Mi amistad con el Comandante Sol-Tec

No sentí ni por un minuto que la nave se había movido mientras estaba a bordo y, sin embargo, desde mi entrada había viajado miles de millas y estaba lejos de la superficie de la Tierra. Las condiciones del aire y la gravedad a bordo me parecieron perfectamente normales. Las paredes de la habitación en la que estaba estaban hechas de un hermoso material que parecía madreperla y un rosa brillante. La iluminación era indirecta y no proyectaba sombras. Directamente detrás de los bastidores que sostenían el aparato había puertas que conducían a otras partes de la nave, que desafortunadamente no tuve la oportunidad de inspeccionar.

El hombre que había estado sentado en el atril en medio de la sala parecía haber terminado su trabajo, porque se levantó y vino hacia mí. Levantó la mano derecha a modo de saludo y supuse que estaba a punto de estrecharme la mano como hacemos en la Tierra. Pero en lugar de eso, colocó su palma abierta suavemente sobre mi hombro izquierdo, lo que parecía ser la forma apropiada de saludar allí. Así que allí estaba parado con mi mano extendida en la forma de la Tierra, sintiéndome bastante tonto. Inmediatamente notó mi vergüenza y dijo en perfecto inglés:

“¡Por favor, no tienes que sentirte tonto porque nuestros saludos son diferentes! – Tenemos mucho de qué hablar”, hizo un gesto amable hacia una de las sillas y nos sentamos, luego continuó y dijo: “Mi nombre es SOL-TEC y soy el comandante de esta nave”.

Pero no noté ningún tipo de insignia de rango militar en ninguno de los hombres que conocí en la nave. Uno de ellos con el que pude hablar más tarde fue un ingeniero eléctrico llamado Meck-Tau. No sé si deletreé correctamente los nombres de las personas a bordo, ya que solo puedo formarlos de oído. Cuando le pregunté sobre la naturaleza de sus diferentes atuendos, Sol-Tec respondió que cada trabajo tiene su propio color. Su traje blanco indica que es un filósofo, la profesión técnica de ingeniero eléctrico (y ocupaciones relacionadas) es púrpura, mientras que el astrofísico es naranja, el monitor fisiológico es azul claro y el ingeniero geoplanetario finalmente café. Los trajes se cierran con botones y son tan funcionales como cómodos. El Comandante Sol-Tec tenía una apariencia distinguida y se parecía vagamente a nuestro actor de cine Clark Gable en tipo. Varias veces, cuando lo miré directamente a los ojos, me llamó la atención el alto nivel de inteligencia en su mirada.