El primer “disco volador” que se fotografió en Cuba

Grandes momentos del fotorreportaje cubano

Martes, 04 de Agosto de 2009

El primer «disco volador» que se fotografió en Cuba

 

Jorge Oller Oller

disco_volador01Dos de las fotografías logradas por Zincke.

Después de terminada la Segunda Guerra Mundial comenzaron a observarse en los cielos de nuestro mundo unos objetos volantes muy brillantes, de variadas formas y tamaños que viajaban, maniobraban y cambiaban el rumbo a velocidades vertiginosas. Eran inofensivos y huidizos y la prensa los bautizó con el nombre de discos o platillos voladores por la descripción que dio uno de sus primeros observadores. Los científicos que estudiaban estos fenómenos los llamaron OVNI, siglas de Objetos Voladores No Identificados y recibían diariamente cientos de reportes y fotos de todo el mundo de estos extraños artefactos.

En algunos lugares de nuestra isla también se avistaron estas cosas voladoras pero no se habían podido fotografiar hasta el jueves 17 de julio de 1952 en que el periódico El Imparcial de la provincia matancera y el diario vespertino habanero Prensa Libre desplegaron en sus primeras páginas, con grandes titulares, las fotografías exclusivas de un «disco volador» que había sobrevolado la ciudad de Matanzas captadas por el joven aficionado Guillermo Zincke. El Ejército de aquella provincia tomó cartas en el asunto y ocupó los negativos confirmando la veracidad de las imágenes.

Aquel día en la redacción del diario Avance su director y varios periodistas comentaban las fotos de los discos publicadas en Prensa Libre y les extrañó que solo el fotógrafo viera aquel objeto y tuviera tiempo de buscar su cámara para retratarlo. También era extraño que el Jefe del Ejército matancero avalara aquellas fotos. En medio de las interrogantes Agraz, reportero gráfico del periódico, se ofreció para ir a Matanzas, entrevistarse con el fotógrafo y ver cómo había logrado las discutidas imágenes. El director lo autorizó y al día siguiente temprano estaba en Matanzas. Por la tarde tenía listo su informe.

disco_volador02Titulares de la primera plana y fotos del diario El Imparcial de Matanzas del 17 de julio de 1952 con la noticia

El periódico Avance del sábado 19 de julio publicó en su primera plana el titular a ocho columnas: «Abren investigación sobre las fotos de discos voladores» y la siguiente información:

Nuestro compañero José Agraz, reporter gráfico de Avance, cuyos conocimientos y eficiencia profesional no resulta necesario encarecer, premiado dos veces en el certamen «Juan Gualberto Gómez», fue como enviado especial a Matanzas a entrevistarse con el joven Guillermo Zincke Sust, quien fotografiara el disco volador en dicha ciudad. He aquí lo que dice Agraz: Llegué a Matanzas y en unión de nuestro corresponsal García Tuñón entrevisté a Guillermo Zincke sobre el terreno, es decir, en el lugar donde tomó las fotografías del disco volador publicadas en Prensa Libre «“ debo aclarar «“ agrega nuestro compañero Agraz que el lugar mencionado es una oficina.

 

Cuando llegamos eran las 12:15 p.m. y había trabajando allí 10 empleados. El día que fue fotografiado el «disco» eran las 11:25 a.m. y Zincke se hallaba en la misma oficina, pero solo.

 

Según Zincke, – prosigue Agraz «“ las fotografías fueron tomadas en la siguiente forma: «Estaba en el cuarto oscuro «“ debo agregar que uso unos espejuelos rojos cuando salgo del laboratorio exterior, salí a ver unos negativos y al mirar hacia arriba percibí lo que en el primer momento creí era una avión que caía. Regresé inmediatamente al cuarto oscuro, tome mi cámara Retina I de 35 mm. que ya tenía puesto su rollo de Súper XX Kodak. Recordé entonces un telescopio que compré en La Habana para mirar, no para fotografías y lo tome asomándome a la ventana. Para usar este telescopio marca «Saturno» con la cámara hay que desmontar el lente de la cámara o la lentilla del telescopio. En este caso saqué la lentilla del telescopio y sujetándola con la mano a la cámara logre sacar las fotos que ustedes conocen; hasta aquí lo que dijo Zincke Sust.

 

– Oyendo al joven aficionado «“ nos expone Agraz «“ transcurrieron más de 60 segundos, es de suponer que haciendo lo que él dice invirtió alrededor de 10 minutos, sin embargo, el «disco» estaba allí. No desarrolló esta vez la fantástica velocidad que se le atribuyen, tampoco cayó. Se limitó a estacionarse como si esperara ser fotografiado.

 

disco_volador03Parte del informe de Agraz publicado el 19 de julio en Avance.

-De lo dicho por Zincke «“ prosigue Agraz «“ se desprende que vio al objeto, regresó a su cuarto donde casualmente estaba la cámara cargada, cogió la cámara, se acordó del telescopio, lo ajustó rudimentariamente, porque este no es un telefoto que viene ajustado de fábrica. Es un telescopio marino corriente. El muchacho saco la lentilla, lo aplicó a la cámara sosteniendo esta con una mano y con la izquierda el telescopio tomando así las fotos.

 

disco_volador04El general Cantillo informa que las fotografías no eran de platillos voladores sino de fenómenos ópticos

Tiró 21 fotos del rollo de las cuales solo 5 logró encuadrar y enfocar. Ahora bien, continúo Agraz, cualquiera que haya trabajado un «telefoto» de 400 a 500 mm. , es decir, los que vienen de fábrica, sabe lo difícil que es manejarlo en la mano. Lo mejor es usar un trípode. Sin embargo, en este caso, un telescopio corriente, sin ajuste mecánico a la cámara, sostenido por una mano, cumplió su misión. Hay que convenir que el pulso de Zincke es único, no desmentimos al joven Zincke, simplemente señalamos las dificultades técnicas de tomar las fotos en la forma y lugar que él las tomó. Cualquier aficionado – hago tácita renuncia de un profesional «“ que vaya al lugar de los hechos y se le diga la forma en que fueron los hechos y observe la secuela de casualidades «“ cámara con rollo puesto, telescopio a mano, detención del disco en espera de ser fotografiado «“ llegará a una conclusión tajante: ¡Imposible!

 

La información de Agraz dejaba claro que se trataba de unas fotos trucadas hechas con afán de notoriedad, en las que estaba envuelto también el jefe militar de Matanzas. Para salvar el honor militar el jefe del Estado Mayor del Ejército, Francisco Tabernilla, ordenó abrir una investigación. El día 24 de julio, el general de brigada Eulogio Cantillo Porras ofreció una conferencia de prensa informando que el Departamento Técnico del Servicio de Inteligencia Militar había llegado a la siguiente conclusión: las imágenes de los negativos y fotografías examinados fueron producidas por un fenómeno óptico y no existía ninguna evidencia de que se trataba de un disco volador.

 

Las fotografías que hace algún tiempo ofrecimos en esta sección de otro platillo que sobrevoló La Habana publicadas en la revista Gente como las que acompañan este trabajo fueron manipuladas con propósitos sensacionalistas.

disco_volador06El fotógrafo aficionado Guillermo Zincke muestra sus negativos.

Para los científicos que se dedican a la investigación de los OVNI esto no les extraña. Reciben cientos de fotografías para su estudio y la mayoría de ellas las descartan porque los fotógrafos que las tomaron no se percataron o no sabían que eran aviones u otros objetos fabricados por el hombre. O porque se relacionaban con meteoros o fenómenos naturales. O porque estaban tan borrosas que no permiten su identificación. De la misma manera tienen que vérselas con imágenes fraudulentas que han sido hechas por buenos técnicos para poner a prueba su habilidad y por afán de notoriedad, sensacionalismo o simplemente para bromear.

Pese a ello los científicos también encuentran fotografías reales de extraños objetos voladores que merecen un cuidadoso examen. Con ellas los expertos aumentan sus conocimientos, desarrollan teorías y prácticas científicas e ilustran las obras que escriben sobre el apasionante tema de los OVNIS.

Fuentes:

Periódico Avance del sábado 19 y del jueves 24 de julio de 1952.

Periódicos Prensa Libre e Imparcial del 17 de julio de 1947.

Conversación con José Agraz en el diario Granma el 27 de agosto de 1980.

http://www.cubaperiodistas.cu/fotorreportaje/33.html

Platillos voladores sobre La Habana

Grandes momentos del fotorreportaje cubano

Jueves, 22 de Mayo de 2008

Platillos voladores sobre La Habana

 

Jorge Oller Oller

En la década de los años 50, en plena Guerra Fría, muchísimas personas de distintos países del mundo comenzaron a observar unos extraños objetos voladores que se comportaban de modo inexplicable, desafiando todas las leyes físicas conocidas.

Todo comenzó el martes 24 de junio de 1947, cuando Kenneth Arnold piloteaba su avioneta sobre el monte Rainier, un volcán extinto de la cordillera de las Cascadas en la parte occidental del estado de Washington en los Estados Unidos. Volaba apaciblemente cuando de pronto noto que siete objetos brillantes, raros y de forma triangular se movían por el cielo a grandes velocidades y realizando maniobras increíbles.

platillos01Página de la revista Gente del 3 de junio del 1956.

Lo informó inmediatamente a las autoridades y la prensa se hizo eco de su extraño testimonio. Un reportero de la Associated Press en vez de escribir en su información que los objetos eran triangulares, como había dicho Arnold, puso que tenían forma de platillos. Con este nombre más pegajoso se inició en la prensa mundial la publicación y divulgación de las visiones, fantasías, leyendas y teorías más diversas de los platillos voladores.

platillos02Vista del platillo al lado del monumento en construcción a José Martí.

Todos especulaban sobre su procedencia o sus fines. Unos decían que eran extraterrestres y que provenían del planeta Marte. Otros que se trataba de armas secretas que experimentaban los soviéticos o los norteamericanos. Los gobiernos crearon centros para investigar la verdad sobre los platillos y los científicos encargados de ellos cambiaron el nombre de los platillos por el de Objetos Voladores No Identificados o, simplemente, OVNI.

Cientos de libros, películas, series radiales y televisivas y sobre todo la prensa sensacionalista se dedicaron a este tema provocando alarma y pánico en algunas ciudades norteamericanas. Los platillos voladores u OVNI «se vieron» en cientos de ciudades de todo el mundo y La Habana no fue una excepción En Cuba «se avistaron» en Matanzas, en el Municipio de Mariano y alrededor del Monumento a José Martí en la Plaza Cívica, entonces en construcción.

La revista sensacionalista Gente de esta capital que se editaba mensualmente tuvo «la suerte» de ser avisada de que una bandada de platillos sobrevolaba el monumento en construcción a José Martí. Y allá fueron sus reporteros.

platillos03Vista ampliada del supuesto platillo volador de La Habana

Lo que «vieron» allí lo publicaron bajo el sugerente titulo de «Platillos Voladores en La Habana», y seguido de los bajantes: «Volaron sobre la Plaza de la República unos raros objetos, dejando tras sí una estela luminosa. Sensacional instantánea del reporter grafico de Gente. Los rayos de sol y los cristales del Tribunal de Cuentas. El Monumento a Martí iba a ser blanco de uno de los platillos cuando el extraño objeto desapareció velozmente».

 

A continuación ofrecieron una ocurrente información de los hechos que allí ocurrieron y que brindamos textualmente:

Un timbrazo en la redacción de Gente. Parecía una llamada más de las tantas, pero no lo era. Exactamente a las 12 del día del pasado sábado 17 (de mayo de 1956) la telefonista sonreía con el auricular al oído.

 

Quien llamaba aseguraba que los marcianos invadían La Habana. Tras escuchar la jocosa broma, todos sonreímos. No habían transcurrido cinco minutos, cuando de nuevo insistían en la noticia.

 

Primero había sido un hombre; ahora se trataba de una mujer:

 

«”Es aquí, cerca de la revista. Por encima de la Plaza de la República cruzan numerosos platillos voladores.

 

La duda surgió y debido a que nuestra publicación está a unas cuadras del lugar citado, allá nos fuimos, acompañados de Zayas y su cámara fotográfica.

 

UNA ESTELA LUMINOSA

 

No había muchas personas. Algunos trabajadores y un grupo de transeúntes señalaban sorprendidos al cielo. Efectivamente, a unos mil pies de altura pequeños objetos se movían dejando tras sí una estela luminosa.

 

«”Es el reflejo del sol sobre el monumento a Martí o los cristales del Tribunal de Cuentas lo que se ve, señalaba un incrédulo.

 

Los objetos desaparecieron y sólo se veía entonces el cielo azul, interrumpido a trechos por ligeras nubes que pasaban, mientras el sol del mediodía se hacía sentir con mayor calor.

 

DE NUEVO LOS PLATILLOS

 

La mayoría de los curiosos se había marchado y nosotros nos entreteníamos viendo las construcciones que se realizan en la Plaza. De pronto Zayas apuntó su cámara al cielo y la hizo funcionar, mientras gritaba excitado:

 

«”Allí, allí vienen los platillos.

 

Efectivamente, primero parecía una mancha oscura en la distancia. De pronto, a una velocidad vertiginosa, descendía directamente sobre el Monumento a Martí. A cada instante se aproximaba más y más, casi sin darle tiempo al fotógrafo a hacer funcionar su cámara por segunda vez.

 

Cuando ya el violento impacto con el Monumento a Martí parecía inminente, el raro objeto, que podía identificarse como una pequeña esfera achatada en ambos extremos, lanzó de nuevo una estela luminosa, para entonces desaparecer en el horizonte, ante nuestra mirada sorprendida.

 

LA PRUEBA

 

El fotógrafo y el reportero nos restregamos los ojos sin querer comprender que aquello había sido cierto. La mirada fija en el cielo, recibiendo de frente los rayos del sol, nos hizo ver aquellos raros objetos, que identificamos como platillos voladores dando rienda suelta a la imaginación y al deseo de captar la sensacional aparición.

 

Empezábamos a desconsolarnos, cuando Zayas saltó, como herido por un rayo.

 

«”Pero si aquí está la prueba. Si esto es cierto, la cámara lo captó.

 

Nunca antes como en esta ocasión corrimos fotógrafo y reportero al laboratorio. Intensos momentos de ansiedad vivimos frente a la reveladora en el cuarto oscuro. En el negativo se veía una mancha. Casi sin darle tiempo a secarse imprimimos el negativo, y aquí queda como demostración gráfica, incontrastable, lo que captó la cámara de Zayas, en la Plaza de la República, el sábado 17 de mayo, en horas del mediodía.»

 

Publicado en la revista Gente el 3 de junio de 1956.

No hubo ningún otro medio informativo que publicara esta noticia tan trascendente, porque nunca ocurrió. Si observamos la fotografía publicada en la revista vemos que carece de las sombras y el contraste que produce el sol al mediodía. La foto fue tomada en un atardecer nublado. Al comparar el platillo que aparece en la foto del monumento con el que se muestra de cerca en la propia página vemos que no corresponden ni en la forma, ni en los tonos. Es un simple ejemplo de una de las tantas fotografías que fueron fabricadas por la prensa sensacionalista criolla.

http://www.cubaperiodistas.cu/fotorreportaje/12.html