Los niños salvajes (12)

KAMALA Y AMALA

La historia más esencial y mejor documentada de «niños-lobos» es la de dos niñas indostanas llamadas Kamala y Amala, las «niñas-lobo» de Midnapore (India).

J. A. L. Singh con su esposa Raquel y su hijo Preeti Lota, hacia 1906 cuando era maestro en una escuela de Midnapore.

En 1920 el reverendo Joseph Amrito Lal Singh, un misionero anglicano que administraba un orfanato y escuela eclesiástica, oyó que los campesinos de las aldeas de Godamuri y Midnapore, del estado de Bengala Occidental contaban sobre unos «espíritus del bosque» que solían aparecer cerca de sus chozas y merodeaban en la selva. Eran los Manush-baghas, u «hombres-fieras», formas fantasmales vistas entre los lobos de aquellas regiones. Los testigos decían que aquellos Manush-baghas eran como seres humanos, pero corrían a gatas.

Los aldeanos de esta región al norte de la India le tenían miedo a estas apariciones pero las costumbres y principios religiosos les prohibían hacer daño a ningún ser vivo.

Singh llegó a la conclusión de que estas leyendas debían tener algún fundamento. Intrigado, siguió las indicaciones de un campesino, Singh se apostó en una vereda en donde aparecían con mayor frecuencia esas figuras fantasmales. Se subió a un árbol y se ocultó entre las ramas. No tuvo que esperar mucho tiempo. Cuando salió la Luna vio aparecer a tres lobos, dos lobatos y dos «fantasmas» andando, al igual que los lobos, a cuatro patas. Salían uno por uno sacando las cabezas hacia fuera brevemente para oler el aire de la noche antes de salir al claro. Al final aparecieron dos Manush-baghas. Singh los describe en su diario (The Diary of the Wolfchildren of Midnapore):

La iglesia de San Juan en Midnapore.

«Así apareció el ‘fantasma’: un ser esquivo, con las manos y el cuerpo de un ser humano; pero la cabeza era una gran bola de algo que le cubría los hombros y la parte superior del torso sólo dejaba un contorno del rostro visible. Muy cerca de sus pisadas se encontró a otra criatura, extraña como la primera, pero de menor tamaño. Sus ojos eran claros, brillantes y penetrantes, distintos a los ojos humanos. Ambos corrían a cuatro patas».

Sin darse prisa. Singh decidió seguir la manada, pero los campesinos que le acompañaban se negaron a ayudarle. Singh tuvo que volver algunos días más tarde acompañado por un gran grupo de cazadores para sacar a las criaturas. La guarida de los lobos era un termitero abandonado. En su diario, dice que cuando los picos y palas pegaron en el montículo de termitas, dos lobos huyeron inmediatamente y luego salió la loba, que decidió defender a sus vástagos. Descubriendo sus colmillos y gruñendo atacó a los cazadores. Se le tuvo que matar con una lluvia de flechas. Entonces la partida de caza irrumpió en la guarida y sacó los dos «hombres fieras», junto con dos lobeznos. Los «Manush-baghas» resultaron ser dos niñas, de unos tres y siete años. Su aspecto horroroso provenía de la masa de pelos en sus cabezas y su caminar encorvado a gatas.

Lasa Marandi, uno de los miembros de la tribu Santal que formó parte de la partida que capturó a los «Manush-baghas».

Nunca se supo cómo llegaron a ese cubil. El espectáculo lo dejó tan asombrado y asustó tanto a los pobladores de la zona, que el reverendo Singh tuvo que emplear todas sus destrezas adquiridas en el púlpito para impedir que le dispararan a toda la manada.

Oficial de policía al lado del termitero en donde capturaron a las niñas.

Cuando nadie en las aldeas locales vino a demandar a las niñas, Singh las llevó a su orfanato, bautizando a la mayor, Kamala (el nombre de una planta medicinal, Lotus, utilizada en la india contra la tenia), y la más joven, Amala (una flor amarillabrillante). Ahí trató de educarlas.

Denganalia, un pueblo en Mayurbhanj, Orissa, donde fueron llevadas las niñas luego de su caprura.

Luego de ser capturadas, Singh llevó a las niñas hasta este templo y estanque en el camino a Amarda.

Se les alojó en un área deshabitada. Les dieron unas colchonetas para que durmieran y unas cobijas para cubrirse, pero ignoraron ambas, sin mostrar el más mínimo síntoma de frío. Como estaban desnudas trataron de vestirlas, pero las pequeñas se quitaban la ropa a mordiscos. Se arrancaron cualquier cosa que se les dio para vestirse y, finalmente, la señora Singh logró cubrirlas con unos pañales. Las niñas pasaban horas tratando de quitárselos a mordiscos. Durante mucho tiempo no quisieron reconocer vestimenta alguna arrancando todo lo que se les trataba de poner. Dormían encorvadas una encima de la otra en una bola apretada, gruñendo y crispándose durante su sueño. Tenían mucho miedo al baño.

El reverendo Singh con algunos de los niños de su orfanato.

Louis Mani Das, una de las niñas huerfanas del orfanato de Singh que fue contemporánea de kamala y Amala, en una foto de 1975 frente a las ruinas del orfanato.

El miércoles 24 de noviembre de 1920, se planeo dar un baño a las niñas. Aunque no incluía inmersión total se resitieron fieramente. Luego del baño se les cortó las grandes uñas y los mechones hechos bola de cabello. Al emerger como niñas normales se dieron cuenta que eran distintas. Aunque ambas tenían las narices chatas, grandes huecos en la nariz, pómulos altos, labios gruesos y cejas muy pobladas, Kamala tenía una cabeza más pequeña y cara redonda, mientras que Amala tenía una cara más fina, de forma oval, con una barbilla puntiaguda. Asombrosamente, según se estableció por la diferencia de edades y el poco parecido físico, las dos niñas parecían no ser hermanas. Al no tener relación familiar Singh supuso que habían sido recogidas por los lobos en momentos distintos.

Las niñas, horas después de haber llegado al orfanato.

En los meses siguientes, las niñas fueron mostrando un comportamiento similar al de los animales con los que vivieron. Emitían gruñidos extraños, ladridos, gemidos, chirridos y aullaban como los lobos, pero no hablaban. Tenían los colmillos más largos de lo habitual, poseían un excelente sentido del oído y de la vista, olfateaban todo lo que pasaba frente a ellas, le temían a la luz, al fuego y a los humanos. Preferían la carne, y aún la carroña, a la comida que les preparaban en aquel lugar. De día casi siempre dormía, y vagabundeaba por la noche. Se despertaban después de la salida de la luna. Estaban particularmente alertas por la noche; después de medianoche nunca dormían, y permanecían en constante movimiento. El menor ruido llamaba su atención. Habían pasado tanto tiempo caminando a gatas que sus tendones y empalmes se habían acortado tanto que les era casi imposible enderezarse y caminar erguidas. Tenían gruesas callosidades en sus codos, rodillas y en las eminencias tenares e hipotenares de sus manos, así como coyunturas inusualmente fuertes y gruesas en las muñecas, codos y rodillas.

Los esfuerzos de los médicos por «civilizarlas» fueron inútiles, ya que eran en verdad salvajes, aunque ellas sí se acostumbraron a una vida como animales domésticos. Vivian en verdad como mascotas, con los perros de la misión. Rehusaron tomar leche servida en tazones y no comieron hasta el día que las pusieron junto a los perros. Éstos sólo las aceptaron cuando una de ellas les quitó trozos de carne antes de irse a roer un hueso. Las niñas tenían apetito por la carne cruda y la carroña. Su captor, el Reverendo Singh, quedó atónito al descubrir que una de las niñas ahuyentó del cadáver de una vaca a unos buitres de una manera bien practicada y realizada, a pesar de que los buitres eran mucho más grandes que ella.

En una ocasión la mayor se escapó y se unió a un revoltijo de perros.

Nunca sonrieron o mostraron ningún interés en la compañía humana. La única emoción que se cruzó sus caras era miedo. Incluso sus sentidos se habían hecho como los de los lobos. Singh afirmó que su sentido de la vista era sobrenaturalmente agudo en la noche y sus ojos brillaban intensamente en la oscuridad como los de un gato. Podían oler un terrón de carne a través del patio de tres acres del orfanato. Su oído también era agudo – excepto, como Víctor, a la voz de seres humanos que parecía extrañamente inaudible a sus oídos.

Su adaptación fue tan difícil que el reverendo Singh se llegó a preguntar si no hubiese sido mejor dejarlas en el bosque. El sacerdote era un hombre pobre pero relativamente educado, que hizo todo lo que estuvo a su alcance para rehabilitarlas, pero nunca pudieron adaptarse a la sociedad.

El 4 de septiembre de 1921, Amala cayó enferma repentinamente. Comenzó como una más de las muchas enfermedades tropicales con diarrea, convirtiéndose en un par de días en disentería. Kamala también enfermó. Amala se volvió más uraña que de costumbre y no permitía a nadie cerca de ella. Luego comenzó a padecer de fiebres y, por primera vez en su vida, cayó en cama, pero siempre adoptando una posición fetal. Tenía convulsiones y palpitaciones. La tarde del 11 de septiembre fue traído el doctor Sachin Sarbadhicari, el médico familiar. Rápidamente examinó a las dos niñas.

El 15 de septiembre la temperatura de Amala bajó peligrosamente dejándola en la inconciencia. Murió unos días después, en la madrugada del 21 de septiembre.

Esto fue un gran golpe para Kamala que acababa de comenzar a perder su miedo a otros seres humanos. La niña pasó las semanas siguientes refugiada en una esquina y aullando en las noches, Singh temió por su vida. Pero pasó el tiempo y Kamala se recuperó.

Singh reinició su programa de rehabilitación. La terapia consistía en una combinación de masajes y ciertos trucos que recordaban a los de Itard. Colocaba la comida colgando a poca distancia para que la niña los pudiera alcanzar irguiéndose. Luego la entrenó para aceptar algunas costumbres humanas, como comer el alimento normal o dormir con los otros niños. Kamala aprendió a caminar erguida y a decir frases sencillas, pero cuando quería moverse a mayor velocidad, se ponía a gatas y olvidaba su posición erguida.

La primera vez que Kamala pudo mantenerse erguida, el 10 de junio de 1923.

En un principio las dos hermanas aullaban lánguidamente, y sus alaridos se repetían con intervalos regulares: cerca de las diez de la noche, a la una y a las tres de la madrugada.

A base de paciencia Singh logró que Kamala se habituara a dormir por las noches, comiera valiéndose de las manos y bebiera en un vaso.

Singh, Kamala y raquel en noviembre de 1926.

Antes de morir, Amala había estado haciendo un prometedor progreso en su lenguaje. Kamala sólo llegó a comprender alrededor de cincuenta palabras; nunca progresó tanto como los demás niños. A los quince años semejaba un niño de dos, y al momento de su muerte su nivel era el de un niño de cuatro años. Con todo, el vocabulario de Kamala era entrecortado. La palabra hindú para medicina es ashad pero Kamala pronunciaba solamente la mitad de la palabra, es decir «ad». Asimismo, ella decía bha para bhat (arroz), bil para biral (gato) y tha para thala (plato).

Kamala jugando con un cachorro.

Singh estaba muy satisfecho de un incidente cuando le dieron algunas muñecas para jugar a Kamala y luego una caja para guardarlas. Kamala cerró las muñecas y les dijo «orgullosa» a los otros niños del orfanato: «Bak-poo-voo.» Singh interpretó esta elocución como «Baksa-pootool-vootara,» – o «Muñeca-dentro-de-caja».

Sus últimas palabras a la esposa de Singh – posiblemente demasiado conmovedoras para ser verdad – fueron: «Mama, el pequeño duele».

Kamala vivió hasta los diecisiete años. Finalmente, en 1929, contrajo la fiebre tifoidea y murió tras dos meses de enfermedad. Fue enterrada junto a Amala en el cementerio cristiano de St. John.

Kamala solía sentarse durante horas en una esquina de su cuarto.

La historia de Singh y sus dos niñas lobo fue conocida en los periódicos hasta 1926. El primer tratamiento científico del tema se hizo hasta 1941 con la publicación de los libros de Arnold Gesell (Wolf Child and Human Child), y Robert M. Zingg (Wolf-Children and Feral Man). El primero experto en el desarrollo infantil de la Universidad de Yale, y el segundo un antropólogo y profesor asociado en la Universidad de Denver. Ambos libros estaban basados en el diario del reverendo Singh.

Gesell creía que la cultura humana opera sobre la mente como «una matriz que moldea a gran escala, un aparato de condicionamiento gigantesco» sin el cuál seguiríamos estando al nivel de los animales.

Secuencia que muestra los experimentos de Singh para hacer que Kamala se mantuviera erguida. La comida era colocada en una parte alta que obligaba a la niña a pararse.

Pero las críticas no se hicieron esperar. En la crítica de los libros hecha en el Journal of Social Psychology se decía que las afirmaciones sobre las muchachas estaban basadas en el testimonio de un hombre y sugerían que el cuento de Singh era muy parecido a los cuentos populares comunes para ser tomado seriamente. Según el psicólogo Bruno Bettelheim, en un trabajo publicado en 1959 afirmaba que las «niñas-lobo» de Singh eran en realidad niñas autistas abandonadas por sus padres. Decía que para quienes previamente creen estar observando a niños criados por animales, cualquier conducta de tipo animal es tomada por una confirmación. El contragolpe fue tan fuerte que Gesell se distanció rápidamente de la discusión, moviéndose a la investigación en áreas menos polémicas, y Zingg perdió su puesto académico en Denver, terminando sus días como conductor de ferrocarriles y vendedor de carne.

No obstante la veracidad de este relato ha sido comprobada por numerosos investigadores. Aún el escéptico escritor Charles Maclean tuvo que conceder que «el relato del diario del reverendo Singh sobre lo que aconteció en la selva es cierto, aunque tal vez no toda la verdad».

Un coronel del ejército inglés, William Henry Sleeman, escribió de seis o siete casos que él solo había oído hablar y que había sentido eran confiables. Si tales historias son verdaderas, la razón de su frecuencia debe estar en la naturaleza del lobo indio.

El lobo indio «“ color arena y menos temible que sus contraparte europea – vive en grupos pequeños donde solamente la hembra dominante cría. Mientras no producen sus propios lobeznos, las otras «hermanas» lobas ayudan en la cría y el cuidado de los jóvenes.

Solía rascar las puertas para que la dejaran entrar o salir.

También se sabe que los lobos toman a infantes humanos, ya sea después de robar en una aldea en la noche o bien de asir a un bebé dejado en un campo mientras su madre está en el trabajo. Cuando son perseguidos, los lobos dejan caer a menudo los bebés ilesos. Se supone que normalmente los lobos llevan a los niños a su guarida para comer. Pero quizás, por alguna razón, algunos de los infantes sobreviven. Como escribió Arnold Gesell, «calentada por la química de las hormonas maternales» las madres lobo pueden ser engañadas a tratar el desamparado, los infantes como sus propios lobeznos.

Los perros eran sus mejores amigos.

Las cuentas de Sleeman de tales niños lobo tienen cierta credibilidad por lo menos porque todos los niños que él describió se comportan de manera semejantemente. Al ser capturados, todos ellos corrían agachados en cuatro patas, rechazaban todo el alimento a excepción de la carne cruda en descomposición, no mostraban nada sino miedo a los seres humanos, y, por supuesto, ninguno podía hablar aunque podían oír y hacer gruñidos como lobos.

La mayor parte de las veces recibía la comida de manos de la señora Singh.

En 1937 la revista Illustrated Weekly of India publicó una serie de tres artículos (el 28 de noviembre y 5 y 12 dediciembre) en donde aparecen las fotografías de Kamala y Amala que han llegado hasta nuestros días.

ContinuarỦ

18 pensamientos en “Los niños salvajes (12)”

  1. me parece mui ineresante esta istoriaaa porqe eso indica qe los seres umanoss copiamoss lo qe vemoss ii sii desarrolla moss esas actividadess es porqe laas emos visto acer por otross iii de esa manera desarollamos nuestras ,,facultadess,,encambio estas chicass no pudieronn desarrollar sus capacidades ni falcutades porqe no tenian a kien copiarselas ,,,,,XD
    ahoraa me voii ii qieroo qe sepas maximilianooo qe te qieroo peroo muchisisisimooo ii me gustas oorroress te adoroo tomto!! mioo mii ninñoo limdooooOte qieroo muchoO ,,demasiadoooO el re besoo para voss ii para todoss ,,, cuidensee ii esperoo qe mi comentario sirvaa ,, maillpara agregar aniz_31293@hotmail.com

  2. estudio formacion etica y siudadana me contaron la istoria de kamala y me quedo una duda porque murio kamala y ustedes me la sacaron esa duda ¡¡¡¡¡¡¡¡gracias!!!!!!!!

  3. me gustaria saber donde esta la parttee qe por que kamala mueree esa partte no entendii??
    es muy importante saberloo..
    me lo pirdrian responder graciiiass
    chauu biiee

  4. Entré a interet para saber más d estas niñas, ya que, estudio psicología y como sabrán, esto es parte del campo de la psicología. un maestro nos hablo sobre las niñas, bueno, es que yo solo sabía de Viktor, educado por Itard, y d una niña d EUA que fue confinada por sus padres a un cuarto oscuro atada a un orinal y que nunca pudo hablar, ni comer con cubiertos, nunca tuvo socialización. Me sorprendió al saber d estas niñas. Agradezco que hayan publicado más sobre amala y kamala. ohala hubiara más difución…

    Gracias!

  5. Raquel.
    Kamla, Amala, Victor y Genie no son los únicos casos de niños salvajes. Puedes ver toda la serie de artículos con casi un centenar de casos en este blog.

  6. oie Sou aqui do Brasil e estou empressionada sua página está perfeita.
    gostaria de manter contatos gostei muito de como relatou a história.
    bjOs

  7. Hola
    Soy de Brasil, estudio psicologia y me encanté con la historia.
    Besooos
    Hm… ¿Mi español está muy mal, no? ^^

  8. esta muy bien solo q me gustaria q pusieran mas
    fotos de ellas para poder saber sobre estas niñas

  9. Estoou impressionada, gosteii muiito de como foii relatada a históriia.
    Poderiiam atée fazeer um filme, iria achar ótiimo…
    14 anoss..Brasil

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.