Ovnis en México. Década de los 50 (5)

INTERPLANETARY INTELLIGENCE REPORT

Así estaban las cosas hasta ese momento. Teníamos dos cuentos o fraudes totalmente independientes. Uno supuestamente había ocurrido en México, mientras que el otro se ubicaba en Arizona.

Quince años después, en el volumen 1, número 4 de la revista Interplanetary Intelligence Report, órgano del grupo ufológico The Interplanetary Intelligence of Unidentified Flying Objects (IIUFO), de Oklahoma City, fundado en 1957, apareció nuevamente la fotografía mezclándola con la historia de Dimmick. Esta es la razón por la cual todo mundo cree que la fotografía fue tomada en México.

El IIUFO y su revista los dirigía Hayden C. Hewes[1]. Se publicaron un total de 9 números bimestralmente, desde mayo de 1965 hasta septiembre de 1966. En el último número (9) se anunció el cambio de nombre de la revista a International UFO Report, y la unión al consejo editorial de Robert Stiff y Chris Cooper. No se llegó a publicar ninguna revista con ese título. Hubo cambios y reestructuración, lo que llevó a renombrar la organización como The International UFO Bureau (IU-FOB). En enero de 1968 comenzaron a publicar una nueva revista, UFO Analysis Report, que desaparecería en junio de 1969, después de publicar nueve números.

La historia de la fotografía, tal y como la conocemos hoy día, fue tomada de ese boletín ufológico por diversos autores, entre ellos podemos mencionar a Antonio Ribera[2]. Otros, como el argentino Emilio Álvarez Ojea[3] y el italiano Gianni Lucarini[4], habían tomado como fuente a Keyhoe. Por cierto, Lucarini afirmó que en el platillo volador se habían encontrado dos extraterrestres, uno fue hallado muerto y el otro, el de la fotografía, vivió aún unos días.

LA METAMORFOSIS DE UN MITO

La historia se fue modificando con el paso de los años. En lo que todo el mundo estaba de acuerdo era en que la foto había sido tomada en México, así lo afirmaban escritores como Roy Stemman[5], Charles Bowen[6] y Robert Rickard y Richard Kelly[7]. Sin embargo, añadían que el extraterrestre había sido enviado no a los Estados Unidos, sino a Alemania, para ser examinado. Creo que esta versión tiene su origen en otra famosa foto de extraterrestres muy similar a ésta y de la que hablaré más adelante.

No obstante, nadie parecía haberse dado cuenta que los cuatro personajes que aparecen en la fotografía, sin contar al «extraterrestre», no tienen las facciones ni las características raciales de los mexicanos. Ese era un claro indicio de que la foto no había sido tomada en México.

La misma foto sufrió varias alteraciones. En las primeras investigaciones aparece un «extraterrestre» delgado, plateado, con botas y una especie de calzoncillo que le cubre sus órganos sexuales, y una capa al estilo de Superman. El las fotos más recientes, principalmente en las publicadas por Salvador Freixedo[8] aparece con un gran pene. Obviamente esa no era obra del ex-sacerdote, que lo que menos le interesa es escandalizar para vender sus libros.

Según el conspiranóico de Freixedo, eso se debe a que las autoridades le añadieron dicho apéndice para que «todo el mundo lo tomara a broma y hasta muchas almas pudibundas ni se atrevieran a mirarla».

En realidad sólo en las obras de Freixedo he visto ese «apéndice», lo que me hace sospechar que él fue quien modificó la foto, lo que concuerda con su estilo sensacionalista.

El mismo Freixedo comete otro error con esta fotografía. El antiguo sacerdote metido a ufólogo escribió:

«El primer atisbo que se tuvo sobre esto, aunque inmediatamente fue sepultado bajo montañas de desprestigio, fue nada menos que hacia el año de 1940, en Colonia, Alemania. Allí fue donde apareció por primera vez la famosa foto del hombrecito llevado de la mano por dos individuos que parecen agentes del FBI o de la GESTAPO. Tras ellos dos mujeres miran a la criatura con cara de asombro. La foto recorrió el mundo, que para aquellas fechas no había oído todavía nada de extraterrestres ni de otros planetas habitados».

Como ya hemos visto más arriba, la foto no tiene su origen en Alemania ni fue publicada originalmente en 1940.

Lo más reciente que hemos sabido de la fotografía es que la revista británica The Unexplained afirmó que había sido tomada en Ciudad Netzahualcóyotl, al poniente de la Ciudad de México.

En 1982, la desaparecida Contactos Extraterrestres publicó un comentario de Joseph Allen Hynek[9]:

«Esta foto es un fraude que ha estado presente durante años. Tenemos entendido que se originó en Alemania, y que el supuesto piloto del OVNI estrellado era en realidad un mono al que se le había rasurado el pelo».

Hynek estaba en lo cierto en lo referente a lo del mono. En realidad esta explicación ya la había dado en su momento Keyhoe y la había retomado Ribera.

Se trataba, en efecto, de un mono Rhesus afeitado, vestido con un «traje espacial» (gorro, capa, calzones y botas) y pintado de color aluminio. Lo que me sorprende es que el padre de la ufología, el experto máximo en OVNIs no conociera los trabajos de su compatriota Keyhoe y siguiera afirmando que la foto era original de Alemania. Bueno, en realidad no me sorprende mucho ya que Hynek era bastante menso.

Por su parte, Timothy Green Beckley, editor de UFO Review, declaró:

«La fotografía fue trucada en Alemania y tenía como objeto el ser una pura broma. Pero pronto mucha gente la empezó a tomar en serio, incluyendo al FBI, que sólo hasta hace poco la reportó como falsa. Había sido mandada al gobierno como un documento que probaba el hecho de que los alienígenas están entre nosotros».

Otras investigaciones reportan el caso de Ray Dimmick y la foto del «marcianito» como fraudes; algo que ya se sabía desde la década de los cincuenta[10][11].

LA CONEXIÓN ALEMANA

En realidad el siguiente caso poco tiene que ver con la ufología mexicana. La única razón de traerlo a colación en estas páginas es la constante mención del origen alemán de la foto del «marcianito».

El 22 de mayo de 1950 un informador desconocido entregó una curiosa fotografía al agente John Quinn, de la oficina territorial del FBI, en Nueva Orleáns, afirmando que había la comprado a otro individuo por la suma de un dólar, y que «la ponía en manos del gobierno», porque representaba «a un hombre de Marte en estados Unidos».

Se trataba de un evidente truco fotográfico y para los agentes del FBI no les fue difícil investigar que su origen había sido una revista publicada en Weisbaden, Alemania.

En la fotografía puede apreciarse un curioso ser «extraterrestre», de un solo pie en forma de pedestal y cubierto con una especie de máscara antigás. El «hombrecito», de aproximadamente 1.10 metros de altura, estaba flanqueado por dos policías militares. Uno de ellos le toma la mano (una mano palmeada), mientras que el otro sostiene un recipiente conectado, a través de un tubo, con la máscara antigás. Se supone que era un superviviente alienígena de un accidente OVNI.

No se pudo determinar las identidades de los soldados retratados, ni la localización de la base militar, donde se pretende fue tomada la fotografía.

La foto no se dio a conocer entre los medios ufológicos americanos sino hasta treinta años después, en 1979, cuando Barry Greenwood, del Citizen Against UFO Secrecy (Ciudadanos Contra el secreto de los OVNIs), CAUS, aprovechando el Freedom of Information Act (Acta de Libertad de Información), FOIA, solicitó copia de este documento al FBI. Fue así como, tiempo después, el grupo ufológico UFO Information Network (UFOIN) obtuvo esta prueba de la «visita de seres alienígenas a la Tierra», que luego sería publicada por William L. Moore en el libro del cual sería coautor junto con Charles Berlitz[12].

No sabemos si el FBI sólo proporcionó una copia fotostática, o si Moore, al darse cuenta del evidente truco fotográfico trató de engañar a sus lectores publicando una fotocopia del documento para maquillar un poco las manipulaciones del laboratorio fotográfico.

SE DESCUBRE EL FRAUDE

Doce años más tarde, la revista italiana de ocultismo Il Giornale dei Misteri, en su número de octubre de 1991, publicaba la explicación del caso. Se trataba de una fotografía publicada originalmente en el rotativo Weisbadener Tagblatt, el 1 de abril de 1950. La fotografía ilustraba un artículo del periodista Wilhelm Sprunkel que reseñaba cómo un plato volador había sobrevolado la ciudad de Weisbaden, y de la forma en que había sido capturado el piloto de esa «nave espacial», por los soldados norteamericanos estacionados ahí en aquella época.

El extraterrestre había sido trasladado al Hotel Neroberg, de la misma ciudad, y mantenido ahí durante dos días, siendo sometido a diversos análisis e interrogatorios.

El artículo venía acompañado por dos fotografías. En la primera aparecía el platillo volador sobrevolando la torre de la catedral de Weisbaden. La segunda mostraba al «marcianito».

Los oficiales norteamericanos acantonados en Weisbaden tomaron con escepticismo la historia. Dos días después comprobarían que habían tenido razón.

La edición del 3 de abril del Weisbadener Tagblatt aclaraba a sus lectores que todo había sido una broma del día de los inocentes, que en los países sajones se celebra el 1 de abril (April fool»™s day).

La foto del platillo volador sobre la catedral no era sino el reflejo de la luz de una fuente sobre un cristal, y el alienígena era el producto de un cuidadoso fotomontaje en el que un niño, que aparecía originalmente en la foto, fue retocado y convertido en extraterrestre de un solo pie.

Al parecer la idea de la broma había tenido su origen en las declaraciones de Ray Dimmick sobre el supuesto platillo volador que se había estrellado en las inmediaciones de la Ciudad de México.

Pero, si los alemanes se habían basado en un reporte originado en los Estados Unidos, los norteamericanos les regresaron la pelota plagiando la idea del reportaje, tan sólo dos meses después. En la versión americana los sucesos habían ocurrido en Arizona y también se publicaban dos fotografías: la del platillo volador (esta vez sobre el desierto, en lugar de sobrevolar una catedral), y la del «marcianito» (custodiado por agentes del servicio secreto, en lugar de policías militares).

Sin embargo, los ufólogos crédulos, como siempre, habían llegado tarde a la fiesta. La explicación a este caso ya se conocía desde 1981. En aquel entonces James E Oberg, asesor de la NASA y miembro del Committee for the Scientific Investigations of Claims of the Paranormal (Comité para la Investigación Científica de los Reclamos de lo Paranormal), CSICOP, estaba preparando la publicación de uno de sus libros[13], cuando contactó con Klaus Webner, quien había descubierto que todo había sido un fraude del periódico alemán. Se trataba de la foto del hijo del fotógrafo Peter Scheffler, quien había llevado al niño a la Base Norteamericana de Weisbaden para fotografiarlo con los policías militares y luego hacer el fotomontaje del «extraterrestre».

El extraño aparato conectado a la máscara antigás del «extraterrestre» no era más que el depósito extra de combustible que se coloca en la parte trasera de los jeeps. Existe otra fotografía de esa misma secuencia en la que aparece el vehículo militar y que demuestra lo anterior.

En definitiva, la foto del «marcianito» de Weisbaden no era más que una broma perpetrada el día de los inocentes.

ContinuarỦ


[1] Este personaje estaría involucrado en otro caso de OVNI-Crash. En la década de los noventa intentó obtener permiso para inhumar, o mejor dicho, para desenterrar al «extraterrestre» de Aurora.

[2] Ribera Antonio, Platillos voladores en Iberoamérica y España, Plaza & Janes, Barcelona, 1968.

[3] Álvarez Ojea Emilio, Confirmado, llegaron los OVNIs. Los platos voladores existen, Lasserre Editores, Buenos Aires, 1978.

[4] Lucarini Gianni, Los extraterrestres existen, Editorial ATE, Barcelona, 1976.

[5] Stemman Roy, Visitantes extraterrestres, Editorial Noguer, Barcelona, 1976.

[6] Bowen Charles, Platillos volantes ¿De dónde proceden?, en «Humanoides«, Editorial Debate, Madrid, 1986.

[7] Rickard Robert & Kelly Richard, Photographs of the unknown, New English Library, London, 1980.

[8] Freixedo Salvador, La amenaza extraterrestre, Editorial Posada, México, 1991.

[9] Anónimo, La verdad sobre la foto del ovninauta achicharrado, Contactos Extraterrestres, No. 139, 28 de abril de 1982.

[10] Clark Jerome, A catalog of early crash claims, International UFO Reporter, Jul-Aug, 1993.

[11] Randle D. Kevin, A history of UFO crashes, Avon Books, New York, 1995.

[12] Berlitz Charles & Moore L. William, The Roswell Incident, Berkley Books, New York, 1988.

[13] Oberg E. James, UFOs & Outer space mysteries. A sympathetic skeptic»™s report, Donning, Norfolk Va. Beach, 1982.

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