La siniestra secta de Moon

El llanto de los billetes

LA SINIESTRA SECTA DE MOON

Mario Méndez Acosta

Recientemente se celebró en Europa una importante reunión de una poderosa organización internacional cuyo objetivo manifiesto es coordinar la lucha mundial contra el comunismo y, específicamente, proponer la intensificación de los actos agresivos contra Nicaragua y contra la revolución salvadoreña.

Moon A la conferencia asistieron un gran número de militares, políticos y escritores ultraconservadores de todo el mundo, incluyendo a personajes muy influyentes dentro de la actual administración estadounidense. No se intentó ocultar que tal encuentro se celebró bajo los auspicios de la Iglesia de la Unificación, que en­cabeza un negociante y autodenominado mesías corea­no llamado Sun Myung Moon.

También, en fechas recientes, se han incrementado en 108 cables de noticias internacionales las referencias a los comentarios y editoriales que formula en rela­ción con México y asuntos centroamericanos el diario Washington Times, también tendencia ultraderechista.

En especial, dicha publicación se ha referido a la necesidad que existe de presionar a nuestro país para que modifique su política con respecto a Centroamé­rica y de que, también, adopte medidas más estrictas en su lucha contra el narcotráfico.

Lo que es menos conocido es que este diario es propiedad del mismo Sun Myung Moon.

Todo lo anterior no tendría nada de especial dentro de los ires y venires de la política internacional si no fuera por la muy especial condición del reverendo Moon.

Moon encabeza una extendida secta religiosa que se distingue por sus tendencias manipuladoras y tota­litarias. En casi todos los países occidentales un elevado número de jóvenes condicionados por un refinado tratamiento de lavado cerebral, se dedican a trabajar, en realidad de esclavos en las múltiples empresas propiedad del santón, a mendigar donativos en las calles, a vender productos como el ginseng o flores, o bien a labores misioneras y de proselitismo.

Estos jóvenes, conocidos en Estados Unidos como moonies, reciben un agotador adoctrinamiento de par­te de sus capataces… en su manual de entrenamiento se incluyen pasajes como el siguiente: «¿Te gustaría hacer dichosos a los billetes verdes (dólares)? ¿Por qué no los haces dichosos? ¡Hay tantos billetes verdes que lloran! ¿Nunca los has oído llorar? ¿Todavía no? Tienes que oírlos. Todos están destinados a ir al Padre Moon».

Los moonies se distinguen por su mirada plácida y sonrisa ovina. Esto se logra después de someterlos a intensos tratamientos de lavado cerebral que incluyen inacabables peroratas por parte de instructores estri­dentes y mesiánicos; técnicas como la retención for­zosa de la orina; administración incesante de estimu­lantes -como el propio ginseng en grandes dosis-, dietas pobres en proteínas; aislamiento y ruptura de su medio de origen: ocupación continua; miedo al diablo y al infierno; largas horas de trabajo sin remu­neración y, claro, mendicidad en público, con elevadas cuotas por cubrir, so pena de castigos corporales. El tratamiento es enormemente efectivo. Moon logra fi­delidad absoluta de parte de sus esclavos. Solamente después de delicados tratamientos sicológicos pueden los moonies ser desprogramados y reintegrados a la vida normal.

Moon no es modesto consigo mismo. Aunque su Iglesia pretende ser cristiana esto no le impide al gurú afirmar: «Soy el más grande de los santos», «Soy más grande que el mismo Jesús». «El mundo entero está en mis manos y yo venceré y subyugaré al mundo», «Dios está desembarazándose del cristia­nismo para establecer una nueva religión: la de la Igle­sia de la Unificación. Todos los cristianos del mundo están dispuestos a ser, absorbidos por nuestro movi­miento…».

No es de extrañarse que las agrupaciones de sectas protestantes yanquis le hayan negado a Moon su reco­nocimiento como Iglesia cristiana.

EL MAGNATE

Actualmente, Moon se encuentra en la cárcel -en un agradable campo rural de detención- al igual que Al Capone, se encuentra purgando una pena por evasión de impuestos y es que Moon es uno de los em­presarios más ricos y rapaces del mundo.

Moon, quien hace veinte años no poseía un centavo, controla el comercio mundial de ginseng, es dueño de fábricas de armamento, empresas farmacéuticas y metalúrgicas.

Es dueño de innumerables y fastuosas residencias y castillos en diferentes lugares del mundo, incluyendo el Columbia. University Club en Nueva York, y de antiguos monasterios y de hoteles en Manhattan. Se estima su fortuna personal en cerca de 60 millones de dólares, más la propiedad de docenas de empresas en todo el mundo.

Kodama Moon sostiene nexos muy cercanos con la temible mafia del hampa japonesa. El diario ingles The Guar­dian ha revelado su asociación con gangsters nipones como Sasagawa Ryoichi, «padrino» del bajo mundo en esa nación y con Yoshio Kodama, otro líder de los yakuza o «mafiosi» del Imperio del Sol Naciente.

Por supuesto, Moon sostiene una relación muy pri­vilegiada con la dictadura surcoreana y, sobre todo, con la temible CIA de Corea del Sur (KCIA). Tam­bién se ha visto envuelto en los repetidos escándalos de sobornos coreanos a congresistas estadounidenses.

Con estas amplias bases financieras, Moon ha lan­zado varios intentos para recuperar una imagen res­petable. He embaucado a varios científicos, premios Nobel, a que asistan a congresos culturales -por su­puesto con todos los gastos pagados y generosos viáticos- y ha comprado diarios y estaciones de radio en diferentes naciones.

Moon sostiene extrañas teorías científicas. Pretende que el universo fue creado hace unos seis mil años y que los electrones son pequeñas porciones de la voluntad de Dios cuya misión es formar los átomos.

«BONDAD»

Como ocurre con muchas otras sectas, el mensaje de Moon a sus jóvenes candidatos a ser reclutados es el del amor sin limites; el de la bondad y el de la sumi­sión a la voluntad de Dios -que en este caso es Moon mismo-. Con estas dulces manifestaciones, los segui­dores de Moon -que incluyen, por ejemplo, al dirigente de la juventud hitleriana Paul Warner, jefe de la secta en la RFA-, atraen a la juventud ignorante y hastiada de EU y de Europa Occidental.

Con el trabajo de estos esclavos, Moon y otros enfermos de la misma ralea cooperan con la Casa Blanca en su criminal labor de agresión contra. Nicaragua y los demás pueblos de América Central.

Muchos más detalles sobre Moon pueden consultarse en el libro Las Nuevas Sectas, de Alain Woodrow (Col. Popular, FCE, 1979).

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