Los Portulanos de Piri Re’is (2)

LA CRÍTICA DE DIEGO CUOGHI

Uno de los críticos más conspicuos de la exactitud del mapa de PÄ«rÄ« Re»™is lo es el italiano Diego Cuoghi. Traducimos aquí parte de su trabajo:

«Las cartas geográficas diseñadas hasta a ese período se basaban a menudo en sistemas simbólicos de representación, podían poner el Norte abajo y el Sur arriba, o Jerusalén en el centro del mundo, o acentuar el tamaño de una nación a costa de otra menos importante. A esto agreguemos el hecho de que hasta 1507 se creía que las tierras nuevas descubiertas por Colón, eran parte de Asia, y no un continente nuevo. Por esta razón ciertos mapas partían del lejano oriente conocido ensamblando partes de las nuevas tierras poco exploradas a menudo agregado «tierra incógnita» al Sur. En las mismas cartas geográficas a menudo se representaban otros lugares míticos, como el «Reino del Preste Juan», la isla del Brasil, el paraíso terrenal, la torre de Babel o la isla de San Brandan.

«La explicación que intentaré dar en esta página es mucho más simple. El mapa del almirante turco Piri Re’is es solamente una parte del mapa original, que abarcaba todo el mundo conocido.

«En esta parte del mapa de hecho vemos diseñado esa parte del continente americano de modo incongruente, una gran isla dispuesta a lo largo del eje norte-sur, que es difícilmente identificable con Cuba aún rotando el mapa de 90 grados en sentido antihorario. Pero lo que vemos en el mapa de Piri Re»™is no es otra cosa que la representación de la costa este de Asia como era imaginada y diseñada en las cartas XV del siglo usadas probablemente por Colón. La gran isla contorneada en rojo es identificable con Japón (Cipango) así como se representa en el mapa del mundo de Martin Behaim de 1492.

«En esa época de hecho se pensaba que la tierra era mucho más pequeña de lo que es en verdad y Asia se imaginaba al otro lado del Océano Atlántico, no mucho más lejos de las islas Azores y de la legendaria isla de San Brandan (que también aparece en el mapa de Re»™is aunque nunca existió, sólo en la historia de la vida del santo).

«A la época de Piri Re»™is la América del sur ya había sido explorada por Amerigo Vespucci y luego por Binot Paulmier de Gonneville. Vespucci realizó dos viajes al nuevo continente entre 1499 y 1502 que llegaron hasta el paralelo 50°, no muy distante del estrecho de Magallanes y de la Tierra del Fuego; no es seguro que haya participado en un tercer viaje entre 1503 y 1504. De Gonneville a su vez viajó a las tierras al sur de Brasil entre 1503 y 1505 y a la vuelta a Francia llevaba consigo un aborigen al que llamó Essomericq.

«Aunque después de los viajes de Amerigo Vespucci, que fue el primero en darse cuenta de que se trataba de un continente nuevo y no de Asia, solamente se comenzaría a llamar «América» a la parte sur del continente. Por varios años se continuó pensando que las tierras nuevas descubiertas al Norte del Caribe eran parte de Asia, y que Japón (Cipango) se encontraba al Oeste de Cuba, como podemos observar en los mapas del mundo al principio del siglo XVI, como ejemplo los de Giovanni Contarini y Francisco Rosselli. Por estas razones el mapa de Piri Re»™is, compilado a partir de mapas más viejos del mundo junto a ciertos nuevos conocidos de tercera mano, es una reconfiguración de las tierras nuevas que se muestran que en el Océano Atlántico muy aproximada. Los mapas realizados al principio del siglo (Juan de la Cosa, 1500; Cantan, 1502) son precisos en el diseño y orientación de islas como Cuba, Jamaica y Puerto Rico. Pero no es la precisión geográfica de este mapa lo importante, sino el hecho casi seguro que la América centro septentrional que ve representada usted se ha copiado a partir del una de las cartas originales de Cristoforo Columbus.

«La única parte de la América que Piri Re»™is ha copiado probablemente de una carta bastante exacta es la costa de la actual Brasil, pero si traslapamos las dos líneas costeras podríamos fácilmente encontrar que la correspondencia es sólo aparente.

«Por otra parte ninguno de ellos explica, si la carta de Re»™is es de hecho muy precisa como sostienen y si esa representación es de la Antártica, porqué de hecho han desaparecido 2000 kilómetros de la costa de Brasil a la Tierra del Fuego (toda la Argentina), y mientras que esta extraña Antártica está cerca del Brasil en lugar de encontrarse a más de 4000 kilómetros al sur.

«Basta observar con atención esa parte del mapa para notar, también sin ser cartógrafos expertos, que sólo representa el extremo del continente suramericano, del modo aproximado que permitían los escasos conocimientos de aquella época. La representación está deformada, doblada a la derecha, para adaptarse muy probablemente a la forma particular del pergamino. No nos olvidemos que las cartas geográficas en esa época servían también de instrumentos políticos. Para diseñar una tierra a un lado u otro del meridiano llamado «La Raya» que hacía de frontera entre el área del influencia de España y de Portugal, podía servir para indicar si esa tierra pertenecía a una u otra potencia marina. Piri Re»™is en sus notas cita continuamente los mapas de los portugueses los cuales se habrían hecho de manera tal que la costa de América al Sur del Brasil se doblaran decididamente a la derecha, hacia África, para volver a entrar en los 180° asignados a Portugal en el tratado de Tordesillas de 1494.

«No tenemos que olvidarnos por otra parte que la longitud habría sido calculada de manera exacta solamente en el siglo siguiente por lo cual en las cartas vinieron a usarse notables aproximaciones y varios estilos de un tipo de mapa al otro. Que los llamados «portolanos» servían de ejemplo para representar las rutas entre los varios puertos y eran notablemente simplificados, un poco como nuestros mapas de las líneas ferroviarias o los metropolitanos.

«Para identificar los lugares descritos en el Sur de la pieza del mapa de Piri Re»™is podemos rotar 90 grados hacia la izquierda un mapa de América del Sur. Tengamos presente sin embargo que la carencia especifica de instrumentos de medida para diseñar estas costas apenas descubiertas sobre la base de los primeros informes del recorrido que hablaban de cabos, islas, estera de ríos, golfos… La carta contenía información y datos geográficos correctamente calculados y en proporción el uno con el otro.

«Pero en la carta de Piri Re»™is se reconocen, también deformados, algunos particulares como el golfo de San Matías y la península de Valdés, y el extremo que podría ser la Tierra del Fuego. Arriesgándose se podía incluso identificar la desembocadura del estrecho de Magallanes, con el pequeño golfo característico.

«Si observamos bien el extremo inferior a la derecha, aquel que tendría que representar la Antártica, se ve el diseño de una serpiente, y en la nota de Piri Re»™is se lee: «Esta tierra está deshabitada. Todo es ruina (¿desolación?) y se dice que se han encontrado grandes serpientes. Por esta razón los infieles portugueses no desembarcan en estas tierras que se dice es muy caliente». Seguro que una descripción de este tipo no tiene nada que ver con la Antártica.

«En el mapa de Piri Re»™is, abajo, compare un archipiélago con una isla más grande que las otras. Podría tratarse de una representación primitiva de las islas Malvinas (Falkland) y puede parecer particularmente extraño, porqué el pequeño archipiélago fue descubierto «oficialmente» en 1592. Pero un grupo de islas a lo largo del paralelo 50° es visible también en la carta de Martin Waldseemuller de 1507. Es por lo tanto posible, aunque no ha ido documentado oficialmente, que alguno de los navegantes que costearon el extremo Sur de América en la primera década de los ‘500 había avistado un archipiélago y ha hecho la mención. En cierta página web relativa a la historia de las islas Malvinas viene sugerida esta hipótesis (ver la pagina 1y la pagina 2), y se mencionan los nombres de Amerigo Vespucci y Binot Paulmier de Gonneville.

Propio de las exploraciones de Vespucci y sus informes de viaje deriva la carta de Waldseemuller. Éste es el primer documento en el cual asigna la palabra «América» al nuevo continente en honor de Amerigo Vespucci. Esta carta, así como la utilizada por Colón, pudo haber estado en la base del trabajo de compilación realizado por Piri Re»™is.

«Después del viaje de Vespucci las expediciones a la búsqueda de un paso hacia Asia se multiplicaron, siempre con resultados negativos hasta 1520. Por lo tanto no es arriesgado pensar que antes de 1513 otras expediciones podían haber cubierto el breve tramo de costa que faltaba, hasta el estrecho que se encuentra en el paralelo 54º. Ese estrecho entonces tomará el nombre de Magallanes, que tendrá éxito en 1520, entendiendo que no se trata de un golfo sino de un paso entre el Océano Atlántico y el Pacífico. El navegante tendrá éxito, con grandes dificultades para cruzarlo, yendo entonces hasta las islas filipinas.

«El territorio al sur del estrecho llegó a la edad del pensamiento al extremo norte de ese gran continente que según la tradición tolemaica debería encontrarse en el hemisferio sur para balancear las tierras emergidas en el norte. Y la «Terra Australis Incognita» es el nombre que en muchas cartas y planisferios de esa época se lee sobre la tierra más allá del estrecho de Magallanes que fue llamada Tierra del Fuego debido a las hogueras de las aldeas, vistas por el navegante durante la travesía.

«La Tierra del Fuego, a cuyo extremo se encuentra Cabo de Hornos, pulsada por los tempestuosos vientos, vino a circunnavegarse solamente hasta 1615 y también en este caso la razón no fue el deseo de conocerlo sino un simple interés económico. De hecho dos holandeses Cornelius Shouten y Jacob Lemaire deseaban ir a los mares de Indonesia evitando las rutas ya conocidas (estrecho de Magallanes, Cabo de Buena Esperanza), ya que no tenían el permiso de la Compañía de las Indias. Tuvieron éxito en la empresa pero una vez que regresaron a Java fueran detenidos por las autoridades holandesas que no deseaban creer en la nueva ruta seguida por ellos porqué pensaban que la Tierra de Fuego era una península unida a «Tierra Australis».

LA PROYECCIÓN DE MERCATOR

Durante más de 400 años los mapas del mundo se han basado en la proyección que diseñó el cartógrafo flamenco Gerhard Kramer[1].

El problema esencial de todo cartógrafo consiste en representar una esfera de tres dimensiones (la Tierra, por ejemplo), en un plano de dos dimensiones. Mercator resolvió el problema extendiendo el mundo horizontalmente en los dos polos de modo que se convirtieran en líneas en las partes superior e inferior del mapa. De esta manera en esta proyección los meridianos de la longitud, que en un globo convergen en los polos, son paralelos entre sí, mientras que las líneas que indican la latitud, que en una esfera están a distancias iguales, se separan cada vez más al irse acercando del Ecuador a los Polos. Esta fue la primera solución para incluir todo el planeta en un mapa.

Sin embargo esta solución presenta algunos inconvenientes: la exactitud conseguida en las direcciones se pierde en lo que respecta a las superficies. Mientras más cercanos estemos a los Polos, mayor será la irregularidad. Por ejemplo, Groenlandia que tiene una superficie de 2,175, 600 Km2 aparece tan grande como China, que tiene 9,596,916 Km2; Europa aparece tan grande como Sudamérica (10,000,000 y 17,805,200 Km2 respectivamente).

Mercator hizo su mapa en 1569 reflejando una visión europea del mundo, de tal forma que el hemisferio Norte ocupa las dos terceras partes del mapa. Esa deformación coloca a Europa en el centro del mundo[2].

El cartógrafo alemán Arno Peters hizo algunas modificaciones a la proyección de Mercator, publicando su mapa en 1974. Peters alargó a ambos lados del ecuador, al mismo tiempo que achataba en los polos. El resultado es sorprendente, pues surge una nueva visión del mundo.

No obstante, aún el mapa de Peters presenta inconvenientes, pues mientras el mapa de Mercator presentaba deformaciones en los polos, el de Peters las presenta en el ecuador. África y Sudamérica se ven extraordinariamente alargadas y delgadas, cuando en realidad África es casi tan ancha como larga. El problema es irresoluble desde el punto de vista topológico ya que un mundo tridimensional no puede ser representado en forma clara y exacta en dos dimensiones.

LOS ERRORES DE PIRI RES

Los mapas de Piri Re»™is han sido sobrevaluados por los buscadores de misterios. Se han dicho muchas mentiras, como aquella de que fueron dibujados desde un avión situado a varios cientos de kilómetros por encima de Alejandría, según unos, o de las pirámides de Egipto, según otros. Se afirmó que eran copias de fotografías realizadas desde un satélite artificial, que muestran al mundo en su totalidad[3].

Los mapas muestran varios errores evidentes: el río Amazonas está trazado dos veces; no aparecen 1,500 Km de costas sudamericanas, entre Cabo Frío y Bahía Blanca; tampoco se ve el estrecho de Drake, que separa Cabo de Hornos del continente Antártico, en su lugar hay una lengua de tierra que une estos dos puntos; el continente Antártico está representado a los 9 grados en el mapa; el almirante turco muestra tierra a unos 6,500 kilómetros al norte de donde debiera estar la Antártica.

Para algunos autores no hay tal error en lo que se refiere al estrecho de Drake, ya que modernas fotografías en infrarrojo muestran que debajo del agua hay efectivamente una lengua de tierra (¿?). Su argumento no está del todo equivocado, bajo del agua de los océanos y de los hielos del Ártico y el Antártico hay tierra, puesto que todos esos volúmenes de agua se sustentan ¡en la corteza terrestre! Por lo que resulta falaz el argumento de que los mapas fueron elaborados hace 1,000 años, en una época en que no existía hielo en los polos. Si PÄ«rÄ« Re»™is muestra tierra en donde no la hay, o agua en donde existe tierra, es que está equivocado y punto.

Otro error es la representación de Cuba. PÄ«rÄ« Re»™is la muestra como formada por una gran cantidad de pequeños islotes, además, sus coordenadas no corresponden con las de la isla. Tampoco corresponde la posición del Golfo de Guacanaybo. Faltan los deltas del Orinoco y del Amazonas. Groenlandia esta representada como dos islas y se da a entender que no hubo una Antártica, sino dos: una es la prolongación del continente sudamericano y la otra se identifica con el africano.

Ni el Mediterráneo ni el mar Muerto aparecen por completo.

Brian J. Ford encontró otros errores :

«El alargamiento de América del Sur no es exactamente el mismo que se ve desde el espacio. En realidad es totalmente diferente. La coherencia de la forma de América del Sur en el mapa descarta la fotografía aérea tomada desde un sitio sobre El Cairo. Ni es el mapa de Piri Reis «˜fantásticamente exacto»™, como afirma von Däniken. Ni es lo suficientemente exacto como para sugerir que el dibujante tenía un detallado conocimiento de las masas de la tierra bajo el hielo».

Además, existen dos interpretaciones del mapa de PÄ«rÄ« Re»™is. La primera, la de los americanos, que ha sido deformada por las fantasías de Hapgood y seguidores, afirma que el trazado de PÄ«rÄ« Re»™is corresponde a la Antártica. La segunda, la de los antiguos soviéticos, que afirma que señala el extremo sur de la Patagonia y Tierra de Fuego, según las palabras del profesor L. D. Dolguchin, del Instituto Geográfico de la URSS. Si esto es así, las concordancias más interesantes del mapa de PÄ«rÄ« Re»™is con los mapas actuales, en lo que se refiere a la Antártica y a la Tierra de la Reina Maud, tan cacareados por los amigos de lo insólito, irían a parar al bote de basura.

El mismo Hapgood reconoció los errores:

«Los estudiantes fueron responsables de descubrir muchos de los errores. Lee Spencer y Ruth Baraw examinaron la costa Este de Sudamérica con gran cuidado y encontraron que el compilador había omitido cerca de 900 millas de costa. Se descubrió que el Río Amazonas se había dibujado dos veces. Concluimos que el compilador había tenido dos distintas fuentes de mapas del Amazonas, dibujados por distintas personas en tiempos distintos, y que él cometió el error de pensar que eran dos diferentes ríos. También encontramos que al lado del Ecuador sobre el que habíamos basado nuestra proyección (hasta donde la latitud nos permitió) había evidencia de que alguien había calculado la posición del ecuador de forma diferente, así que en realidad había dos ecuadores. Al final fuimos capaces de explicar este conflicto. Otros errores importantes incluían la omisión de parte de la costa Norte de Sudamérica, y la duplicación de parte de esa costa, y parte de la costa del Mar Caribe. Entonces aparecían duplicadas varias localidades geográficas sobre el mapa, pero no aparecían sobre la misma proyección. Para la mayor parte del área del Caribe la dirección del Norte esta en ángulo recto con el Norte de la mayor parte del mapa.

«Cuando identificamos más y más lugares en nuestro enrejado, y promediamos sus errores de posición, encontramos en todo el mapa errores comunes que indicaban que algo estaba equivocado en la proyección. Concluimos que debía haber más errores tanto en la localización del centro del mapa, en la longitud de los radios, o en ambos. No había forma de descubrir estos probables errores excepto tratando todas las probables alternativas en un proceso de prueba y error. Era tiempo de que todos nosotros pagáramos un impuesto de paciencia. Con cada cambio en la suposición del centro del mapa, o en la suposición del radio, Strachan tenía que repetir los cálculos y una vez más determinar la posición de cinco puntos de proyección. Entonces se tenía que volver a dibujar el enrejado y rehacer todas las tablas. Y cada enrejado a su vez mostraba nuevos errores no identificables, y entonces se tenían que hacer nuevas suposiciones. Sin embargo, teníamos la satisfacción de que una disminución gradual de los errores nos indicaba que nos estábamos aproximando a nuestra meta.

Y abunda más adelante con lo siguiente:

«En primer lugar, Cuba esta etiquetada equivocadamente como Espaniola (Hispaniola, la isla que ahora comparten Haití y República Dominicana) por PÄ«rÄ« Re»™is. Este error fue aceptado por Philip Kahle quien estudió el mapa en los 1930″™s. Nada puede ilustrar mejor qué tan ignorante era Piri Re»™is de su propio mapa. El error de Cuba también muestra claramente que todo lo que hizo fue obtener información verbal del marino capturado por su tío, o de alguna otra fuente, y entonces tratar de fijar dicha información en un mapa que ya estaba en su poder, un mapa que pudo haber encontrado en los Archivos Navales Turcos, que probablemente heredó del Imperio Bizantino.

En los mismos cálculos de Strachan se pueden ver los errores del mapa de PÄ«rÄ« Re»™is:

LUGAR POSICIÓN CORRECTA MAPA DE PIRI RE»™IS ERROR
AFRICA      
Cabo palmas 4.0 N8.0 W 5.0 N2.5 W 1.0 N5.5 E
ISLAS DEL ATLANTICO NORTE      
Madeira 36.6 N17.0 W 31.0 N17.0 W 5.6 N0.0
MAR CARIBE      
Golfo de Guacanayabo, Cuba 20.5 N77.5 W 18.0 N88.0 W 2.5 S11.5 W
Bahía de Guantánamo, Cuba 20.0 N75.0 W 18.0 N86.0 W 2.0 S11.0 W
Bahía de la Gloria, Cuba 22.0 N77.5 W 22.0 N88.0 W 0.010.6 W
Montañas de Camaguey, Cuba 21.0 N77-79 W 20.0 N85-89 W 1.0 S8.0-10.0 W
Sierra Maestra, Cuba 20.0 N76-77 W 18.0 N84-86 W 2.0 S8.0-9.0 W
Isla Andros 23-25 N76-77 W 26.0 N92-96 W 3.0 N16.0-19.0 W
San Salvador 24.0 N74.5 W 26.5 N84.5 W 2.5 N10.0 W
Isla de Pinos 22.0 N83.0 W 16.0 N91.0 W 6.0 S8.0 W
Jamaica 18.0 N77.0 W 15-16 N86.0 W 2.5 S9.0 W
Islas Vírgenes 18.5 N64.5 W 26-28 N62-65 W 8.5 N1.0 W
CENTRO AMERICA      
Río Moroni 6.0 N54.0 W 11.0 N59.0 W 4.0 N5.0 W
Yucatán 21.0 N88.0 W 15.0 N96.0 W 5.0 >S8.0 W
Cabo Gracias a Dios, Honduras 15.0 N82.5 W 17.0 N72.0 W 2.0 N9.5 E
SUDAMÉRICA      
Bahía Grande 50-52 S69.0 W 30.0 S47.0 W 21.0 N22.0 E
Malvinas 52.0 S60.0 W 30-32 S43-45 W 21.0 N24.0 W
ANTARTIDA      
Mar de Weddell 67-75 S20-60 W 37.0 S30-40 W 34.0 N10-20 W
Monte Ropke, Reina Maud 72.5 S4.0 W 42.5 S15.0 W 30 N11.0 W
Regula Range 72.5 S2.5 W 42.5 S12.5 W 30.0 N10.0 W
Montañas Drygalski 71-73 S8-14 E 40.0 S6.0 E 32.0 N10.0 W
Georgia del Sur 54.5 S37.0 W 36.0 S37-38 W 18.5 N0.5 W
Fernando da Naronha 4.0 S31.0 W 10.0 S30.0 W 6.0 S7.0 1.0 E

Ni forzando la imaginación el mapa es absolutamente exacto. Sólo una pequeña sección del mapa (el Caribe) usa en forma aparente una proyección esférica basada en Egipto. Es completamente falsa la opinión de que para la confección de un mapa de proyección azimutal oblicua[4], que es el que se discute, sea absolutamente indispensable una observación real, e incluso fotográfica, desde una altura mucho mayor. No existe ningún punto desde el cual poder abarcar al mismo tiempo más de la mitad de la superficie de la Tierra. Un mapa como el de la aviación americana con centro en el Cairo, que muestra Hapgood, es un producto puramente artificial, obtenido con los recursos matemáticos de la cartografía. Lo que se necesita para esto son mapas de áreas relativamente pequeñas y una red suficientemente compacta de coordenadas geográficas por medio de las cuales ordenar los mapas particulares unos con otros.

Finalmente, para la cultura musulmana no resultaba tan difícil construir un mapa como el de PÄ«rÄ« Re»™is. La exigencia de que el creyente musulmán se volviera hacia la Meca en su oración ritual llevó al desarrollo de la trigonometría esférica por parte de los astrónomos árabes. En 1205 Al-Biruni escribió el Kitab tahdid al-amakin litashih masfat al-masakin[5].

Luego entonces, el mapa de PÄ«rÄ« Re»™is no tiene nada de extraordinario o paranormal. Sí es un estupendo trabajo de compilación de varios mapas conocidos en su tiempo, pero no muestra la Tierra como era antes de las glaciaciones, ni vista desde una nave espacial estacionada sobre Alejandría.

Esta historia continuará…

REFERENCIAS

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[1] Gerhardus Mercator, en latín.[2] En realidad está bastante al norte del Ecuador.

[3] Lo más que se podría apreciar desde un punto situado por encima de la Tierra sería poco más de la mitad de ella. Incluso, utilizando el Google Earth un satélite estacionado sobre Alejandría no puede ver la costa americana.

[4] El punto de contacto entre polo y ecuador.

[5] Libro de la determinación de las coordenadas de lugar para la rectificación de las distancias de las ciudades.

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