ESCRUTINIO
Juan José Morales
Según cierto mensaje que me acaba de llegar por Internet, los mexicanos «”y la humanidad entera»” pronto pereceremos horriblemente intoxicados y quemados por el poderoso veneno de cierto insecto que un irresponsable investigador de la UNAM, un tal Thomas Robs, trajo de Asia a nuestro país: el budum, o Budemm Annicus Proto por nombre científico, un bicho que por «sus antenas lanza un veneno letal que cuando toca la piel del humano se empieza a quemar (¿el veneno?) y se esparse (sic) por todo el cuerpo hasta afectar el sistema circulatorio».
Esta es la inofensiva cigarrita o chicharrita Magicicada septendecim, a la cual en cierto mensaje difundido por Internet se presenta como un peligrosísimo insectos llamado budum que arroja veneno por sus antenas, aunque en realidad ningún insecto hace tal cosa. Las antenas les sirven sólo como elementos sensoriales.
Los niños, se advierte, son los que mayor peligro corren, ya que «aun el sistema inmunológico del niño es muy débil y no resiste este veneno.
El mensaje viene firmado por otro científico de la UNAM, el Dr. Juan Casares Meza, y está ilustrado con una foto del animalejo en cuestión «”para que la gente huya de él o lo apachurre sin piedad en cuanto lo vea»” y con aterradoras imágenes de niños espantosamente quemados por las mortales secreciones del budum, el cual «”añade la información»” habita terrenos baldíos y parques, en particular aquellos con flores muy llamativas, y se reproduce a un ritmo vertiginoso: «cada 20 minutos nacen 500 budums».
Es en este punto donde cualquiera con un mínimo de conocimientos matemáticos «”o de simple aritmética»” se detiene a pensar. Un momento. Si de cada budum (hembra, suponemos) nacen 500 cada 20 minutos, y de ellos la mitad son hembras, unas cuantas multiplicaciones nos indican que al cabo de 24 horas ese solitario insecto tendría varias decenas de miles de millones de descendientes. Y como ya lleva años reproduciéndose, a estas alturas los seres humanos y la Tierra entera ya estaríamos cubiertos por una masa de budums de varios metros de espesor, cosa que hasta donde sé «”y si me equivoco, que alguien me corrija»” no ha ocurrido. Podemos por tanto suponer que esta historia es falsa.
Efectivamente lo es. Se trata de un viejo engaño que viene circulando por el ciberespacio desde hace años. Escribimos sobre él ya el 11 de junio de 2011 y en aquella ocasión decíamos: «Por principio de cuentas, ni el insecto, ni el Dr. Casares ni el Dr. Robs existen. Por más que se busque en la literatura científica o en los listados del personal del Instituto de Biotecnología «”o de cualquier otro instituto de la UNAM»” no se encontrarán tales nombres. Tampoco aparecerá en ningún libro, revista, catálogo o tratado de entomología, el nombre del Budemm Annicus Proto. Y la imagen de él que se incluye en el mensaje es simplemente la de una inofensiva cigarra o chicharra de la especie Magicicada septendecim, que ni siquiera es originaria de Asia sino de la región oriental de Estados Unidos y Canadá».
Y añadíamos en esos comentarios que el Dr. Alejandro Alagón Cano, un científico real, de carne y hueso, que sí existe y trabaja en el Instituto de Biotecnología de la UNAM «”concretamente en el Departamento de Medicina Molecular y Bioprocesos»” ya había hecho circular un mensaje electrónico en el cual desmiente todo lo que se afirma sobre el budum e identifica correctamente a la chicharrita de la imagen.
Todo esto, escribió el Dr. Alagón, «no es más que un burdo engaño, un fraude seudocientífico, una broma. El que lo hizo sólo buscaba divertirse a costa de la ignorancia y credulidad del gran público. Ni siquiera pretendía hacer dinero vendiendo algunas cápsulas para adelgazar o para aumentar el vigor sexual.»
De modo que si recibe usted el espeluznante aviso sobre el budum, con la petición de que lo haga circular sin tardanza para salvar a sus parientes, amigos, enemigos, conocidos y desconocidos, de tan terrible amenaza, tírelo a la basura.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Jueves 10 de enero de 2013.