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De alquimia y alquimistas (Primera parte)

DE ALQUIMIA Y ALQUIMISTAS

Entre 1546 y 1555 en algunos lugares de la Toscana se comenzó a conocer de las habilidades de un médico extraordinario proveniente de Transilvania llamado Daniel von Siebenburgen. Tres eran sus principales atributos:

– Sus tratamientos no involucraban sangrías ni lavativas. Tampoco prescribía vomitivos. Mucho menos las caras suspensiones con polvos de rubíes y otras piedras preciosas. Ni siquiera el entonces tan de moda estiércol de vaca perfumado con infusiones florales. Nada de eso. Daniel sólo pedía que el enfermo, o sus parientes, compraran con el boticario de su preferencia, una serie de productos entre los que invariablemente se encontraba uno llamado «Usufur». Con estas substancias preparaba una píldora que era tragada por el enfermo.

– No cobraba caro. El tratamiento y consulta salían casi regalados y sólo había que pagar por las medicinas.

– Lo más importante. Su porcentaje de éxito en la cura de enfermedades era mayor al de sus colegas.

Daniel era un tipo emprendedor y no se conformaba con el renombre que poco a poco iba ganando. Cierto día a finales de 1555 decidió pedir audiencia a Cosimo I de Medici, el Gran Duque de Toscana. Su intención no era curarlo de ninguna enfermedad, el Gran Duque tenía la salud de un toro. Lo que Daniel quería proponerle era un trato: a cambio de 20,000 ducados él le enseñaría a transformar cualquier metal en oro.

Pero incluso en aquella época en la que todavía se confiaba en los alquimistas, el Gran Duque pidió una «prueba irrefutable» para poder cerrar el trato. Como todavía no se habían inventado las cámaras, Daniel von Siebenburgen no le pudo entregar un video mostrando platos voladores. En su lugar aceptó hacer la transmutación en presencia de Cosimo I, algunos miembros de la corte y el joyero real.

Daniel sólo pidió un lugar adecuado, algunas retortas, un horno y un crisol. Colocó dentro de éste último algunas piezas de cobre. De entre sus ropas sacó una bolsa de cuero y vació su contenido en el crisol. Toda la mezcla la metió al horno y esperó a que se fundiera. El producto de la cocción lo vació en las retortas. Dio dos pasos atrás y exclamó: ¡Eso es todo! Sólo hay que esperar que se enfríe.

Durante algunas horas, impaciente, el señor de Toscana hablaba con sus ministros y consultaban con el joyero. La instrucción era que una vez que se enfriara el metal probara la existencia o no de oro, con la piedra de toque.

Al final del día el joyero pudo probar el metal. «Se trata de oro. La mayor parte es cobre, pero no hay duda que en la retorta se encuentra oro de buena ley», dijo el joyero.

Al día siguiente se hizo otra prueba, esta vez con estaño. El resultado fue el mismo. Y así pasó con plomo, con hierro y con otros metales. En la retorta siempre quedaba algo de oro.

Daniel explicó que se encontraba perfeccionando su método para obtener una mayor proporción de oro. Luego, pidió al Gran Duque que se retiraran todos los presentes para poder revelarle el secreto.

– Alteza. Me comprometo a decirle mi secreto a cambio de 20,000 ducados de oro, como ya lo he manifestado. Como se ha dado cuenta, el procedimiento es muy sencillo.

«Bien que me he dado cuenta», contestó el Gran Duque. «Y he observado que el secreto se encuentra en los polvos que guardas en aquella bolsa de cuero».

– En efecto, su Alteza, se trata del maravilloso polvo de usufur.

«¿Y dónde se consigue ese polvo?»

– Se trata de una sustancia que puede encontrarse en cualquier botica de Florencia, Alteza.

«Si lo que dices es cierto, y con el polvo puedo yo fabricar oro. Ten por seguro que obtendrás tus 20,000 ducados».

Entonces ordenó que algunos de sus criados fueran a varias boticas a comprar polvo de usufur. Al regresar con lo pedido, el Gran Duque comenzó a realizar la «transmutación» por cuenta propia. Todos los experimentos fueron exitosos: en el crisol siempre se encontró una pequeña cantidad de oro.

EL MISTERIO DEL USUFUR

Cosimo I era hombre de palabra pero no quería que su flamante alquimista se fuera de Florencia. No por los 20,000 ducados de oro, sino porque no había perfeccionado su procedimiento. Durante algunas semanas lo mantuvo a su lado. Él continuaría haciendo sus transmutaciones mientras que Daniel tendría que perfeccionar su fórmula para obtener una mayor proporción de oro.

Daniel era tratado como la persona más importante del palacio, después del Gran Duque. Comía en la misma mesa, tenía chambelanes, valets y guardas a su disposición.

Pasó el tiempo y finalmente Daniel solicitó le fuera entregado el dinero así como un breve permiso para visitar a su familia en Transilvania. Sólo entregaría el dinero como dote de sus hijas, resolvería sus asuntos familiares y personales pendientes, y regresaría a Florencia a terminar su trabajo.

El señor de Toscana no quiso presionar a su alquimista temiendo que se escapara y se fuera a ofrecer sus servicios a otros reyes. Otorgó el permiso, dio el dinero y, además, otros regalos: diamantes, un vaso de jaspe, una cadena de oro y rubíes. Ordenó que una escolta lo acompañara hasta Leghorn, donde abordaría una nave con destino a Marsella y de ahí hasta Rumania.

Paso el tiempo, poco más de un año, y Daniel no regresaba. Luego llegó una carta. Decía así:

«Alteza serenísima: no podría corresponder a las múltiples mercedes con que me habéis colmado como no fuera mediante una franca confesión. Vuestra Merced no obtendrá jamás mayor cantidad de oro que el contenido en el usufur, pues esta sustancia maravillosa es simplemente oro purísimo que yo mismo reduje a polvo y vendí a los farmacéuticos. Al mezclarse con él, los metales adquieren el aspecto de oro, pero en realidad lo que se obtiene es una aleación de oro de bajísima ley.

«Ruego a Vuestra Merced que me perdone y, como último favor, que me otorgue el reconocimiento de que, después de todo, he sido moderado y no he querido aprovechar la situación para engañarlo más. Debo confesar también que no soy transilvano sino italiano y que no me llamo Daniel sino de otro modo.

«Deseándole la mejor salud y el pronto olvido de este engaño miserable, se despide de Su Alteza su Obediente Servidor, el descubridor del usufur».

En efecto, Daniel (tendremos que seguir usando este nombre pues se desconoce su nombre verdadero) comenzó su carrera de engaños en la ciudad de Padua. Ahí, de manera indirecta, distribuyó los polvos de usufur entre los boticarios locales. Por su parte él instaló un consultorio, muy cerca de la famosa Universidad, en donde atendía a los diversos enfermos Su fama fue creciendo poco a poco, como ya dijimos al principio de esta nota.

Su éxito se debía a que dejaba que la naturaleza actuara, sin provocar mayores daños, como los debidos a las sangrías y a los salvajes métodos de la «medicina» medieval. Pedía que compraran diversas substancias, entre ellas el usufur. De esa forma se aseguraba recuperar su oro. Luego fingía preparar las medicinas, pero sólo entregaba píldoras de migajón endurecido que, a lo más, podrían tener algún valor como placebo, pero que eran completamente inofensivas.

La fama de la droga maravillosa se difundió por diversas partes de Italia. Entonces Daniel se encargó de saturar de usufur las boticas de Florencia.

El historiador Kurt Karl Doberer menciona que otros estafadores repitieron el truco de Daniel, con alguna variante. Unos vendía algún elixir ya bien conocido, al que agregaban polvo de oro. Otros mezclaban oro con carbón.

Continuará…

Congreso de alquimia

Entre los ponentes está Robert Allen Bartlett, jefe de alquimistas del Albertus’ Paracelsus Research Institute; Thom Cavalli, miembro de la Alchemical Guild y la Hermetic Society; Gudni Gudnason, estudiante de la famosa Hermetic Order of the Golden Dawn; Paul Rendak, discípulo de Frater Albertus; Duane Saari, editor de Alchemy Journal; Andrea Zuckavich, administradora del Alchemy Home Program en el Flamel College; y Dennis William Hauck, un antiguo parapsicólogo y ufólogo reconvertido en alquimista (al parecer no progresó mucho).

Seguramente se reunirán en Las Vegas para vender Usufur (ver la entrada de arriba)

http://www.alchemyconference.com/

Detector de platos voladores

En Argentina inventaron un detector de platos voladores

No lo conocí ni mantuve intercambio epistolar con Ariel Ciro Rietti, pero tengo dos o tres de las publicaciones de la CODOVNI (Comisión Observadora de Objetos Voladores No Identificados). Sin embargo en ellas nunca explican quién los comisionó para dedicarse a observar ovnis.

Ariel Ciro y su detector de platos voladores.

Rietti, quien había nacido el 27 de abril de 1923, fundó la CODOVNI en compañía de Cristian Vogt (autor de El misterio de los platos voladores). Era el primer grupo civil argentino que trataba de investigar los platos voladores (5 de julio de 1956).

Estudió aviación, mecánica de aviación e ingeniería mecánica, esto último en la Universidad de Buenos Aires. Fue director de la Escuela de Pilotaje de Helicópteros de la República Argentina y fundó una compañía de helicópteros dedicada a dar servicio a las líneas de alta tensión.

Desde muy chico creó un «circo aéreo» y hacía acrobacias con avionetas. Esa experiencia le sirvió para hacer una compañía dedicada a la publicidad aérea: escribía anuncios con el humo del avión.

El chiste es fácil, pero podríamos decir que Ciro Rietti era como el «Ciro Peraloca» de las caricaturas. Inventó el Auto Eléctrico Solar Argentino: el Ariel Ra, que utilizaba paneles solares. En 1975 terminó la construcción (en el techo de su casa) del Golondrina V, una avioneta monoplaza que fue bajada con grúa a las calles de Buenos Aires.

Ariel Ciro murió el 22 de junio del 2001. La Fundación Universal Solar Rietti continúa la labor de este inventor.

No hay duda que su invento más excéntrico fue un detector de ovnis. Rietti estaba convencido que los platos voladores utilizaban la energía electromagnética. Su detector era capaz de registrar las variaciones en el campo geomagnético, que según Rietti serían producidas por los platos voladores.

Christy Dennis. Una lección sobre las abducciones

Christy Dennis. Una lección sobre las abducciones

Una ama de casa de 39 años de edad dijo que mientras se encontraba en su hogar fue prácticamente arrebatada al cielo por los extraterrestres de un lejano planea llamado «Colonia Cinco». Se trataba de Christy Dennis, de Phoenix, Arizona.

Christy dijo que unos enormes seres extraterrestres, de 2.5 metros de altura, de pelo de oro, piel aceitunada o del color del bronce y de «características perfectas», la habían raptado para llevarla a su planeta.

La señora Dennis entró en contacto con el doctor Leo Sprinkle, un psicólogo de la Universidad de Wyoming especializado en abducciones, en la conferencia sobre abducciones de Laramie, Wyoming, el 23 de mayo de 1981. Sprinkle comenzó a realizar una serie de sesiones de hipnosis con Christy y declaró que el caso era auténtico.

Pronto la noticia llegó al semanario National Enquirer que en su edición del 15 de diciembre de 1981 publicó los siguientes titulares:

Christy Dennis fue abducida de su hogar.

A través de evocaciones y finalmente hipnosis, ella recordó una reunión con los extraterrestres.

Sprinkle declaró al periódico que: «Éste es uno de los casos más notables de abducción con los que me he cruzado».

Con eso Christy se ganó la aceptación en los círculos ufológicos. Pronto se acercaron a ella varios ufólogos. Todo mundo la animaba a que escribiera su experiencia en un libro. Pronto estableció contacto con un agente literario de New York para publicar su libro. El agente le dijo que había la posibilidad de que la historia se convirtiera en película.

En noviembre de 1982, Dennis visitó el «centro de terapia» para víctimas de abducción que había sido establecido en Laramie por Dan Edwards y su esposa Aileen Garoutte, el UFO Contact Center International. Edwards era un inspector de calidad de cierta compañía, pero no tenía ningún entrenamiento en psicoterapia.

Al relacionarse con el Centro Internacional de Contactos con ovnis, se dio cuenta que ella no quería ser como estas personas, «que realmente creían que estaban en contacto con seres extraterrestres».

Finalmente se decidió a contar la verdad. A principios de 1983, Dennis admitió que su historia era un fraude en una carta dirigida a Sprinkle, al UFOCCI y a otras organizaciones ovni. Con ello perdió la oportunidad de escribir su libro y de obtener ingresos por la película. Dennis dijo que adicionalmente consiguió que sus nuevos amigos en el mundo de los ovnis la trataran «como si tuviera lepra».

Philip Klass escribió que en varias cartas y llamadas telefónicas Dennis expresó que «ella estaba muy preocupada por la carrera armamentista nuclear y por la posible destrucción de la raza humana en una guerra termonuclear. Pero cuando ella expresó tales preocupaciones a sus amigos y vecinos, su respuesta típica era: «Qué hace que pienses que eres más inteligente que nuestros líderes del gobierno en Washington»».

Así, que ella construyó un cuento de abducciones y extraterrestres. Se trataba de seres de una enorme sabiduría y de una civilización avanzada, cuyos líderes estaban preocupados por el futuro de la humanidad. Ella esperaba que la gente le hiciera más caso a estos extraterrestres que a un ama de casa. Pero se equivocó.

Lo que sus amigos y vecinos comenzaron a preguntar no era la forma de poder salvar al planeta de la guerra atómica sino el cómo vivían estos extraterrestres en su planeta y cuál era su mensaje a la humanidad. Esto hizo que Dennis se diera cuenta de su error y la inclinó a decir la verdad.

¿Cuál fue la reacción de Leo Sprinkle al conocer del fraude? Dijo que no estaba preocupado por los debunkers.

«Mi alegría es que cierto día, tendrán también estas experiencias».

Al paso de los años Sprinkle todavía cree que ella es una «abductee» a pesar de sus negaciones. De hecho, Sprinkle ahora cree que él mismo es un abducido.

Kudulla la serpiente del lago Snaasa

Serpiente de mar en el lago Snaasa

¿Es ésta una serpiente de mar?

Einar Johannes Sandnes se pregunta si realmente era una serpiente de mar lo que él vio sacando su cabeza fuera del lago. ¿Qué piensas?

Por David Brændeland

¿Podría esto ser una serpiente de mar? La criatura que sacó su cabeza fuera del lago Snaasa confundió a Einar Johannes Sandnes.

Todo comenzó como un viaje de pesca completamente ordinario en una agradable tarde de verano.

«Habíamos estado pescando toda la tarde. Cuando el sol se ocultaba en la tarde nosotros fuimos a tierra por una taza de café. Repentinamente giré y miré hacia el lago, y allí estaba. Pude tomar una foto con mi celular antes de que desapareciera», dijo a Nettavisen.

Él vive cerca de Sandnes, en una granja casi a la orilla de la playa del lago, recuerda bien el episodio de junio del 2005.

– «Realmente estábamos excitados y nos preguntábamos qué era la criatura», recuerda.

Se supone que la criatura apareció bastante cerca de los hombres.

«La distancia pudo haber sido de 20 a 50 metros, cerca de la tierra. Era verano y aún había luz, así que era claramente visible», agregó.

250 metros de profundidad

Sandnes es bien conocido en el área de los 48 kilómetros de longitud del lago que está situado justo al norte de Steinkjer en el Norte de Troenderlag. Él dice que conoce varias historias sobre serpientes de mar en el lago Snaasa.

«Hay rumores de vez en cuando. La serpiente de mar también se ha apodado Kudulla«. Él cree que ese nombre es el nombre original del lago.

Se registra una profundidad de 121 metros. Sandnes dice que se encontró una profundidad de 250 metros cuando la firma NTE puso un cable de comunicación a través del fondo del lago.

«Ninguna maravilla si el lago abriga serpientes de mar», asegura.

Teme no ser creído

Einar Johannes Sandnes ha guardado la foto de la posible serpiente de mar en su celular durante un año y medio. Ahora deja que Nettavisen la publique.

«Mucho tiempo fui escéptico de dejar que alguien la viera, yo temía que nadie me creería», dijo Sandnes.

http://www.nettavisen.no/innenriks/article876447.ece