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La historia detrás del fraude de la “Autopsia Extraterrestre”.

Por Joe Nickell

Manchester Evening News de Gran Bretaña (6 de abril de 2006) lo titularon un fraude que «engañó al mundo». Bien, no exactamente: la revista Skeptical Inquirer dudo de la película «La Autopsia extraterrestre», de 1995, desde el principio. Pero ahora el creador del falso cadáver extraterrestre usado para la «autopsia» ha confesado públicamente.

La película pretende representar el post mortem de un extraterrestre que murió en un ovni estrellado en Roswell, New México, en 1947 -era parte de un «documental» que salió al aire en la Fox televisión network. Los escépticos y muchos ufólogos rápidamente calificaron el asunto como un engaño.

Entre las numerosas observaciones, notaron que la película mostraba una marca código falso, no militar; que lesiones del extraterrestre eran inconsistentes con un accidente aéreo; y que la persona que realizaba la autopsia sostenía las tijeras como un sastre más que como un patólogo (quién se entrena colocando su dedo medio o anular en el agujero de las tijeras y utiliza su índice para estabilizar las navajas).

El experto en efectos especiales de Hollywood Trey Stokes (cuyos créditos fílmicos incluyen «The Blob», «Batman Returns», y «Tales from the Crypt») dijo que el cadáver extraterrestre se comportó como un maniquí, pareciendo ligero, «como de goma», y por lo tanto moviéndose no naturalmente cuando estaba siendo manipulado. (Véase Joe Nickell, «‘Alien Autopsy’ Hoax», Skeptical Inquirer, Nov./Dec. 1995, 17″“19.)

Recientemente, un escultor y creador de efectos especiales, John Humphreys, de Manchester, ahora afirma que el extraterrestre de Roswell eran su obra, destruida después de que la película fuera hecha. Él hizo la revelación justo cuando una nueva película, «Autopsia extratrrestre», era lanzada, una película para la cual él reconstruyó la criatura original. Como le dijo a BBC, «Curiosamente, utilicé exactamente el mismo proceso que antes. Comienzas con las fotos de la película, los amplías tanto como puedes. Entonces haces una armadura de aluminio, que cubres con arcilla, y después agregas todos los detalles». El modelo de arcilla fue utilizado para producir un molde que proporcionó un molde de látex.

Humphreys también admitió que en la película original de la autopsia él mismo había hecho el papel del patólogo, cuya identidad fue encubierta por un traje anticontaminante.

El fraude de la autopsia extraterrestre representó la culminación de varios años de rumores, mitos, y engaños absolutos que pretendían probar que restos de platillos y el de sus tripulantes humanoides fueron almacenados en una instalación secreta -e.d., un (inexistente) «hangar 18» en la Base de la Fuerza Aérea de Wright Patterson- y que los pequeños cadáveres pequeños eran analizados en ese u otro sitio.

Entre los fraudes estaban los siguientes:

Una película de ciencia ficción de 1949, «The Flying Saucer», que pretendía contener escenas de una nave espacial capturada; un actor presentado realmente como agente del FBI y juró que era verdad.

En 1950, el escritor Frank Scully divulgó en su libro «Venid the Flying Saucers» que el gobierno de los E.U. poseía no menos de tres naves espaciales venusinas, junto con los cadáveres de humanoides. Scully había sido alimentado del cuento por dos hombres de confianza que esperaban vender un supuesto dispositivo para localizar petróleo basado en la tecnología extraterrestre.

En 1974, Robert Spencer Carr comenzó a promover uno de los estrellamientos del libro de Scully y a asegurar conocer de primera mano en donde almacenaron a los extraterrestres. Pero como admitió el hijo del finado Carr, éste inventó toda la historia.

En 1987, el autor de un libro sobre Roswell lanzó los «Documentos MJ-12» que parecían probar la historia de la recuperación de naves estrelladas y un ocultamiento de alto nivel del gobierno. Desafortunadamente los expertos en documentos expusieron fácilmente los papeles como torpes falsificaciones.

En 1990, Gerald Anderson afirmó que él y sus familiares estaban recolectando rocas en el desierto de New México en 1947 cuando vinieron un platillo estrellado con extraterrestres heridos entre los restos humeantes. Anderson dio aconocer un diario que su tío presumiblemente había guardado, en donde registró el acontecimiento. Pero, las pruebas forenses demostraron que la tinta utilizada en las entradas no fue fabricada sino hasta 1974.

El fraude más elaborado de Roswell, sin embargo, y el que alcanzó probablemente a mucho más público fue la película de la «autopsia extraterrestre». Será recordado como obra clásica del género. La verdad sobre el «incidente de Roswell» -que el dispositivo desplomado era simplemente un globo espía de los E.U., parte del Proyecto Mogul, que intentaba espiar anticipadamente las pruebas nucleares soviéticas-continúa siendo obscurecida por los bromistas, defraudadores. conspiracionistas, los espabilados.

http://www.livescience.com/othernews/060507_alien_autopsy.html

¡HE DESCUBIERTO Z! (2 de 5 partes)

La historia de Charles Fort

EL FABRICANTE DE PARIAS

El problema no era la nueva madre de Fort. Blanche Whitney no se comportaba como la típica madrastra, antes bien llegó a la casa en 1887, cuando Fort tendría unos 13 años, tratando de hacerse amiga de sus hijastros. Fort mismo recuerda el primer encuentro de esta manera:

«»™¿Ustedes coleccionan estampillas?»™ preguntó nuestra nueva madre. «˜Si ustedes me dicen dónde conseguirlas, iremos ahora»™. Y todos juntos gritamos la dirección donde vivía un viejo coleccionista de estampillas. Y fuimos con el viejo coleccionista, intentando no ser demasiado codiciosos, haciendo honores a la admisión de nuestra nueva madre en la familia tan razonablemente como podíamos. Y entonces caminamos detrás de ella, pensando que sería de mala educación dejarla en la calle, aunque mucho deseábamos conseguir el nuevo álbum con nuestras estampillas nuevas.

«Y la primera cosa que dijimos entre nosotros fue, «˜Â¡ella es buena!»™ Denunciamos todo lo que habíamos mentido sobre ella. Y la defenderíamos; y seríamos caballerosos. Todos excitados. ¡Qué no haríamos!

«El «˜otro niño»™ no tenía nuestra precipitación y entusiasmo, sólo asintió y dijo, «˜ella es buena»™».

El problema era el temperamento del propio Fort. Hay una escena en el capítulo 5 que refleja el carácter caprichoso de Charles Fort. Después de algunas travesuras Charles es detenido por su padre quien le pregunta:

«¿Porqué hacen estas cosas malas?

«»™Sólo por diversión»™. Nuestro cuerpo tieso no estaba allí; estábamos en alguna parte, o habíamos dejado de existir.

«Pero, aunque no estábamos allí, podíamos sentir que intentaban apoyarnos. Su mano estaba en nuestro hombro. Nosotros, que habíamos hecho mal, debimos haber llorado ruidosamente, debido a su amabilidad, sólo que, no estábamos allí.

«»™Ahora, dime; intenta pensar y no te asustes; ¿porqué haces esas cosas malas?»™

«Nuestros labios dijeron, «˜sólo por diversión»™[1]. Nos pegaron salvajemente; la sangre salió de nuestra nariz. Entonces sí estábamos allí.

«La señora Lawson[2] dijo, «˜la nariz de Toddy sangra tan fácilmente»™.

«Salieron; pero estábamos allí. Uno salvaje, nosotros enojados. Corriendo por las escaleras, nosotros todos sangrados. Corriendo a nuestro cuarto. Arrojándonos sobre la cama, frotando nuestra nariz sobre la colcha. Una bestia sucia, rastrera, pequeña, enloquecida por hacer daño, como la única manera de vengarse. Frotando nuestra nariz en los visillos, haciendo de la recámara un cuarto de horror. Llorando con gorjeos histéricos sin preocuparnos por nosotros. De hecho, deseando que nos mataran, porque el suicidio había estado en nuestra mente a partir de los días más tempranos. Golpeando nuestra nariz para renovar la fuente; pero la verdad es que la nariz sangrante era una dolencia para nosotros. Pero, al igual que los dolores y la respiración agitada, todo fue pasando poco a poco.

«En la mesa, no se nos permitió hablar; «˜Ellos»™ no podían oír nuestras voces. Una vez que, sentimos la tensión, reímos nerviosamente. Miraron sobre el periódico, diciendo, «˜!Quién es!»™ El «˜pequeño niño»™ guardó silencio. El «˜otro niño»™ contestó que él no había oído nada. Nosotros dijimos, «˜yo lo hice»™. La señora Lawson lo habría dicho de todos modos; deseábamos el crédito por la verdad.

«»™!Ve arriba!»™ Nosotros nos levantamos lentamente, comiendo la empanada mientras nos levantábamos. Nosotros nos levantamos pulgada a pulgada; la empanada iba abajo pulgada a pulgada. No podíamos dejar esa empanada. Y esto fue un desafío para «˜Ellos»™. Saltaron de su silla, nos cogieron por el cuello, nos golpearon en la cara con su mano abierta.

«Corrimos por las escaleras, pegando en las figuras del tapiz de la pared, empalmando nuestra cabeza contra la barandilla, intentando matarnos, mordiendo nuestros brazos, corriendo arriba y abajo del pasillo en frenesí. Salieron, y, cuando vinieron los otros niños arriba, nos inclinamos sobre la barandilla, dejando que la sangre goteara en el pasillo de abajo, para hacer daño. Sabíamos que era trabajo sucio; teníamos tanto sentido de la decencia como una persona mayor; solo que apenas éramos una pequeña bestia. Los otros niños maldijeron a su padre. Los tres hicieron los juramentos más viles que pensaron. Rogando que la muerte, en la forma más horrible los alcanzara…»

Edipo reencarnado en Fort. Había muy pocos días que no castigaran a Charles.

«Éramos a menudo profundamente religiosos. A menudo ansiosamente pensábamos en nuestros pecados, diciendo de rodillas nuestros propios rezos, sin decir los rezos formales dichos por la señora Lawson por la tarde. No perdía de vista nuestro comportamiento marcando en una pared la longitud del tiempo habíamos podido ser buenos. Había muchos cuartos de día, algunos medios días, y los grandes espacios en blanco nos animaban, e intentábamos conseguir días enteros o aún dos días para el expediente. Pero en nuestra creencia, había también incredulidad…»

Comprenderemos el porqué de esos castigos con la siguiente escena:

«Y entonces vendimos más alas de pájaros, porque hicimos una honda, buscando una tarde entera justo la clase correcta de madera, tirando a nuestros propios pájaros. En un árbol solitario con ramas bajas vimos nuestro primer pájaro azul, nosotros debajo, apuntando con entusiasmo feroz. El se agita y se va, y no habríamos podido sorprendernos más si un poco cielo azul hubiera caído a nuestros pies. Entonces tiramos a nuestro primer pájaro carpintero, vestido de puntos de polka y una capa roja, corriendo de arriba a abajo de un árbol, golpeando ligeramente como la señora Lawson en un cristal de la ventana.

«Pero parecía vergonzosamente derrochador cortar las alas, el cuero cabelludo, y la cola, pensando que se verían muy presentables si los montamos en tarjetas blancas. Nosotros éramos un espíritu que íbamos a hacerlo mejor, así que intentamos rellenar los pájaros, haciéndolos cosas de cuello largo, arrugado y de patas tiesas. Pero al practicar con muchos gorriones, llegamos a ser tan expertos con la honda que podíamos tirar una pequeña bola de plumas que caían de un alambre del telégrafo casi cada vez. Picos que se abren desamparadamente ante nosotros; las alas inútiles se separan hacia fuera, pegando débilmente sobre la tierra, nosotros ferozmente exultantes, no teniendo nada de compasión, aunque para terminar el sufrimiento, romperíamos cuellos sin dañar la piel.

«Aprendiendo a dejar el cráneo después de limpiarlo y rellenarlo con algodón, haciendo los ojos como los ojos de las estatuillas, llenando huecos con algodón, aprendiendo a cortar la piel debajo de una ala, para preservar el pecho. Finalmente, podríamos rellenar un pájaro tan grande como una paloma, de modo que las plumas fueran lisas y tuviera su propia forma, aunque tuvimos menos éxito en montar pájaros en alambres. Descuidando nuestros estudios de la escuela, incapaces de centrar nuestra mente en ellos, pero pasando muchas hora estudiando historia natural, teniendo muchos libros, nombres latinos que aprender y las clasificaciones bajo las cuales clasificar a todas las criaturas, leyendo las vidas de los grandes naturalistas. Haciendo etiquetar cada espécimen, como en un museo verdadero. Muchacho con una prensa que imprime etiquetas. En el mundo mineral, podríamos encontrar pocos especimenes, no mucho más que formaciones de arcilla y pedazos de piedras, de exterior feo pero de interior maravillosamente blanco o rozado. Para nosotros había una ciudad pavimentada con mármol; sólo que el mármol no aparecía. Nada se mostraba sólo marrón amarillento; pero los tintes del arco iris estaban debajo. Entonces, en nuestra notable ciudad, otras calles fueron tachonadas con piedras preciosas; por bloques de granito, después cavaríamos los granates minuciosamente. Sin embargo, hicimos una gran colección de minerales, adquiridos por compra o trueque. Toda clase de minerales de hierro; el que se desmenuza, la clase negra, la hematita roja, y las piritas de hierro que parecen oro; mineral de cobre en muchos tipos de verde; cristales, espato, ágatas; muchas piedras…»

EL CONDENADO DE CHARLES FORT

Las cosas se complicaron cuando se volvió adolescente. En el capítulo seis nos cuenta varias aventuras que muestran su sadismo irreflexivo:

«Entonces conseguimos una escopeta de aire comprimido; cuando esa escopeta de aire comprimido estuvo en nuestras manos no tuvimos ningún instinto civilizado y nuestra mente no podía pensar en nada más que intentar matar. Viendo un petirrojo fino en un prado, saltando alrededor, disparamos hacia su pecho. Había gente en la piazza, pero saltamos la cerca, nos arrodillamos y apuntamos. Una mujer gritaba; un jardinero caminaba hacia nosotros; otra mujer nos imploraba que no disparáramos. Matamos al petirrojo…

«A veces hacíamos negocios muy buenos. Veníamos a casa en la noche con una docena de pájaros muertos, algunos de ellos raros, un tángara escarlata y un oriol de Baltimore y un bobolink entre ellos. Que pelaba y rellenaba hasta tarde en la noche, el «˜otro niño»™ que «˜viajaba»™ por nosotros, yendo con los coleccionistas que llegaban a ver nuestra mercancía el día siguiente, porque de todos los muchachos nosotros sabíamos que solamente Mac Dobson podía rellenar pájaros como nosotros, y él había pasado su interés a las colecciones. Los venderíamos a ochenta centavos quizás; cuarenta en efectivo, veinte a crédito seguro y el resto en malas deudas…

«Biff Allen era un joven al que le gustaba estar con los hombres grandes. Nos gustaba estar con las personas mayores, y charlar seriamente con ellas; pero Biff pasaba mucho tiempo en la comisaría de policías, boxeando con nosotros, y una docena de policías en mangas de camisa que nos miraban. Nos golpeábamos hasta que nos cansábamos y no podíamos levantar las manos, y, los policías se apretujaban alrededor de nosotros, incitándonos. Pero no nos gustaba esto; nos agradaba y entusiasmaba la lucha y estábamos orgullosos de nuestra reputación como combatientes, pero luchar deliberadamente para el disfrute de otros hacía que sintiéramos una pérdida de dignidad de modo que nunca regresamos a la comisaría de policía. En el establo de Snyler teníamos peleas de gallos; Biff sostenía un «banty» y nosotros sosteníamos otro golpeando sus cabezas entre sí para hacerles luchar. Nos gustaban las peleas de gallos mucho pero había algo que no podíamos hacer en un establo. Cuando realmente queríamos tener una verdadera lucha, sacudíamos dos gatos en una bolsa».

En el capítulo 9 vemos el origen de la extraña escena que relata en Wild Talents y que es muestra de su singular «lógica»:

«Y entonces nos obligaron a ir al almacén también los sábados. Peor era venir. ¡Nos hicieron trabajar! Enviándonos arriba, al desván, a raspar las viejas etiquetas de las latas y engomar nuestras propias etiquetas nuevas. ¡Nos hicieron trabajar!

«Éramos infelices y el «˜otro niño»™ era absolutamente infeliz. Nosotros resentidos raspábamos descuidadamente; el «˜otro niño»™ raspaba tan bien como podía. Nosotros nos rebelábamos y quejábamos y evadíamos; el «˜otro niño»™ se rebelaba y se quejaba pero raspaba tan bien como podía. Nos sentamos en una esquina; el «˜otro niño»™ trabajaba. Entonces no quiso hablarnos, porque hicimos que él hiciera todo el trabajo. ¿Pero por qué debe cualquiera de nosotros trabajar excepto solo para tener algo de dinero y salir de un apuro? ¡Cómo somos perezosos odiamos el trabajo! El «˜otro niño»™ raspaba tan bien como podía, negándose a hablar».

El lector de Wild Talents recordará esto en el proceso de re-etiquetado, en donde Fort pega etiquetas de melocotón en otras frutas y vegetales, «como un científico». Si no lo recuerda o no ha leído Wild Talents, extraemos esta escena del capítulo 3 de este libro:

«En días de antaño, cuando era un joven especialmente perverso, mis castigos eran ir al almacén, los sábados, a trabajar. Tuve que raspar etiquetas de otros distribuidores de las mercancías en conserva, y pegar etiqueta de mi padre. Teóricamente, me forzaron a trabajar para enseñarme los errores de manera engañosa. Unos buenos palos te corrigen, y te llevan por el camino recto y estrecho, sin desviarte.

«Una vez tenía pirámides de mercancías enlatadas, conteniendo una variedad de frutas y de vegetales. Había utilizado todas las etiquetas menos las de los melocotones. Pegué etiquetas de melocotones en las latas de melocotones, hasta que llegué a los albaricoques. Y pensé ¿acaso no son los melocotones unos albaricoques? Y hay ciruelos que son virtualmente albaricoques. Fui, malo, o científico, pegando las etiquetas de melocotón en las latas de ciruelos, las cerezas, frijoles y chícharos. No puedo definir absolutamente mi motivo, porque hasta este día no se ha decidido si soy un humorista o científico. Pienso que era travesura, pero, más adelante vendrá un reconocimiento más respetuoso de que también era un procedimiento científico».

Esto mismo lo había descrito en The Book of the Dammned:

«Estudié todas las artes y ciencias de las que había oído hablar, e inventé media docena más de ellas… Las pegué en los botes de melocotones hasta que llegué a los albaricoques. Y pensé: ¿acaso los albaricoques no son melocotones? Y algunas de las ciruelas, ¿no son también albaricoques? En vista de lo cual me puse concienzuda o científicamente a pegar mis etiquetas de melocotones en los botes de ciruelas, de cerezas, de frijoles, y de chícharos. Ignoro aún cuál era mi motivo, y no he llegado a decidir si era un sabio o un humorista».

¿O un loco? Antes de decidir veamos lo que escribe al inicio del capítulo 4 de Wild Talents:

«Ninguna botella de salsa de tomate puede caer de una vivienda en Harlem que está siendo desalojada, sin ser notada -no solamente por la gente indignada abajo, sino -aunque infinitesimalmente- universalmente -quizá-.

«El precio de las pijamas en Jersey City se ve afectado por el mal carácter de una suegra groenlandesa o por la demanda en China de cuernos de rinoceronte para la curación de los reumatismos; ya que todas las cosas son continuas, están unidas entre ellas con una homogeneidad subyacente. Y de ahí la lógica subyacente del chiquillo, culpable de muchas cosas, salvo de haber oído pronunciar un silogismo, y que pegaba una etiqueta de melocotones en un bote de frijoles. La relación de las cosas entre sí es tal, que la diferencia entre un fruto y lo que se ha convenido en llamar legumbre permanece indefinible. ¿Qué es un tomate: un fruto o una legumbre?».

Fort mismo admitía que aunque todas las cosas son continuas también hay una «discontinuidad». Él lo expresaba en su forma característica. «Es imposible, decía, decir que ciertas formas microscópicas de vida son animales o plantas, pero eso no significa que no podamos distinguir entre los extremos de un hipopótamo y una violeta. Nadie enviaría un ramillete de hipopótamos como regalo».

Pasando a los juegos y otras actividades del interés de Fort mencionemos aquí los juegos de guerra que jugaba con su hermano Clarence y que tiempo después daría lugar a un complicado juego, inventado por el mismo Fort, llamado «Super Checkers» (algo así como «súper inspectores»). Es ampliamente conocida la fotografía en la que aparece Fort en una pose meditabunda frente a una mesa que pareciera tener un mantel a cuadros. En realidad se trata del tablero de juegos, pero no de ajedrez, sino de «Super inspectores». Cuenta Fort en Many Parts:

«Los soldados de papel habían marchado en nuestras vidas. Nosotros y el «˜otro niño»™ llevaríamos lejos al «˜pequeño niño»™, y él caminaría alrededor del patio mientras peleábamos con nuestros soldados. Y entonces hubo batallas. Cada uno deseaba los soldados vestidos de azul, porque eran los americanos. Los casacas rojas eran los Británicos…»

«Lanzábamos las cubiertas de los libros al otro ejército, tomando como presos todos los que tiráramos. Sentíamos un deseo de individualidad entre nuestros soldados, recordando y siguiendo las carreras de algunos, promoviéndolas y exaltándolas después, siempre que merecieran ser honradas. Queríamos que parecieran verdaderos; así que escribimos nombres en sus espaldas para hacerles personajes de la gran historia militar que vivían. Dándoles marcas, que eran medallas, siempre que hicieran cosas notables tales como aterrizar en sus pies cuando fueran golpeados y lanzados a través del cuarto. Pero el «˜otro niño»™ era severo con nuestros héroes cuando eran apresados; siempre que los suyos no pudieran vivir, él los degradaría, los colgaría, o quemaría en la estaca. No podíamos ver a nuestros héroes hechos de papel común como el resto; cuando eran deshonrados, fingiríamos no ver, aunque nos molestábamos con nuestros favoritos».

La practica de marcar los soldados con honores por sus logros en las batallas, la repitió Fort en su juego de Super Inspectores en donde «marcaba» a los hombres. Este es el mismo espíritu del «somos propiedad» en donde Fort mencionaba que había entidades superiores que regían el destino de la humanidad, «marcando» a los hombres. También nos recuerda los modernos relatos de abducciones en donde los extraterrestres «marcan» a sus víctimas para darles seguimiento y poder raptarlos una y otra vez. Pero la raíz de todos estos cuentos estaba en la mente de un niño desequilibrado. Todo se limita a un extraño, curioso y complicado juego de mesa.

«Remar. Nos gustaba muy poco remar ya que se tenía que hacer cierto esfuerzo. Jugamos al béisbol como los otros pero sobresalimos en la natación. De hecho, nos apodaban «˜Froggy»™. El cuál no volvimos a usar, aunque el resto de los apodos nos enfurecían, pero «˜Froggy»™, parecía un título honorífico».

Le gustaba que le dijeran «ranita», pero nunca aceptó el apodo de «la foca del Bronx». Tampoco le gustaba trabajar en la tienda de ultramarinos:

«Nuestro abuelo a menudo nos preguntaba qué queríamos ser cuando creciéramos. Lo cuál nos molestaba, porque no sabíamos que podríamos decirle. Preguntaba, «˜¿Ya te has decidido?»™ Nosotros estúpidamente contestábamos, «˜no sé»™. Pero una vez le dijimos directo. Diciendo que nos gustaría ser naturalistas. Nuestro abuelo parecía desconcertado; salió, por su diccionario, pensamos nosotros, entre un garrafón y un jarro, con una pintura del gran canal sobre él. Regresó, pareciendo desconcertado. La definición no lo satisfizo evidentemente; los naturalistas se ocupan de los pájaros y de los animales pero no en forma de latas de conserva. Nuestro abuelo parecía dolido, porque él tenía sus propios sueños, y los nuestros lo alarmaron. Los cuáles eran una gran tienda de comestibles fundada por él, yendo por generaciones, su nieto más grande cierto día sería la cabeza de la familia e importante entre barriles, cosas en botellas, y cosas en latas…»

En la foto de entrada podemos vera Fort jugando una partida de Super Checkers.

Mostramos nuevos grabados e ilustraciones forteanos, como el que se refiere a la lluvia de sangre que, supuestamente, ocurrió en Provence Francia en julio de 1608. O la lluvia de peces en Transilvania, siglo XVIII.

John Lewis, empleado de un aserradero, recibió una lluvia de pececillos el 9 de febrero de 1859, en Mountain Ash, Gales. La ilustración es de Charles Tomlinson.

En 1861 se registró una lluvia de peces sobre las calles de Singapur. Los vecinos llenaron varias cestas con ellos.

El Illustrated London News publicó una ilustración el 24 de julio de 1827 que refiere la historia de unos campesinos de Denbighshire, Gales, quienes afirmaron haber visto volar media tonelada de heno.

Los reportes de lluvias de piedras también son muy comunes. En el clip podemos ver una ilustración al respecto.

Edward Mootz, de Cincinnati, revisa su durazno marchito debido a una lluvia roja que cayó el 22 de julio de 1955.

Un policía de Capitolia, California, observa numerosos picotijeras que cayeron del cielo.

Fotogramas de la película Magnolia.

El video se cierra con un dibujoo de George Cruikshank, titulado «Very unpleasant weather… Raining Cats, Dogs and Pitchforks», en donde se satirizan las ideas de Charles Fort.

Continuara…

[1] Esta escena será clave en la vida de Fort. Hay que mantenerla en mente hasta el final de esta serie, porque nos muestra que lo que hizo fue sólo por diversión.

[2] Se trata de la institutriz o del ama de llaves.

Un encuentro cercano con el negocio de los platos voladores.

Los hombres de negocios vuelan platillos para sacudir a la gente en South Orange County, promueven discos accionados por control remoto.

Lynn Doan

ALISO VIEJO, Calif. Muévase de Roswell. El South Orange County está registrando su propia parte de avistamientos ovni.

Varios residentes han reportado los avistamientos al departamento del sheriff de South Orange County en meses recientes. Y los reportes incluso han llegado al investigador canadiense de ovnis que ha puesto la información sobre los avistamientos en su Web site.

En un caso, los testigos reportaron ver discos que brillan intensamente zigzagueando a través de árboles y volando sobre el centro de la ciudad de Aliso Viejo en la noche. De un metro de diámetro y tachonados con luces que destellan, danzando alrededor uno del otro, cuatro ovnis en el cielo de la noche.

Estos platillos voladores no son proyectos secretos militares. Pero tampoco están siendo pilotados por marcianitos (verdes).

Los platillos se hacen en los garages de Gaylon Murphy y Steve Zingali, que consiguen asombrar a la gente y esperan ganar algunos pesos volando sus platillos accionados por control remoto. Después de todo, algunos avistamientos de ovnis pueden solamente ser buenos para los negocios.

«Los volamos en formación. Es bastante divertido», dijo Murphy, un cirujano cardiovascular y residente de Aliso Viejo. «La gente se para, gritan, un taxista sacó su coche fuera del camino».

Nick Peterson fue paralizó cuando vio uno de los discos volar más arriba del apartamento de su novia. Dijo: «Es bastante extraño, pienso que no puede ser un ovni ¿o sí?»

Los discos se hacen de espuma de poliuretano y pesan alrededor de una libra. Cada uno funciona con una batería del litio de 7.4 volts y tiene un propulsor.

Los fines de semana, Murphy vuela los discos en Aliso Viejo, Newport Beach, Mission Viejo y Laguna Niguel. Él y Zingali, un ingeniero residente de Mission Viejo, han vendido cuatro de los gizmos en $1.000 por cada uno y conceden que su show de luces es parte hobby, parte promoción.

«Es buena mercadotecnia», dijo.

El Web site canadiense de ovnis, que registra singularidades de supuestos avistamientos de platillos y supuestas abducciones extraterrestres y ofrece un surtido de literatura paranormal, indica que los discos hechos en casa han capturado la atención -y la imaginación- tanto de escépticos como de verdaderos creyentes.

Los discos destellaron una confrontación entre Murphy y Erik Strong, un gerente de un restaurante bar de Aliso Viejo. Strong dijo Murphy asustó a su personal por el disco que volaba cerca del restaurante.

«Parecía algo diferente de una película, un poco más real», dijo Strong. «No diría que hice la determinación de que era un ovni real, pero hizo que picara mi curiosidad lo suficiente para ver de donde venía».

Strong siguió el ovni a las proximidades e Grand Park, donde Murphy y Zingali estaban parados con sus controles remotos. Él dijo que el par iban a crear histeria si continuaban volando sus discos alrededor de Town Center.

Murphy confesó que él también había tenido algún encuentro con la ley.

http://www.detnews.com/apps/pbcs.dll/article?AID=/20060430/NATION/604300393/1020/rss09

Congreso plativolero

En la búsqueda del sombrero aluminio perfecto, algunas cosas que aprender sobre control de la comunidad y de la mente.

Por Bettie Rinehart, escritora del Latimes.com

Por dos semanas he estado pensando en el papel de aluminio. El problema es que mis pensamientos se deben haber centrado en la hoja de lata porque, como ve, es la que presumiblemente proporciona el mejor protector contra el control mental de los extraterrestres. Por lo menos eso es lo que he leído en Internet.

Ésta no es simplemente una cuestión de investigación. Este fin de semana, tengo que escribir y filmar la Retro UFO Space Convention en el Integratron en el desierto de Mojave. Charlaré con los abducidos, beberé en la sabiduría de los expertos invitados sobre extraterrestres y escucharé cierta poesía sobre los ovnis.

Pero era «la competencia de sombreros de papel de estaño» lo que me golpeó como una gigatonelada de bolas del espacio. Aunque incluso no sabía cuál era el premio, deseé ganar.

Los sombreros de hoja de aluminio dieron un frentazo a la cultura popular en la película de suspenso «Signs» del 2002, cuando, en quizás la escena más divertida de la película, Joaquin Phoenix se puso el sombrero de aluminio para mantener sus pensamientos protegidos contra extraterrestres no visibles. Pero en mi investigación en la Web encontré que el coterie de aluminio tiene dos usos. Anecdóticamente hablando, la hoja de estaño proporciona la sensación de protección contra la invasión de pensamientos tanto de extraterrestres y, curiosamente, de la CIA. Otros afirman que las hojas metálicas finas son realmente una «antena» para la comunicación con el otro mundo.

He elegido el estilo de mi sombrero con una intensidad que borda en la obsesión. Sabía que no era asunto de vagar y coger en el desierto una envoltura de un Kiss de Hershey o como los estilos que he visto en la Web, incluyendo el «Kutcher» (una molesta gorra de camionero), o la Fez (bastante agradable con su borla colgante, pero demasiado fácil).

Para mí, sería Katherine Hepburn en «¿The Alien Queen?» Uma Thurman en «Even Martian Ladies Get the Blues?». No, sería un sombrero chino más exótico con un papel de aluminio enorme, chillón y papel rosado. Quizá algún ajuste, también. Un pequeño chino de los de Audrey Hepburn en «My Fair Alien«.

Me dirigí a Office Depot por hojas de aluminio, cinta, papel coloreado y goma. ¡Cuatro horas más tarde, ¡voila!

Mi sombrero resultó ser encantador bonito, poco del estilo entusiasta paranoico cultivado. Cualquier extraterrestre distraído que intentara sondear mis pensamientos tendría una gran sorpresa. Tendría que penetrar a través de ese monstruoso adorno en mi cabeza. Buena suerte, invasor del espacio. Buena suerte.

Dicen que al desierto no le importa si usted vive o muere. Al desierto tampoco no le importa la moda. Está muy, muy caliente. Y después de media hora de mi llegada, estaba sudando y olía mal. He dejado mi sombrero en el coche, comprimido por la resilencia del pegamento y la hoja de aluminio.

Los fuertes destellos del sol de un puñado de coronillas plateadas. No hay mucha competencia. O quizá, como yo, la gente esta justo esperando el momento crucial. La competición esta programada después de un almuerzo muy terrícola de hamburguesas, hotdogs, frijoles y pie de manzana.

Después de que terminé algunas entrevistas selectas con los miembros de la comunidad ovni que aprendían, como delgados extraterrestres arturianos, la manera de pegar la cola de pato de ángeles divinos y extraterrestres, y astrología universal, corrí al coche, tomé mi precioso sombrero y llegue la mesa de los jueces en una nube del polvo, apenas en tiempo.

Después de que todas mis esperanzas descansaban en mi sombrero de aluminio, el veredicto resultó ser un asunto muy informal, determinado por palmadas, chiflidos y gritos. Ni el primero, ni el segundo lugar fueron para mí, solo el tercero. El premio: un baño de sonidos en el Integratron. ¡Con valor $40!

Luego, Frank Bollinger, co-creador del «Brain Tuner», que asegura «para la ansiedad y la trans-craneal-electro-simulación», me pregunta, «¿Es sólo un sombrero, o tiene otro propósito?»

No importa que sintiera que había puesto más capacidad intelectual en mi sombrero que los otros ganadores, quienes construyeron los suyos en cuestión de minutos antes de la competencia. Quizá, en mi esfuerzo hacia la grandeza sartorial extraterrestre, había sido envuelta por mi propio diseño. Recordé las palabras del Dr. Louis Turi, experto en extraterrestres, autor de Moon Power Starguide 2006: «Usted tiene que hacer negocio con la super-conciencia del tiempo y del espacio. Esté preparada».

Con esa pieza de consejo del mundo real en y sobre mi cabeza, el año próximo seré todo negocio.

http://www.latimes.com/la-me-ufo1may01,0,3164612.story?coll=la-home-headlines

¿Nevadas de sangre, de sandía o de algas?

Nieve rosada y cremosa cubre región de Rusia

MosNews

Nieve rosada y cremosa ha cubierto las regiones norteñas del territorio marítimo de Rusia, reportaron las agencias de noticias este lunes.

Por alguna razón, la nieve que cayó en las regiones norteñas densamente pobladas, después del paso de un ciclón de gran alcance, ha adquirido un color rosado de varios tonos.

Expertos del centro local de meteorología dicen que se debe culpar a la arena de la vecina Mongolia por este fenómeno natural inusual.

Antes de que llegara por vía marítima, el ciclón pasó por Mongolia, en donde las tormentas de arena habían estado azotando el desierto.

«Los vientos del ciclón arrastraron las partículas de polvo que colorearon las precipitación», dijeron los expertos.

Se observaron nevadas amarillas en febrero en la isla de Sakhalin, al Este de Rusia. Tenían un fuerte olor y una textura oleosa. El color, el olor y la textura de la nieve pudieron haber sido un resultado de la contaminación ambiental causada por la industria del aceite de la isla y del gas natural.

Sin embargo, los expertos no descartaron que esto podría ser causado por activ idad volcánica.

http://www.mosnews.com/news/2006/03/13/pinksnow.shtml

El fenómeno de la nieve colorida o de «lluvias de sangre» que fuera reportado por el famoso Charles Fort es muy común en diversas partes del mundo. En la zona montañosa de Colorado, por ejemplo, no es infrecuente encontrar nieve rosada que cae en las montañas.

Imaginen la sorpresa de salir de casa y encontrar todo el terreno cubierto de nieve cremosa que se ve tan deliciosa que uno quisiera comérsela a puños, sin necesidad de un cono. Pero hay que tener cierto cuidado antes de atragantarse.

La tonalidad rosada es causada por las algas llamadas «Chlamydomonas nivalis«. Los habitantes de las zonas elevadas de Colorado la llaman «nieve de sandía» porque tiene realmente un gusto muy similar a la sandía. La nieve (y las algas) es segura de comer, por lo menos en cantidades razonables. Algunas algas pueden ser levemente tóxicas, y comer demasiado puede dar lugar a diarrea rosada.

Es bastante increíble que la nieve caiga del cielo pintada de color rosa, y aún más increíble que sea seguro comerla y sepa como la sandía.

Hay realmente más de 350 clases de algas que sobreviven en temperaturas muy frías. Estas algas pueden hacer que la nieve se haga negra, marrón o amarilla. Chlamydomonas nivalis tiende a prosperar cuando el tiempo calienta poco después de la parte más oscura y más fría del invierno. Comienza con un color verde, después se hace rosa o rojiza mientras aclara el tiempo. Las células tienen una envoltura gelatinosa que las protegen contra la radiación ultravioleta fuerte que incide sobre las montañas, y esta envoltura es la qué produce el color rosado.