El denunciante de ovnis se reafirma en sus afirmaciones: Esto es una pesadilla para mí
13 de diciembre de 2023
Lauren Irwin
Greg Nash David Grusch, ex representante de la National Reconnaissance Officer, testifica durante una audiencia del Subcomité de Seguridad Nacional, Fronteras y Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes para debatir los Fenómenos Anómalos No Identificados el miércoles 26 de julio de 2023.
El ex oficial de inteligencia y denunciante de ovnis David Grusch dijo que ha estado viviendo una pesadilla desde que hizo público su testimonio durante el verano.
“Desde que lo hice público, ciertamente, esto ha sido una pesadilla para mí”, dijo en una entrevista el martes en “Elizabeth Vargas Tonight” de NewsNation.
“Quiero decir, fui oficial de inteligencia durante 14 años, detrás de la cortina, si se quiere”.
Grusch dijo a Vargas que “nunca quiso” hacer públicas sus denuncias, pero lo hizo “por las razones correctas” y para que el Gobierno rindiera cuentas.
Grusch, veterano de las Fuerzas Aéreas y antiguo miembro de la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial, afirmó que el gobierno está ocultando información sobre ovnis y fenómenos aéreos no identificados (FANI).
También fue representante de los oficiales de reconocimiento nacional en el Grupo de Trabajo sobre Fenómenos Anómalos No Identificados del Pentágono. En una entrevista concedida en junio a NewsNation, afirmó que Estados Unidos ha recuperado naves no humanas con especies no humanas en su interior.
Grusch testificó ante el Congreso en julio y reiteró sus afirmaciones, pero dijo que era incapaz de aportar pruebas fehacientes debido en gran parte a su temor a ser procesado por compartir datos clasificados en un entorno público.
En la entrevista del martes con Vargas, Grusch dijo que “esto no es cosa de risa” y que Estados Unidos tiene un “grave problema de supervisión”.
“Así que creo que tenemos un severo proceso de verdad y reconciliación que necesitamos iniciar en este país, y estoy aquí para ayudar a la administración actual, y estoy feliz de ayudar”, dijo, añadiendo que quiere ser una herramienta para el cambio.
Después de la audiencia de julio, los legisladores de ambos lados del pasillo buscaron ampliar su poder de investigación después de que se quedaron con más preguntas que respuestas. El representante Tim Burchett (republicano de Tennessee) dijo que la ampliación de poderes permitiría futuras citaciones y escuchar el resto del testimonio de Grusch en un entorno seguro.
La entrevista de Grusch se produce después de que Sean Kirkpatrick, director de la Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios, anunciara su dimisión, 18 meses después de asumir el cargo.
Grusch dijo que la oficina necesita “encontrar un nuevo director en el que el pueblo estadounidense confíe más” y que le proporcionó a un “senador de alto rango mi elección”.
El gobierno de EE.UU. debería decir al público lo que sabe sobre los ovnis
13 de diciembre de 2023
Trevor Timm
El líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, presentó un proyecto de ley sobre la transparencia de los ovnis, que algunos republicanos quieren acabar con él. Incluso los escépticos deberían oponerse a sus esfuerzos
No importa el tema, siempre parece haber un grupo de legisladores que no se detendrán ante nada para frustrar la transparencia gubernamental, incluso cuando se trata de un tema que no podría ser más bipartidista o con una evidente necesidad de luz solar.
En esta ocasión, un pequeño grupo de poderosos republicanos ha dado al traste con una disposición de la autorización de defensa de este año que, por fin, aportaría algo de transparencia al conocimiento que el gobierno estadounidense tiene de los ovnis (ahora también conocidos en el lenguaje actual como “fenómenos aéreos no identificados” o FANI).
Durante el verano, el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, presentó un proyecto de ley sobre la transparencia de los ovnis a raíz del testimonio prestado ante el Congreso por el oficial retirado de las fuerzas aéreas David Grusch, quien hizo varias afirmaciones impactantes sobre la posesión de naves extraterrestres por parte de Estados Unidos durante décadas. Como Schumer describió su proyecto de ley, “la medida crearía una junta, al igual que con los registros del asesinato de JFK, para trabajar en la desclasificación de los numerosos registros del gobierno sobre los FANI… Este modelo ha sido un gran éxito durante décadas y debería utilizarse con los FANI”.
Algunos se tomaron muy en serio el testimonio de Grusch, otros lo consideraron un chiflado, y otros se quedaron a medio camino. Dado que harían falta muchas más palabras que las de esta columna para litigar sobre sus innumerables y extraordinarias afirmaciones, olvidémonos de él por un momento y centrémonos en lo que sí sabemos a ciencia cierta sobre el tema general de los objetos voladores no identificados.
Durante décadas, tanto pilotos militares como comerciales han registrado innumerables avistamientos de ovnis en vuelo que desafían cualquier explicación convencional o científica. El gobierno estadounidense ha estudiado el fenómeno ovni de forma intermitente desde los años 50 y ha mantenido en secreto al menos parte de lo que sabe. (Lea el nuevo libro del periodista y escritor Garrett Graff sobre el tema, meticulosamente investigado y muy basado en hechos). Recientemente, el propio gobierno estadounidense ha publicado varios videos de estos incidentes, lo que ha avivado aún más el interés público y las especulaciones sobre si se trataba de incidentes extraterrestres.
Hace sólo nueve meses, poco después de que un globo espía chino sobrevolara el espacio aéreo estadounidense, los ovnis se convirtieron en noticia de portada en todo el país. Después de que el globo fuera derribado, y con las fuerzas aéreas en alerta máxima y sus sistemas de radar ajustados a una sensibilidad extra, una serie de ovnis fueron rastreados y algunos incluso abatidos con misiles militares estadounidenses Sidewinder sobre Estados Unidos y Canadá.
Durante unos días, estos incidentes fueron objeto de una cobertura exhaustiva, y la Casa Blanca celebró conferencias de prensa para tratar específicamente el tema. Miembros del ejército dijeron a los periodistas que los objetos no eran globos como el que China había perdido el control, algunos informaron de que al menos uno de los objetos “interfería con los sensores [del piloto]” y no tenía propulsión visible a 40,000 pies en el aire. Los militares gastaron millones de dólares en derribarlos y cerraron una enorme franja de espacio aéreo cuando creyeron avistar más. Nadie tenía una explicación definitiva de lo que eran.
Y luego, ¡puf! Todo el mundo pareció olvidarlo. El gobierno nunca publicó videos ni fotos de los objetos rastreados (aunque obviamente debían de tener algunas imágenes). Al principio afirmaron que no habían podido recuperar ningún resto. Cuando los periodistas y otros ciudadanos preocupados intentaron obtener las pruebas, el Pentágono les dio largas y afirmó que todo era confidencial. Para entonces, la prensa ya había pasado página y, desde entonces, ni el gobierno de Biden ni el Pentágono se han enfrentado a un ápice de escrutinio sobre la cuestión por parte de las principales publicaciones.
Está claro que es de interés público llegar al fondo de este tipo de incidentes, tanto si se cree que estos objetos son de origen extraterrestre como si no. Como dijo el propio Schumer: “Los fenómenos aéreos no identificados han generado una intensa curiosidad entre muchos estadounidenses, y el riesgo de confusión y desinformación es alto si el gobierno no está dispuesto a ser transparente”. Tampoco podría estar más lejos de ser una cuestión partidista, ya que el proyecto de ley contó con el apoyo de varios republicanos. Entonces, ¿por qué este pequeño grupo de republicanos -incluidos el presidente de la Cámara de Representantes, el jefe del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes y el líder de la minoría del Senado- acabaron con este asunto?
Una explicación es que estos congresistas en concreto están implicados en un encubrimiento de décadas, pero de alguna manera el líder de la mayoría del Senado, que lleva mucho tiempo en el cargo, no lo está. Yo tengo una teoría diferente: estos congresistas tampoco saben necesariamente lo que está pasando, pero son tan adictos al secretismo gubernamental que lucharán reflexivamente por él, incluso cuando no tengan ninguna razón racional. Temen crear un marco para una mayor transparencia, sabiendo que si es un éxito podría estimular más acciones legislativas en una línea similar.
La Ley de Archivos JFK, en la que se inspiró Schumer, es una aberración en nuestra historia moderna; se aprobó hace más de 30 años y no ha habido nada parecido desde entonces. En la mayoría de los temas, es imposible conseguir que el gobierno desclasifique rápidamente los documentos, incluso cuando son de vital interés público. Si esta nueva disposición se convirtiera en ley, tendríamos un modelo actualizado para otras áreas del gobierno a las que el Congreso podría dirigir la desclasificación si así lo desea.
Digamos, por ejemplo, una comisión sobre los precios abusivos en el Pentagono que podría sacar a la luz decenas de miles de millones en fraudes, o comisiones que podrían desclasificar más rápidamente los diversos poderes de espionaje de los que abusan constantemente la NSA y el FBI. El Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, que aparentemente existe para proteger a nuestras agencias de inteligencia del escrutinio, va a hacer todo lo que esté en su mano para impedirlo.
La verdad puede estar ahí fuera. Pero tanto los creyentes como los escépticos deberían poder unirse en una cosa: obligar al gobierno a revelar lo que sabe y lo que no sabe. Todos saldremos ganando.
https://www.theguardian.com/commentisfree/2023/dec/13/us-government-ufo-transparency-bill-uaps