que se ha fundido con la pared abdominal y sus órganos vitales.

Después de casi 4 horas, los cirujanos consiguen eliminar el feto calcificado de Zahra y la operación es un éxito. El feto pesó 7 libras y midió 42 cm de largo.

clip_image002[19]En 1960 J. W. Woodbury y J. C. Jarret[11] reportaron un paciente que retuvo en su abdomen un litopedion por más de 13 años. También refieren un reporte de un litopedion intrauterino extraído mientras «estaba enroscado alrededor del cuello de su gemelo vivo».

La doctora Lillian A. Chase, relata el caso de una mujer, que fue atendida en el Sunnybrook Hospital, de Toronto, el 9 de febrero de 1966[12].

Mexico3 La mujer había nacido en 1912 en Jamaica. En 1957 notó una hinchazón en su abdomen que tenía movimientos fetales. Ella ya había tenido otros dos hijos, pero no pensó estar embarazada pues continuaba sangrando. Pero como los periodos duraban entre 15 y 21 días y los sangrados eran abundantes, tuvo que ser cateterizada en un hospital de Kingston.

Mexico4 Después de algunos meses dejó de sentir los movimientos, pero continuaban los sangrados y dolores.

Luego de permanecer en una lista de espera por más de 8 meses, finalmente fue admitida en el hospital en donde la operaron. Ella no supo qué tipo de operación le hicieron, pero dejó de sangrar y de sufrir los dolores abdominales. Regresó al trabajo. Su vientre había decrecido, pero ella seguía sintiendo una masa. Su médico le dijo que no era importante. Luego de la operación nunca volvió a tener su periodo.

Canada1 En 1961 emigró a Inglaterra y finalmente en 1965 llegó a Canadá. Los problemas se volvieron a presentar y finalmente fue admitida en el Sunnybrook Hospital en donde se descubrió la presencia de un feto en su abdomen. El 15 de febrero se le realizó una laparotomía y se le extrajo una masa calcificada de forma oval de 8 X 4 X 3 cm. La diagnosis patológica fue «omentum calcificado y placenta degenerada».

Canada2 En 1995, la revista médica The Lancet informó que una mujer de EU, de 92 años de edad, tenía un litopedion dentro de su cuerpo. En 1999, el Madigan Militar Hospital de Washington, DC, dijo que una mujer de 67 años de edad tenía un feto calcificado de 39 años.

Masson y Simon[13] reportan 9 litopediones en 44 casos de embarazo extrauterino en la Clínica Mayo de 1903 a 1926. King describe sus experiencias con 12 casos de embarazos extrauterinos avanzados durante sus 25 años en China. Una paciente pasó por el recto lo que ella pensaba era el hueso de un pollo; era el fémur de un feto. Auvray reporta el único caso de litopedion en el cual se desarrolló un carcinoma.

CASOS EN EL SIGLO XXI

Brasil2 En el 2000, en Brasil, se informó de una mujer de 40 años de piel morena que se quejaba de dolor en el abdomen inferior. La mujer informó que 18 años antes había tenido un embarazo y que en el tercer trimestre comenzó a sentir fuertes calambres en la parte inferior del abdomen al mismo tiempo que dejó de sentir los movimientos del feto. No asistió al médico y semanas después arrojó una masa de color rojo oscuro a través de la vagina. Ella pensó que era la placenta. Unos meses después comenzó a sentir dolor en la parte inferior del abdomen y buscó asistencia médica.

Brasil3 Cuando le sacaron radiografías y una tomografía computarizada se encontró que los ovarios estaban vacíos pero había un feto de 31 semanas (determinado a partir de la longitud del fémur) en una rama de un vaso sanguíneo mesenterio. El feto estaba disecado y parcialmente calcificado. Midió 15 x 25 centímetros y pesó 1,890 gramos.

En ese mismo año una mujer negra de Sudáfrica, de 80 años de edad, se presentó en el departamento ambulatorio con un fuerte dolor abdominal. Una radiografía demostró el esqueleto de un feto extrauterino plenamente desarrollado y envuelto en un manto de calcificación. La mujer dijo que ella había sentido esta masa por lo menos 40 años. El feto tenía 34 semanas[14].

Canada3 En Malongo, un poblado en el río Congo, en Zaire, una mujer de 37 años que ya había tenido ocho embarazos regulares con cinco hijos vivos, se presentó en un hospital para que revisaran una gran masa abdominal. Al ser intervenida se encontró un feto calcificado de unas 32 semanas de embarazo intra-abdominal, con un peso de cerca de 2 kilos. La mujer dijo que había estado embarazada tres años atrás y todo parecía ir bien, pero «el bebé nunca salió» [15].

En China, una mujer de 68 años llegó a un hospital con una masa abdominal. Ella dijo que había quedado embarazada a los 28 años y que su embarazo había seguido hasta los 10 meses, cuando sufrió una hemorragia vaginal sin signos de labor. Debido a dificultades de acceso a médicos y hospitales, se quedó en casa y buscó medicina alternativa como hierbas. Después de algún tiempo el feto dejó de moverse y el abdomen se redujo, pero se desarrolló la masa palpable. Dos años más tarde, quedó embarazada nuevamente y dio a luz una niña.

Canada4 Los médicos encontraron que la masa era una superficie brillante, de piedra dura calcificada. Después de descalcificarla, la masa se seccionó y vieron que estaba compuesta de tejidos momificados, huesos y cartílagos que eran compatibles con los huesos largos y las costillas de un feto.

En el 2000 se supo de un caso en Taipei. Los médicos en el Hospital General de Veteranos descubrieron un feto «fosilizado» en el abdomen de una mujer de 76 años de edad, llamada Huang Yijun. La mujer sufría de cáncer (neoplasia) de cuello uterino y mientras la operaban para removerlo de su vientre, encontraron el feto.

Canada5 Yu Chien-jen, jefe del departamento de ginecología del hospital, dijo que el 31 de diciembre de 1999, los médicos encontraron el litopedion de 20 gramos (el peso medio de un feto de 20 semanas es de aproximadamente 300 gramos) y 12 centímetros de largo. Dijo que el feto parecía haber muerto en la semana 20 del embarazo, cuando se trasladó del vientre de la madre a su abdomen.

Huang dijo a la prensa que no tenía dinero para retirar su feto después de que los médicos le dijeron que había muerto en su interior en 1948. Luego, en 1950, Huang y esposo su esposo de 83 años de edad, emigraron de la China continental a Taiwán. Ahí detectó por primera vez el tumor, pero los médicos le dijeron que el tumor era benigno y no tenía que ser eliminado si no deseaba tener más hijos. Huang decidió no eliminar el tumor, porque ella y su esposo no tenía suficiente dinero para apoyar a un tercer hijo.

Huang En el 2005 se informó de un ama de casa, de 31 años, de Curaren, Francisco Morazán, Honduras, a quien se le descubrió un Litopedion. La mujer había tenido 8 embarazos (5 hijos vivos y 3 abortos). Su primer parto fue a los 18 años.

La mujer se presentó en el hospital, por dolores en el vientre, dos meses después de su parto más reciente. Los médicos encontraron un feto putrefacto, momificado en descomposición con acumulación de 200 ml de secreción purulenta y fétida. La masa pétrea midió 17.8 x 12 cm y pesó 1,300 g.

LITOPEDION EN LA CULTURA POPULAR

India En 1944 Samuel Hopkins Adams publicó su novela Canal Town, que cuenta de un joven doctor que diagnosticó el embarazo de la hija soltera del líder del pueblo. La mujer nunca dio a luz, pero después de morir de cólera, su cuerpo fue exhumado, y el doctor, previamente castigado por el padre, le mostró el litopedion. La historia está basada en un espécimen que ahora está en el museo de la Escuela de Medicina de Albany, en Nueva York. El relato de este caso se basa en un reporte del doctor Davis Little (1768-1852) a la Albany County Medical Society, y apareció en The New Yorker, el 10 de diciembre de 1938.

El escritor italiano Giorgio Manganelli se dirige a su lector como un «conversevole litopedio» (litopedion conversacional) en su tratado Hilarotragoedia de1964.

Tyre «Within the Walls of Tyre», una historia corta, de Michael Bishop, nominada pera el premio World Fantasy de 1978, es sobre una mujer que acaricia en secreto su litopedion de décadas.

En uno de los episodios (Chelo»™s Burden) de la serie de novelas gráficas mexico-americanas, Love and Rockets, de los hermanos Hernández, Gilbert Hernández describe un personaje central, Chelo, que durante décadas se queja de calambres en el estómago, que finalmente se atribuyen a un litopedion.

En la novela de Will Self del 2000, How the Dead Live, el personaje central Lily Bloom, muere de cáncer y viaja al más allá acompañada por su espíritu guía aborigen, Phar Lap Jones, su hijo muerto a los 9 años, Rude Boy, y un litopedion cantante.

Litopedion5 En el episodio In the Dark de Law & Order: Criminal Intent, una mujer de mediana edad, en las primeras etapas de demencia, que cree que tiene una hija viva, en algún lugar. Su novio cree que tiene una hija de unos 32 años y asesina a desposeídos para demostrarle su amor y para vender partes de los cuerpos. Al final se descubre que la mujer tiene un litopedion.

El episodio tres de Nip/Tuck, lleva el título de «Joy Kringle». Joy Kringley es la esposa de un hombre que trabaja como Santa Claus en un centro comercial. La pareja se ha puesto a dieta, pero la señora Kringle ha tenido algunos problemas para bajar de peso, por lo que decide hacerse una liposucción. Durante la cirugía, Sean y Christian encuentran un bulto en el estómago. Se trata de un litopedion. La señora Kringle confiesa su romance con uno de los ayudantes de su marido, uno de los elfos. Una vez que Santa se entera de la infidelidad de su mujer, la deja por una súper-modelo que trabajaba en Cinnabon.

Litopedion6 En la serie de televisión australiana All Saints, una persona con un bebé litopedion figuraba en el episodio que salió al aire el 10 de junio de 2008 (episodio 434, Under my Skin).

EPILOGO

La frecuencia de embarazos extrauterinos ha aumentado, sin embargo el diagnóstico de Litopedion es menos frecuente debido a la detección temprana de los embarazos abdominales.

Litopedion7 Hay otras condiciones relacionadas con el litopedion:

El fetus papyraceus, en la que el feto es uno de dos o más que comparten la matriz. Si el feto tiene más de ocho semanas en el momento de su muerte, y se mantiene en el útero, por lo menos diez semanas, puede someterse a este tipo de compresión mecánica que toma una apariencia aplanada, momificada con una superficie que se asemeja al papel pergamino.

REFERENCIAS

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[1] D»™Aunoy R. & King E. L., Amer. J. Obstet. Gynec., Vol. 3, 1922, Pag. 377.

[2] Küchenmeister F., Ueber Lithopedion, Arch. Gynaek., Vol. 17, 1881, Pags. 153-159.

[3] Aunque la mayoría de los casos permanecen asintomáticos durante años, puede ocurrir dolor pélvico, sensación de peso en el abdomen y síntomas de compresión que afecta sobre todo a la vejiga urinaria y el recto. Se han reportado algunas complicaciones asociadas después de una larga evolución asintomática: perforación de la vejiga y el recto; extrusión de partes fetales a través de la pared del abdomen, la vagina y el recto, obstrucción intestinal (debido a la colisión de partes del feto con el intestino o adherencia) y volvulus.

El diagnóstico se revela por una historia clínica sugestiva, una masa pélvica durante el examen físico, y con frecuencia, una radiografía del abdomen es suficiente para confirmarlo. La ecografía muestra una cavidad uterina vacía y una apariencia no específica de la masa abdominal, confunden el diagnostico. La tomografía computarizada (TC) y resonancia magnética nuclear definen claramente la patología y ayudan al diagnóstico de la adherencia y otros órganos afectados, aunque estas no son absolutamente necesarias. Algunos autores sugieren urografía excretoria y enema de rayos X para evaluar la compresión o alteraciones en los órganos o sistemas cerca de ella.

A menudo, el litopedion se diagnostica inicialmente como un quiste o tumor, y sólo se muestra como un feto calcificado si se retira. El diagnóstico se diferencia de otras masas calcificadas como los tumores de ovario, miomas, masas inflamatorias, tumores en el tracto urinario y vejiga, y calcificaciones de epiplón. Hay casos denunciados sin extirpación quirúrgica del litopedion. Debido a la posibilidad de complicaciones, incluso después de años de evolución, el procedimiento adecuado es la extirpación quirúrgica.

La cirugía es sencilla, con baja frecuencia de sangrado. No se ha informado de muerte intraoperatoria, incluso en personas mayores. Sin embargo, se recomienda extremo cuidado en el procedimiento quirúrgico con la ayuda de un cirujano general o urólogo, debido a la presencia de grandes cantidades de vasos sanguíneos abdominales y adhesión intestinal.

La aparición de un feto calcificado litopedion o puede ser evidente, si la maduración está avanzada. Esto puede ocurrir si hay retención del feto durante muchos meses más allá de la media de la gestación. Es importante recordar que un litopedion no necesita ser un gemelo. En un caso, se encontró un litopedion en una mujer de 94 años de edad, probablemente presente por aproximadamente 61 años.

En los casos relacionados en la literatura, la edad de los pacientes en la fecha del diagnóstico varió de 23 a 100 años, 2/3 de ellos tenían más de 40 años de edad. El período de retención del feto fue de 4 a 60 años. La muerte fetal se produjo entre los 3 y 6 meses de embarazo en un 20% de los casos, entre los 7 y 8 meses en el 27% y en el período completo en el 43% de los casos.

[4] Rothschild B. M., Rothschild C., & Bement L. C., Three-millennium antiquity of the lithokelyphos variety of lithopedion, Am. J. Obstet. Gynecol., Vol. 169, No. 1, Jul. 1993, Pags. 140-141.

[5] Bainbridge W. S., et al, Lithopedion: Case with review of literature, Amer. J. Obstet. Dis. Wom., Vol. 65, 1912, Pag. 31-52.

[6] Fothergill W. E., J. Obstet. Gynaec. Brit. Emp., Vol. 9, 1906, Pag. 67.

[7] Stengel C., Udfaldet af et tiaarigt Svangerskab, Eyr, Vol. 2, 1827, Pags. 134″“7.

[8] Ernst Bjerke: A pregnancy of 10-years duration

[9] Campbell W., Memoir on extra-uterine gestation, A & C Black LTd., Edinburgh, 1840.

[10] http://health.discovery.com/tvlistings/episode.jsp?episode=0&cpi=114743&gid=0&channel=DHC

[11] Woodbury J. W. & Jarret J. C., Abdominal lithopedion retained for 13 years. Case report with review, Amer. J. Obstet. Gynec., Vol. 80, 1960, Pag. 590-595.

[12] Chase A. L., Lithopedion, Canad. Med. Ass. J., Vol. 99, Aug. 3, 1968, Pags. 226-230.

[13] Masson J. C. & Simon H. E., Extra-uterine pregnacy, lithopedion, Surg. Gynec. Obstet., Vol. 46, 1928, Pag. 500-508.

[14] Lachman N., Satyapal K. S., Kalideen J. M., & Moodley T. R., Lithopedion: A case report, Clin. Anat. Vol. 14, 2001, Pags. 52-54.

[15] Folley Andrew, Stone Baby, http://www.obgyn.net/medical.asp?page=/ENGLISH/PUBS/ARTICLES/Stone_Baby

LRO demuestra que el hombre sí llegó a la Luna

LRO ve sitios de aterrizaje de Apolo

07.17.09

Lunar Reconnaissance Orbiter de la NASA, o LRO, ha enviado sus primeras imágenes de la luna de los sitios de aterrizaje del Apolo. Las fotos muestran etapas de los módulos de descenso lunar de las misiones Apolo posadas en la superficie de la luna, como largas sombras debidas a un bajo ángulo del Sol, lo que hace evidente la localización de los módulos.

La cámara del Lunar Reconnaissance Orbiter, o LROC, fue capaz de fotografiar cinco de los seis sitios Apolo, y se espera que los restantes 12 sitios Apolo se fotografíen en las próximas semanas.

El satélite alcanzó la órbita lunar el 23 de junio y captó los sitios Apolo entre julio 11 y 15. Aunque se había previsto que el LRO sería capaz de resolver los restos de la misión Apolo, estas primeras imágenes, son de antes de que la nave llegue a su órbita final de cartografía. Las futuras imágenes LROC de estos sitios tendrán dos o tres veces mayor resolución.

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Crédito de todas las imágenes: NASA / Goddard Space Flight Center / Universidad del Estado de Arizona

Puede seguir leyendo esta historia y viendo las fotografías en el siguiente sitio:

http://www.nasa.gov/mission_pages/LRO/multimedia/lroimages/apollosites.html

La NASA tomará fotos de los sitios de alunizaje

La NASA tomará fotos de los sitios de alunizaje, Fin de las Teorías de Conspiración

Por Jesús Díaz, Martes 7 de julio de 2009

Chúpense esta, teóricos de la conspiración, ya que pronto sus locas historias sobre que los EU simularon el viaje a la Luna serán descartadas para siempre. La NASA ha confirmado a Gizmodo que el Lunar Reconnaissance Orbiter tomará fotos de todos los lugares de aterrizaje del Apolo:

Jesús Díaz: ¿El LRO enviará imágenes de los lugares de aterrizaje en la luna cuando vuele sobre ellos?

Grey Hautaluoma (NASA Headquarters, Oficina de Asuntos Públicos): Sí, lo hará. No tenemos todavía un calendario para ver los sitios del Apolo, pero será en un futuro próximo.

Ahí lo tienen. Pronto tendremos fotos que muestren los restos de los Apollo Lunar Modules, también conocido como LEM (Módulo de Excursión Lunar.) Construido por Grumman Aircraft Engineering, el Módulo Lunar tenía 20.9 pies de altura, con un diámetro de 14 pies y un tren de aterrizaje de 29,75 pies.

Sin embargo, el Lunar Orbiter Reconnoissance sólo será capaz de tomar fotos de lo que se conoce como la fase de descenso, la parte inferior del LEM que albergó el sistema de propulsión principal. Esta parte se quedó en la superficie de la Luna, mientras que la Ascent Stage fue lanzada después de cada misión de encuentro con el módulo de mando en órbita alrededor de la Luna.

Otros restos dejados en la Luna incluyen los Lunar Roving Vehicles, utilizados en las misiones Apolo clase J: Apolo 15, Apolo 16 y Apolo 17. Ya que son de 3 metros de largo, el LRO será capaz de distinguirlos.

Por supuesto, los teóricos de la conspiración dirán ahora que todo es Photoshop y 3D.

http://gizmodo.com/5309453/nasa-to-take-photos-of-lunar-landing-sites-end-conspiracy-theories