Archivo de la categoría: Forteanismo

Peces dentro de un huevo de pato

Huevos de peces «milagro» necesitan romperse

Biólogos de la universidad de Manchester desean ayuda para romper su «milagroso» descubrimiento de tres peces dentro de un huevo sellado.

El grupo encontró el huevo de pato en una charca pequeña en un viaje al campo, a los Alpes franceses, y notó que algo se movía dentro de él.

Cuando rompieron la cáscara, había tres charales vivos adentro.

Han solicitado la ayuda de otros expertos, pero a pesar de su gran conocimiento combinado, los biólogos admiten que están «deslumbrados».

El Dr Matthew Cobb, conferencista en el comportamiento animal de la universidad, dijo: «Como científicos del siglo XXI, más que anticuarios del siglo XVII, pensamos que esto representa un modo inverosímil, hasta ahora desconocido, de reproducción de los peces.

Ataque rapaz

«Quizás el huevo cayó en la charca después de un cierta clase de ataque rapaz pero nos asombra cómo consiguieron entrar los charales.

«Ciertamente, no vimos ninguna grieta en el huevo».

El Dr Cobb y su colega, Henry McGhie, jefe de ciencias naturales en el Museo de Manchester, ha escrito a la revista New Scientist en espera los lectores ayuden a solucionar el misterio.

Los Minnows (charales) son peces de agua dulce pequeños, los ingleses los usan frecuente como cebo.

http://news.bbc.co.uk/1/hi/england/manchester/5367432.stm

Supongo que todo es una broma de Cobb, McGhie o del mismo New Scientist.

Conozco una forma de meter cosas dentro del cascarón de un huevo. Reblandecer la cáscara con un ácido débil como el acético (vinagre) y hacer un pequeño orificio sin maltratar el huevo. Se introduce algún objeto, pequeños insectos o arañas (que luego saldrán cuando el brujo haga la «limpia»), o en este caso los charales. Para que los charales estén vivos y puedan tener espacio para moverse, se deberá eliminar toda la clara y la yema e introducir los peces en agua. El orificio se vuelve a tapar con una masilla fabricada previamente con otro cascarón disuelto en vinagre. Se deja secar (se evapora el acético) y no hay forma de encontrar fracturas en el cascarón.

El anterior es uno de los trucos que utilizan los brujos mexicanos que acostumbran hacer «limpias» y «sacar» los males y embrujos.

Los anillos del Cerro de la Estrella

Hace algunos años Rubén «Gurú» Morales mostraba una fotografía y hacía una pregunta en la lista de discusión de ufología crítica Anomalist. La fotografía mostraba un anillo en un jardín de Buenos Aires, junto a un puente y una avenida. El círculo era casi perfecto y cualquier ufólogo apostaría a que fue hecho durante el aterrizaje de un ovni. La pregunta que hacía Rubén era simple: ¿Qué creen que formó este anillo? O ¿Cómo se formó este anillo? (ya no recuerdo).

Para Héctor Escobar y para mí la respuesta era obvia. Ya habíamos tenido una experiencia con un caso similar investigado por Óscar García: se trataba de caballos. Héctor respondió rápidamente, pero no se ganó nada.

Supongo que Rubén se sorprendió con la velocidad de la respuesta.

El caso que mencionamos, que fuera investigado por Óscar García es el siguiente:

¿CÍRCULOS MISTERIOSOS EN MÉXICO?[1]

Óscar García

Hace algunas semanas se publicó en este Semanario, en el número 100, una nota en torno a una entrevista que tuve con el máximo experto en el denominado asunto de los «Crop Circles» (círculos en las cosechas): Colin Andrews. En aquella nota, el reportero Jonathan Monti resaltaba que yo me había interesado en este fenómeno y lo había estudiado profundamente, algo que es muy cierto.

Debido a ese estudio del fenómeno, uno de mis anhelos más grandes era investigar la aparición de un caso de esta índole en México.

El hecho se ha presentado, aparte de Inglaterra, en diversos países como Canadá, Australia, Japón, Estados Unidos. En éste último país, l pasado 29 de mayo apareció un círculo en Washington, y más recientemente en España, donde según me informa mi amigo, el ufólogo Javier Sierra[2], el fenómeno se manifestó específicamente en la provincia de Zamora. Entonces, debido a esa proliferación, en muchas ocasiones yo me preguntaba: ¿Cuándo aparecerán en México?

Intentaba justificar la ausencia de estos círculos con el hecho de que el trigo se siembra poco (a diferencia de otros países) en México[3].

Sin embargo, la pasada mañana del martes 21 de septiembre, inicié el día con una noticia, en primera instancia, extraordinaria…

¡CIRCULOS MISTERIOSOS EN MÉXICO!

Esta información se desprendió de un noticiario de TV.

De cuerdo con lo observado en las imágenes, se pudo apreciar que eran 12 círculos perfectos.

Al ver esto en la televisión, me percaté de que no se trataba de círculos en campos de cosecha, sino, más bien, en el pasto; pero resaltaba cierta profundidad en el anillo de cada uno y, sea como fuere, era algo de interés ufológico.

BUSCANDO LOS ANILLOS

Así las cosas, ese mismo día, o más bien, esa misma mañana, me dirigí al Cerro de la Estrella para tratar de localizar esos «círculos misteriosos».

En el noticiario se había dado muy poca información sobre la ubicación de éstos, y el Cerro de la Estrella no es muy pequeño; así que encontrarlos no sería una tarea fácil; más esa es la labor del verdadero ufólogo, y debe aceptarse.

Al cabo de un par de horas, por fin llegue al campo donde se encontraban los aludidos 12 círculos.

Sinceramente, el corazón se me salía, pero no por la emoción, sino por las empinadas subidas y lo mucho que había tenido que caminar bajo la lluvia «“que más bien era aguacero, valga decirlo-, para dar finalmente con el aparente «misterio».

Así que, empapado y cansado, llegué al lugar y… ¡oh decepción!

CABALLOS

Realmente no tuve que investigar mucho, ni pasó demasiado tiempo para enterarme de lo que producía tales anillos misteriosos: ¡caballos!

¡Sí! ¡Caballos!

De acuerdo con lo que me dijeron todas las personas (absolutamente todas), los círculos eran producidos debido a que en ese claro dan vuelta a los caballos para «suertes» en las charrerías.

Poco tiempo después llegó al lugar un joven jinete, quien, muy amablemente, me explicó todas mis dudas en cuanto a la formación del «misterioso anillo».

Me dijo que, desde hacía aproximadamente seis años, ocupaban ese lugar para entrenar los caballos de Juan Alvarado, quien es dueño de un lienzo charro ubicado en Ermita Iztapalapa, llamado Los Pirules, y organiza espectáculos en los estados.

«Una de las suertes de la charrería «“dijo- es dar vueltas al caballo en círculo, y aquí se le entrena».

También me comentó que para que la tierra se hundiera 30 centímetros, que era lo que el círculo más profundo medía, era necesario ocupar ese mismo aro durante por lo menos dos años casi a diario.

Así que, de acuerdo con lo anterior, esos círculos de entrenamiento han estado desde hace mucho tiempo en ese claro, y sólo ese es su uso.

En total conté 12 círculos, y el más grande en su diámetro medía alrededor de 10 metros.

CONCLUSIÓN

Creo que el más decepcionado fui yo, pues creí por un momento, que realmente había algo poco común en el asunto; pero no fue así.

No sé si posteriormente otras personas hayan ido hasta donde se encontraban los círculos y descubrieran lo mismo que yo, pues fui el primer investigador en llegar al lugar.

La experiencia que este caso nos deja es muy significativa. Primeramente, que el misterio de los «círculos de trigo» no ha llegado a México, quizás por lo que antes mencioné del trigo; y en segundo lugar, que muchas veces el entusiasmo de los reporteros que no conocen la ufología, provoca que los que sí la conocemos y sabemos las «bromas» que nos juegan, caemos e investigamos casos simples y burdos que, cuando buscamos respuestas, ni trabajo nos dan.

No hubo más misterio, no hubo «círculos de trigo», no se realizó e sueño que muchos ufólogos mexicanos quisieran, pero, por lo menos, fue divertido… ¿O no?


[1] Este artículo apareció originalmente en García Óscar, ¿Círculos misteriosos en México?, Semanario de lo Insólito, No. 105, México, enero de 1994, pág. 4.[2] En ese entonces Oscarín aún no concluía su etapa de credulón, por lo que sus amigos no eran lo más apropiados. Nota de LRN.

[3] Intenten hacer un cropcircle en un sembradío de maíz. Hacerlo en un campo de trigo es algo sencillo pues los tallos son muy delgados, pero hacerlo en uno de maíz no es nada fácil. Nota e LRN.

El caso Delphos

EL CASO DELPHOS[1]

Al anochecer del 2 de noviembre de 1971 en una finca cercana a Delphos, en la parte central del Estado de Kansas, Estados Unidos, a unos 18 kilómetros al Noreste de Minneapolis, en el condado de Ottawa, aproximadamente a las 19:00, un muchacho de 16 años, de nombre Ronald Johnson, estaba guardando su rebaño cuando de pronto vio un artefacto brillante en forma de hongo de unos 3 metros de diámetro por 2.70 de altura, que bajaba del cielo. El resplandor era tal, que el muchacho no pudo apreciar sus detalles.

Su madre, la señora Emma Johnson, de 49 años, lo había llamado a cenar desde la puerta trasera de la casa. Ronald respondió que iría pronto. El matrimonio Johnson (Emma y Durel Johnson), terminó su cena sin que el joven apareciera, por lo que la madre volvió a llamarlo; en esta ocasión no obtuvo respuesta alguna. Más tarde, Emma Johnson declararía que, durante este tiempo, no vio nada anormal ni tampoco escuchó ruido alguno.

Ronald declararía que su avistamiento había ocurrido poco después de que su madre lo llamara por vez primera. Percibió un ruido sordo, como el de «una lavadora que vibrara». Después, declaró que ni él ni su perro habían notado la presencia del objeto antes de escuchar el ruido. La luminosidad no provenía de luces individuales, sino que semejaba una masa multicolor que abarcaba toda la superficie. No pudo distinguir si ésta era metálica, aunque pudo observar su forma. Parecía ser ligeramente abovedado en su parte superior y en la base, con una ligera saliente en el centro. Entre la base y el suelo se advertía una marcada luminosidad. El objeto estaba suspendido a unos 30 centímetros del suelo, pero en ningún momento el testigo lo vio posarse.

El protagonista se hallaba a unos 25 metros de distancia del fenómeno y tenía una visión bastante clara del mismo. Se quedó parado, observándolo con tranquilidad. El perro no mostró la menor inquietud ante el fenómeno.

Ronald declaró que las tonalidades lumínicas del objeto eran azul, rojo y naranja; no notó ningún cambio de colores. No pudo tampoco apreciar detalles de la superficie en razón de la exagerada brillantez, que iluminaba por completo los árboles adyacentes y el suelo. El muchacho señaló que, al mirarlo en forma directa, sintió la vista herida y por varios días tuvo los ojos irritados. También experimentó dolores de cabeza. Transcurridos varios minutos, la base del objeto comenzó a brillar, intensificó su luminosidad y comenzó a ascender a gran velocidad pasando a 1.20 metros de distancia de un cobertizo cercano. Allí el sonido se hizo más agudo, semejando al de un avión de propulsión. Al producirse este cambio, el muchacho perdió la visión. A pesar de estar enceguecido, pudo todavía escuchar el ruido del aparato que se perdía en la distancia. Extrañamente, este alboroto no lo percibieron los padres (ni siquiera el sonido de «avión a propulsión»).

Pasando unos minutos, Ronald, que ya había recuperado la vista, corrió a la casa llamando a sus padres. El señor Johnson salió y pudo ver, hacia el Sur, una luz brillante en el cielo, llamó a su esposa y los tres la observaron.

Los tres testigos rodearon la casa y fueron la sitio en donde el objeto se había detenido. Al llegar al lugar se percataron de la presencia de un círculo brillante en el suelo. La superficie del terreno estaba iluminada por una luz blanco-grisácea. Durel Johnson y su esposa tocaron la superficie del anillo pero ésta no estaba caliente. La textura les resultó extraña, algo lisa, como si el suelo se hubiera cristalizado. La mujer afirmó haber sufrido un adormecimiento en la punta de los dedos; se frotó la mano contra una pierna, intentando quitarse esa sensación, pero la pierna también quedó adormecida. Debido a su condición de enfermera comparó esta insensibilidad a la producida con una anestesia local. Por unas dos semanas le fue imposible tomar el pulso a los pacientes de la casa de reposo en donde trabajaba. También el señor Johnson experimentó en sus dedos la misma insensibilidad. No fueron estudiados por médico alguno, por lo tanto esta declaración no pudo constatarse.

La madre tenía una cámara Polaroid que, aunque estaba cargada con película de color para exposiciones diurnas, era tan intenso el resplandor que impresionó la película.

El señor Johnson llamó posteriormente al señor Willard Christopher, director del Delphos Republican. Eran aproximadamente las 20:00, según declaró el señor Christopher.

LA HUELLA

Al día siguiente, padre e hijo fueron a Delphos y hablaron con la periodista Thadia Smith, quien luego escribiría:

«En oportunidad de recibir la visita de los Jonson al mediodía del miércoles 3 de noviembre, me fueron referidos algunos de los acontecimientos de la noche anterior.

«Ronnie, de 16 años, se hallaba cuidando el rebaño de ovejas en compañía de su perro, aproximadamente a las 19 horas, cuando de repente vio cerca del suelo una luz brillante y enceguecedora y escuchó un ruido fuerte y sordo, que semejó posteriormente al motor de un jet. La luz luego ascendió en dirección sur, a través de un cinturón de árboles situados detrás de un cobertizo próximo al corral de ovejas.

«Se sintió casi paralizado por el miedo, pero finalmente logró correr a la casa llamando a sus padres, quienes pudieron ver la luminosidad en el cielo, hacia el sur de la propiedad.

«El joven y su perro se hallaban atemorizados. Este último aún daba vueltas por los alrededores con su cabeza erguida, como buscando el objeto.

«La familia en pleno se dirigió al sector desde donde fue visto ascender el objeto (sic). Allí encontraron un gran círculo en el suelo que presentaba un aspecto fosforescente en la oscuridad. La señora Johnson tomó una fotografía del sitio.

«Escuché el relato algo escépticamente, pero como soy periodista decidí ir hasta la casa de los Johnson para tomar algunas fotografías del lugar donde había sido divisado el objeto.

«Fui acompañada de mi esposo, el señor Lester Smith, y de mi yerno, el señor Kenneth McCullik, quienes también se sentían intrigados por el episodio.

«No bien llegamos al escenario de los acontecimientos, tomé conciencia de que algo había dejado una evidencia de haber estado allí.

«El círculo aún se distinguía perfectamente. El suelo estaba seco y encostrado. El anillo o círculo, tenía unos 2.40 metros de diámetro y el centro del mismo y el sector externo estaban aún con barro por las recientes lluvias. El área seca del anillo tenía unos 30 centímetros de espesor y era de un color más claro que el de las áreas adyacentes.

«En su ascenso, o descenso, el objeto habría derribado un árbol seco, quebrando, aparentemente al aterrizar, una rama verde de otro. La rama ofrecía la singular característica de parecer haber estado seca desde hacía bastante tiempo, aunque estaba verde debajo de la corteza. De su parte superior pendían hojas verdes, no así de su parte inferior en donde además la corteza parecía ampollada y presentaba un matiz blancuzco.

«Tomé una fotografía del área y volví al periódico para redactar el incidente. Pensando en las cosas casi increíbles que había visto, decidí llamar al Departamento de Meteorología de Concordia para saber si el radar había detectado algún objeto no identificado. Me respondieron que no había estado en funcionamiento, sugiriéndome que notificara a la Oficina de Policía de Otawa. Llamé a KSAL Radio Salina, con miras a reportar el episodio. También me manifestaron que derivara el caso a la Oficina de Policía, cosa que obviamente hice».

Ese mismo día se efectuó una investigación in situ conducida por el jefe de policía, Ralph Enlow, el segundo, Harlan Enlow, y por Kenneth Yager, de la policía montada de Kansas. Se tomaron fotos de los troncos y de la rama. La policía trajo también un contador Geiger pero no se encontró radiación alguna. El reporte de Harlan, escrito a petición de Ted Phillips, fechado el 11 de enero de 1972, dice:

«Informe de Harlan Enlow, Subjefe de Policía: «˜Observación de un ovni en la residencia de Durel Johnson, una milla al Norte y media al Este de Delphos:

«Aproximadamente a las 13:30 horas del 3/11/71 este oficial recibió una llamada de la señorita Thaddia Smith, periodista del «Delphos Republican», comunicándonos que se había informado de la aparición de un ovni a las 19 horas del 2/11/71 en la granja del señor Durel Johnson, sita a una milla al Norte y media al Este de Delphos. La señorita Smith nos precisó que había puesto en conocimiento del hecho al Departamento de Meteorología de Concordia, Kansas, y a KSAL Radio Salina, Kansas, y en ambos casos le habían sugerido derivar la información a nuestra oficina.

«Aproximadamente a las 14 horas del 3/11/71, el Jefe e Policía, Ralph Enlow, el Jefe de Patrulleros de Caminos, Kenneth Yager, y el suscrito «“Subjefe Harlan Enlow- nos presentamos en la granja de los Johnson y conversamos con el señor y la señora Johnson y su hijo Ronnie, quien había visto el objeto la noche anterior.

«Supimos por Ronnie que alrededor de las 19 horas del día anterior, mientras se hallaba en el corral de las ovejas, escuchó un fuerte ruido y vio una luz brillante que provenía de un cinturón de árboles situados detrás de un cobertizo. Mientras observaba con atención, la luz se elevó alejándose hacia el sur. Ronnie corrió a la casa a buscar a sus padres, quienes alcanzaron a ver el objeto hacia el sur.

«El señor Johnson nos llevó hacia la parte posterior del cobertizo, donde pudimos observar un anillo con forma de rosquilla. El anillo estaba completamente seco, mientras que la depresión central y la parte exterior estaban con lodo. Había ramas rotas de un árbol y también un árbol seco caído. Los árboles presentaban un ligero descoloramiento. Se nos exhibió una fotografía tomada la noche anterior por la señora Johnson, en la que se veía el brillo del anillo en la oscuridad. El Subjefe de Policía, Enlow, extrajo una muestra de tierra del anillo seco y la fotografió.

«La muestra era casi blanca y muy seca. Utilizamos un Monitor Radiológico de la Defensa Civil para determinar si tenía radiactividad. La tierra y las fotografías se encuentran en los archivos de la oficina del Jefe de Policía, a la espera de una ulterior investigación por parte de las autoridades pertinentes.

«El 3/11/71 el señor Lester Ernsbarger, del 416 Argyle St., de Minneapolis, comunicó al Teniente de Policía Leonard Simpson, que el 2/11/71, alrededor de las 19:30 horas, observó una luz brillante que descendía del cielo hacia el área de Delphos.

«Firma

«Harlan Enlow, Subjefe de Policía»

La noticia llegó a oídos de J. Allen Hynek, quien se puso en contacto con Ted Phillips, para que fuera a investigar el caso.

Treinta días después, el 4 de diciembre, cuando el investigador de ovnis Ted Phillips llegó a la escena de los hechos, la nieve había caído y se estaba fundiendo por dentro y por fuera del anillo, pero el círculo de más de 30 centímetros de ancho, estaba perfectamente seco.

«Quitamos la nieve de una sección del anillo «“escribió Philiphs- y regamos agua en el área que había quedado expuesta: el terreno no le permitía al agua penetrar por la superficie. Eso era algo de lo más extraordinario, ya que habían caído varias pulgadas de lluvia y nieve».

Phillips extrajo una muestra del anillo. La misma contenía una alta concentración de una sustancia blanca, material este que se hallaba en toda la tierra bajo el anillo; no así en la parte exterior del mismo. La tierra del anillo estaba seca hasta una profundidad de 35 centímetros. La de la parte externa se hallaba húmeda y ofrecía una coloración oscura hasta una profundidad de 20 centímetros.

Se enviaron algunas muestras a los laboratorios especializados de agronomía. Philiphs, que yo sepa, nunca dio los resultados biológicos.

Análisis de las muestras del caso Delphos*

Elemento Fuera del círculo Dentro del círculo % de variación
Zinc (Zn) 0.18 20.00 11111
Manganeso (Mn) 5.52 56.00 1014
Magnesio (Mg) 87.00 730.00 839
Hierro (Fe) 28.00 6.80 411
Calcio (Ca) 912.00 2400.00 263
Cobre (Cu) 1.00 2.48 248
Potasio (K) 940.00 1680 178

*Las cantidades se expresan en partes por millón.

La vegetación no volvió a crecer dentro del círculo, como se comprobó mediante experimentos de cultivo en tinas de madera. Tiempo después había docenas de setas en el círculo.

El Jefe de Policía, Ralph Enlow, también redactó su informe hasta el 11 de enero de 1972 a petición de Phillips:

«A quien interese:

«Con referencia a la observación de un ovni en la residencia de Durel Johnson, cerca de Delphos, Kansas, el 2 de noviembre de1971.

«La familia es antigua residente del condado de Otawa y de la comunidad de Delphos. Son conocidos y respetados por la Oficialidad de este departamento. Es opinión de este oficial que la información proporcionada por ellos es sincera y exacta.

«Con referencia a la observación de un ovni el 2 de noviembre de 1971, por el señor Lester Ernsbarger, de Minneapolis, Kansas.

«El señor Ernsbarger es un empleado del Departamento de Caminos de Minneapolis y Oficial de Policía de Reserva del Departamento de Policía de Minneapolis. Estimo que su información es sincera y exacta.

«Firmado

«Ralph Enlow, Jefe de Policía, Condado de Otawa, Kansas»

Phillips también obtuvo una declaración firmada de la periodista Thaddia Smith:

«Luego de tomar conocimiento en la tarde del 3 de noviembre de 1971 que el personal perteneciente a la Jefatura de Policía del Condado de Otawa, a la Patrulla de Caminos y al Observatorio Meteorológico, había visitado el lugar tomando fotografías y recogiendo muestras de ramas, fui en compañía de mi esposo a recabar información complementaria, por si la dispusieren, para documentar mi crónica periodística sobre el misterioso ovni.

«Los Johnson, mi esposo y yo «“ya sin luz diurna- caminamos en la oscuridad hasta el lugar del hecho.

«Al acercarnos al sector pudimos observar claramente el anillo brillante. En el área que bordeaba el círculo y en el centro del mismo reinaba la más completa oscuridad, dándonos la observación de una sensación de irrealidad.

«Los Johnson, siempre han vivido en Delphos, son respetados, estimados y dignos de confianza; típicos exponentes de los tenaces trabajadores de las granjas de Kansas.

«Firmado

Thaddia Smith, periodista del Delphos Republican».

Phillips visitó por última vez la granja de los Johnson el 11 de enero y escribió sus impresiones:

«La tierra, que en nuestra anterior visita estaba lodosa, se encontraba ahora seca. El anillo era tenuemente visible, ya que tenía una coloración ligeramente más clara que la del suelo de las inmediaciones. Procedimos a remojar el área con cubetas de agua, y a medida que lo hicimos el círculo se hacía más visible. Mientras la tierra adyacente absorbía de inmediato el agua «“y se tornaba más oscura- el círculo no la absorbía, aclarándose por contraste. El agua se mantenía brevemente en el suelo del anillo, escurriéndose luego hacia una sección de tierra más baja, quedando la superficie nuevamente seca. Parecía como si vaciáramos el agua sobre una superficie vítrea.

«Debemos recordar que todo eso tenía lugar 71 días después de la aparición del anillo. Con el señor Johnson escarbamos el anillo en varias partes, las cuales estaban secas y contenían aún la sustancia blanca. La tierra estaba seca hasta una profundidad de 35 centímetros. Posteriormente procedimos a abrir el suelo en el borde del anillo, a fin de observar la diferencia entre el suelo del mismo y el normal. Esto se hizo hasta una profundidad de unos 15 centímetros (no fuimos más allá). La tierra del anillo estaba seca, conteniendo la sustancia blanca; la normal «“junto al anillo- era negra, húmeda y no contenía el material blanco».

El ufólogo pudo localizar otro supuesto testigo, el señor Elton Smith, educador del Centro Asistencial de Delphos, quien declaró:

«Vi solamente un trazo de luz que caía hacia el Norte (aproximadamente sobre el área de Delphos). Ello ocurrió mientras caminaba en dirección Norte, desde el edificio del colegio al campo de deportes, en Bennington, Kansas. No vi ningún objeto, pero pensé que podría ser una estrella fugaz».

EL PREMIO DEL NATIONAL ENQUIRER

Los Johnson recibieron un premio de U$ 5,000.00, que otorgaba el tabloide sensacionalista National Enquirer por el mejor caso ovni de 1971 (Premio Ribbon Blue). Pero la verdad se descubriría más tarde.

En 1972, el investigador Philip J. Klass reencuestó el caso y encontró que el anillo estaba rodeado al Este, Norte y Oeste por grandes árboles, así que el ovni sólo podría haber llegado desde el Sur, pasando por encima de un chiquero para puercos. De esta manera, el árbol quedó exactamente en su trayectoria, por lo que, al caer, debió hacerlo en dirección Norte-Sur y no en la dirección Este-Oeste que mostraban las fotografías de Smith.

Además, ningún investigador encontró la menor huella del choque con un árbol.

Otra curiosa anomalía en la declaración de Johnson fue la supuesta brillantez del anillo, la cual fue fotografiada por su esposa. Cuando Klass vio la fotografía y se ubicó sobre el mismo terreno, encontró que efectivamente, la foto mostraba cierto brillo, pero eso no era nada extraordinario, pues se había tomado al ponerse el Sol, lo cual explica porqué los árboles y el anillo relucían sólo por su parte Oeste.

Según la versión de Johnson, ese «extraño brillo» duró varios días, sin embargo, el sheriff Enlow declaró que las muestras que él recolectó, menos de 24 horas después, no mostraron nunca tal característica fluorescente.

La sustancia blanca reportada por Ted Phillips era seguramente el micelio del hongo que formó ese anillo de hadas. Aún hoy los ufólogos no acepta que esto es un caso de anillo de hadas, porque desconocen todo acerca de este curioso fenómeno.

HOMBRES LOBO, PODERES MENTALES… IMAGINACIÓN.

Tres años más tarde, el reportero del Salina Journal de Kansas, Jim Suber, entrevistó a los Johnson y escribió un artículo que apareció en dicho diario el 13 de octubre de 1974. En esa entrevista, los Johnson declararon que el ovni había regresado.

Una tarde, Ronnie entró corriendo como loco gritando «les dije que regresaría». Los Johnson salieron de la casa y vieron «el mismo objeto o uno similar». Johnson informó que su hijo había adquirido «poderes psíquicos» como resultado de su primer encuentro con el ovni. Entonces predijo el segundo avistamiento.

Otras fantasías contadas en dicha entrevista incluyen un supuesto rapto y examen por parte de los extraterrestres; descompostura de relojes (en el más puro estilo de Uri Geller); esterilidad de una cerda ganadora de concursos; nacimiento de varias ovejas sin que sus madres fueran fecundadas; encuentros con «niñas lobo» de un metro de altura, rubias y con vestido rojo que corrían a cuatro patas mucho más rápido que cualquier ser humano (¿acaso era el producto de la cruza entre el lobo feroz y caperucita roja?).

El caso Delphos mostró así su verdadero origen: la imaginación desquiciada de unos campesinos norteamericanos, y la credulidad sin límite de los ufólogos.

Lo ocurrido en Delphos corresponde a la aparición del fenómeno conocido como anillo de hadas. La imaginación y el deseo de notoriedad hicieron lo demás.

REFERENCIAS

Andrus Walter, Delphos revisited: Part II, MUFON Ufo Journal, Vol. 213, No. 14.

Anonym, Landing Case in Kansas, The APRO Bulletin, Nov/Dec 1971.

Anonym, UFO Sighted Tuesday Nite at Johnson Farm Home, The Delphos Republican, November 4, 1971.

Budinger Phyllis, New Analysis of Soil Samples from the Delphos UFO Case, Journal of UFO Studies, No.8, 2003, págs.1-25.

David F. Farr, Ufo Rings and Fungi, Mycologia Newsletter of the Mycological Society of America, Vol. 52, No. 6, December 2001, págs. 3-6.

Faruk Erol A., Further Comment on the Delphos Data, Journal of UFO Studies, Vol. 16, No. 3, 1991.

Faruk Erol A., The Delphos Case: Soil Analysis and Appraisal of a CE-2 Report, Journal of UFO Studies, Vol. 14, No. 1, 1989, págs. 41-65.

Faruk Erol A., The Delphos Landing: New Evidence from the Laboratory. Part One, International UFO Reporter, Vol.12, No.1, 1987, págs. 21-25.

Faruk Erol A., The Delphos landing: new evidence from the laboratory, Part Two, International UFO Reporter, Vol. 12, No. 3, 1987, págs. 19-21.

Fuller P., Ted Phillips»™ physical trace catalogue, 1997. www.project1947.com.phillips.html

Glawe D. A., Solberg W. U., Early accounts of fungal bioluminescence, Mycologia, 81, 1989, págs. 296-299.

Herring P. J., Bioluminescence in action, Academic Press, New York, 1978.

Hewes Hayden, Delphos Case, Official UFO, Vol. 1, No. 4, November 1975.

Howe Linda Moulton, Delphos, Kansas ring mystery. More analyses, 1999. www.earthfiles.com/earth066.htm

Klass Philip J., UFOs. The Public Deceived, Prometheus Books, New York, 1983, págs.132.

Newton H. E., Bioluminescence, Academic Press, New York, 1952.

O»™Kane D. J., Lingle W. L., Porter D, Wampler J. E., Spectral analysis of bioluminescence of Panellus stypticus, Mycologia, 82, 1990, págs. 607-616.

Phillips Ted, Delphos, A Close Encounter of the Second Kind, UFO Research Coalition, 2002.

Phillips Ted, Delphos, Kansas, case, MUFON Ufo Journal, Vol. 209, No. 08. 2004.

Phillips Ted, Landing Report from Delphos, FSR Case Histories, No. 9, February 1972, págs. 4-10.

Phillips Ted, Ovni desciende en Delphos. Análisis del suelo. Nota I, Ovnis un desafío a la Ciencia, No.2, Córdoba, Argentina, julio agosto 1974, págs. 22-25.

Phillips Ted, Ovni desciende en Delphos. Análisis del suelo. Nota II, Ovnis un desafío a la Ciencia, No.3, Córdoba, Argentina, septiembre octubre 1974, págs. 28-33.

Phillips Ted, Physical Traces Associated With Ufo Sightings, Center for UFO Studies, Evanston, IL, 1975.

Robiou Lamarche Santiago, Manifiesto OVNI de Puerto Rico, Santo Domingo y Cuba, Editorial Punto y Coma, Puerto Rico, 1979.

Rutkowski Chris A., Research Note: Delphos, KS: Nov. 2, 1971, Soil Analysis Results, (PO Box 1918, Winnipeg, Manitoba, Canada, R3C 3R2).

Swords Michael D., & Faruk Erol A., Delphos, Kansas soil analysis, Journal of UFO Studies, Vol. 16, No. 3, 1991, págs. 115-138.

COMENTARIO DE JACQUES VALLÉE

Este artículo sería comentado por Jacques Vallée quien nos envió una carta fechada el 4 de enero de 1995. Escribe:

«En «˜El colegio invisible»™[2] publiqué un análisis de las muestras del terreno que no sólo probaban la presencia de un hongo sino que lo identificaban. Sin embargo, también mostré que eso no era indicio de fraude. El Journal of UFO Studies dedicó un número al caso, pero ignoraron por completo mi identificación del organismo y sus propiedades inusuales».

Efectivamente, en 1974 Vallée escribió:

«La sustancia blanca resultó ser fibras… de naturaleza vegetal y pertenecían a un organismo del orden de los actinomicetáleos, el cual es un organismo intermedio entre las bacterias y los hongos. (El biólogo francés que lo identificó, y que me rogó que no se mencionara su nombre en este libro, determinó que el organismo pertenecía a la familia de los actinomicetáceos y al género «Nocardia»). Tal organismo se encuentra con frecuencia junto con un hongo del orden de los bacidiomicepeos, que pude emitir luz bajo ciertas condiciones. Dicho hongo puede causar una figura circular, la cual es visible en la superficie del terreno»[3].

Sin embargo para Vallée esa era una respuesta muy simple para el misterio y, tomando una actitud francamente irracional, se atreve a afirmar que «el espectacular crecimiento de la Nocardia» se debió «al estímulo de una alta energía» del ovni. Para Vallée los monstruos de los clósets se deben efectivamente a sombras; pero no a las sombras de los árboles, sino a las sombras de los monstruos. Con ese comentario Vallée se ponía al mismo nivel que Zhita Rodríguez, cuando ésta última le dijo a Héctor Escobar[4] que teníamos mucha imaginación al pensar que la huella de San marcos fue debida a un hongo[5].

El caso Delphos fue un fraude que se hizo aprovechando el curioso fenómeno de los anillos de hadas. Posteriormente se trató de utilizar el mismo para sacar el máximo provecho económico. Los Johnson no se conformaron con el premio del National Enquirer. Hay otros ejemplos de su interés por el dinero. Como cuando Durel Johnson, padre de Ronald ofreció la copia de una foto de un extraterrestre a Robert Sheaffer a cambio de una participación de los derechos de su libro[6].

Ver nuestro comentario a la carta de Vallée en Ruiz Noguez Luis, Delphos, Desclasificación, Descendencia y Designación, Perspectivas Ufológicas, Año 2, No. 6, México, septiembre de 1995, págs. 69-70.


[1] Publicado originalmente en: Ruiz Noguez Luis, El caso Delphos, Perspectivas Ufológicas, México, diciembre de 1993, págs.37-40.[2] Vallée Jacques, El colegio invisible, Editorial Diana, México, 1981, págs. 41-44.

[3] Op. Cit., pág. 43.

[4] Programa de Nino Canun (¿Y usted qué opina?) transmitido el 9 de septiembre de 1993.

[5] Ver en este mismo blog: http://marcianitosverdes.blogspot.com/2006/09/aterrizaje-en-tula-un-cuento-de-hadas.html

[6] Sheaffer Robert, Veredicto ovni, Tikal, España, 1994, pág. 42.

Los anillos de Poza Rica

EL OVNI DE POZA RICA

DE CÍRCULOS, OVNIS E IMAGINACIÓN[1]

Óscar García

Durante los últimos años, y en comparación con otros países, la ufología mexicana había contado con muy pocos reportes referentes a supuestos aterrizajes; sin embargo, cuando el tema comienza a ponerse de moda en los medios de comunicación, y sutilmente entra en la conciencia del pueblo, no es raro que recibamos noticias sobre incidentes espectaculares como el que nos ocupa esta ocasión.

«Más de 250 habitantes vieron durante dos horas un «˜platillo volador»™ de aproximadamente 10 metros que además, posteriormente aterrizó, dejando plasmadas dos huellas en el piso en dos lugares separados entre sí por más de 3 kilómetros».

Esta era la información dada a conocer por el diario El Norte de la ciudad de Poza Rica, en el Estado mexicano de Veracruz. La nota apareció en la sección policíaca de dicho rotativo con fecha 23 de mayo de 1992.

«Poza Rica «“ Veracruz.- Un objeto no identificado (ovni) de aproximadamente 10 metros de diámetro, que desprendía un brillo inmenso y bastante extraño, fue visto por más de 250 habitantes de la Parcela 14, quienes reportaron a las autoridades policíacas la presencia del platillo volador que causó expectación entre quienes por espacio de dos horas apreciaron el objeto que pendía en el aire sobre un cerro».

IMPORTANCIA DEL CASO

Independientemente de la importancia directa que el caso pueda tener, su importancia en México es fundamental ya que sirvió de detonante a toda una serie de reportes, así como modelo de lo que debería ser la huella de un ovni.

La historia se divide en dos partes principales, el avistamiento y la aparición de las presuntas huellas del aterrizaje; además de diversas ramificaciones, que narran cómo los círculos «fosforescían», la aparición del ovni diariamente (como en toda psicosis colectiva), el presunto choque del ovni (Ufo crash tan de moda últimamente) y su posterior recuperación por el Ejército Mexicano. Todo esto en medio de investigaciones secretas de la NASA, agentes desinformadores vestidos de negro (los ya famosos «men in black»), etc.

EL OVNI

Todo comenzó al atardecer del viernes 22 de mayo de 1992 en unas canchas de basketball, situadas n la parte superior de la Escuela Primaria Pública Ignacio Zaragoza, en la colonia Parcela 14, en la ciudad de Poza Rica, Estado de Veracruz, a unos 293 kilómetros de la Ciudad de México.

El testigo más importante del avistamiento es la señora Zitha Alicia Azuara, profesora de la primaria Ignacio Zaragoza.

«Era un día muy soleado y hacía bastante calor, había mucho sol, estábamos en recreo. Eran las 10:30 de la mañana y los niños jugaban en la cancha de basketball.

«Los niños miraban un resplandor que había y decían que era una nave espacial. Algunos muchachos me llamaron para que lo fuera a ver, me avisaron dos o tres veces, pero no les creí, pues los niños son muy fantasiosos.

«Aproximadamente a las 11:00 noté que algunos niño seguían en la cancha, pero yo entré a mi salón dispuesta a dar la clase. Al notar que faltaban algunos alumnos, les pregunté a sus compañeros dónde estaban y me contestaron que viendo el platillo volador. Intrigada les pregunté si era cierto lo del platillo, a lo cual respondieron que sí.

«Todos salimos del salón y fuimos donde estaban el resto de los niños.

«Para mí no era un sólido, sino más bien una especie de pared o lámina, una especie de espejo brillante de unos tres metros de altura, que no lastimaba la vista.

«En ese momento pedí a algunos niños que fueran por una maestra compañera mía, la profesora Isabel Lira; ella llegó minutos después, y en ese momento la lámina hizo una especie de oscilación (sic) y se sumergió detrás de las palmeras, salió de nuevo y se volvió a meter para no volver a aparecer más.

«Nadie de los que estábamos ahí quisimos decir nada. Una señora insistía en que llamáramos a los periódicos, pero yo me opuse: no fueran a creer que tuvimos un espejismo colectivo (sic).

«En la tarde me llamaron a casa por teléfono las autoridades para que les platicara lo que había visto. Yo no se si fue algo anormal o un experimento que hayan hecho por ahí».

LAS HUELLAS

Ese mismo viernes, en la tarde, en las cercanías del lugar de la observación, aparecieron una extrañas huellas.

Se trataba de dos círculos concéntricos de gran tamaño, que fueron visibles durante 8 días.

Según la profesora Azuara, los círculos aparecieron el día viernes en la tarde, lo cual «comprueba» que tienen relación con lo visto en la mañana por ella y sus alumnos.

En este punto encontramos algunos detalles que nos hacen dudar de la relación que pueda haber entre ambos hechos.

Ese viernes en la tarde, el lugar de la observación fue visitado por el periodista Felipe Pérez Peralta, quien redactara la nota sensacionalista aparecida en el periódico «El Norte», en la cual no se hace referencia a las supuestas huellas.

No fue sino hasta el sábado 23 de mayo[2] cuando, junto al jardín de niños Polantay, apareció un círculo de aproximadamente 12 metros de diámetro conformado aproximadamente por 8 anillos de 15 centímetros de ancho cada uno.

En esas mismas fechas (el lunes 25 de mayo), en el rancho llamado El Edén, situado en las cercanías del lugar donde supuestamente se vio que se ocultaba el objeto del día 22 de mayo, aparecieron otras huellas.

Sigamos el relato de la profesora Azuara:

«Era igual al círculo del campo de fútbol de acá arriba. Se veía perfectamente. La tierra estaba calcinada. Esta huella duró mucho tiempo, pues fui a verla 15 días después y ya había vegetación a su alrededor, mas no donde se posó el ovni: ahí la tierra estaba calcinada y reseca.

«Otra cosa muy curiosa es que parece que tomaron como punto de referencia para posarse, 4 arbolitos que estaban estratégicamente marcados como si fueran los 4 puntos cardinales, y las ramas de los árboles aparecieron quemadas.

Con el mismo sensacionalismo de la nota de prensa anterior, el diario «El Norte» narraba, a petición del público, las nuevas noticias alrededor de los incidentes ovni. Así pues, en su edición del jueves 28 de mayo, en pluma del periodista Jorge Levario, se informa de la aparición de una nueva huella.

«Poza Rica.- Temor, incertidumbre, miedo, curiosidad, morbo, todos estos agentes colectivos se han manifestado en torno a la aparición de objetos volantes no identificados que han aparecido en la porción Este de la urbe petrolera.

«Frente al rancho El Edén, en la carretera a Santa Águeda, frente a la estación de radio, hay un camino de terracería que conduce a los pozos 226 y 268 de Petróleos Mexicanos, avanzando unos 500 metros, luego hay que avanzar sobre el lado izquierdo y caminar paralelamente a la carretera hasta una pequeña cima, ahí aparece otra huella con las mismas características de la aparecida en la Parcela 14.

«El señor Jacobo Hernández, de 45 años de edad, vigilante de uno de los ranchos de este lugar, aseveró a este medio de información, haber visto un fuerte resplandor, como el flashazo de una gigantesca cámara. Al instante desapareció el espectro y se apagó la luz de la torre de la difusora, luego, en pequeños instantes se fue la luz y volvió, el señor Hernández dice que eso fue todo lo que vio además de sentir una masa de aire caliente, pero no escuchó ruido alguno.

«Al otro día, el señor Roberto Ruiz Montoya, de ocupación campesino, encontró en una de las cimas un extraño círculo de aproximadamente 10 metros de diámetro, y en medio de éste, otro más pequeño, como de unos cinco metros, este hallazgo fue aproximadamente a las 06:45 horas y coincide exactamente con la posición que el señor Hernández señala como por donde se vio el resplandor».

«Personas vecinas del lugar[3] han observado que han pasado elementos de la Armada, también se logró ve a un elemento de la policía preventiva, e incluso, un radioaficionado[4] interceptó una llamada diciendo que «˜habían localizado el objeto»™. En el área del fenómeno se detectó radiación en un punto uno. Según versiones de ingenieros que trabajan en PEMEX[5], aun cuando no lo atribuyen a un objeto volador, trascendió en forma extraoficial que se procedió al levantamiento de un objeto extraño, como si fuera un satélite, al cual subieron a un pesado trailer pero no se sabe más del asunto[6].

«Diario El Norte se trasladó hasta el lugar de los hechos y pudo constatar que efectivamente hay una huella de características particulares y en el entorno cuatro árboles y a un costado, una laguna; los árboles están quemados por debajo de sus ramas, por lo que se presume que el ovni que aterrizó tomó como punto de referencia los cuatro árboles».

Entrevistamos a Jesús Gabriel Paredes Flores, comandante de policía de Poza Rica, quien informó:

J. G. P. F. Mira, ponte a pensar, yo estoy de acuerdo en que puede existir gente en otros planetas, pero tú metes un carro, y le das toda la vuelta completa al volante, y haces un círculo, ¿no es cierto?, porque un oficial de aquí le hizo así e hizo un círculo perfecto, únicamente que en este caso a fuerza hay salida o entrada y ahí no había salida o entrada. Vimos los círculos que estaban ahí, pero jamás un aparato o un objeto volador, vimos las huellas, efectivamente estaban las huellas en el Campo 5 de mayo, en la Parcela 14.

O. G. Aparecieron otros círculos en El Edén, ¿los fueron a ver?

J. G. P. F. Sí. También fui personalmente a verlos.

O. G. ¿Qué es lo que había?

J. G. P. F. Pues nada más un círculo con pasto quemado. El pasto estaba achicharrado.

O. G. ¿Era igual que el del Campo 5 de mayo?

J. G. P. F. Era un círculo quemado pero más grande. El diámetro era como de 6 metros, y el otro era más pequeño, como de unos 4 metros. Uno dentro del otro.

El anillo estaba quemado. Era como de 10 centímetros de grosor y de profundo como 5 centímetros, como si algo pesado se hubiera posado.

El círculo estaba en medio de tres arbolitos, y las hojas estaban quemadas. Yo no se de esto pero al parecer ¡bajó algo ahí! De ahí en adelante yo no supe qué pasó.

O. G. ¿La del Campo 5 de mayo pudo ser un carro?

J. G. P. F. Quién sabe.

O. G. ¿Cuál fue su conclusión?

J. G. P. F. Ninguna. No nos interesa eso.

O. G. Fueron. Vieron que estaba quemado y… ¿Qué fue lo que hicieron?

J. G. P. F. Pues nada.

O. G. ¿Pasaron el reporte?

J. G. P. F. No. Mira. Te voy a decir una cosa. Uno no puede asegurar una cosa que no hemos visto bien. Únicamente te puedo decir que vimos eso. Hasta ahí. Era un círculo con otro más pequeño adentro.

O. G. ¿Emitieron algún juicio sobre esto?

J. G. P. F. Nada más lo vimos. Mucha gente lo vio.

O. G. ¿Porqué fueron?

J. G. P. F. A mí me pasaron la información. Una llamada telefónica, y fuimos. Ves que la curiosidad te lleva.

Pudo haber sido el ranchero. Es lo único que puedo decir.

PSICOSIS DE MASAS

En medio de todo este alboroto ocurrió lo que habría de esperar en un pueblo que, de la noche a la mañana, se ha convertido en el lugar elegido por los ovnis.

Rápidamente se dan cita en el campo de fútbol cientos de curiosos para observar las huellas del aterrizaje y esperar todas las noches, mirando a las estrellas a cualquier luz que se mueve de manera «anormal» y gritar que se trata de un ovni, el cual es fotografiado por numerosas cámaras.

El mito crece rápidamente, así lo testimonia el relato de la profesora Azuara.

«Tengo un primo que fue al Edén un día que estaba lloviendo y al pararse en el círculo se llenó de lodo. Cuando llegó a su casa, en la noche, se quitó el lodo de los zapatos y éste se veía fosforescente.

«También cuando yo fui al lugar sentí una cosa muy rara en mi organismo. Incluso le dije a una compañera que no iba conmigo y que no era muy sugestionable, pero sentía una cosa muy rara dentro de mi organismo.

«El lunes en la mañana me dieron nauseas. No se si es porque ahí había radiactividad, pero fue algo que yo percibí, pero sentí una sensación muy rara».

Así las cosas, y con todo tipo de historias corriendo de boca en boca, no sólo se hablaba de huellas fosforescentes, sino que se afirmó que la misma NASA (al parece siempre pendiente de los ovnis), había hecho acto de presencia debido a que «“mediante operaciones secretas- intentaba recuperar el ovni[7].

La profesora Azuara también nos informa que una persona que cuidaba un invernadero situado en los alrededores vio «algo» pero le dio mucho miedo y huyó del lugar. Al parecer, se trataba de una gran luz que iluminaba el terreno como si fuera de día. Esta persona tenía una grabadora que sufrió interferencias.

«La gente ya está amañada, parece que les dijeron que no dijeran nada. Muchas personas recogen piedras del Edén. Dicen que tenían grumos como si hubieran sido sometidas a altas temperaturas.

«Dicen que hubo un aparato pero que se lo llevaron. Otros dicen que desapareció y que a la gente le prohibieron que hablara; sin embargo, una persona dice que un sobrino suyo, que era soldado, entró a un lugar donde tenían el aparato[8]. Que tenían un ovni lleno de cables[9]«.

FINALMENTE ¿QUÉ PASÓ EN POZA RICA?

Desgraciadamente, quien esto escribe sólo pudo acudir al lugar de los hechos unos cuatro meses después de la observación. Para ese entonces ya no era visible ninguna de las huellas, por lo que sólo pude observarlas a través de fotografías.

La forma y estructura del círculo aparecido en el campo de fútbol (primera huella) es muy similar a la que produciría un Anillo de Hadas. Dada la no relación entre esta huella y el avistamiento, es muy probable que la respuesta se encuentre en este territorio.

La segunda huella, aparecida tres días después del avistamiento, presentaba características totalmente distintas. En este caso se trataba de un círculo quemado, de forma muy irregular. Es muy probable que algún bromista, aprovechando la euforia de ovnis, hubiera hecho su propia huella rociando gasolina o algún combustible en el pasto.

Si estas hipótesis son ciertas, ya que al parecer no hay relación entre las huellas y el avistamiento, ¿qué fue lo que observaron los niños y la maestra la mañana del 22 de mayo?

Dos observaciones hechas por la maestra Azuara y la maestra Lira parecen darnos la posible respuesta a este cuestionamiento. En primer lugar el hecho de que se trataba de un día muy soleado y claro, y en segundo lugar la manera en que se escribe lo visto, como un objeto plano, una lámina o un espejo, descripción que coincide ampliamente con los dibujos de los niños.

Al observar desde la escuela el lugar donde supuestamente apareció el ovni, encontramos que en ese sitio existe una pequeña casucha de adobe con un techo de lámina inclinado. La respuesta parece clara. El techo de lámina, probablemente movido por el viento, reflejó la luz del sol, y ese era el ovni que veían desde la escuela. Quizá ciertas condiciones climatológicas especiales provocaron un fenómeno de refracción, una capa de aire caliente que dio mayor espectacularidad al avistamiento. Finalmente, el progresivo avance del sol en la bóveda celeste provocó que el fenómeno cesara («se apagó para no volverse a ver»), al cambiar el ángulo de incidencia de la luz solar sobre el techo de la casucha.

Hemos manejado anteriormente la posibilidad de que la huella aparecida en el rancho El Edén fuera fruto de una broma. ¿Quién pudo haber sido el responsable?

Uno de los elementos principales es que la persona que lo haya hecho debe tener acceso fácil y directo al lugar, ya que no es tan fácil meterse en una propiedad privada y hacer una huella ovni quemando el pasto.

Entre los vecinos del lugar, es ya legendaria la fama del hijo del dueño del rancho, dadas sus bromas. ¿Esta aquí el responsable?, no lo sabemos y por lo mismo no lo podemos asegurar, pero la posibilidad queda abierta.

CONCLUSIÓN

Quizá a ciertas personas pueda parecer que he abusado de los datos al tratar de buscar una explicación que a primera vista pudiera parecer forzada, pero me parece que es más probable que se haya dado todo este conjunto de circunstancias y coincidencias, a que un ser de otro planeta haya venido a dejar una huella tan sólo para ver la cara de asombro de los pobladores de una pequeña ciudad donde lo único que vuela son los cercano y famosos «voladores de Papantla», estos sí, completamente identificados.

REFERENCIAS

Pérez Peralta Felipe, ¡Aterrizó un ovni en Parcela 14!, El Norte, Poza Rica, 23 de mayo de 1992.

Levario Jorge, Nuevo avistamiento de un ovni en Santa Águeda; Expectación, El Norte, Poza Rica, 28 de mayo de 1992.

Romano Rivera Fernando y Calvo Miguel Ángel, Investigadores examinan el área posible de avistamiento de un ovni en Parcela 14, El Norte, Poza Rica, 25 de mayo de 1992.

Anónimo, ¡Aterrizó un ovni en Poza Rica, Veracruz!, Semanario de lo Insólito, No. 55, México, noviembre de 1992, págs. 16-17.


[1] Este artículo fue publicado originalmente en García Óscar, El ovni de Poza Rica. De círculos, ovnis e imaginación, Perspectivas Ufológicas, No. 1, México, diciembre de 1993, págs. 26-32.[2] Es decir, el mismo día en que apareció la nota en El Norte. Nota de LRN.[3] ¿Nombres? Nota LRN.

[4] ¿Nombre del radioaficionado? Nota LRN

[5] ¡Nombres! ¡Nombres! Nota LRN.

[6] Se supone que la huella estaba en el cerro, sólo accesible a través de un camino de terracería, ¡cómo logró llegar un pesado trailer hasta el lugar? ¿Cómo no se dieron cuenta de la maniobra los vecinos, como el señor Hernández? Nota LRN.

[7] ¿Pues qué no ya se lo habían llevado los técnicos de PEMEX? Nota de LRN.

[8] Seguramente el Área 52, base aún más secreta que el Área 51. Tan secreta que nadie sabe su ubicación, aunque una tía del amigo de mi vecino dice que conoció al abuelo del soldado y le aseguró que la base estaba en Poza Rica. Nota LRN

[9] Seguramente estaba en la Unidad de Cuidados Intensivos. No era para menos después del batacazo que se dio. Nota LRN.

Los anillos de Atitalaquia

SEXO, MENTIRAS Y OVNIS[1]

Atitalaquia: ¿Un amor frustrado por los ovnis o un caso de chauvinismo ufológico?

Fue nuevamente nuestro inquieto amigo Óscar García quien destapó la liebre. A finales de julio de 1993 consiguió, de un modo que aún no logramos descubrir, las pruebas de impresión del No. 11 de Reporte Ovni, mismas que ponía sobre mi escritorio:

«Â¡Otra huella de ovni! «“exclamó-, parece que es la época de los anillos de hadas».

Frente a mí aparecían cuatro fotografías de varios círculos concéntricos aparecidos en la noche del 17 al 18 de julio en el campo de fútbol de Atitalaquia, en el Estado de Hidalgo, México. No hacía mucho tiempo que e equipo de Perspectivas Ufológicas había estado a unos cinco kilómetros del lugar investigando un caso de anillo de hadas[2].

Sin embargo, las fotos no presentaban la forma característica de este fenómeno natural, y así se lo hice saber a Óscar.

De inmediato organizamos otra expedición para investigar este nuevo «Nido de ovni». El domingo 1 de agosto llegamos al lugar Araceli Leyva, Héctor Escobar, Óscar García y quien esto escribe.

Tiempo después Óscar escribiría sus impresiones:

«Sinceramente, en contra de lo que Luis decía, yo tenía la esperanza de que se tratara de otro anillo de hadas, aunque retocado con alguna mala intención. Mientras Noguez insistía en un fraude, yo, como siempre, iba con toda buena disposición de encontrar la verdad… y vaya que si la encontramos».

Después de mucho indagar y de localizar un campo de fútbol ajeno al incidente, logramos llegar al campo deportivo en cuestión. Estaba repleto de futbolistas aficionados: había dos equipos en la cancha y otros dos esperando su turno de jugar; además estaban los porristas, los acompañantes, familiares y los clásicos vendedores de paletas y cervezas. Esto dificultó mucho el trabajo pues la huella se encontraba dentro del área grande de la porción del terreno que da al oriente[3]. Los habitantes del lugar de inmediato vieron que éramos fuereños y eso nos hacía sentir un clima de incomodidad.

Mientras terminaba el primer partido conversamos con el vendedor de paletas y otros curiosos que se acercaron atraídos por nuestras cámaras y grabadoras. Todos declararon lo mismo: en ese lugar había aterrizado un ovni dejando una serie de círculos concéntricos como prueba (lo que yo no comprendía era el porqué los aficionados al deporte de las patadas no le guardaban el debido respeto a la «prueba» de la visita de las lagartijas grises)[4].

Fuimos a la Presidencia Municipal a fin de hablar con el Regidor, Francisco Molina o con el secretario municipal, doctor Ramiro Godínez Martínez, pero no lo logramos ya que ese día estaban cerradas sus oficinas. Igual suerte tuvimos con la señorita Araceli Hernández, encargada de la Biblioteca de Atitalaquia y hermana de uno de los testigos.

Regresamos al campo de fútbol y entrevistamos al señor Adrián Hernández Olguín, hermano de Araceli y de Francisco Hernández Olguín (uno de los muchachos que «vio» al ovni). Adrián nos comentó que él y su hermano están muy interesados en el fenómeno ovni y que no se pierden un solo número de la revista de la señora Zita Rodríguez[5]. Fue por eso que se pusieron rápidamente en contacto con ella después del supuesto aterrizaje.

Adrián reconoció a Héctor Escobar como uno de los escépticos que en diversas ocasiones había aparecido en el programa de Nino Canun. Afirmó que su hermano era una persona seria, tímida y que no quería hablar del asunto. Como nosotros ya habíamos conseguido su dirección, no le quedó más remedio que permitirnos hablar con él. Adrián se quedó vistiendo en el campo y nosotros nos dirigimos a su casa.

Francisco Hernández Olguín es un joven de 21 años que trabaja en el taller de autoservicio que su familia tiene al lado de su hogar. Al llegar ahí, en contra de lo que nos había afirmado su hermano, Francisco estuvo más que dispuesto a hablar, sólo nos pidió que lo dejáramos ducharse, «para no salir mal en la foto». Se encontraba en esa labor cuando llegó Adrián. Cruzaron algunas palabras y luego el joven Francisco se negó a hablar, aunque, como premio de consolación, nos dijo que nos llevaría a la casa de otro de los testigos: Juan Carlos Corona[6].

Después de, literalmente, perseguirlo por las calles de Atitalaquia (parecía que nos quería perder la pista), llegamos a casa del susodicho, pero éste no se encontraba. Le pedimos a Francisco que nos llevara con la señorita Toñis, y al oír este nombre, puso cara de espanto y quiso desentenderse. Arremetimos indicándole que ella trabajaba en la tienda de videos Atlantis. No pudo negarse más y nos guió hacia ella. Llegamos al lugar y sin bajarse de la camioneta ni frenar, con la mano nos indicó el sitio de la tienda de videos. Luego aceleró y se perdió entre las calles de Atitalaquia[7].

Entramos a la tienda y preguntamos por Toñis. El dueño de la misma nos dijo que ese día no trabajaba, pero que podíamos hablar con ella entre semana y que su nombre completo era María Antonieta Casanova Castañeda.

Habíamos perdido el día. No pudimos hablar con ninguno de los testigos y la huella, después de más de diez días, ya casi no se distinguía (otro detalle que me aseguraba que no se trataba de un anillo de hadas típico).

CHERCHES LA FEMME

Dos días después, acompañado por Oscar García, regresamos al lugar. Como a las cinco de la tarde entramos al video Atlantis y nos dirigimos con la dependienta preguntándole por Toñis. Ella negó conocerla y afirmó no saber nada de los ovnis. Desafortundamente para ella, uno de los clientes la llamó con el nombre de «Toñita», lo cual nos hizo sospechar.

Salimos de la tienda y planeamos la siguiente estrategia: le diríamos que habíamos hablado con el Presidente Municipal, Francisco Molina, quien había ordenado que hablara y dijera la verdad. La siguiente es la trascripción de dicha entrevista:

Óscar García: ¿Qué crees?, que dice el regidor que tú eres Toñis.

Toñis: No, yo no soy.

O. G.: Como no, cuéntanos…

Luis Ruiz: Nada más queremos que nos platiques cómo estuvo lo del «aterrizaje».

T: Yo no se nada, de veras.

L. R.: Lo que sepas.

T: No se nada.

L. R.: Ni siquiera es para una revista nacional.

T: …Ya les dijeron ellos, ¿no? (refiriéndose a Francisco y los otros muchachos). Ellos también estuvieron ahí.

L. R.: Pero, para, más o menos, relacionar las historias.

O. G.: ¿Realmente hubo algo ahí?

T: No.

O. G.: ¿No vieron nada? Mira, nosotros nos dedicamos a investigar reportes de ovnis y tenemos mucho tiempo detrás de este asunto. Entonces, historias así, que no son reales, hemos visto muchas. Mejor dinos «no pasó nada» y ya.

T: No pasó nada.

O. G.: ¿Y por qué contaron eso?

L. R.: ¿Fue una broma?

T: No, no fue una broma. ¡Yo no sé nada!

L. R.: Mira, lo de San Marcos[8], en mayo que estuvimos allá, supimos que fue un hongo y que no hubo nada de extraterrestres y suponemos que acá pudo ser algo similar.

O. G.: ¿Entonces, por qué hablaron de luces y esas cosas?

T: Yo no se nada.

O. G.: Mira, Francisco, él es tu novio, ¿no?

T: Era.

L. R.: Ayer que vinimos, el dueño del videoclub nos dijo: «Mañana va a estar la señorita aquí».

O. G.: Además, nos dijeron que tú habías visto y habías tocado la huella.

T: Él la vio (Francisco).

L. R.: Pero él dice que tú la tocaste.

T: La tocamos todos.

L. R.: ¿Se quemaron?[9]

T: No, no estaba caliente.

L. R.: ¿Es cierto que fosforescía mucho?

T: Si. El círculo de en medio.

L. R.: ¿Cuánto tiempo duró fosforescente, contando en días?

T: Eso si no se.

L. R.: ¿Porqué los de Pachuca dicen que esto lo hicieron con un tractor? Obviamente eso no se hizo con un tractor.

T: No, porque si así hubiera sido, habría salidas, y no las hay.

O. G.: Pero, ¿vieron alguna luz?

L. R.: Eso si no lo vieron, ¿o sí?

T: No[10].

L. R.: ¿Qué pasó entonces ?

T: Habíamos salido de una fiesta y Paco insistió en que fuéramos al campo de fútbol.

L. R.: ¿Quiénes iban?

T: Mi hermana Julia, una amiga (Aurora), yo, Paco, Juan Carlos y Julio Vega.

O. G.: ¿Qué pasó en el campo ?

T: Paco y yo nos quedamos en el coche. Los demás bajaron. Juan Carlos se dirigió al lugar en donde estaba la huella y luego regresó diciendo que ahí había unos círculos extraños de ovnis.

L. R.: ¿Todos los vieron?, ¿Fosforescían?

T: No, estaban como quemados.

L. R.: ¿Lo tocaste?

T: Lo tocamos todos.

L. R.: ¿Estaba caliente?

T: No.

L. R.: Luego. ¿Qué hicieron?

T: Paco dijo que debíamos avisar a la policía. Fuimos a la Presidencia Municipal, pero nadie nos abrió.

O. G.: ¿Qué hora era?

T: Como las dos de la mañana.

O. G.: ¿Qué pasó después?

T: Fuimos a la farmacia (el dueño de la farmacia es otro aficionado a los ovnis), pero no nos abrió. Luego nos fuimos a nuestras casas.

L. R.: ¿Qué crees que haya sido?

T: No lo se.

L. R.: ¿Viste un ovni?[11]

T: No.

L. R.: ¿Por qué anteriormente dijiste que sí?

T: Porque me habían dado permiso hasta las 12 de la noche y Paco me pidió que dijera eso para que no me regañaran. Ahora por decir que vimos ovnis he tenido una serie de problemas que, incluso, ya me han corrido de mi casa… por eso no quería hablar.

DE CÓMO MENTIR CON APLOMO

Las cosas se iban aclarando. No había aparecido ningún ovni; la huella no fosforescía ni estaba caliente. Sin embargo, aún había varios detalles oscuros. Decidimos entrevistar a Julio Vega. Dejaríamos que hablara y luego le haríamos explotar las declaraciones de Toñis en la cara. El reporte de Julio seguía más o menos los lineamientos fantasiosos que ya conocemos. No obstante salieron a la luz varios detalles curiosos.

Como a las 7 de la tarde del sábado 17 de julio de 1993, es decir, unas dos horas antes de iniciar la fiesta, Julio encontró a Francisco quien dijo que iba a ir al campo de fútbol a correr (¿a esa hora de la noche y poco antes de ir a una fiesta en la que, para bailar, iba a necesitar la energía que gastaría en correr? O más bien, ¿estaba preparando el escenario de la huella de ovni para «atrapar a su novia»? Hay que hacer notar que la cancha de fútbol, misteriosamente, se encuentra justo atrás de la casa de Francisco).

Juan Carlos y Francisco «“comenta Julio- estaban emocionados por el hecho de que Toñis iba a llevar a su hermana y a una amiga. Tal vez, y sólo tal vez, podrían tener oportunidad de enamorarlas.

Como a la una de la mañana salieron de la fiesta, y en contra de la opinión de las muchachas de llevarlas a sus casas, insistieron en ir al campo de fútbol…

Estacionaron el auto al lado poniente de la cancha. Después de media hora (que a falta de otro término podríamos llamarla «missing time») se dieron cuenta de que en el otro extremo de la cancha estaba posada una «nave de otro planeta», intensamente luminosa (¿Porqué no notaron su presencia durante la media hora que estuvieron en el automóvil? Misterio)[12].

Julio afirmó que vieron partir la nave hasta que ésta se perdió como un punto de luz en el cielo. Luego, Toñis tocó la huella y se quemó la mano.

Al terminar Julio su exposición, tuvimos oportunidad de ver cómo cambiaba la expresión de su rostro. Su cara, desencajada, adoptó un tono pálido y comenzó a sudar cuando le dijimos que Toñis ya nos había contado todo: que no había ningún ovni, que todo lo habían inventado para tener una excusa y llegar tarde a casa.

Esta historia tuvo un giro curioso. Las intenciones de los muchachos de enamorar a las jovencitas se vieron truncadas. Al final de cuentas, ellas los «mandaron a volar», ya que se comportaron cobardemente poniéndolas de escudo entre ellos y los periodistas e investigadores. Las obligaron a mentir sobre el ovni, la huella y la quemadura. Luego de esto, Toñis terminó con Francisco.

CHAUVINISMO UFOLÓGICO

El «aterrizaje» de Atitalaquia había resultado ser una simple broma juvenil, pero ¿y la huella?

Antes de responder a lo anterior tendremos que adelantarnos unos días en los acontecimientos.

Dos semanas después de los sucesos de Atitalaquia, en San Marcos, donde meses antes había aparecido la primera huella ovni, se encontró una nueva huella circular. Esto me extrañó sobremanera, pues sin que los otros miembros de Perspectivas Ufológicas lo supieran, yo había esparcido un producto comercial (una sal de mercurio) sobre la huella del 12 de mayo. Mi intención era acabar con la plaga del hongo y corroborar, de esta manera, su existencia.

La aparición de una segunda huella era algo extraordinario. Ésta, de ningún modo, podía ser un anillo de hadas, pues los hongos habían sido exterminados con anterioridad. ¿Se trataría de una auténtica huella dejada por un ovni?

Se tomaron muestras de la huella de Atitalaquia y de la nueva de San Marcos. Hice nuevamente los análisis del terreno y envié muestras al Instituto de Biología de la UNAM. No había rastros de Marasmus oreades. En ninguno de los dos sitios podíamos hablar de anillos de hadas.

La respuesta la encontraríamos en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM. Las muestras, analizadas mediante cromatógrafo de gases, mostraron la presencia de residuos de combustibles (gasolina). ¡Las huellas se habían fabricado quemando el pasto! (recordemos que Francisco trabaja en un taller de servicio automotriz y que fácilmente puede conseguir gasolina y otros combustibles)[13].

Teníamos un caso de chauvinismo ufológico. San Marcos fue el primer pueblo en tener su propia huella ovni y no iban a permitir que los vecinos de Atitalaquia les quitaran esta «gloria».

La señora Zita Rodríguez informó a sus lectores que las huellas de Atitalaquia fueron medidas por los «ingenieros en física» (sic) Manuel Guerrero Argueta y Víctor Sánchez. Sus resultados fueron reportados de una extraña manera:

Diámetro 1) 3.30 – .40 x 2

Diámetro 2) 4.85 – .20 x 2

Diámetro 3) 6.18 – .40 x 2

Diámetro 4) 7.20 – .20 x 2

No se preocupen si no entienden estos datos (¿porqué restar una cantidad multiplicada por 2? En lugar de decir que el diámetro 1, por ejemplo, era de 2.50. Esos datos sólo los podrían entender unos «ingenieros en física») ¿Qué podemos pensar de alguien que afirma que la huella de San Marcos mide «aproximadamente 9 metros de ancho por 5 de ALTO» (¿?) (¿Una huella plana que tiene largo, ancho y altura?)

El supuesto «aterrizaje» de Atitalaquia sirvió para contrastar dos de las «hipótesis» favoritas del frenético Salvador Freixedo: que los ovnis se aparecen cerca de las plantas termoeléctricas o generadoras de electricidad y que lo hacen cerca de embalses de agua. La primera resultó equivocada, pues no puedo aceptar que una tecnología que logre llegar desde Zeta-retículi hasta la Tierra, se equivoque por cerca de 5 kilómetros (la termoeléctrica de Tula está a esa distancia de Atitalaquia); pero la segunda ¡resultó cierta! A escasos cien metros del lugar del «aterrizaje» se encuentra el canal de aguas negras que viene desde la ciudad de México y pasa por ese lugar. Queda ahora por investigar cuál de las dos razas que nos visitan (las lagartijas grises o los rubios oxigenados) son los que se alimentan de semejantes «nutrientes».

Los hermanos Hernández Olguín no se han quedado inactivos. Recientemente informaron a Zita Rodríguez que durante una peregrinación en honor de la Virgen de Guadalupe lograron observar un ovni (10 de diciembre de 1993). Me imagino que no fue necesario el rosario para dirigir las plegarias, pues, en el cielo, por cada diez platillos voladores aparecía una nave nodriza.

El caso de Atitalaquia nos volvió a demostrar que los ovnis habían «aterrizado» en la mente y en la imaginación de aquellos que hacen caso a la máxima ufológica de «mantener la mente abierta a todo» (que de tanto tenerla abierta se les ha escapado el cerebro), pero que olvidaron que el colofón de esa misma frase es «pero no crean en nada».

REFERENCIAS

Anónimo, Otra vez los ovnis, Nueva Imagen de Hidalgo, No. 112, Tula, Hidalgo, 24 de julio al 6 de agosto de 1993, pág. 8.


[1] Este artículo apareció originalmente en Ruiz Noguez Luis, Sexo, mentiras y ovnis, Perspectivas Ufológicas, No. 2, México, abril 1994, págs. 27-30.

[2] Ruiz Noguez Luis, García Óscar, Escobar Héctor y Chavarría Héctor, Aterrizaje en Tula: un cuento de hadas, Perspectivas Ufológicas, No. 1, México, diciembre de 1993, págs. 11-20.

[3] Para mayor exactitud, la huella se encontraba a la izquierda de la portería y estaba constituida por cuatro círculos concéntricos

[4] Las autoridades locales tuvieron más respeto. Como medida precautoria no permitieron que se utilizara la cancha de juego el domingo.

[5] En la nota original publicada en Perspectivas Ufológicas escribíamos Chita Rodríguez (un chiste local), pero por respeto a esa gran ufóloga mexicana ya no le llamaremos Chita a la señora Chita.

[6] El periódico Nueva Imagen de Hidalgo, no menciona a Juan Carlos Corona. En su lugar dice que el otro testigo era Daniel Gutiérrez Estrada. Al parecer Francisco Hernández nos mintió en este y otros puntos.

[7] Luego comprenderíamos la razón de esta actitud: ese día no trabajaba Toñis y seguro que Francisco ya no quería que lo siguiéramos molestando con nuestras preguntas.

[8] En referencia al caso de Tula, Hidalgo ver: http://marcianitosverdes.blogspot.com/2006/09/aterrizaje-en-tula-un-cuento-de-hadas.html

[9] Reporte Ovni informó que los muchachos se habían quemado al tocar la huella.

[10] En el número 112 del periódico Nueva Imagen de Hidalgo se publicó lo siguiente:

«Toña, una jovencita que acompañada de varias amistades pasaba cerca del lugar, comenta a Nueva Imagen que no pudo ser una visión, «˜le aseguro que yo no creo en los ovnis, sin embargo todos vimos una fuerte luz que se alzaba de ahí»™, dice al momento que señala el lugar que ya ha sido visitado por cientos de personas incluso por investigadores de este tipo de fenómenos (se refería a Reporte ovni y Perspectivas Ufológicas)«.

[11] Reporte Ovni informó que los muchachos vieron un ovni.

[12] A Nueva Imagen de Hidalgo le informaron algo diferente:

«… señalan que cerca de las 3 de la mañana cuando se retiraban a sus hogares después de asistir a un baile, vieron como una luz intensa, entre blanca y amarilla, destellaba en el campo de fútbol. Aseguran que la luz se pudo observar por cerca de media hora para después alzarse y perderse en la oscuridad de la noche».

[13] Después de años de que ocurrieron estos casos me encontré con una antigua compañera de generación. La misma que había hecho los análisis y ella me dijo que las muestras que contenían residuos de combustibles eran las del segundo caso de San Marcos. El error no fue de ella sino mío al reportar de manera equivocada los resultados. Luego, no podemos acusar a los hermanos Hernández Olguín de haber hecho las huellas quemando el pasto. Una forma de obtener el mismo resultado es colocar anillos concéntricos de cualquier material (cartón, por ejemplo), que impida el paso del sol y el proceso de fotosíntesis. El pasto quedará amarillo, como si estuviera quemado.