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El país de las 7 luminarias (Primera parte)

EL PAÍS DE LAS SIETE LUMINARIAS

A cuatro horas del Distrito Federal, en el Estado de Guanajuato, se localiza una de las zonas más bellas y enigmáticas de la República Mexicana: Valle de Santiago.

Por su ubicación, las ciudades de Valle de Santiago y Yuriria pueden ser consideradas como el centro geográfico de México. Las ciudades se encuentran a 1,723 y 1,736 metros sobre el nivel del mar. Están rodeadas por una extensa zona de cráteres volcánicos, hoy convertidos en lagos. Su belleza natural es extraordinaria.

La zona cubre una extensión de 83,570 hectáreas. De ellas se cultivan 52,778 (33,590 son de temporal y las restantes de riego). Es por ello que se le considera «el granero de la República».

Valle de Santiago es una población típica que tiene una gran tradición histórica conocida por pocas personas. El rango de ciudad lo obtuvo el 28 de mayo de 1907. Anteriormente se llamaba Camémbaro, que en tarasco (purépecha) significa «Lugar del ajenjo y el estafiate».

A la llegada de los españoles ya estaba habitada por una mezcla de otomíes, chichimecas y tarascos. Su actual nombre le fue otorgado en 1607, cuando las autoridades de la colonia hicieron la división de terrenos de la antigua Sido, hoy Salamanca. Entre sus fundadores se encuentran Diego Tamayo, Pedro Rivera y Francisco Gómez.

En este lugar se han venido sucediendo una serie de hechos «insólitos» y «misteriosos» que han trascendido nuestras fronteras. Sucesos que han tenido como principal protagonista a un hombre: Oscar Arredondo Ramírez.

LAS SIETE LUMINARIAS

Según el investigador Fulgencio Vargas, geológicamente la zona abarca dieciséis cráteres, aunque las tradiciones y leyendas sólo hacen referencia a siete, los cuales fueron bautizados con el poético nombre de Luminarias.

En el interior de la mayoría de los cráteres se han formado preciosos lagos. Los habitantes de esta región llaman a los cráteres Hoyos, Hoyas o Joyas. Algunos de los nombres en lengua purépecha son: Tallacua, Membereca, Andaracua, Sicua, Sacalasschil, Liricua y Teremecua. Las Siete Luminarias de la tradición son:

El cráter La Alberca (Tallacua), de aguas sulfurosas y al que, se dice, no se le conoce fondo. Es muy frecuentado por buzos y existía un servicio de lanchas para hacer un paseo por sus aguas.

La Hoya de Cíntora (Andaracua), de agua salada a la que se le atribuyen propiedades curativas para enfermedades de la piel. Situado en el corazón de esta topografía fascinante. Posee infinidad de cuevas y en el interior de muchas de ellas hay pinturas rupestres enigmáticas y misteriosas. Hay huertos de árboles frutales como el naranjo, y abundante vegetación de ajenjo y estafiate. Se han encontrado vestigios arqueológicos. Actualmente se le usa como zona de cultivo.

La Hoya de Flores o Álvarez (Membereca), donde existen restos de un centro ceremonial prehispánico, cuevas con pinturas rupestres y manantiales que brotan de las rocas. Es el más grande de los cráteres. En su interior hay aguas termales y sus tierras fértiles han producido grandes cosechas. Las primeras verduras gigantes se dieron aquí.

Rincón de Parangueo (Liricua), de aguas alcalinas, al que se puede llegar escalando o a través de un túnel, de 500 metros de largo, escavado en la roca. En su interior hay un lago de aguas tranquilas. También se pueden encontrar infinidad de cavernas que apenas han sido exploradas. Hay petroglifos en algunas de ellas.

Sicua, Sacalassuchil y Teremecua son cráteres con poco interés turístico.

Visto desde las alturas, Valle de Santiago presenta un panorama que podría pertenecer a un paisaje lunar lleno de cráteres, de tal forma que cuando se sobrevuela la zona, resulta difícil resistir la tentación de evocar misterios espaciales. Tal vez la extraña poesía que emana este paisaje, sea la causa de que aquí florezcan tantas fantasías relacionadas con visitantes del espacio.

Existe la creencia de que los lagos están comunicados entre sí por ríos subterráneos. Esta afirmación se avaló por el simple hecho de que había ruidos que hasta hace poco se escuchaban debajo de la tierra y que hicieron pensar en que los volcanes apagados estaban entrando en una nueva etapa de actividad. Aunque algunos cráteres bien podrían estar intercomunicados. Lo más probable es que no existan esos vasos comunicantes. La diferencia entre la composición química del agua de cada una de las lagunas, podría implicar que no exista la comunicación anunciada.

LA OSA MAYOR

Durante años, la astroarqueóloga mexicana Guadalupe Rivera de Iturbe, ha divulgado una curiosa teoría. Siguiendo la sentencia ocultista de Hermes Trimegisto en la Tabla Esmeraldina («Lo de arriba es igual a lo de abajo»), Rivera concluye que la conformación geográfica de las Siete Luminarias corresponde a la de las Siete Cabrillas de la Osa Mayor.

De acuerdo con la señora Rivera, desde las alturas vemos un paisaje correspondiente al ámbito celeste. Como si fuera el espejo, la topografía de la Luminarias refleja las estrellas.

Rivera afirma que en todo el país se pueden observar espirales cósmicas, y que cada una de ellas corresponde a la advocación de un signo del zodiaco, y justamente Yuriria y Valle de Santiago son el centro de la espiral mayor que cubre todo el territorio mexicano.

Las investigaciones de la astroarquóloga llegan hasta Ignacio Ramírez (El Nigromante), el brillante poeta y pensador mexicano. Se supone que en una de las láminas de un libro de geografía escolar, escrito por Ramírez, se encuentra un mapa de los cráteres que establece su ubicación exacta por medio del trazo de ciertas líneas. Al observarlo con detenimiento, la señora Rivera descubrió que su conformación era muy parecida a la de la Osa Mayor.

Estudiando más a fondo el problema, llegó a la conclusión de que los siete cráteres de las luminarias corresponden a las Siete Cabrillas de aquella formación celeste. Es más, ella piensa que, de acuerdo con el sistema calendárico del México antiguo, cada 1,400 años las estrellas de la Osa Mayor se sitúan exactamente arriba de las Luminarias (¿?)

Para Rivera esto no es más que una de las manifestaciones del gran diseño concebido por los supremos arquitectos del universo, que llegaron a esta tierra a bordo de naves espaciales.

Esta completa falta de conocimientos astronómicos era de esperarse en una persona que afirma que el Calendario Azteca es un prototipo o plano de una nave espacial. En efecto, suponer que las estrellas que conforman la Osa Mayor siguen un movimiento tal que cada 1,400 años se sitúan en la vertical de unos cráteres situados a varios años luz, es un auténtico disparate.

Esa tontería cae por su propio peso cuando sabemos que, en Valle de Santiago hay dieciséis cráteres y no solo los siete que escogió hábilmente Rivera; o cuando superponemos una fotografía de las Siete Cabrillas sobre otra de las Siete Luminarias: no hay forma de empatarlas.

YURIRIA

La ciudad de Yuriria es el centro urbano más antiguo en el Estado de Guanajuato. Fue fundado, por parte de las tribus chichimecas, en el año 945 d.C.

Actualmente ofrece un carácter pintoresco y agradable por sus calles estrechas, casas bajas y un jardín principal amplio y lleno de árboles. Este armoniza con el convento y templo de San Pablo (1550), conjunto de estilo plateresco cuya fachada es la más ricamente ornamentada y mejor conservada del país. Cuenta, además, con dos templos del siglo XVI, el Expiatorio «“donde se venera a la Virgen del Buen Concejo- y el de la Preciosa Sangre de Cristo, en cuyo interior existe un Cristo de madera negra de la misma época.

A orillas de la ciudad domina el paisaje la laguna artificial de Yuriria, construida en 1548 por Fray Diego de Chávez, como primera obra monumental de riego que existió en la América Colonial.

El nombre original de la ciudad fue Yuririhuapúndaro, que significa, según la Secretaría de Turismo, «Lugar del lago de sangre», porque, «supuestamente el lago aledaño era utilizado como cementerio» (sic).

El nombre tarasco significa «donde está el lago de sangre» (Yuriri, sangre; apunda, laguna y ro, locativo). Pero el lago nunca fue un cementerio. Lo de sangre le viene porque, a veces, sus aguas, que generalmente tienen un color verdoso, adoptan un tono rojizo. Es, según los que la han visto, un color rojo escarlata, tan intenso que llega a parecerse al de la sangre.

Las primeras noticias de esta curiosidad las dieron los tarascos, que conquistaron el lugar por el año 1350 d.C.

En 1579, don Cristóbal de Vargas Valadés, Alcalde Mayor de la Villa de Celaya y Corregidor de Yuririhuapúndaro, escribió en sus Relaciones geográficas de la diócesis de Michoacán:

«El pueblo de Yuriripúndaro es de la corona real y corregimiento de el alcalde mayor de la Villa de Celaya: Está en la provincia de Michoacán y llámase Yuririapúndaro porque quiere decir en lengua tarasca Laguna de sangre, y púsose este nombre a este dicho pueblo porque tiene una laguna, entre las casas, de media legua en redondo, que el agua de ella es algo bermeja, semejante a sangre».

Casi un siglo más tarde (1644), el venerable padre Diego Basalenque, cronista de la orden agustiniana, escribió en su Historia de la provincia de San Nicolás Tolentino de Michoacán, lo siguiente:

«Este pueblo se llama Yuririapúndaro, que quiere decir Laguna de sangre, porque se fundó en sus principios alrededor de una laguna cuya redondez debe ser de una legua corta, y su agua no es sangre sino agua, que tiene un color turbado y no claro estando en la laguna, que sacada fuera más es de lo que en ella parece. Tiene una cosa admirable esta laguna: que no se le halla fondo en medio, y su agua nunca mengua ni crece, ni por fuera se ceba de otras aguas que le entran si no es la del Cielo. Ha habido años en que la laguna grande se ha secado totalmente, y ésta no mengua cosa. Su agua no es provechosa para cosa viviente de dentro. Dicen algunos que ahí echaban los cuerpos que se sacrificaban a sus dioses, de esto no hay escrito, sólo tradición. En cuanto a no menguar ni crecer, según filosofía, hemos de decir que está al peso de algunas muchas aguas y con muchas que no se menoscaban se está ella en aquel pozo y así en medio no se halla suelo, que es cosa que espanta; no se navega ni nadie se atreve a pasarla».

LAGUNA ALMONICA

Otro sacerdote de la orden de los agustinos, fray Matías de Escobar, escribe en su Crónica de la provincia agustiniana de Michoacán (1729):

«Muchos pensaron que el haber sido el suelo de este pueblo Palestra de Marte, en que se vertió tanta sangre cuanto fue necesaria para inundar el terruño, fue lo que granjeó el nombre de Yuririapúndaro, que es lo mismo que Laguna de sangre. Pero lo cierto es que lo que le da el referido nombre, es una laguna, que tendrá poco más de una legua en su circuito, inmediata a su población. Esta tiene el color rojo o sanguíneo. Es tradición haber sido esta laguna en la que arrojaban los cuerpos a los ídolos, y quizá por esta crueldad se tiñó de sangre el agua que hay si hay sangre, que pida al Cielo justicia contra una crueldad, en las aguas ha de haber sangre también, que clame y pida venganza.

«Bien pudiera llamar a las aguas sanguíneas de esta laguna almónica, porque así como en los cristales del río Almón lavaban los sálicos sacerdotes los cuchillos de las víctimas y con la sangre de ellas teñían las aguas, acá los sacerdotes de la idolatría de este pueblo lavaban sus pedernales en las aguas de esta laguna; y de esta sangre tomaba nombre el sitio.

«Río de infierno es el referido, como lo fue esta laguna, para los miserables sacrificios. Es profundísima, y tanto, que afirma nuestro Venerable Basalenque, no ha habido argonauta atrevido que halla querido transitar sus medios, y con razón, que para mí tengo es esta laguna antípoda del Mar Rojo, según el trópico opuesto, y grados de altura en que se halla, y puede ser esta laguna algún desahogo de aquel grande y profundo Mar.

«Así viene a ser el color y causa del color de la laguna de Yuriripúndaro: el suelo y terruño le hace el rojo color de que se viste, para engañar la vista. Nada viviente tiene o mantiene en sus senos. Estigio lago o Mar muerto puede decirse y denominarse, por esta infructífera propiedad. Era seno de los muertos y sacrificados cuerpos, y así no quiere consentir nada vivo en prueba de su propiedad antigua.

«Esta pues, como refiero, sangrienta laguna, le da el nombre a Yuririapúndaro. De esta sangre trae el origen su nombre.

«No se si la mayor hidalguía podrá dar más claro testimonio en su sangre de nuestro Yuririapúndaro»¦

«»¦ a los que frecuentan los baños de las aguas de esta laguna, les comunica a los pelos del mismo rojo que tienen en sí a las aguas, propiedades que se cuentan de las aguas del Reno, Xanto y Escarmandro».

El barroco fraile Escobar se equivoca en varios puntos. El lago, que no laguna, nunca fue centro ceremonial de sacrificios humanos; no está en las antípodas del Mar Rojo; y sí posee vida en sus entrañas.

El último cronista de la provincia agustiniana, fray Nicolás de Navarrete, en su Historia de la Provincia (1879), al hablar de la fundación del templo y convento de Yuriria dice con parquedad:

«En lugar cercano a la Joya (que así se llama el lago cráter) está el lago de sangre o lago Muerto que dio su nombre a Yuririapúndaro, desde su fundación tarasca».

Las tradiciones de un lago rojizo son, como vemos, muy antiguas. Sin embargo, aún en fechas recientes se han reportado insólitos cambios en la tonalidad de las aguas; cambios que se han tratado de relacionar con los movimientos sísmicos. ¿Será cierto que cuando el lago cambia de color anuncia un próximo terremoto?

EL LAGO DE SANGRE

Uno de los renglones económicamente más importantes para la vida de Yuriria era la recolección del mosco que se cría, y muy bien, dentro del lago. Cuando, en 1980, visité el lugar, tuve que usar una mascarilla para evitar respirar y tragar los mosquitos. La pesca de charales es otra de las actividades remunerativas dentro del lago.

Don Benjamín Lara González, cronista de la ciudad de Yuriria, nos contó que la primera vez que vio las aguas del lago teñidas de rojo fue en 1970. Uno de los pescadores que frecuentaban el lago le dijo:

«Mire usted doctor, la laguna se enferma cada y cuando. Cada vez que hay un terremoto o un temblor, o hace erupción algún volcán. Hasta lo que pasa bien lejos de aquí lo registra la laguna. Cualquier temblor o erupción volcánica, por lejos que esté. Entonces empieza a salir un color rojo del fondo y tiñe las aguas de la Joya.

«Ya cuando se va a aliviar, entonces todo el rojo se forma en una nata a las orillas de la laguna y en la superficie y entonces, todo el mosco y los charales se mueren. Nosotros no podemos pescar. Tenemos que esperar a que vuelva a aclararse el agua para que los peces vuelvan a la laguna desde estos hoyos que hacemos aquí y entre estas cañas viven mientras pueden reproducirse en grande ya dentro de la laguna».

Nuestro ya conocido Oscar Arredondo Ramírez extrajo agua y lodo del lago y lo intentó transplantar en las aguas de los cráteres. Sus trabajos sólo dieron resultado en un pequeño charco del cráter de Rincón de Parangueo. Su intensión resultaba obvia: crear un nuevo «enigma» y atraer a los turistas a su localidad.

En 1980 sugerí la existencia de dinoflagelados[1], como los que producen la marea roja, como posible explicación al color rojo del lago. A mi insistencia, don Benjamín Lara tomó una muestra del agua y la llevó al laboratorio de análisis clínicos y bacteriológicos del Químico Farmacobiólogo Luciano González García, de Valle de Santiago. González, después de centrifugar, decantar y preparar la muestra, pudo observar, a través del microscopio, unos diminutos seres flagelados de color rojo, de tan sólo unas micras de diámetro.

González no pudo identificar el microorganismo. Lara tomó otra muestra y, en compañía de don Arturo Ramírez Hernández, se dirigió a la Universidad de Guanajuato. Ahí depositaron las muestras en el Museo de Historia Natural Alfredo Duges. Lara y Ramírez aún continúan esperando los resultados del análisis.

ANIMALES DENTRO DE LOS CRÁTERES

El finado vulcanólogo Félix Sobota Knoll, «polaco por nacimiento y vallense por naturalización», como solía decir, estudió durante varios años el Volcán de Fuego de Colima (ubicado entre los estados de Jalisco y Colima). Luego emprendió un estudio de la zona volcánica de Valle de Santiago, Salamanca y Yuriria, y quedó asombrado por las características de estos volcanes.

En su país de origen había estudiado un pequeño lago cráter y había encontrado especies animales y vegetales que, por aislamiento milenario de otros medios geográficos similares, habían seguido su curso evolucionista propio, de tal forma que llegaron a constituirse en especies diferentes a las conocidas en Polonia.

Félix Sobota era un hombre que hablaba con dificultad el español, pero podía hacerse entender bien. Se le podría describir como robusto, vital, serio y apasionado. Pensaba que en los lagos cráteres de Valle de Santiago se podrían encontrar muchas especies desconocidas por la ciencia.

No estaba tan errado, pues al parecer nuestra suposición de una nueva especie de dinoflagelado, emparentados con los organismos que producen las mareas rojas, es cierta.

Las características que presentan las aguas rojas del lago de Yuriria y las de los cráteres de la Joya y Rincón de Parangueo son similares a las que se encuentran en las mareas rojas. Cuando los dinoflagelados se reproducen en grandes cantidades, tiñen las aguas de rojo, que es su color característico, al mismo tiempo que segregan una toxina que envenena las aguas y el medio ambiente. Los animales que se alimentan de estos microorganismos mueren envenenados. Es así como desaparecen los charales y moscos del lago.

Al parecer el culpable de que en algunos cráteres de Valle de Santiago se halla desarrollado el dinoflagelado es nuestro viejo conocido Oscar Arredondo. En una de nuestras visitas nos contó que en diversas ocasiones extrajo agua y lodo de Yuriria y la intentó transplantar a las aguas de los cráteres. Tuvo éxito en la Joya y Rincón de Parangueo. En su local de fotografía muestra varias fotografías de estos charcos de sangre. Sin embargo, las fotos están tomadas de tal manera que no existen puntos de referencia y cualquiera podría pensar que se trata de una gran extensión de agua salada (la laguna de sangre), sin embargo, el charco no tiene más de cinco metros de longitud.

No hay noticias de la existencia de dinoflagelados en lagos y lagunas. Su hábitat natural son los mares y océanos.

En cuanto a la relación del lago de sangre con la actividad sísmica es tan sólo un mito más. El 23 de abril de 1989 estuve en el sitio y sus aguas tenían el tono verdoso típico; el martes 25 de abril tembló en la ciudad de México. En otra de nuestras visitas (noviembre de 1992) uno de los charcos contaminados por Arredondo tenía el tono rojizo de la sangre, y sin embargo no se supo de ningún temblor de importancia. El «sismógrafo natural» había fallado.

Las verdaderas maravillas y enigmas de la naturaleza no necesitan embellecerse con fenómenos paranormales, rarezas criptozoológicas o apariciones ufológicas. La Naturaleza es insólita por sí misma.

EL PRIMO DE NESSIE

Otra de las leyendas que ha hecho correr Oscar Arredondo es la existencia en el cráter La Alberca de un monstruo antediluviano parecido al del Loch Ness.

Tallacua, nombre tarasco del cráter más conocido como La Alberca, tiene aguas sulfurosas. En un tiempo no muy lejano existieron plataformas para que los clavadistas hicieran gala de sus suertes, cual si fuera una «Quebrada acapulqueña» dentro del cráter. Hoy esos trampolines han quedado inservibles pues el lago se está desecando.

Según Arredondo la Alberca no tiene fondo, y de acuerdo con lo que menciona el ufólogo español Juan José Benítez «entre 15 y 20 metros se perciben una fuertes corrientes «“de oeste a este- que ponen de manifiesto la existencia de uno o varios canales subterráneos».

Según el español, se han hecho experiencias de arrojar troncos en el lago del Rincón de Parangueo y al poco se les ha visto emerger en la superficie de La Alberca. Esto explicaría, según él, porqué no se ha podido atrapar al monstruo del Tallacua, bautizado con el nombre de Chac, puesto que el misterioso animal se desplaza de uno a otro cráter.

La verdad es otra. No puede existir comunicación entre los cráteres puesto que muchos de ellos están completamente secos y no muestran fisuras en sus paredes. Tampoco hay comunicación entre Rincón de Parangueo y Tallacua, puesto que uno es un lago de aguas alcalinas, evidenciadas por las formaciones calcáreas producidas por la desecación; y el otro es un lago de aguas sulfurosas. Además, un animal de 6 metros de largo, como dicen Benítez y Arredondo, no podría vivir en esas aguas, mucho menos toda una familia necesaria para perpetuar la especie desde tiempos antediluvianos.

En los ochenta Oscar Arredondo presentaba en los escaparates de su tienda de fotografía, una instantánea del supuesto Chac. Vista con detenimiento, no había duda de que se trataba de un tronco tallado para dar la apariencia del cuello de un dinosaurio. Hice esta observación y tiempo después, la misteriosa fotografía del Chac ya no volvió a aparecer en la vitrina.

Arredondo me confió haber obtenido otra fotografía del Chac sobre la ladera del volcán, cuando éste salió a dar una caminata. Un documento como ese hubiera sido extraordinario, pero nunca quiso mostrármelo. No se si alguien lo vio. ¿Existió esa fotografía?

Recientemente en Internet se han publicado algunas fotografías del supuesto Chac.

Valle de Santiago a principios del siglo XX.

La Alberca.

Otra vista del cráter La Alberca. Detrás de los árboles sobre el cráter, comienza la ciudad de Valle de Santiago.

La Hoya de Cíntora.

Túnel para acceder al interior del cráter de Rincón de Parangueo.

El túnel tiene unos 500 metros de longitud.

Varias fotografías de Rincón de Parangueo.

En la boca de los volcanes se pueden ver las entradas a las diversas cuevas.

Una de las cuevas de Rincón de Parangueo.

A pesar de lo inaccesible, las cuevas muestran graffitis.

Uno de los charcos con aguas «sanguinolentas» dentro de los volcanes.

Escudo oficial de Valle de Santiago: El país de las siete luminarias.

Ignacio Ramírez «El Nigromante».

El mapa de Ignacio Ramírez.

La Osa Mayor.

Vista de las «Siete Luminarias» desde las alturas.

Portada del libro de Basalenque.

Varias fotografías de los «charcos de sangre» que se forman en los cráteres.

Oscar Arredondo mantenía en cubetas muestras del agua y lodo de Yuriria. Aquí una fotografía de un periódico local.

La laguna de Yuriria y al fondo el cerro de Culiacán.

El investigador Oscar García obtuvo esta foto de Arredondo Ramírez, justo en la puerta de su negocio de fotografía. Con el juego de luces y los ángeles, quería mostrar la eterna lucha entre «el bien y el mal».

Hablando de fraudes. JJ Benítez hizo creer a su público que en Valle de Santiago se realizan ceremonias «aztecas» para aplacar al monstruo Chac.

Benítez y Fernando Jiménez del Oso fueron otros de los ufólogos que visitaron el sitio. Aquí durante el rodaje de uno de sus programas.

En el estudio fotográfico de Arredondo se encuentra esta acuarela que muestra al supuesto Chac en medio del cráter de La Alberca.

Recientemente han aparecido en Internet algunas fotografías del supuesto Chac. Aquí una muestra de las mismas.

Esta es la fotografía original. Comparando las fotografías de la Alberca nos podemos dar cuenta del tamaño del cráter y del «dinosaurio». Se trata de un modelo pequeño, tal vez un juguete.

Una última imagen de Chan, en la que se puede apreciar incluso una de sus aletas.

Otra supuesta fotografía de Chac. Al paso del tiempo el lago se ha ido desecando. En 1980, la pequeña isla de la parte izquierda, por ejemplo, se podía ver a unos centímetros por debajo del agua. En este caso, si la foto no está trucada, la mancha podría ser otro islote.


[1] Ver mi artículo: La marea roja.

Prosopagnosia ¿quién es el que miro en el espejo?

Olvidarse de tu propia cara

Por Huw Jones

BBC News

¿Qué es mirar a tus niños o marido y no reconocerlos? Una mujer está luchando para superar los efectos de un virus que la atacó sin advertencia.

Cuando Claire mira en los ojos de sus hijos, es un momento de confusión profunda.

La madre de cuatro chicos, de 45 años de edad, sufre de prosopagnosia, conocida a veces como ceguera de la cara. Ella no puede reconocer las caras de sus niños, su marido y aún de ella misma, después de que un virus la tacó hace poco más de dos años, causando la inflamación en su cerebro y dañando permanentemente el lóbulo temporal.

Leer más en

http://news.bbc.co.uk/2/hi/uk_news/magazine/5211446.stm

Más sobre el Morgellons en el Chicago Tribune

… Las lesiones son auto infligidas, causadas por el rascado incesante sobre parásitos imaginarios, insisten los escépticos. Las fibras no son nada más que pelusa de la ropa, tejidos finos o vendajes. Y la hipocondria se está dispersando gracias a los sensacionalistas informes de noticias de la TV y Web sites, que refuerzan las creencias de la gente psicologicamente vulnerable de que ha contraído una nueva enfermedad.

…»En dermatología, hablamos sobre algo llamado «˜trabajo del exterior»™, que es una erupción de la piel hecha por el paciente mismo», dijo el Dr. Noah Scheinfeld, un profesor auxiliar de dermatología de la Universidad de Columbia en Nueva York y experto en los orígenes psiquiátricos de ciertos desórdenes de la piel. «Cuando ves las fotografías de estas lesiones de Morgellons, son clásicas de eso.»…

Lea más en

http://www.chicagotribune.com/news/nationworld/chi-0607250158jul25,1,4472509.story?coll=chi-news-hed&ctrack=1&cset=true

¿Llovieron peces sobre Manna?

Peces del cielo llueven sobre Manna de la India

NUEVA DELI (Reuters) -La gente de Kerala, en el sudoeste de la India, es famosa por transformar los pescados en picantes banquetes para alimentar a los dioses, pero la semana pasada el cielo se convirtió en proveedor de cuando llovieron peces en la aldea de Manna, divulgó un periódico el lunes.

Cuando las nubes rompieron el jueves pasado, los aldeanos los dijeron que vieron pequeños peces vivos, del grosor de un lápiz, que caían del cielo.

«Nadie lo notó inicialmente. Pero pronto, vimos algunos objetos fangosos en la tierra y notamos un cierto movimiento leve», Abubaker, dueño de la tienda local, según fue citado en el Hindustan Times.

«Yo solo recogí 30 peces congelados de los cuales había muchos muertos», dijo el residente de Manna, a 20 kilómetros (12 millas) de Kannur, en el norte del estado.

Los lugareños dijeron que los peces parecidos a parales, un pez de agua dulce común que se encuentra en los lagos y los ríos.

Informes similares de objetos que caen del cielo -incluyendo ranas y tomates- han sido transportados por torbellinos o trombas marinas que los aspiran de la tierra o el agua. Caen de nuevo a la tierra una vez que la velocidad del viento no puede soportar más las gotas.

http://today.reuters.co.uk/news/newsarticle.aspx?type=oddlyEnoughNews&storyid=2006-07-24T082440Z_01_DEL282231_RTRIDST_0_OUKOE-UK-INDIA-FISH.XML&src=rss

Ver también

http://www.deccanherald.com/deccanherald/jul232006/index2038362006722.asp

Esta es una hermosa noticia netamente forteana, no sólo por la supuesta caída o «lluvia de peces», sino porque en Kerala, no hace mucho tiempo, cayó una lluvia de «sangre». Ver

http://marcianitosverdes.blogspot.com/2006/06/gotas-de-et-sobre-mi-cabeza.html

Además, el nombre del poblado, Manna, es muy parecido al Maná bíblico, que era un alimento proveniente del cielo y enviado por dios. En este caso los peces de Kerala (alimento), también serían enviados por los dioses.

Ya me estoy saboreando las extrañas implicaciones, relaciones y manipulaciones que harán los magufos con esta noticia. Pero tal vez todo sea una historia parecida al caso de Dundas, investigado por el mismo Charles Fort:

http://marcianitosverdes.blogspot.com/2006/05/he-descubierto-z-final.html

En Dundas (y también en Manna) se informó que los peces habían caído vivos al suelo. Luego se supo que eso no era cierto para el caso de Dundas. Al final resultó que eran peces lanzados a la calle en medio de un charco de agua. En el caso de Manna se habla de unos peces fríos o congelados ¿acaso, también, los tiraron a la calle? Esperemos un poco para ver si hay un colofón de parte de los diarios de la India, o de las revistas magufillas.

Escépticos y verdaderos creyentes

La navaja de Occam

En la introducción a mi libro Skeptics and True Believers, definí dos marcos de mente:

Los escépticos son niños de la Revolución Científica y de la Ilustración. Siempre están un poco perdidos en la vastedad del cosmos, pero confían en la capacidad de la mente humana de darle sentido al mundo. Aceptan el desarrollo natural de la verdad, y están dispuestos a vivir con una medida de incertidumbre. Su mundo se colorea en tonos de gris. Tienden a ser socialmente optimistas, creativos y confían en el progreso. Ya que comulgan con lo que predican, los escépticos son tolerantes de la diversidad cultural y religiosa. Están más interesadas en refinar sus propias opiniones que en ganar otros prosélitos. Si son teístas, luchan con su dios en una lucha continua de la fe. Frecuentemente están plagados de dudas personales y son propensos a la depresión.

Los verdaderos creyentes confían menos en que los seres humanos puedan clasificar cosas por sí mismos. Buscan ayuda del exterior -de dios, de los espíritus o de extraterrestres. Su mundo es blanco y negro. Buscan verdades simples y ciertas, proporcionadas por una fuente que sea más confiable que la mente humana. Los verdaderos creyentes prefieren un universo proporcionado a la escala humana. La diversidad los repele, se confortan con los dogmas y respetan a la autoridad. Los verdaderos creyentes se distinguen por su manera de ofrecer (a veces administrar fuertemente) sus verdades a otras, convencidos de lo correcto de su causa. Probablemente son «renacidos», redimidos por la fe, apocalíptica. Aunque generalmente son pesimistas del estado de este mundo, confían en que hay algo mejor más allá del sepulcro.

Fui cuidadoso de precisar que incluso Jesús pudo ser llamado un escéptico («¿Dios míos, dios mío, por qué me has abandonado?»), y que los científicos que están invenciblemente seguros de la autoridad de su ciencia pueden ser contados como verdaderos creyentes.

Aunque los científicos individuales puedan ser creyentes verdaderos, la ciencia puede prosperar solamente en una atmósfera de escepticismo. La ciencia es ampliable; cada verdad se lleva a cabo tentativamente, sujeta a cambios. Como Einstein dijo una vez, la herramienta más importante del científico es el cesto de basura.

Así que -Escépticos y verdaderos creyentes: Una generalización, por supuesto, pero (pienso como escribí en el libro) útil.

Mientras estemos generalizando, puede ser que también nos dividamos en Occamistas o Anti-Occamistas.

Déjeme explicar.

Guillermo de Occam (c. 1285-1347) fue un fraile y filósofo franciscano ingles, de la aldea de Occam en Surrey, educado en Londres y Oxford, que predicó y enseño por toda Europa. Él es mejor conocido actualmente como el autor de la Navaja de Occam, el principio de parsimonia filosófico: Nunca suponer una explicación compleja cuando es suficiente una explicación más simple.

Occam seguro no fue el primero en enunciar este principio, pero a él se le ha asignado el crédito, y él utilizó ciertamente el principio con gran ventaja, eliminando algunos aditamentos superfluos de la filosofía y de la teología de su tiempo -un ejercicio que le ganó la excomunión de la iglesia a la que sirvió.

La navaja de Occam es un principio básico de la ciencia moderna. Newton la puso esta manera: «No debemos admitir más causas de las cosas naturales que las que son tanto ciertas y suficientes para explicar su apariencia». Y Einstein dijo: «La gran meta de la ciencia»¦ es cubrir el mayor número posible de hechos empíricos por deducciones lógicas del menor número posible de hipótesis o de axiomas». Simplicidad. Parsimonia.

Alguien alguna vez citó a Shakespeare al filósofo W.V.O. Quine: «Hay más cosas en cielo y la tierra que las que has soñado en tu filosofía». La observación significaba en términos burdos, una clase de «Sí, ¿ y qué sabes tú?» A lo qué Quine se dice que respondió: «Tal vez, pero lo único que me preocupa es que no haya más cosas en mi filosofía de las que existen en cielo y en la tierra». Quine era un Occamista.

Por otra parte, he oído que en un episodio de los X-Files, Fox Mulder desecha la navaja de Occam retitulándola el Principio de Occam del Pensamiento No Imaginativo. Dejemos que florezcan las miles de flores paranormales y pseudoscientíficas. Mulder es un Anti-Occamista.

El Occamista no busca milagros o lo paranormal cuando es suficiente una explicación natural. Y cuándo ninguna explicación natural se presenta (como, por ejemplo, «¿Cuál es la fuente de la singularidad que se convirtió en el Big bang?») el Occamista está preparado para decir «no sé». Admitir nuestra ignorancia de la prodigalidad de la creación no es la misma cosa que llenar nuestra ignorancia con una plétora de dioses, espíritus, extraterrestres, auras, milagros, resonancias mórficas, influencias astrales, etc. de nuestra propia invención.

Y así aprendemos del pobre fraile de Occam vestido con hábitos cafés y sandalias, que era un campeón de la humildad intelectual.

La navaja de Occam, aplicada sabiamente, ha probado ser un camino real al conocimiento práctico, confiable del mundo. Desde la época de Galileo, y especialmente desde la Ilustración, ha sido la base para nuestra salud, crecimiento y felicidad general. La navaja de Occam es nuestra más poderosa herramienta en la batalla contra los demonios más oscuros de la distensión sectaria, del triunfalismo religioso y de la superstición pseudoscientifica.

http://www.sciencemusings.com/2006/07/occams-razor.html