LA LUCHA RACIONALISTA EN LA INDIA[1]
Por Mario Méndez Acosta
Contra Gurús y Avatares
La India es, sin duda, cuna de una de las grandes civilizaciones de la humanidad. A lo largo de su historia han surgido en ella diversas religiones y ha sufrido la invasión de otras más. Es origen también de una coÂrriente de pensamiento filosófico que ha tenido considerable influencia en occidente, sobre todo en los últiÂmos dos siglos. Quizá el pensador occidental Que con más profundidad ha estudiado este influjo ha sido el teólogo y filántropo francés Albert Schweitzer.
EL LADO OSCURO
Lamentablemente, el atractivo que ha despertado el pensamiento indostánico en el resto del mundo ha facilitado que multitud de individuos, bajo el disfraz de maestros, gurús e iniciados, se lancen de lleno a establecer perniciosas sectas seudomísticas, cuyo único obÂjeto es brindarle a su creador grandes utilidades moneÂtarias y poder político y explotar hasta límites inconceÂbibles a sus afiliados.
Muchos de estos presuntos maestros ni siquiera son de origen indio, pero adoptan rimbombantes seudónimos indostánicos.
Si en occidente estos individuos llegan a lograr cierto arrastre e influencia, en la India su poder llega a ser impresionante.
Hasta hace poco tiempo, la opinión goenera1izada en occidente ha sido en el sentido de que cualquier ciudaÂdano de la India será, sin duda, una persona creyente, simpatizante, o al menos indiferente, a la multitud de creencias místicas que -apegadas más o menos con cierta fidelidad a la tradición filosófica indostana- Âhan surgido en los últimos años en esa nación, o aún en países occidentales amparadas acá bajo un matiz orientalista.
Sin embargo, así como occidente ha sufrido la influencia filosófica indostánica la India ha recibido ampliamente la influencia recíproca de las corrientes filosóficas occidentales, sobre todo el materialismo, humanismo y racionalismo contemporáneos.
De la misma manera en que la India se ha converÂtido en una de las naciones subdesarrolladas más avanzadas en el campo de las ciencias, en su seno han surgido numerosos pensadores que rechazan las corrienÂtes místicas, sobre todo aquéllas que pretenden la manipulación total de sus seguidores.
TENAZ LUCHA
Agrupados en sociedades como la Unión Racionalista de la India, muchas personas preocupadas por la creciente influencia de los hombres dioses como llaman en la India a los gurús fundadores de sectas proselitistas, han iniciado auténticas campañas de movilización y concientización popular en contra de estos nuevos explotadores. En algunos estados se han llegado a organizar marchas y manifestaciones en contra de los santones negociantes y se ha instalado un servicio de protección y orientación para los discípulos de las diversas sectas que, por haber intentado desertar o por haber denunciado a los gurús, sufren presiones o represalias de parte de los sectarios.
Quizá el ejemplo más representativo del tipo de santones con los que se enfrentan los racionalistas inÂdostanos, sea el célebre gurú Sai Baba, el cual no se conforma con manifestarse como enviado o confidente de la deidad, sino que se declara abiertamente ser él mismo un dios.
Sai Baba, un individuo regordete de enorme melena ensortijada y de una estatura de metro y medio, proÂclama ser el actual avatar o encarnación en la tierra del dios Vishnú. Avatares humanos de Vishnú fueron los dioses Rama y Krishna de la mitología hinduista. A su vez, Kali, la diosa de la muerte, es un avatar del dios de la destrucción. Siva.
EL NUEVO DIOS
La filosofía de Sai Baba consiste en la colección usual de lugares comunes y vacuidades de todas las sectas seudo indostánicas; sin embargo, son otros aspectos de la actuación de Sai Baba los que han llamado la atención de los grupos racionalistas de la India.
Sai Baba afirma que puede obrar diversos prodigios. Ha sido un investigador indio, llamado Sam Daalal, quien se ha encargado de analizar críticamente los suÂpuestos milagros del santón.
Ante mu1titudes de sus seguidores, Baba pretendidamente materializa diversos objetos de la nada. A muÂchos de sus discípulos les obsequia anillos elaborados supuestamente de oro, con un retrato del gurú esmaltado en laca, los cuales aparecen prodigiosamente en sus manos. Daalal logró obtener uno de estos anillos y, después de examinarlo, determinó que no era de oro, simplemente estaba cubierto de un baño de este metal.
El retrato no era de la laca esmaltada sino que se trataba de una simple laminilla de estaño litografiada. Además, logró encontrar la fábrica donde se manufacturan los anillos mágicos, ubicada, curiosamente, a unas cuantas cuadras del cuartel general del gurú. Adicionalmente, averiguó que en una tienda situada en las oficinas centrales de la secta, dichos anillos pueden ser adquiridos a un no muy módico precio.
Sai Baba materializa de la nada regalos un poco más valiosos. Así, obsequia a sus amigos importantes relojes de oro, que extrae mágicamente del éter. Daalal se procuró uno de estos relojes y vio que eran de una marca japonesa y que contenían un número de registro de fábrica, Después de acudir a los fabricantes nipones, Daalal averiguó que ese reloj en particular había sido vendido a una joyería en la India, ubicada casualmente a muy corta distancia del cuartel general del santón.
De todo esto es fácil deducir que Baba utiliza simples trucos de magia de escenario para hacer aparecer las joyas que reparte.
Sai Baba también materializa cenizas que obtiene del otro mundo.
Daalal, incansable, logró hacer examinar las cenizas mágicas y determinó que se trataba de estiércol de vaca carbonizado. Estas cenizas, si son mojadas con gotas de agua, forman unas pequeñas píldoras que al secarse, son recogidas y almacenadas. Las píldoras de ceniza pueden ser fácilmente ocultadas entre las comisuras de los dedos de la mano. Al ejercer presión sobre ellas, se pulverizan otra vez y el truco queda consuÂmado.
AMENAZA
Otro investigador, B. Premand, fundador de la Unión Racionalista de la India, señala que las actividades de Sai Baba no se reducen a embaucar incautos. Premand ha presentado evidencia de que Baba comercia con arÂmas de contrabando. Uno de sus clientes fue nada menos que el estimable Idi Amin, antiguo dictador de Uganda.
El poder político de Sal Baba es considerable. James Randi, notable desenmascarador de charlatanes síquiÂcos, intentó visitar la India con el fin de entrevistarlo. La visa le fue negada y se le advirtió que no intentara forzar su entrada al país, ya que podría perder la vida.
Sai Baba es -recibido por la primera ministra de la India con honores de Jefe de Estado, Indira Gandhi conoce muy bien el considerable número de votos que controla el santón y obviamente prefiere no buscarse más problemas de los que ya tiene.
Difícil labor tiene por delante, a no dudarlo, la gente pensante de la India.
[1] Artículo publicado en Excelsior, México, domingo 8 de julio de 1984