Ovnis en México. Década de los 50 (6)

PLATILLOS VALODORES EN MÉXICO

Recapitulando tenemos que un artículo publicado por Keyhoe en enero de 1950 dispara una oleada de informes platillos volantes en los Estados Unidos. Esto, a su vez, genera una avalancha de reportes sobre platos voladores en México (y en otras partes del mundo como España, Francia, Inglaterra, Argentina…). Además, los periodistas alemanes se inspirarían en ello para hacer una broma del día de inocentes. Todo ello sería reciclado en un oscuro semanario americano para generar uno de los casos OVNI-Crash más conocidos (obviamente después del de Roswell).

Pero los Platos Voladores seguirían cayendo en el territorio mexicano. Varios ufólogos afirman que en el verano de 1951 (algunos autores dicen que fue en junio) otro OVNI se estrelló en la Ciudad de México. No se si aquí estén mezcladas dos leyendas ufológicas: la de Ray Dimmick (de 1950) y la del supuesto OVNI que se estrelló en un valle de la Sierra Madre, del que hablamos en otro artículo[1].

Luego, en 1953, según Robert Spencer Carr, se estrellaría otro OVNI en la costa Este de México, no lejos de la frontera con los Estados Unidos.

La oleada de 1950 generaría un mayor interés en uno de los mejores comunicadores mexicanos, Don Pedro Ferriz Santacruz. Don Pedro se convertiría en el ufólogo mexicano más conocido por aquellos años. En el año de 1951, y durante 10 meses, Don Pedro Ferriz transmite su programa «Un Mundo Nos Vigila» en XHTV Canal 4.

A pesar de la presencia de los OVNIs en la televisión, no se incrementarían los reportes OVNI en México. La razón, probablemente se deba a que la televisión aún no era un medio tan difundido en los hogares mexicanos.

No conozco casos de OVNIs en México hasta 1952. El 12 de agosto de ese año, el capitán aviador César López de Lara vio un plato volador sobre el Cerro Blanco (San Andrés Tuxtla, Veracruz), según consta en los archivos del CIFEEEAC (Centro de Investigaciones de Fenómenos Extraterrestres, Espaciales y Extraordinarios, Asociación Civil), recopilados por Ramiro Garza, director del mismo, y quien posteriormente sería alto ejecutivo de Televisa Radio[2].

Nada ocurriría en el mundo de los OVNIs mexicanos hasta el 18 de agosto de 1953, en que hace su aparición Salvador Villanueva, (el Adamski mexicano).

El 22 de octubre, según el periódico El Mercurio[3], de Chile, un plato volador de unos 10 metros de diámetro se cruzó, a gran velocidad, en la trayectoria de un avión que regresaba de Acapulco, Guerrero a la Ciudad de México. Varios de los pasajeros vieron el objeto. La noticia, probablemente, apareció en el Excelsior, pero no tengo la referencia mexicana.

Carlos Alberto Guzmán Rojas[4] reporta el caso de un ciudadano inglés, de nombre John Norman, que residía en Mil Cumbres, Michoacán, en la década del cincuenta. En octubre de 1954, mientras pescaba, observó un disco volador que voló por encima de él a unos 300 metros de altura. El disco era de color amarillo brillante.

ADAMSKI EN MÉXICO

Adamski visitaría México en diversas ocasiones. Su primera visita fue en 1954. Iba a dictar una conferencia en los salones de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, que su presidente, Lic. Emilio Portes Gil, ya había autorizado. Pero la conferencia fue cancelada.

La sede se cambió a un lugar más ad-hoc: el Teatro de los Insurgentes. El público abarrotó las localidades. Fue ahí en donde Adamski conseguiría sus primeros adeptos mexicanos: su amiga María Cristina V. de Rueda, el Lic. Héctor Enrique Espinosa y Cossio, el Lic. Ismael Diego Pérez, Pedro Ferríz, el padre Joaquín Cardoso S. J., el ingeniero Roberto Kenny, etcétera. También fue ahí en donde se concertaron los convenios para publicar sus libros.

En 1955 Ismael Diego Pérez publica la traducción de Aterrizaje de Platillos Voladores de Desmond Leslie y George Adamski[5].

Todas sus obras, incluyendo su novela de ciencia ficción, que luego transformaría en Inside the space ships[6] (el Cristo de su novela se transformaría en el Orthon de su contacto) fueron traducidas al español por la señora Rueda.

Año tras año, Adamski regresaría a México a dictar conferencias en la casa de María Cristina, en la Colonia Condesa, a las que llegaron a asistir los ya antes mencionados, así como Pedro Ferriz, y algunos miembros de lo que después sería el CIFEEEAC[7].

En su segunda visita a México, en diciembre de 1955, con motivo de la presentación de su libro en castellano, Adamski diría ante sus fanáticos seguidores:

«Deseo asentar algo que me interesa por encima de todo: Tengo 64 años, lo que es prácticamente ya toda una vida, y me precio de ser considerado en mi país, como un hombre honrado y de buena fe que ha merecido por eso, el respeto de sus vecinos y de quienes lo conocen; por lo tanto creo tener legítimo derecho a cuidar ese aspecto de mi vida que constituye mi única riqueza: mi crédito de hombre honrado y de buena fe. No he venido a México, como no he hecho viaje alguno, con intención de proselitismo; respeto aquí, señores y señoras, lo que he dicho siempre. No intento convencer a nadie. Comprendo y respeto profundamente el que mis charlas desprendan sentimientos de escepticismo y de duda».

No soy el único ni soy el primero que ha visto platillos voladores, naves que surcan el espacio; ni soy el único, ni soy el primero que los ha visto aterrizar o posados en tierra, y principalmente, señoras y señores, ni soy el primero, ni mucho menos el único, que ha tenido oportunidad de ver, de conocer, de cambiar signos inteligibles con los seres semejantes a nosotros que ocupan estas naves del espacio».

«El señor Desmond Leslie, as y héroe de la aviación militar inglesa durante la guerra, ha escrito documentadamente las observaciones más interesantes. Quizá interese a esta distinguida audiencia saber que el señor Desmond Leslie, es sobrino cercano y persona que goza de toda confianza de su tío, el Primer Ministro Winston Churchill. Pues bien, el señor Desmond Leslie afirma algo que parece increíble e imposible: el haber observado fotografías oficiales británicas, altamente confidenciales, tomadas en ocasión de explosiones atómicas o nucleares, que en varias de ellas, captadas por cámaras distintas, aparecía claramente, en dos ocasiones diferentes, la figura formada de un platillo volador, observando los hongos atómicos, precisamente en medio de ellos, es decir, lo que consideramos físicamente imposible para ningún metal o producto conocido en la Tierra»[8].

Adamski, ¿Hombre honrado y de buena fe? ¡Seguro!

LA PRIMERA CONTACTADA «MEXICANA»

Dejemos a Adamski con sus sueños y la visión de su propia imagen «limpia y pura». Regresemos a los platos voladores mexicanos de los cincuenta.

La visita de Adamski había calado en los círculos teosóficos mexicanos. Ismael Diego Pérez, además de traducir y publicar el libro del contactado mexicano, en ese mismo año (1955) publicó el primer libro de platos voladores escrito por un mexicano[9]. Pero no sería el único asistente a las pláticas de Adamski que publicaría sobre el tema. Héctor Enrique Espinosa y Cossio haría lo mismo[10]. Y un autor que, bajo el pseudónimo de William Jones, escribiría otro libro, probablemente en 1957[11]. Samael Aum Weor, un teósofo nacido en Colombia y naturalizado mexicano escribió un librito[12]. Aunque la que aquí nos interesa es una contactada, la primera que se dio en tierras mexicanas. Este personaje es prácticamente desconocido en la ufología mundial. Incluso en México no se conoce su obra. El ufólogo y parapsicólogo mexicano Carlos Ortiz de la Huerta no hace mención de este caso[13].

Nirvana I. Maghella Paschero era el nombre (¿o pseudónimo?) de esta contactada. Por el nombre uno sospecharía, obviamente, que no había nacido en México. Ella nos confirma lo anterior al leer su obra[14].

Esta mujer era una de las asiduas visitantes a la casa de la señora Rueda. Ahí se enteró de la próxima aparición del libro de Adamski al español:

«Un día Toñito me anunció que estaba próximo a aparecer un libro escrito por un astrónomo cuya traducción al español se estaba efectuando y que había suscitado controversias y críticas, tanto de parte de las autoridades competentes como del público. Esperé con gran impaciencia hasta el momento en que Toñito lo puso en mis manos con aire triunfante».

Nirvana no tardaría en emular al americano y pronto establecería contacto con varios venusinos: Mohel, Yunia, Altis, Xaniel«¦ Incluso llegaría a viajar a Venus. Se desconoce la fecha del viaje, pues Nirvana se olvida de dar este dato tan importante, pero si consideramos varios puntos: que el libro de Adamski se publicó a finales de 1955; que ella dijo haber regresado a la Tierra un día de otoño; y que su libro se publicó en febrero de 1957. Entonces su viaje a Venus debió haber tomado lugar el segundo semestre de 1956.

Pero ¿cuál era el mensaje de los venusinos? Nirvana prometía, desde el título de su libro, algunas primicias. Nuestros «hermanos del cosmos» le habían pedido que llevara su mensaje al mismísimo presidente de los Estados Unidos Mexicanos, que en ese entonces era Adolfo Ruiz Cortínez:

«Por eso te rogamos llevar nuestro Mensaje, al presidente de la nación en que vives y que sabemos no es tu patria por nacimiento. Nuestro Mensaje está escrito en nuestro lenguaje y en el tuyo. Luego de entregárselo le explicarás cuáles son nuestros propósitos y lo que nosotros fraternalmente les ofrecemos y podemos hacer por ellos. Seguiremos todos tus pasos por medio de nuestro Kirilyon[15] y en los momentos que tengas alguna dificultad, te transmitiremos nuestra sugerencia. Bastará que oprimas levemente este brazalete que voy a colocar en tu brazo y que es un receptor-transmisor, que nos pondrá rápidamente en comunicación contigo».

Así pues, Nirvana regresaría a la Tierra con la encomienda de una gran misión: entregar el Mensaje de nuestros «hermanos venusinos», al presidente de México.

Pero como no a todos nos interesan estos detalles, debemos hacer una advertencia. Para aquellos a quienes hastían los cuentos de contactados pueden saltarse estos párrafos hasta el apartado «Platos Voladores al final de la década». Los demás pónganse cómodos, que continuamos con nuestro relato (¡chúpense esa que voy por la otra!). Habrá algunas sorpresas.

EL REGRESO

«El regreso fue también muy emocionante aunque con detalles muy distintos a los de mi inolvidable viaje de ida. Mohel que se había constituido desde mucho tiempo en mi Maestro y Guía, me iba explicando y enseñando todo lo que debería de hacer y de decir al llegar el momento de encontrarme frente al jefe de la nación a quien iba a entregar el mensaje. No se omitió ninguna posibilidad ni ningún punto referente a la incredulidad que podría despertar una narración como la que tenía que exponer, así como las inevitables desconfianzas y recelos que se despertarían al proponer una alianza con seres de un planeta desconocido, con poderes y conocimientos vastísimos y de cuya existencia sólo podía dar fe yo misma».

«Para dar mayor fuerza de veracidad a mi exposición, traía conmigo algunos objetos y herramientas, para mostrar con ellos, los metales desconocidos en la Tierra, de que estaban hechos y la utilidad práctica de los mismos. Entre los regalos traía un reloj de mesa hecho según modelo de los terrestres, por lo que respecta a su apariencia, pero en realidad un reloj sin cuerda, compuesto de dos agujas imantadas que seguían el movimiento de la Tierra con precisión asombrosa. Ese reloj estaba tallado en un trozo de amatista y las lancetas y números eran de cristal».

«Un detalle que me conmovió hondamente fue cuando Mohel me entregó un cofrecillo. Al abrirlo, vi que estaba lleno de joyas de oro».

«¦

«Traía también un tubo de oricalco conteniendo un pergamino hecho con la fibra de los troncos de los rosales, que desprendía un aroma delicioso[16]. Allí estaba escrito en lenguaje venusino y traducido a nuestro idioma, el Mensaje de nuestros incomparables hermanos de Venus».

Nuestra contactada se convertía en la envidia de Betty Hill y del mismísimo Antonio Villas Boas. Ella, sin ninguna dificultad, había regresado a la Tierra con objetos procedentes de otros confines del Universo. ¡Ella tenía la prueba de su visita a Venus!

Pero, ¿cuál era ese mensaje? Bueno, Nirvana, por lo menos en ese capítulo (XVII) no dice nada al respecto. Tenemos que remontarnos al capítulo XIX en donde nos cuenta:

«De acuerdo con Toñito quien estaba ansioso de colaborar conmigo en el cumplimiento de mi misión y que me prestó su inapreciable ayuda, fuimos a ver a un amigo suyo, persona muy prominente en los ambientes de palacio, para rogarle nos facilitara una entrevista con el presidente. Dicho amigo accedió de muy buen grado y puedo decir que fue gracias a su interés, que pude evitar las antesalas interminables y realizar la deseada entrevista con el primer magistrado».

«Era este un hombre de estatura mediana, delgado y de gran cultura. Me recibió con una sencillez encantadora. A pesar de la confianza que sentía sabiendo que mis amigos me estaban viendo y escuchando a través del Kirilyon y de las instrucciones que Mohel me había impartido, mi nerviosidad era muy grande. Nada tenía que improvisar porque Mohel me había trazado las pautas, pues había podido suceder que abandonada a mis propias fuerzas, se me embrollara la exposición. Según las instrucciones recibidas, llevé conmigo un objeto de metal y cristal, como prueba palpable y tangible de la existencia de cuanto iba a exponer al presidente. También lleve el tubo de oricalco que contenía el pergamino con el Mensaje en ambos lenguajes, del Gran Patriarca de Venus».

Continuará…


[1] Ruiz Noguez Luis, La «oleada» de 1950 en México, sin publicar.

[2] Ramiro Garza es el padre de Mariana Garza, una de las vocalistas del extinto grupo Timbiriche.

[3] Nota de Pedro Petrowish aparecida en UFO Chile, mencionando como fuente El Mercurio del 23 de octubre de 1954.

[4] Guzmán Rojas Carlos Alberto & Salazar Mendoza Alfonso, Los OVNIs y la aviación mexicana, Grupo Editorial Tomo, México, 2001.

[5] Leslie Desmond & Adamski George, Aterrizaje de Platillos Voladores, Editorial Indo-Hispana, México, D.F. 1955.

[6] Adamski George, Inside the space ships, Abelard-Schuman, New York, 1955.

[7] Ruiz Noguez Luis, Adamski: Cantata a dos voces o Adamski contrapunteado, Edición especial No. 4 de Contacto OVNI, México, 1996.

[8] Citado en Espinosa y Cossio Héctor Enrique, Enigma interplanetario, Editora Ibero Mexicana S. de R. L., México, 1956.

[9] Diego Pérez Ismael, ¿Son los platillos voladores una realidad?, Imprenta Didot S. de R. L., México, 1955.

[10] Espinosa y Cossio Héctor Enrique, Enigma interplanetario, Editora Ibero Mexicana S. de R. L., México, 1956.

[11] Jones William, Platillos Voladores. Realidad y fantasía, Libro Mex editores S. de R. L., México, (¿1957?)

[12] Aum Weor Samael, Naves cósmicas, edición del autor, México, 1957.

[13] Ortiz de la Huerta Carlos, Contactos Extraterrestres en México, Editorial Posada, México, 1976.

[14] Maghella Paschero I. Nirvana, El mensaje de los platos voladores, edición de la autora, México, febrero de 1957.

[15] Una especie de televisión venusina. Nota de LRN.

[16] Pregunta de LRN para los entendidos en estos temas ¿un papel hecho de tal manera podría desprender el aroma que se indica?

12 pensamientos en “Ovnis en México. Década de los 50 (6)”

  1. Unos comentarios y una pregunta:
    -Hace unos años que el investigador potosino Ruben Manrique se puso a indagar en la hemeroteca del estado (S. L. P.) y descubrió lo que es la primera referencia a un avistamiento de platillos voladores en México. La nota periodística menciona que un matrimonio vio un platillo volador( o varios, no recuerdo bien) en 1947, tan solo unos días despues del avistamiento de Arnold. Esto lo publico Manrique despues en la página de Maussan.
    -Manrique también me comentó que había descubierto, entre otras, una nota que decía que Adamski en cierta ocasión fue expulsado del país por las autoridades mexicanas (nunca he sabido que alguien comente algo así, tal vez usted conozca sobre esto, que bien merece comentarse)
    -¿Sabe usted si el librito titulado «platillos voladores» publicado por Mina Editores hace algunos años es en realidad el libro publicado por Ismael Diego Pérez en 1965 titulado «Platillos Voladores y habitantes de otros mundos»? Esto porque el libro de Mina Editores no tiene autor y en la primera página esta el titulo del libro de Ismael Diego Pérez.
    -Tengo el libro «Mis primeros contactos telepáticos con seres etraterrestres»(1969) escrito por la señora Matilde Ariceaga de Fernandez (desconocida por los investigadores meicanos pero mencionada por investigadores como el español Ignacio Darnaude). Siempre pensé que esta esa la primera contactada mexicana que había escrito un libro sobre sus contactos. Lo de Nirvana Maghella cambia el panorama.
    Saludos Luis. Agente 42000

  2. Hola Agente:

    No se si alguna vez Adamski fue expulsado de México. Lo que sí se es que en una ocasión intentó dar una conferencia en la Sociedad de Geografía y Estádística, pero lo corrieron y tuvo que dar su plática en un teatro.

    En efecto, el libro publicado por Mina es el segundo libro de Ismael Diego Pérez, «Platos voladores y ¡habitantes de otros mundos!», Nova Dell, Editorial Novaro, México, 1965, pero le mutilaron varios capítulos para «modernizarlo».

    El libro de Matilde Ariceaga de Fernandez fue editado bajo el patrocinio de la Asociación de Estudios Psiquico-Filosóficos A.C., un grupo místico de la ciudad de Tampico dirigido por la propia Matilde. Como usted sabe, en la portada aparece el plato volador de la película «Emboscada a Matt Helm». Pero Matilde no fue la primera contactada. Incluso la propia Marla se le adelantó por uno o dos años.

    Veo que usted no es un simple interesado en los platos voladores.

  3. nadamas para informarme donde puedo conseguir alguno de los
    libros de la señora Matilde Ariceaga.
    (En especial la Historia del Pueblo de Israel)
    Gracias.

  4. Es mi primera visita a la página y en el buscador escribí el nombre de la señora Matilde Ariceaga solo por ocio y apareció este lugar, hace años (más de 25) la conocí personalmente en Tampico, Tamaulipas como médium y miembro de una disciplina conocida como espiritualismo muy seria y respetada en lo que hacía, aún vive y he tenido la oportunidad de conocer algunos de sus textos resultado de la mediuminidad, entr otros: «Saulo de Tarso y Ramatis» «Historia del pueblo de Israel» y «Perlas Crísticas» además de «La ley del Karma» los cuales tengo en biblioteca (entre otros)

  5. Quisiera obtener una copia de «la Historia del Pueblo de Israel».
    La copia que tengo no es muy visible. Me pueden informar?

    Muchas gracias
    T.C.

  6. Felicidades por la página. Deberá tener link con todos los que la visitamos para enterarnos de sus novedades. Quisiera informarles que Salvador Villanueva escribió un libro y que cuando vino Adamski a México, el semanario El fígaro juntó a Admaski y a Villanueva y que relizó una serie de portajes muy interesantes hoy muy difíciles de conseguir. Ojalá y alguien tuviera el tiempo y la posbilidad de conseguir esas notas hoy por hoy históricas.

  7. donde puedo conseguir el libro de maghella paschero i nirvana el mensaje de los platos voladores

  8. Saludos, muy buen sitio, pero desde hace mucho tiempo estoy buscando la obra de la Señora Matilde, ya que mi Padre me ha platicado mucho de ella, con respecto a sus libros y quiero saber si hay posibilidad de conseguier una copia de sus libros » La historia del Pueblo de Israel»,»œSaulo de Tarso y Ramatis» entre otras, por favor si hay alguien que me los pueda facilitar quedaré muy agradecido. Que la luz de l señor los bendiga y los proteja.

  9. Viví con la señora Matilde y hace muchísimos años no he vuelto a Tampico, por lo que agradezco de antemano alguna información acerca de su existencia y de cómo puedo comunicarme con ella. Yo me encuentro bien y en espera de una respuesta favorable

  10. Felipe Ramirez se que escribiste en el 2009 recien leo esta pagina,
    soy sobrina nieta de la Sra. Nirvana Maghella
    Mi nombre es Iris Miranda Maghella , soy de Peru, yo tengo libro de Nirvana Maghella, si deseas comunicate a mi correo personal

    Febrero 2018

  11. Nirvana Maghella era mi tía abuela, no es un seudonimo como ponen en muchos sitios, vivió sus ultimos días en casa de una tía, hermana de mi mamá, te escribo desde Perú. Aún conservo su libro.

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