La versión chilena del chupacabras

INVASIÓN DE CHUPACABRAS EN CHILE

Por Diego Zúñiga

El chupacabras ya había recorrido medio México cuando por primera vez se habló de él en la prensa chilena. Las noticias aparecieron en el diario La Cuarta de fines de agosto de 1996 y tras un par de intentos más (que fueron vanos, como veremos más adelante), el asunto quedó en el olvido. Se lo acusaba de atacar a unas gallinas, pero el verdadero culpable era un animal llamado quique, también conocido como comadreja. Sin embargo, unos años después, la impronta del mítico ser regresó. Esta vez atacaba en el norte, en pleno desierto de Atacama, supuestamente el más seco del planeta, desatando una verdadera invasión de misteriosas bestias en todo el país.

En cada una de sus apariciones hubo una persona dispuesta a creer; un veterinario de dudosa calidad presto a dar crédito a los hechos; una voz autorizada que daba certificado de veracidad a las afirmaciones más estrambóticas; también el ufólogo de turno que trataría de aferrarse a la fama del destructivo animal para aparecer en televisión y granjearse un nombre que le permitiera, posteriormente, dar unas charlas y satisfacer su ego y abultar sus bolsillos.

Algunos investigadores vinculados al análisis de este verdadero fenómeno social han pretendido hallar las primeras manifestaciones del ser «“que entienden como una especie animal original, única y posiblemente alienígena»“ en Puerto Rico, en la década del setenta. Y si bien en ese entonces los ataques fueron atribuidos a un supuesto «vampiro de Moca», los ojos de los ufólogos modernos prefieren creer que se trató de un antecedente, una aparición antigua del actual chupacabras.

En términos concretos, la bestia como tal sólo aparece en 1995. Fue el 11 de marzo de ese año cuando ocho ovejas, una vaca y un toro aparecieron muertos en los municipios de Orocovis y Morovis, también en Puerto Rico. Los ataques fueron explicados por las autoridades como responsabilidad de perros asilvestrados, a juzgar por las marcas halladas en los animales muertos.

Recién en septiembre del mismo año haría su aparición el «chupacabras». Según la leyenda, un conductor de TV, al momento de dar paso a las noticias referidas a la muerte misteriosa de animales, habría dicho algo así como «y ahora veamos las informaciones de este «˜chupa-cabras»™», por la aparente predilección del culpable de las matanzas por los caprinos.

DESDE EL CARIBE HASTA EL DESIERTO: EL MONSTRUO LLEGA A CHILE

Como comentábamos antes, a fines de agosto de 1996 el chupacabras casi llega a Chile. Casi, porque su presunta incursión no prendió entre los lectores. Dos diarios, La Cuarta y La Tercera, dieron cabida a la noticia de que algunas gallinas habían muerto misteriosamente en Lloncavén, en la comuna de Vichuquén, Séptima Región. Sin embargo, los veterinarios aseguraron que el causante de los ataques, por la forma de actuar y los rastros hallados, era el quique o comadreja, un pequeño mamífero de la zona centro-sur de Chile.

El médico veterinario Víctor Riveros explicó a la prensa que el quique «no chupa la sangre, es carnívoro, pero puede pasar que en ciertos períodos se excite cuando caza y mate a muchas más presas que las que va a comer, lamiendo la sangre que brota de las heridas que practica, generalmente, en el cuello o pecho con dos colmillos muy afilados». La cosa quedó aclarada. Pero, ¿por cuánto tiempo?

Claramente abril de 2000 fue el mes de la explosión del chupacabras en el país andino. Tras haber menguado notoriamente los ataques atribuidos al enigmático ser en Centroamérica, Chile recibió con los brazos abiertos la buena nueva. Se trataba, a juicio de algunos investigadores, de un arribo llegado en el momento más indicado, para bajar el perfil a la detención del ex dictador Augusto Pinochet en Londres.

Uno de los primeros en reaccionar fue el desconocido «ufólogo» Boris Campos, quien pocos días después de la primera noticia publicada en Santiago apareció en los medios señalando que el chupacabras era, ni más ni menos, que un extraterrestre de esos que, según él, «todos los científicos del mundo reconocen que existen desde mil novecientos cincuenta y tanto. No estoy diciendo cosas que no sean científicas».

Dejando de lado esta anécdota, la Policía de Investigaciones y Carabineros, las dos policías que operan en Chile, pusieron a sus hombres en alerta durante las madrugadas de abril en Calama, Segunda Región, con el fin de dar caza al supuesto «animal exótico», perros o personas que estuvieran tras las muertes. La hipótesis principal de los agentes era la de los perros asilvestrados que, provenientes del vertedero municipal, estaban saciando su hambre a costa del ganado de la zona.

Esta idea se afianzó luego que 75 miembros de las policías y Bomberos realizaran un minuciosos rastreo en las riberas del río Loa, a pocos kilómetros del centro de Calama, en busca de huellas del culpable de las matanzas que, según cifras preliminares, ya sumaban 147 animales en apenas 20 días. En su puntilloso trabajo, los funcionarios sólo encontraron pisadas de»¦ perro.

Por esto algunos medios, como el diario La Segunda, habían dado por cerrada la cuestión ya el 18 de abril, titulando «Perros salvajes son los que matan ganado en Calama» y comentando algunos decidores ejemplos, como el de un agricultor «que había hecho vigilancia y logró descubrir dos perros de raza mixta, tipo pastor alemán (un macho y una hembra), que alcanzaron a matar a algunos de sus animales, dejando en ellos las mismas heridas que descubrimos en los otros ataques».

Otro diario que puso algunos puntos sobre las íes fue El Mercurio, que envió a la zona a un reportero que entregó algunas de sus conclusiones en el artículo «¿Chupafraude? El «˜aperrado»™ misterio nortino». En esa nota, Rodrigo Barría escribió que «no es cierto que nadie haya escuchado nada: varios parceleros han visto a los perros atacando al ganado. Hasta les han dado muerte a algunos de estos canes».

¿Y sobre la habilidad de la misteriosa bestia para evadir alambrados? «Digámoslo claramente: los resguardos y alambrados de estas parcelas son precarios. Apenas algunos alambres de púas a mal traer sirven más para marcar territorio que como elemento de defensa», escribe con certeza Barría en su nota.

Pese a esto, en cada redada policial en busca del atacante había una inmensa cantidad de curiosos que dificultaban el trabajo de los expertos. Estas personas a veces iban armadas con escopetas de caza con el fin de colaborar en el operativo, aunque sólo conseguían entorpecer la labor de los policías, que intentaban poner algo de cordura declarando que descartaban la presencia de extraterrestres. A los medios poco les importó esto.

Las autoridades se esforzaron por poner una cuota de racionalidad entre tanta desinformación. El gobierno regional de Antofagasta encargó a un equipo multidisciplinario una investigación en terreno de los hechos que determinó que los ataques correspondían efectivamente a perros, a juzgar por las marcas de pisadas encontradas y por la forma de atacar a sus víctimas.

La razón de tan drástica nueva forma de relacionarse con su entorno en los perros se debía a que el vertedero municipal estaba enterrando la basura y no dejándola al aire libre, como se acostumbraba, y los animales se habían quedado sin su habitual fuente de alimentación, por lo que debieron recurrir a la cacería de ganado, la comida que más estaba a la mano.

Ante el declive de las informaciones en Calama, animales muertos «en extrañas circunstancias» comenzaron a ser denunciados en otros lugares del país. En todos estos casos siempre primó una cobertura sensacionalista de hechos usuales en zonas campestres, pero que a la luz de las informaciones generadas sobre el chupacabras, adquirían otro cariz. Y no pasarían muchos días hasta que las primeras personas dijeran haber visto a la bestia.

Ocurrió en la Quinta Región, donde una familia aseguró haber visto algo parecido a un canguro, aunque no pudieron entregar mayores antecedentes, salvo una exhibición de pánico que Carabineros atribuyó a la psicosis generada por las noticias aparecidas en los medios. En otros sectores de la región diversas personas dijeron haberse encontrado cara a cara con un ser mitad humano, mitad centauro. Un guardia de seguridad de Calama, en tanto, acusó un ataque de la bestia en la cara, cuello y tórax, lo que le valió aparecer en estelares televisivos narrando su historia.

Los ufólogos, mientras, se reunían en sesudos congresos a debatir el origen del chupacabras, que podía ser extraterrestre, interdimensional o conspirativo. Y los canales de TV no dejarían pasar la ocasión para programar especiales sobre el tema, al tiempo que los diarios aumentaban el conocimiento al publicar notas sobre sus orígenes, lugares donde se había aparecido, las formas en que había sido descrito, etcétera. Los comerciantes reaccionarían con rapidez y aparecerían las camisetas con la imagen del chupacabras e incluso un vino que tuvo hasta publicidad en diarios: «Chupacabras: el vino misterioso».

Tras el apogeo, las apariciones mediáticas comenzaron a diluirse, aunque jamás a desaparecer. El chupacabras volvía a las páginas de los diarios en la medida que fuera necesario, con esporádicas incursiones en distintas áreas de Chile. Algunas veces, ufólogos sedientos de prensa y atención lo utilizaron para lanzar descabelladas ideas y ganarse así algunos centímetros de diarios y segundos de televisión.

¿CAPTURADO?

Así como había sucedido en otros países, en reiteradas ocasiones se intentó hacer creer que finalmente se había dado caza al esquivo ser. Estas noticias, muchas veces respaldadas por ufólogos sensacionalistas, no pasaban de ser una buena excusa para aparecer en los medios, casi siempre reacios a aplicar el sentido crítico.

El primer caso se dio en mayo de 2000, cuando un sagaz personaje pretendió hacer creer a la población que un «garadiávolo» (una clase de mantarraya que, convenientemente manipulada, adquiere una imagen antropomorfa) era, en realidad, el cuerpo de un chupacabras. Luego aparecería un esqueleto en Nicaragua atribuido al misterioso ente, aunque pertenecía a un perro.

Algo parecido ocurrió en junio de 2002 en Chile. Un campesino de la Novena Región encontró unos restos que creyó anómalos y los puso en manos de la prensa. El biólogo José Yáñez los analizó y concluyó que pertenecían a un «perro grande». Uno de los últimos ejemplos se dio en abril de 2003, cuando otros campesinos atraparon a «un animal similar a un gato, pero de rostro como el de un zorro y de cola gruesa y corta». Una bestia, a juicio de las crónicas, nunca antes vista en la Novena Región.

Al final el presunto chupacabras no era más que una güiña, un felino de la zona sur de Chile. «Extraña sobremanera la ignorancia demostrada respecto de la fauna autóctona. Estoy seguro de que nadie con cuarto año de secundaria puede creer que en el mundo exista tal cosa como un chupacabras», comentó con ironía el médico veterinario Luis Briones a El Diario Austral de la Araucanía del 24 de abril de 2003 sobre este asunto. Al menos alguien manifestó su molestia por el sensacionalismo imperante.

Este texto es un extracto del ensayo

«El chupacabras y el impacto social de una creencia mediatizada».

¿Es la mano peluda o es la mano del bigfoot?

Bigfoot en Arizona

Por Scott Davis, productor 3TV/Fox11

Es una historia de proporciones fantásticas — Avistamiento del Sasquatch en el desierto de Arizona.

Roger A. Peterson, padre, es un creyente. Él asegura haber encontrado criaturas como el Bigfoot cuatro veces en los últimos 20 años.

http://www.azfamily.com/unexplained/stories/KTVKUnexplained20060630_bigfoot_arizona.12a80a89.html

El chupacabras (Fin del capítulo mexicano)

CHUPACABRAS DEL DOMINIO PÚBLICO

Todo mundo conoce la gran capacidad del mexicano para asimilar a su forma de vida los nuevos modelos y patrones culturales que le son imbuidos por la televisión. El caso del chupacabras no ha sido la excepción.

Actualmente se venden camisetas con el retrato hablado del chupacabras. En Sinaloa se habla de chupacervezas, chupatacos y chupacamisetas. Habría que ver si Tutsi Pop no saca una nueva versión de su paleta Chupa-Pop (Chupacabras-Pop o Chupa-Popcabras). Hasta tenemos un peleador de lucha libre llamado el Chupacabras. Se le han dedicado corridos y se le escriben poemas. Uno de estos se debe a la pluma de Héctor Kiev:

«Una bestia sanguinaria

ha causado gran revuelo.

Traemos los mexicanos

Los ánimos por el suelo.

«Ha aparecido hace poco

causando terrible mal,

por los campos mexicanos

un sanguinario animal.

«¿Cómo es?, no se le conoce,

pero esta bestia asesina

a sus víctimas las deja

sin gota de hemoglobina.

«Es de apetito insaciable,

su fiereza es sin igual.

Dicen que tiene una forma

De Luzbel o de Belial.

«Por la manera en que mata

con saña y sin compasión,

debe tener una fuerza

igual que la de Sansón.

«Son decenas de animales,

si es que los cuentos son ciertos,

que destrozados, sin sangre,

han aparecido muertos.

«Chupa sangre, le han llamado,

por los datos registrados.

Con horas de diferencia

Mata en diversos estados.

«Comentan que es orejón,

que sus patas son deformes

y que además de pelón,

tiene unas garras enormes.

«Nada más a una criatura

recuerdo así señalada,

por cierto a nuestro país

lo trató de la patada.

«Pero no puede ser él.

Por más que causó terror,

Pues se encuentra en las Bahamas,

Irlanda o por Nueva York.

«¿Será algún enviado suyo?

Pudiera estar confundido,

Si bien existe un francés

De tipo muy parecido.

«Tal vez un gobernador

es quien actúa sin clemencia,

si bien el más sanguinario

hoy se encuentra con licencia.

«Bartlett sí no puede ser

el que arma tanto borlote.

Ese ya no chupa sangre,

Anda comiendo camote.

«Sócrates no puede ser

aunque lo traten de pillo,

ya que ese, si algo chupó

fue en la presa de «˜El Cuchillo»™.

«¿Otto Granados, Chirinos…?

No son de bestialidades,

Si bien tienen en u haber

Muy horribles amistades.

«Por otro lado, la bestia,

la que causa tanto mal,

chupa sangre de borregos;

¿será líder sindical?

«El que viene a mi memoria,

líder de varios ayeres,

en verdad ya está muy viejo

para tales menesteres.

«Ya no está para esos trotes

ni pa»™ transitar veredas.

Sería el único maloso

Que usara silla de ruedas.

«Además no es de uñas largas,

teniendo periodos varios.

Otros con puestos menores

Ya son multimillonarios.

«Existe uno, ha chupado

la sangre de mucha gente.

Si yo tuviera razón

Bien pudiera ser regente.

«El actual ha fastidiado

al pobre capitalino,

mostrando el terrible grado

al que nos lleva el destino.

«Más impuestos al predial,

impuestos a la gasolina,

sin saber esos dineros

a qué rubro se destinan.

«Pero este no es orejón

no tiene ojos de chamuco.

Si bien pa»™ estar en el cargo

Se sabe uno que otro truco.

«Difícil de averiguar.

«˜Súper Barrio»™, no lo creo.

El demonio «˜chupacabras»™,

Es malo, más no es tan feo.

«Si políticos chupara

si se dieran esos brotes,

ya no sería «˜chupacabras»™.

Gaviota, chupacabrones».

En Miami se patentó el sándwich chupacabras. En los Estados Unidos ya hay un videojuego. Y en Puerto Rico se le compuso una salsa. Esta es parte de la letra:

«La cabra es lo de menos (la, la, la, la, la)

El chupacabras es bueno (la, la, la, la, la, la)

Alegre y divertido.

Es un bandido simpaticón.

«La yegua y el caballo

Son parte del rebaño

Y si los dejara afuera

y el chupacabras se los chupa».

También en México se han escrito corridos y salsas para el chupacabras. Este es un corrido que se comienza a escuchar en Tamaulipas:

«El Barretal está triste

La gente no vive en paz

Porque llegó el chupacabras

Viene dispuesto a atacar.

«Venido de Puerto Rico

A Tamaulipas llegó

Matando muchos borregos

Así es como comenzó

«Decían que eran unos perros

Porque querían ocultar

Que el chupasangre llegaba

Y ya empezaba a matar.

«Pues ahora sí mi Goyo

ya no te podrán culpar

tus perros no han atacado

pues fue un extraño animal.

«Lo que grabaste comprueba

que perros no pueden ser

porque chuparon la sangre

y no quisieron comer.

«El carnicero está triste

porque en la vaca encontró

el bebé del chupasangre

y el pueblo ya se alarmó.

«La gente no come carne

la barbacoa se quedó

y el pobre del carnicero

ya su negocio quebró.

«En Victoria, Tamaulipas.

El Expreso publicó

Que a grabar el chupacabras

Telemundo ya llegó.

«Cuídense muy bien señores

amigos de la región

pues a esa cuadra maldita

el chupacabras llegó».

Pero a pesar de toda esta algarabía existe zozobra, temor y desinformación. Esto se debe a que ciertos comunicadores han perdido la brújula, por decirlo eufemísticamente. Uno de ellos[1] dio el siguiente consejo:

«La explicación debe ser muy seria, decir que son perros es bastante irresponsable».

No veo en donde está lo irresponsable al dar cuenta de los resultados que se están obteniendo de las autopsias. Sin embargo este mismo comunicador[2] dijo:

«Es un animal inteligente que debe haber tenido una evolución bastante larga.

«No creo que existan registros de sucesos como estos en nuestro país o en otros de América Latina.

«Hemos visto que, desafortunadamente, ha empezado a atacar a los seres humanos. Creo que el animal se confundió con la señora[3] dado que ella estaba en cuclillas, de tal forma que creyó que era un animal más pequeño y la atacó. Sin embargo, esto bien podría apuntarnos la posibilidad de que ataque a seres humanos más pequeños».

¿Quién es el que hace comentarios irresponsables? Esta declaración bien podría haber generado una casería de brujas en la que varios de los involucrados hubieran salido lastimados. A este respecto habría que anteponer las declaraciones de Rodolfo Díaz Fonseca, Vicario General de la Diócesis de Culiacán, Sinaloa, quien indicó:

«En lugar de atemorizar, lo que debieron hacer es una investigación científica, ya que se pueden crear confusiones que resultarían muy lamentables».

Tuvo más cordura que «el ufólogo de la televisión» una de las «brujas» de la santería. Silvia Téllez, una de las pocas Apeterbi de Orulla (sacerdotisa de la religión Yoruba), quien dijo:

«El caso debe resolverlo la Ciencia. Y toca a la Ciencia porque estamos en pleno Siglo XX, donde la gente ya no cae tan fácilmente en los engaños de los supuestos brujos, de falsos espiritistas y magos «˜balines[4]«™… La Ciencia no tardará en descubrir de qué se trata en realidad, como lo hizo cuando apareció aquella rata gigante en Ixtapalapa[5]«.

El único ufólogo que hizo una declaración razonable fue el señor Pedro Ferriz Santacruz, lo cual no es de extrañar ya que tiene años en estos asuntos y su nivel cultural está muy por encima de aquellos que ahora desean tomar su lugar. Don Pedro dijo:

«¿Qué evidencias existen, quién ha visto al chupacabras, por qué no hay fotografías, dónde están las víctimas, en qué sustentan la hipótesis, por que no se maneja con seriedad este asunto?»

El maestro en sociología por la Universidad Iberoamericana, Mauricio Saez dijo que el concepto chupacabras es muy acertado, porque ese vocablo conecta directamente con diferentes lenguajes que utiliza la sociedad.

«Chupa es una palabra de fácil identificación con el lenguaje de los albures[6], con el lenguaje que utilizamos para hablar de vampiros y también cuando queremos expresar otras formas de hablar: es metafórico. Decir que chupa, es como decir que roba. La «˜chupacabramanía»™ es una forma social de expoliación que explota el imaginario popular».

Indicó que la difusión que se ha dado en los medios a este término «no es gratuita; es una manera de inducir a la población a que construya un enemigo banal que pague por las penurias por las que pasa el pueblo. No quiero decir que es una estrategia deliberada del gobierno, aunque no lo dudaría».

El uso del fenómeno ovni como factor de distracción popular ha sido estudiado en otras partes de América. Está Argentina, Uruguay y Brasil con una rica casuística ufológica durante la época de las dictaduras. También México, en los mejores años del PRI, tuvo sus oleadas ovni que bien pudieron estar apoyadas por los medios de propaganda del gobierno. Nuestros gobernantes nos pueden manipular a tal grado que nos permiten vernos como estúpidos. Es una cosa patética: somos muy manipulables. No hay más que ver las reacciones a las declaraciones de Maussán, por ejemplo, que promueven la cultura del miedo y propicia conductas equivocadas, como la matanza de murciélagos y de mamíferos.

En el caso particular del chupacabras su enorme éxito en México obedece a una reacción de la gente ante la aguda crisis económica, política y social que aqueja al país. La conseja popular dice que en nuestro país sólo hay dos alternativas: o se es cabrón o se es pendejo. Bajo esta óptica ser un macho cabrio resulta ser un halago: es el todopoderoso dueño del harén. Alguien más poderoso que se puede chingar al macho cabrio o es un ser de otro planeta o es el propio sistema del cual somos víctimas: el gobierno, el narcotráfico, la crisis, los Estados Unidos… De ahí a identificar al chupacabras con los políticos (Carlos Salinas de Gortari). De ahí también el tributo pagado a los narcotraficantes en forma de corridos, y los mismos corridos compuestos para el chupacabras. Indudablemente los estados Unidos también tienen la culpa: el chupacabras es producto de experimentos secretos. Finalmente el chupacabras es tan poderoso como la crisis: no se le puede matar, como no hemos podido cambiar el sistema que tanto nos ha empobrecido.

Cerramos este artículo con una reflexión del doctor Ramírez.

«Lo preocupante en este momento es que la población sea engañada y que se lleguen a contaminar también las mentes pensantes del país».

DEUDA DE AGRADECIMIENTO

Deseo hacer público mi agradecimiento al ufólogo argentino José Luis Di Rosa por todo el material que puso a mi disposición para la realización de este trabajo.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Aguilar Grimaldo Roberto, Sentía como tenazas que me abrían el rostro cuando me atacó el chupacabras: Benjamín Zamarripa, Quehacer Político, No. 767, México, 20 de mayo de 1996, Pág. 12-14.

Aguilar Grimaldo Roberto, «A los borregos les falta médula y sangre, como si se las succionaran», Quehacer Político, No. 767, México, 20 de mayo de 1996, Pág.. 15-18.

Aguilar Grimaldo Roberto, Bautizan a deforme feto de vaca como «el hijo del chupacabras», Quehacer Político, No. 767, México, 20 de mayo de 1996, Pág..19-20.

Aguilar Grimaldo Roberto, Preocupante la sicosis: jefe de la policía en Ahome, Quehacer Político, No. 767, México, 20 de mayo de 1996, Pág.. 18.

Alva Brito Carlos y Avena Cruz Marisol, El chupacabras ha atacado en 17 estados, Quehacer político, No. 766, México, 13 de mayo de 1996, Pág. 19.

Alva Brito Carlos, Especialistas examinan restos de dos especimenes, Quehacer Político, No. 766, México, 13 de mayo de 1996, Pág. 13.

Anónimo, Chupacabras, ¿invención o realidad?, Polémica, Año 1, No. 47, México, 13 de mayo de 1996, Pág. 65.

Anónimo, El chupacabras llega a Chiapas, Alerta Ciudadana, Segunda Época, No. 2, México, 19 de abril de 1996, Pág. 2-3.

Asimov Isaac, Asimov»™s guide to de Bible, Avenel Books, New York, 1969.

Avena Cruz Marisol y Alva Brito Carlos, Vestigios del chupacabras en América, Quehacer Político, No. 766, México, 13 de mayo de 1996, Pág. 11.

Avena Cruz Marisol, El extraño ser producto de la mente mágica de los hombres: Ramiro Ramírez, Quehacer Político, No. 766, México, 13 de mayo de 1996, Pág. 16-20.

Avena Cruz Marisol, Es un depredador canino, asegura el patólogo Fernando Constantino Casas, Quehacer Político, No. 766, México, 13 de mayo de 1996, Pág. 18.

Avena Cruz Marisol, Es un ser inteligente: Jaime Maussán, Quehacer Político, No. 766, México, 13 de mayo de 1996, Pág. 22-23.

Camacho Acevedo José Luis, «Chupacabras» Políticos y empresarios, Impacto, No. 2411, México, 19 de mayo de 1996, Pág. 9.

Campos Lemus Sócrates A., Los chupacabras y los cabrachupas, Quehacer Político, No. 766, México, 13 de mayo de 1996, Pág. 62-63.

Casco Sosa David, Es el mismo Lucifer: Margarita Velasco, Quehacer Político, No. 766, México, 13 de mayo de 1996, Pág. 8.

Casco Sosa David, Explicación coherente exige la iglesia, Quehacer Político, No. 766, México, 13 de mayo de 1996, Pág. 15.

Casco Sosa David, Para ganar lectores la prensa recurre al amarillismo: Pedro Ferriz Santacruz, Quehacer Político, No. 766, México, 13 de mayo de 1996, Pág. 10-11.

Clark Jerome, Strange case of the cattle killings, Fate, Illinois, agosto de 1974.

Cortés Rosalva, Una ovejas primeras víctimas de la bestia en Guáscuara, Michoacán, Quehacer Político, No. 766, México, 13 de mayo de 1996, Pág. 21-24.

D»™Artigues Katia, La competencia ideológica de Marcos: José Luis Cuevas, El Financiero, domingo 12 de mayo de 1996.

García Sánchez Melchor y Chávez José Guadalupe, Se extiende a Veracruz la amenaza del «chupacabras», Novedades, México, 24 de abril de 1996.

Hynek Joseph Allen, Catle mutilations, News Bulletin, Center for UFO Studies, Illinois, 15 de noviembre de 1975.

J. S. M., No es cosa del diablo, dice la santera Silvia Téllez, Quehacer Político, No. 766, México, 13 de mayo de 1996, Pág. 14.

Joskin Arthur, Especie desconocida, ¡Alarma!, No. 262, México, 17 de mayo de 1996, Pág. 2-5.

Kegan Daniel & Summers Ian, Mute evidence. The cattle mutilation mystery»¦ Solved! Finally, the incredible truth behind the wave of death that shocked the nation, Bantam Books, New York, 1984.

Kiev Héctor, El chupacabras: ¿priísta o demonio?, Polémica, Año 1, No. 47, México, 13 de mayo de 1996, Pág. 66.

Martín J. Jorge, The bloodsucking «Chupacabras» of Puerto Rico, UFO Universe, Vol. 6. No. 2, New York, summer 1996, Pág. 38-45.

Mayen Víctor, El chupacabras se busca vivo o muerto, La Segunda de Ovaciones, México, jueves 2 de mayo de 1996.

Monzón Inzunza Jesús Manuel, El chupacabras vuelve a atacar, Alerta Ciudadana, Segunda Época, No. 5, México, 10 de mayo de 1996, Pág. 10-11.

Muñoz Araceli, D»™Artigues Katia y García Celia, Chupacabras, expresión mítico popular de la crisis, El Financiero, México, domingo 12 de mayo de 1996.

Owen H. Nancy, Preliminary analysis of the impact of livestock mutilations on rural Arkansas communities, Arkansas Endowment for the Humanities, Little Rock, Arkansas, 1978.

Parra Cureño Mario, ¡Es horripilante!, ¡Alarma!, No. 262, México, 17 de mayo de 1996, Pág. 8-9.

Robiou Lamarche Sebastián, Ovnis y muertes misteriosas de animales, Stendek, No. 22, Barcelona, diciembre de 1975, Pág. 19-25.

Robledo Elisa, El chupacabras. La mentira más grande, Época, No. 260, México, 27 de mayo de 1996, Pág. 62-64.

Rojas Juan Carlos, Ronda la ciudad «el chupacabras», Cine Mundial, México, jueves 9 de mayo de 1996.

Rommel M. Kenneth, Operation animal mutilation, Criminal Justice Department of New Mexico, Española, Nuevo Mexico, 1980, Report of the District Attorney First Judicial District.

Ruiz Paula, Es un depredador inteligente y especializado. Maussán, Reforma, jueves 9 de mayo de 1996.

Sider Jean, Mutilations animales. Phase 3 : Les preuves du cover-up, sin publicar, primavera de 1985.

Sosa Salinas Ivette y Avena Cruz Marisol, Carlos Salinas y secuaces, los verdaderos «chupacabras»: Krieger, Quehacer político, No. 767, México, 20 de mayo de 1996, Pág. 21-23.

Sosa salinas Ivette, Sicosis en la República por el chupacabras, Quehacer Político, No. 766, México, 13 de mayo de 1996, Pág. 5-10, 12-13 y 15.

Stewart R. James, Collective Delusion. A comparison of believers and sceptics, Midwest Sociological Society, Milwaukee, Winsconsin, 1975. Revisado en abril de 1980 y publicado como anexo del reporte de Kenneth Rommel (Pág. 273-294).

FIN DEL CHUPACABRAS EN MÉXICO

Jaime Maussán. ¿Realmente cree en el chupacabras o se trata meramente de una manipulación comercial? Cualquier respuesta afirmativa nos da la altura de este ufólogo.

Libros sobre el chupacabras: Night of the chupacabras.

Maqueta del chupacabras en un museo.

Caricaturas de corte política con el chupacabras y Carlos Salínas como tema principal.

Juguetes del chupacabras.

Discos con canciones dedicadas al chupcabras.

Los productores mexicanos y americanos se han subido al la ola del chupacabras y han filmado varias películas con el tema.

El chupacabras sobre el ring.


[1] En el artículo original se me impidió decir que se trataba de Jaime Maussán, porque en ese entonces colaboraba con la revista que publicó el artículo. Por una cuestión sentimental (recuerdos de aquella época) hoy tampoco voy a decir que se trata de Jaime Maussán.

[2] Vuelvo a insistir que no mencionaré que se trata de Maussán.

[3] Se refiere al caso de Teodora Ayala.

[4] Magos «chafas» o de mala calidad. ¿Hay de otro tipo?

[5] En realidad se trataba de un tlacuache.

[6] El doble sentido de las palabras que se utiliza en México.

La verdadera historia de Roswell

Por fin se comienzan a publicar las fotografías obtenidas por Gary McKinnon, el famoso hacker que se logró colar en las páginas del pentágono y la Nasa.

McKinnon, quien utilizaba el alias de «Solo» también logró hackear las páginas del US Army, US Navy, US Air Force y el Departamento de Defensa. Se calcula en más de un millón de dólares los daños ocasionados por sus incursiones, pero lo peor de todo es que comenzó a revelar la verdad oculta detrás de los platos voladores.

Entre los primeros archivos que ha podido sacar a luz se encuentra esta fotografía que muestra la verdadera historia del ovni de Roswell. Ahora nadie podrá negar la realidad del platillo de Roswell.

El chupacabras (y 3)

DEPREDADORES

De acuerdo con los veterinarios que realizaron algunas necropsias a las cabras y borregos, se concluyó que las muertes se debieron al ataque de un animal feroz, posiblemente un jaguar o puma.

Por ejemplo, el señor Jesús Espinoza Ramírez, técnico de la SAGAR, dijo que los borregos del rancho San Antonio Los Sauces, en Chiapas, murieron debido al ataque de una jauría de perros. Rafael González, jefe de ese departamento, apoyó la explicación y añadió que ya se habían presentado por lo menos dos casos similares en los últimos quince meses, uno en el rancho La Chocona y otro en el municipio de Osumacinta.

El presidente de la Asociación de Ovicultores de Chiapas, Ernesto Sánchez Yannini, señaló que en los 20 años que le ha dedicado a la ganadería jamás había visto que murieran tantos animales en un ataque, aunque no descarta la idea de que una jauría haya sido la causante. Sánchez Yannini apuntó que cuando estos animales son atacados o acosados, no emiten ningún sonido, y por ello suelen ser robados con facilidad.

Esto explicaría el supuesto misterio adicional de que nadie escuche el balido de las cabras y ovejas al ser atacadas. En el caso de La Chocona se dijo que nadie había escuchado los ladridos de los perros, ni los balidos de las ovejas.

El velador del rancho, Víctor Manuel Samoaya, dijo haber visto a una persona como de medio metro de estatura totalmente albina y desnuda.

En el rancho La Remolacha, ubicado a 5 kilómetros de Los Mochis, Sinaloa, fueron encontrados degollados 14 borregos, y no 40 como dijeron algunos ufólogos. Manuel Rodríguez, dueño del rancho, declaró:

«No sé si es obra de extraterrestres o del diablo, lo cierto es que los animales amanecieron con el pescuezo perforado y la gente está aterrada.

«Dicen que fueron perros, yo tengo diez y éstos jamás habrían atacado a los borregos. Además la noche del ataque se oyó mucha ladrazón (sic) y aullidos, pero el caporal no vio a nadie».

Es decir, los perros guardianes sí hicieron su trabajo: ladraron avisando de la presencia de algo al acecho. Esto desmiente también el mito de que los perros se quedan mudos y no hacen escándalo.

Antonio Moreno, vecino de La Remolacha, dijo que se trata de un mutante «producto de experimentos gringos. Tal vez a un murciélago le inyectaron una sustancia pa»™que (sic) creciera y después mandarlo a la Luna; y no sólo es uno sino varios animales».

El médico veterinario Feliciano García Carrillo, jefe del Programa de Salud de la SAGAR, envió al también médico veterinario Sergio Reséndiz Torres, de Zamora, Michoacán, para que investigara la muerte de 8 borregos encontrados muertos en el poblado de Guáscuaro, municipio de Tingüindin, a 40 minutos de Zamora.

«Bueno «“comentó García Carrillo-, en los días pasados se nos informó de un ataque a ocho borregos. Y en la medida en que se nos enteró, acudió un médico veterinario especialista en sanidad animal y todavía encontró animales que estaban moribundos, recabó los datos del propietario. El señor tiene aproximadamente unos 33 borregos y le amanecieron 8 muertos y algunos heridos, que aparentemente fueron atacados por algún depredador como un perro o algo parecido».

Se trataba del hato del señor José Linares Sandoval. Reséndiz Torres encontró que la mordida se debía a un animal canino (coyote o perro) y aclaró:

«Los animales muertos tenían toda su sangre, con una herida a la altura de la yugular normalmente se desangran por sí solos y no encontramos rastros de que estuvieran chupados, no hay un animal que beba tal cantidad de sangre como la que tiene un borrego que es de seis a ocho litros, es muy difícil, tendría que ser un animal tan grande que todo el mundo lo vería y más si son varios borregos. Bueno, ¿a quien le cabe tal cantidad de sangre? No está chupando sangre, simplemente los atacó y los mordió, y el ataque fue severo, y el propietario no se dio cuenta, bueno no estuvo pendiente».

Además, se encontraron huellas «como de perros».

¿Qué paso con eso de que los animales aparecen totalmente desangrados, sin una «pizca» de sangre? Bueno, al parecer, también es un mito. De todos los reportes que conozco en los que han intervenido veterinarios o los mismos han hecho una autopsia, no hay uno solo en el que se afirme que los animales estaban secos, sin sangre. Sólo la pediatra poblana, que hizo un remedo de necroscopia, sin tener ni idea, fue la única que afirmó que el animal estaba seco de sangre.

El director del zoológico de Culiacán, el médico veterinario Humberto Iriarte, investigó la muerte de 24 animales en aquel estado. No encontró ningún indicio de extracción de sangre. Los animales fueron muertos por «un ataque de una jauría de perros ferales» (animales domésticos que regresaron a la vida silvestre).

«Los ataques de perros son muy comunes; la gente lo sabe. Pero como ellos mismos no tienen para comer, menos para darles a los perros, que no siendo rabiosos no soportan la hambruna. Los perros por su naturaleza atacan a animales que son muy nobles e inofensivos».

En tiempo de sequía, como el que ahora padecemos, los animales silvestres, hambrientos, bajan hasta las rancherías. Incluso hay perros, de los llamados callejeros, que se unen en jaurías y atacan o matan a los borregos, al igual que lo hacen los coyotes. Los mapaches también pueden atacar a las gallinas, por ejemplo.

En el informe del doctor Iriarte al gobierno del Estado se indica que:

1. Los ataques de los animales fueron realizados por perros ferales y no rabiosos, como manifestaron algunas autoridades.

2. Los cuerpos de los animales muertos tenían sangre (un murciélago sólo puede absorber 17 mililitros de sangre).

3. Los pobladores del municipio tuvieron mala disposición para atender a los animales moribundos y los dejaron fallecer.

4. Una semana antes, los animales del lugar habían sufrido otro ataque de perros que no fue denunciado a las autoridades.

5. Los pobladores atraviesan por una difícil crisis económica, además participan en peleas constantes por rencilla antiguas entre ellos mismos, situación que hace factible algún tipo de venganza.

María Elena Hoyos, directora del zoológico de Chapultepec también recordó que en 1985 el mismo zoológico sufrió un ataque de perros ferales, los cuales mataron aves y otros animales pequeños.. Se trataba de una manada de perros que sobrevivía con los desperdicios que arrojan los visitantes al bosque. Cuando, en septiembre y en los meses sucesivos el zoológico fue cerrado por remodelación, disminuyó la afluencia de visitantes. Los perros quedaron sin comer y no tuvieron más remedio que atacar a los animales encerrados en sus jaulas.

El subsecretario de Agricultura, Romárico Arroyo declaró que se trataba de simples coyotes o animales predadores que, debido a la sequía, buscan cualquier mecanismo para saciar su hambre.

El funcionario puntualizó que en todos los casos reportados, especialistas de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (SAGDR) coinciden en que se trata de ataques de animales depredadores, como lobos y coyotes.

LA OPINIÓN DEL DOCTO RAMIRO RAMÍREZ NECOCHEA

El doctor Ramiro Ramírez Necochea, de quien ya hemos hablado más arriba, ha hecho diversas observaciones muy acertadas. Las reproducimos aquí íntegramente por su interés en este asunto. Según el doctor Ramírez gran parte de los casos se deben a animales depredadores salvajes.

«Esos animales están viviendo una tremenda urgencia de alimento. Tenemos dos años de intensa sequía y aunque no sé de qué forma se han podido alterar los ecosistemas, pienso que estos animales se están acercando a las poblaciones para alimentarse, y que desde la aparición del chupacabras, todo se lo cargan a éste.

«Yo realicé en Sonora, hace dos semanas, un análisis de una vaca, que la gente juraba había sido víctima del chupacabras. Sin embargo, el animal había muerto por una infección en los intestinos, causada por la poca disponibilidad de alimento. Además, presentaba marcadas huellas de navajazos en su piel y, contrario a lo que pudiera pensarse, había presencia de sangre».

Efectivamente los cambios radicales en el hábitat, como son el incremento de la temperatura y la prolongación de las sequías estacionales son los causantes e una migración de animales como pumas, tigrillos, perros, zorros, coyotes, etc., quienes en busca de alimentos se trasladan a las rancherías y atacan a los animales de corral. La sequía amenaza convertir el estiaje en un desastre para la agricultura y la ganadería.

Algunos ufólogos han planteado la siguiente cuestión: ¿Por qué antes, en época de sequía, no se daban este tipo de fenómenos? La respuesta es obvia: sí se daban, pero pocos le tomaban importancia y nadie lo achacaba a seres extraterrestres o al chupacabras, ya que estaban conscientes que se debían a procesos naturales. Hoy, el chupacabras se ha convertido en un producto de la confusión, del sensacionalismo con el que se pretende explotar la capacidad de asombro de los incautos. Todo se le achaca a este mítico ser.

Como dato adicional diremos que en 1973 el Fish and Wildlife Service de los Estados Unidos publicó un estudio en el que proporcionaba los promedios estadísticos anuales de pérdidas de vacas, borregos, cabras, cerdos, caballos, etc., debidas a ataques por predadores. Curiosamente hace un análisis comparativo con la situación en México. Según ese estudio, en ese entonces, anualmente México perdía en promedio un total de 30,000 cabezas de ganado. Es decir, 2,500 cabezas por mes. Si la tendencia es la misma para este año de 1996, la cantidad de muertes reportadas (supuestamente debidas al chupacabras, 1,138) no cubre ni la mitad de este dato. Lo anterior quiere decir o bien que los predadores habituales han desaparecido en su totalidad dejando el trabajo sucio al chupacabras (algo que lógicamente no es cierto), o ahora los predadores naturales del ganado se encargan de ocultar los restos de sus víctimas, mientras que el chupacabras las deja a la intemperie (lo que también es una tontería), o no existe el chupacabras y ha disminuido significativamente el número de carnívoros en nuestro territorio (lo que puede ser una penosa realidad de nuestro desmoronamiento ecológico).

Otros análisis en ese sentido, debidos al doctor Ramírez, nos muestran la verdad del mito. El doctor Ramírez hizo el cálculo de la sangre que debió haber ingerido el chupacabras. Tomando en cuenta l factor de 60 mililitros de sangre por cada kilo de peso de animal, llega a la cantidad de 81 litros de sangre tan sólo en un día.

«Para que el chupacabras pueda ingerir esa cantidad de sangre se debe suponer que se trata de un animal que pesa más de dos toneladas. Para que pueda desplazarse por los aires sus alas deberían medir 2 kilómetros, pero en eso estamos quizá equivocados, porque nadie lo ha visto, ¿no es así?

«Sin embargo, cabe otra posibilidad. Tal vez se trata de varios chupacabras, uno por cada Estado de la República. Eso quiere decir que estamos invadidos por un enjambre de ellos y yas e hubiera atrapado alguno, cosa que no ha sucedido.

«Por otro lado, si son muchos chupacabras, de aproximadamente 25 kilos de peso cada uno de ellos, necesitamos 80 animales de este tipo en todo el país para que puedan causar tantos ataques. Es increíble que nadie haya podido atrapar alguno».

Su lógica es contundente pero me temo que nada servirá para la mente del ufólogo promedio. Para ellos todo es raro, extraño y no tiene explicación racional.

En lo único en lo que no estoy de acuerdo con el doctor Ramírez es en que él supone que todo se debe a un plan maestro del gobierno para alejar al hombre de la calle de los problemas primordiales que aquejan nuestro país. Según Ramírez:

«Si esto está orquestado dentro del gobierno, es un genio de la propaganda quien lo está manejando».

Más bien creo que, en caso de que lo estén utilizando con fines de distracción, fue un regalo que les cayó del cielo (aunque no precisamente un regalo extraterrestre).

Continuará…

El clásico garadiábolo fue hecho pasar como un auténtico chupacabras. Se trata de una mantarraya modificada para dale un aspecto humanoide.

Restos de un gato momificado por el intenso calor y sequedad de Hermosillo. Otro supuesto chupacabras presentado por la prensa.

Cabeza de perro modificada para adquirir un aspecto «chupacabresco». Durante la psicosis mexicana por el chupacabras, los periódicos amarillistas, como la Prensa, publicaron este tipo de fotografías como pruebas de la existencia del chupacabras.

Otra momia de gato. Estas fotografías son de las más conocidas en internet. Tal vez nuestra negativa de enfrentarnos con la muerte haga que veamos algo extraordinario en una deformación natural.

Diferentes interpretaciones del chupacabras.