Nuestros laboriosos carpinteros de la selva

IMPACTO AMBIENTAL

Nuestros laboriosos carpinteros de la selva[1]

Juan José Morales

Un lector nos pregunta si los pájaros carpinteros picotean los troncos de los árboles para comer la madera. Respuesta: No. Lo hacen para poner al descubierto insectos que atrapan con su larga y rígida lengua. Esos animalillos son los que les sirven de alimento.

Los carpinteros o picamaderos pertenecen a la familia zoológica de los pícidos, que se caracterizan por su fuerte pico y su lengua delgada, rígida y con pequeñas cerdas. Es muy fácil reconocerlos por rasgo distintivo: los machos tienen una coloración roja o rojiza en la cabeza, a veces en forma de una cresta bastante notoria. Y, desde luego, aún sin verlos delatan su presencia con el tableteo como de ametralladora que producen al picar repetidamente el tronco al cual se sujetan ayudados por la conformación de sus patas, con dos dedos al frente y dos detrás. Como auxiliar para sostenerse y ascender por los árboles, tienen una cola rígida, con la cual se apoyan.

clip_image001En la península de Yucatán hay una quincena de especies de estas peculiares e inconfundibles aves. Todas son insectívoras y complementan su dieta con frutas y savia. Una de los más comunes es la Melanerpes aurifrons, que alcanza hasta 25 centímetros de largo. Otro también bastante común es el carpintero grande, llamado colonté en maya, Dryocopus lineatus, que se muestra a la izquierda. Llega a más de 35 centímetros y posee una prominente cresta roja. Con frecuencia se le puede observar en los árboles de guarumbo o ko»™ochlé devorando las hormigas que ahí habitan. No es sin embargo exclusivo de la región, sino que está ampliamente distribuido en todo México, Centroamérica y buena parte de Sudamérica.

El término lineatus en su nombre científico alude a las líneas blancas y negras que presenta en el plumaje. Es uno de los carpinteros que con más frecuencia pueden observarse, debido a su abundancia y extensa distribución.

Otro carpintero de gran tamaño es el Campephilus guatemalensis, que llega a 35 centímetros de largo y tiene el plumaje de los costados de la cabeza totalmente rojo. Se le encuentra tanto en las densas selvas de las tierras bajas como en las estribaciones de las montañas hasta cerca de dos mil metros de altitud. Y en el otro extremo de la escala de tamaños, uno de los más pequeños es el carpintero yucateco, Melanerpes pygmaeus, muy apropiadamente llamado también carpintero enano. Apenas llega a 17 centímetros de largo y, a diferencia de otras especies, su área de distribución se limita a la península de Yucatán. Es muy común verlo en todo tipo de ambientes.

Esto último puede decirse en general de casi todos los demás carpinteros del Mayab. Sus poblaciones son relativamente nutridas y usualmente se puede verlos incluso en las ciudades. Pero hay uno que se encuentra amenazado por la deforestación: el carpintero selvático Melanerpes pucherani. Y todos cumplen una importante función en el complejo entramado ecológico de la selva, ya que al exterminar insectos nocivos ayudan a combatir plagas forestales.

Y para terminar este breve comentario sobre los pájaros carpinteros, cabe señalar que hay otras aves de hábitos parecidos a los suyos y con los que suele confundírseles: los trepatroncos. También pican la corteza de los árboles para atrapar insectos y otros pequeños invertebrados, y también tienen las plumas de la cola rígidas, para apoyarse al ascender. Pero las patas son diferentes, con tres dedos delante y uno detrás, como los de las aves que se posan en alambres y ramas. También se distinguen de los carpinteros por su inconfundible forma de escalar los troncos en espiral, para luego dejarse caer hasta la base del siguiente árbol y comenzar el ascenso en la misma forma. Una especie común en la región es el takaj ché o trepatroncos de cabeza gris, Sittasomus griseicapillus.

Estos son pues, nuestros benéficos carpinteros de la selva.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Viernes 17 de junio de 2016

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