Escepticismo a la mexicana

Escepticismo a la mexicana

EscepticismoALaMexicana¿Podemos decir que existe algo como «escepticismo a la mexicana» o «escepticismo mexicano»? o quizá ¿podríamos hablar de «credulidad a la mexicana» o «credulidad a la francesa»?

Si alguien en París le vende a un tipo la estructura de la Torre Eiffel a precio de ganga como chatarra, o si otro hace lo mismo con la estructura interna del Monumento a la Revolución en la Ciudad de México, ¿podríamos hablar de credulidad francesa o credulidad mexicana?

En realidad considero que en ambos casos tenemos claros ejemplos de la credulidad humana, sin nacionalidades.

En este primer volumen (porque esperamos que sean muchos más) de «Escepticismo a la mexicana. Antología del escepticismo científico en México», son todos los que están, pero no están todos los que son.

En efecto, encontramos las plumas del Director de la Sociedad Mexicana para la Investigación Escéptica (SOMIE), Mario Méndez Acosta, de varios de sus miembros, como Héctor Chavarría, Héctor Escobar, Oscar García, Juan Chía, y de la nueva generación de escépticos mexicanos Martín Fragoso, Lalo Márquez, Rafael Córdoba, Sergio de Regules, Adán Lerma, Sergio Ricardo Monjaraz, Ilvaita López, José Cruz Sánchez Sánchez, Norman Cordero, Claudio Pérez de Celis, Jorge Armando Romo, Daniel Galarza Santiago, Álvaro Caso, Andrés Tonini y el Tal Noguez.

Todos estos son escépticos, pero entre los que también son, y no están en esta antología, podemos contar (a modo de ejemplo y sin ser exhaustivos): Mauricio José Schwarz, Rafael Fernandez Flores, Guillermo Escobar, Omar Meléndrez o Daniel Zepeda. También me extrañó no encontrar al padre Carlos María de Heredia, al que considero el primer escéptico mexicano de la era moderna. Si, ya se que era un sacerdote jesuita y que creía en Jesucristo, es decir, no era un «escéptico puro». Pero ¿Quiénes de todos los arriba nombrados se pueden considerar «escépticos puros»?

 

El mismo Martin Gardner escribió en su Fads and Fallacies in the Name of Science, que entre todos los fenómenos y temas paranormales a él le gustaría creer en el Monstruo de Loch Ness y que aún guarda una esperanza en lo profundo de su corazón de que ese monstruo exista.

Pero vayamos al libro. Esta obra es fruto de las inquietudes e ideas del equipo Sobrenatural.net, fundado por Lalo Márquez, pero en particular del empuje de Jorge Armando Romo. También debemos mencionar la colaboración de los miembros de ese equipo: Roberto Aguirre, Rafael Córdoba, Arturo Arriaga, Juan Rivera, y los ya mencionados Sergio Ricardo Monjaraz, José Cruz Sánchez Sánchez, Ilvaita López y Norman Cordero.

Se trata de textos publicados en otros medios, foros y blogs. Con temas como los peligros de las pseudociencias, las supuestas visitas extraterrestres, las terapias alternativas, los fraudes y el escepticismo en general, este nuevo proyecto es de libre descarga y distribución. Dar clic aquí.

Los textos siguen estando vigentes. Muchos me trajeron viejos recuerdos, como ¿Cañitas o Cañitos»¦ de basura? OVNIs y charlatanes en general, cuando los Héctor (Chavarría y Escobar) me platicaban de sus investigaciones en la «casa embrujada de Cañitas» y me invitaban a participar.

O Platillos voladores: el enfoque psicosocial, de Martín Fragoso, que es un buen resumen de la HPS, y me recordó las largas veladas con Oscar García platicando sobre esta forma de ver el fenómeno ovni. And last but not least (aunque en realidad sí es el artículo que cierra el libro), está uno de los primeros textos de Tonini, El «detector molecular» GT-200, o cómo le vieron la cara a la SEDENA, que me mantuvo en vilo leyendo su blog para saber cómo se desarrollaba esta historia.

Cañitos, perdón, Cañitas, ocurrió en México, en el corazón de chilangolandia, pero tomó elementos de los mitos y el folklore de otras naciones. La HPS su originó en Francia, pero pronto se extendió por toda Europa y llegó a América (hablo de Argentina y en una pequeña medida México «“con las conversaciones entre Oscar García y el tal Noguez) y el GT-200 no sólo se vendió en México. Lo que nos trae de nuevo a la pregunta de si existe el escepticismo o la credulidad a la mexicana o simplemente son temas de toda la humanidad.

Lo único que le criticaría a Escepticismo a la mexicana es su buena dosis de errores ortográficos y gramaticales (hablo por los textos de Oscar García y el Tal Noguez – aunque en otros artículos también se les puede encontrar, pero no me siento con tanta confianza como para criticarlos). Esto se puede corregir con una edición más cuidadosa.

En fin, si la gente de Sobrenatural.net comenzó con un foro escéptico, siguió con una revista electrónica (Razonando) y han llegado hasta este libro, considero que podrían dar el paso a ediciones en papel y en editoriales reconocidas. No por las regalías que se podría obtener de esas obras – por lo regular los escépticos no cobran por su labor – y ese dinero se podría destinar a otros proyectos de divulgación científica o de escepticismo, sino para llegar a otros lugares fuera del círculo escéptico anidado en la web.

Escepticismo a la mexicana es una lectura recomendada para todos aquellos interesados en los supuestos fenómenos paranormales y es una lectura obligada para los magufos y crédulos que medran y especulan con estos temas.

4 pensamientos en “Escepticismo a la mexicana”

  1. En efecto faltaron varios escépticos. También faltaron Martín Bonfil, Leopoldo Zambrano, José Mariano Leyva…

    Eso sí, que quede claro. Schwarz fue invitado al proyecto por parte de Héctor Chavarría, tan solo para que se negara a participar, al parecer, sin alguna explicación.

    La antología fue publicada de manera muy apresurada por su creador, Jorge Romo, con mucho descuido y además incluso con algo de temor a poner a los que participamos como compiladores (Jorge Romo, Martín Fragoso y un servidor). Con todo, creo que fue un proyecto interesante nada más para comenzar a adquirir experiencia. Yo también espero futuros proyectos interesantes.

  2. Tienes razón Daniel, faltaron Bonfil y Leyva.
    Lamento que Schwarz haya declinado la invitación.
    Saludos
    PS No visito Facebook, por favor Daniel, todo intercambio a través de mi correo.

  3. Veo con asombro que Galarza sigue su labor de atacarme gratuitamente. No creo que Chavarría me haya invitado a nada a lo que yo pueda haber declinado, salvo que esto hubiera ocurrido antes de 1999 o 2000, porque desde entonces no tengo ningún contacto con Héctor Chavarría. Por tanto, jamás recibí ninguna invitación de ningún tipo para participar en ningún proyecto y menos aún pude «negarme a participar» ni dar u omitir explicación alguna, porque es primera noticia que tengo del asunto ahora, en noviembre de 2017, que vine al blog de Luis para consultar unos datos.

    Como creo que por entonces Galarza ya estaba obsesionado con perseguirme, supongo que no le preocupa mentir para excluirme, cosa que le dará a él más gusto que a mí disgusto, eso sí.

  4. Ninguna mentira de mi parte, Schwarz. Lo que yo escribí en 2015 fue exactamente lo que a mí me notificaron. Si nunca recibiste la invitación, entonces a mí me mintieron. Como le dije a Jorge Romo cuando estábamos compilando la antología, a mí me hubiera encantado haber puesto a manera de prólogo tu primer publicación de El retorno de los charlatanes, así que puedes ahorrarte tus conspiranoias sobre mi malvado plan de excluirte de mis proyectos.

    Un saludo, y continúa así, que siempre me causa gracia ese delirio de persecución muy tuyo.

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