El Monstruo del Loch Ness. El Monstruo de las mil caras

EL MONSTRUO DEL LOCH NESS: EL MONSTRUO DE LAS MIL CARAS

EL MONSTRUO DE LAS MIL CARAS

El fenómeno del lago Ness es de naturaleza pura y típicamente humana. Las observaciones son menos frecuentes durante la noche. Los meses con mayores frecuencias son julio y agosto, es decir, durante las vacaciones de verano.

Las descripciones del «animal» no siguen un patrón único. El elemento más común es el enorme cuello que aparece como si se tratara de un poste de telégrafos súbitamente surgido de las profundidades (¿o será acaso un ár­bol?). Para algunos las patas son anchas y cortas, para otros son largas y los de más allá dicen que no son patas sino aletas. Puede o no tener rabo (al gusto del observador). La cabeza puede ser de vaca, perro, hipopótamo o cocodrilo. El color: verde, negro o gris. En fin, un monstruo de mil caras, un auténtico rompecabezas.

De lo que si estamos absolutamente seguros es que no se trata de ninguna serpiente ni reptil (incluyendo los dinosaurios). Los reptiles de sangre fría requieren aguas tibias para poder vivir y no soportarían las heladas aguas (5ºC) del Lago Ness. Aunque los plesiosaurios tuvieran sangre caliente necesitarían un suministro de alimentos para mantener la actividad necesaria. Ese suministro no se puede encontrar en el Loch Ness.

Una forma de estimar la cantidad de alimentos en el lago es calcular el volumen total de zooplancton. Para esto se puede examinar la población de algas verdes (la base de la cadena alimenticia). Estas algas necesitan luz para vivir. El Loch Ness es un lago rico en turba. La visibilidad en sus aguas es de menos de un metro, debido precisamente a la turba que se encuentra en suspensión. Consecuentemente la luz solar sólo alcanza las partes superficiales, lo que reduce la población de las algas fotosintéticas, que a su vez reduce el plancton y los peces que se alimentan de él. De estos datos los investigadores han estimado que el lago posee entre 17 a 24 toneladas de peces. Para un volumen de agua de este tamaño, éste es un valor muy pobre y sólo podría mantener una población de 10 plesiosaurios de unos 226 kilos cada uno. Según el experto en plesiosaurios Richard Forrest, 10 plesiosaurios serían insuficientes para mantener una colonia: «Se necesitan entre 30 y 40 animales para que puedan reproducirse».

Roy Mackal calcula un número mayor. Según él, el Loch Ness debe contar con una manada de, cuando menos, 200 «monstruos» para asegurar su sobrevivencia. Un simple cálculo matemático nos demuestra la inexistencia de estos animales. Si no son peces y necesitan del aire para respirar, y suponiendo que sólo salen cada hora a la superficie tenemos: casi 75 años de «observaciones», 24 salidas por día y por animal, 200 animales. Estos datos nos dan alrededor de ciento cincuenta millones (150,000,000) de sali­das a la superficie desde 1933 a la fecha, lo que contrasta notablemente con las 251 observaciones registradas por Mackal[1], o incluso las casi 1000 del LNPIB.

Pero los monstruos del lago Ness la tienen todavía más difícil. Hay pocos peces como alimento y los deben cazar casi a oscuras. Algunos han dicho que cuentan con un sistema de ecolocalización, pero en los fósiles de plesiosaurios que se han encontrado, su estructura ósea no muestra nada que nos lleve a sospechar que estos animales hayan tenido un sistema de sonar, como los delfines y las ballenas.

LOS TESTIGOS

La mayoría de los guardabosques, pescadores y granjeros que se pasan la vida a las orillas del lago jamás han echado el ojo encima de Nessie, y quienes lo han visto lo describen como un ciervo que nadaba de un extremo a otro del Loch; como salmones que saltaban del agua o como aves acuáticas que se zambullían.

Los que han observado «un monstruo» son gente (la mayoría) sin expe­riencia, que ha visto la visión por breves segundos, y que, a fuerza de buscarla, encuentran una curiosidad.

La analogía con el Celacanto (Latimeria chalumae) también resulta ser una falacia. Los buscadores de monstruos acostumbran mencionar que algunos animales que se creían extintos -el Celacanto, por ejemplo-, y que vivieron hace millones de años (50 millones para el caso del Celacanto) han sido descubiertos recientemente.

La longitud promedio de estos peces es de dos metros. Se han capturado cientos de ejemplares desde 1939 y en mar abierto. La longitud calculada del supuesto monstruo del lago Ness es de 6-7 metros. El volumen del lago es infinitamente más pequeño que el volumen de las aguas donde habita el Celacanto y además son aguas cerradas en las que el monstruo no tendría esca­pe. En resumen, sería mucho más fácil atrapar al monstruo del Loch Ness (si es que existiera) que a un celacanto.

ILUSIONES Y ESPEJISMOS

Espejismos, castillos en el aire, objetos que se sabe están más allá del horizonte y que aparecen a la vista; el barco que se aleja del observa­dor y que aparece nuevamente a su vista, después de haberse perdido de ella, a notable altura por encima de las aguas y con dimensiones extraordinaria­mente grandes. Estos son los fenómenos que pueden producir dos capas de aire con diferente índice de refracción.

Waldemar Lehn, profesor asociado de ingeniería eléctrica en la univer­sidad de Manitoba, Canadá, escribió lo siguiente en la revista Science:

«Cuando hay una inversión de temperatura, el aire que está sobre la superficie del agua desvía a tal grado los rayos lumínicos, que un objeto conocido, fijo (como una roca o un palo), se puede ver como una forma extraña y móvil, y por ello se creerá que es un monstruo acuático. Dos factores distinguen a los lagos con «monstruos» de otras masas de agua: la diferencia extrema de temperaturas que ocurre en primavera y verano, y lo compacto de las capas de aire sobre la superficie del agua. La enorme diferencia de las densidades provoca una refracción más pronunciada y una mayor distorsión de las imágenes. La capa de aire frío actúa como una lente que distorsiona. En las condiciones apropiadas, los objetos fijos pueden parecer móviles. Si la capa de aire frío tiene un movimiento lento, ondulante, la imagen puede crecer, encogerse o cambiar de lugar. Acaso también aparezca y desaparezca sin producir ruido ni oleaje».

Este es uno de los fenómenos más comunes en el lago Ness, especialmen­te en invierno y verano. Los monjes del monasterio benedictino de Fort Au­gustus cuentan que en una ocasión surgió como una gran montaña de nieve en uno de los extremos del lago. El cabo de Dores comúnmente aparece en forma de isla a mitad del lago.

Los espejismos de invierno tienen diferente origen que los de verano. El gran volumen de agua del lago mantiene una temperatura casi constante (las variaciones de temperatura son más pronunciadas en las capas de aire que en las capas de agua). En invierno, el aire se enfría más que el lago, por lo que en la superficie de éste último se forma una capa de aire más caliente (calentado por las aguas del lago) que las capas de aire por arriba de él. Estas diferencias de temperatura en las capas de aire producen dife­rencias en su densidad y por lo tanto, un espejismo.

El proceso contrario ocurre en verano. El aire se calienta más rápidamente que el agua. Se forma una pequeña capa de aire más frío, cercana al lago (enfriada por el lago), que las capas de aire por arriba de él. El resultado ­ también es un espejismo.

En el primer caso tenemos un espejismo superior y en el segundo, un espejismo inferior.

LOS FENOMENOS DEL LOCH NESS

No solo los espejismos son comunes en el lago Ness. Otro fenómeno cu­rioso, debido a la forma alargada y angosta del lago, hace acto de presen­cia en él. Se trata de una turbulencia «anormal».

Debido a su forma alargada, en el Loch Ness se presenta una ondulación de características especiales, conocida como «Seiche». Ésta es una gran ola que se forma cuando el viento sopla y la lleva hacia un extremo del lago. El ímpetu de esta ondulación continúa hasta que termina el viento y entonces se revierte. En el Loch Ness este proceso ocurre cada 31.5 minutos.

Igualmente la forma del lago produce otro fenómeno curioso. Las embarcaciones que cruzan el lago producen una estela que adopta la acostumbrada forma de V. Esta estela forma ondulaciones que chocan contra las orillas y son reflejadas hacia el centro del lago invirtiendo la confi­guración original. El regreso de estas olas toma naturalmente algún tiempo (el lago tiene unos dos kilómetros de ancho), y cuando llegan nuevamente a encontrarse, la embarcación que las produjo esta entonces tan alejada que es difícil asociarlas con ella. Estas olas «rebotadas» forman «ondas estacionarias» que son más largas que la original.

El progreso de esta alteración es continuo y diríase la alteración causada por una gran criatura parcialmente sumergida y que se mueve en línea recta dejando una estela.

Otro fenómeno que es común en este tipo de lagos es la afloración de hojas y otros restos vegetales que suben a la superficie debido a los gases de descomposición de la materia del fondo.

Se dice que en algunos lugares del lago Ilmen (Rusia) la superficie del lago comienza a «hervir» y aparecen misteriosas fuentecillas. Al echar un fósforo encendido, comienza a arder con fuertes llamas, sin despedir humo ni olor.

Al ser analizados estos fenómenos se estableció que lo causaban algu­nas bacterias. Estas descomponen en el fondo los residuos de sustancias químicas -en particular la turba- escapándose a la superficie los gases naturales, producto de su actividad vital. Estos gases, precisamente, forman las fuentecillas sobre el lago Ilmen.

Esta sería la explicación para las observaciones ocasionales en el la­go Ness, según el naturalista Ben Seniscal de Buckinghamshire, Inglaterra. Seniscal, quien trabajó para la Forestry Commission de Escocia, llegó a es­ta conclusión después de observar un fenómeno similar en el estanque de los hipopótamos del zoo1ógico de Whipsnade[2].

En otoño, las hojas de los árboles caen en los riachuelos que alimen­tan al lago Ness y son llevados por ellos hasta el interior de éste y permanecen en el fondo durante los fríos días de invierno. Las tibias aguas de la primavera aceleran su descomposición, la cual se acrecienta en verano. Este proceso produce metano el cual impulsa hacia la superficie del agua grandes cantidades de hojarasca en descomposición. El hecho es que la mayo­ría de los reportes sobre Nessie se han hecho durante los meses de julio y agosto, lo cual concuerda con la teoría de Seniscal.

Ya en 1961 Maurice Burton apuntaba la posibilidad de que acumulaciones de vegetación, y no otra cosa, pudieran dar razón de los fenómenos del lago Ness. En una serie de artículos aparecidos en el New Scientist, propuso que muchos de los avistamientos eran producto de troncos podridos de pinos escoceses que, luego de fermentarse en el fondo del lago, salían a la superficie luego que el gas de la fermentación los impulsaba hacia arriba. Burton supuso lo anterior pues los lagos escoceses con leyendas de monstruos son aquellos que tienen pinos en sus orillas (como el propio Ness y el Morar). El Loch Lomond, no tiene leyendas de monstruos, ni pinos en su ribera.

Burton también explicaba que en invierno se forma hielo en algunas zonas poco profundas del extremo meridional. Ese hielo puede encerrar briznas u otras formas vegetales en su interior; pero si el nivel del agua cambia en medida suficiente para arrancar porciones de dicha masa, el pequeño témpano forma­do es de existencia muy efímera y aparecerá y desaparecerá de la superficie del agua según vaya derritiéndose.

Se ha sugerido también la posibilidad de temblores de tierra de cierta intensidad que liberan ciertas cantidades de gas del lecho del lago. Al aflorar en superficie y estallar producirían la impresión de que se trata de gibas o jorobas en movimiento. La hipótesis puede ser cierta, pues el lago Ness se encuentra en la falla del Gran Glen donde la orilla nororiental se desplaza ligeramente hacia el norte, en tanto que la sur occidental lo hace hacia el sur.

LOS FRAUDES

La historia del monstruo del Loch Ness está llena de fraudes y confusiones. Algunos de ellos ya los hemos visto en estas páginas. Ahora sólo nos ocuparemos de los más recientes.

El 2 de mayo del 2001 se encontraron dos anguilas. Pero estos animales son marinos y no pueden vivir en aguas dulces como las del Loch Ness. Es decir, fueron sembradas para hacer creer que Nessie era una anguila gigante.

El 2 de julio del 2003, Gerald McSorley, un escocés jubilado encontró una vértebra de plesiosaurio fosilizada. Al examinar el fósil se encontró caliza que no provenía de las inmediaciones del Loch Ness. El fósil también mostraba signos de haber estado recientemente en un ambiente marino.

En el 2005 dos estudiantes americanos afirmaron haber encontrado un gran diente enterrado en el cuerpo de un venado muerto en la costa del lago. Según ellos un guardia forestal confiscó el diente. Los jóvenes subieron una página a Internet en donde mostraban una película y fotografías sacadas antes de que les fuera confiscado el «diente». Solicitaban que se los regresaran. Un análisis de las fotografías demostró que el «diente» era en realidad el asta de un venado muntjac.

En mayo del 2007, Gordon Holmes, técnico laboratorista de la universidad de Bradford cerca de Leeds, grabó un fuerte disturbio en el loch, que él creyó era causado por una criatura móvil. Él llevó el vídeo el centro de Loch Ness para que lo analizara Adrian Shine.

Shine piensa que se trata de «una corriente (de viento) vertical descendente conocida como cat»™s paw». Colmes resultó un cazador de monstruos y de hadas.

LOS ANIMALES DEL LOCH NESS

El tiro de gracia de la hipótesis de que un plesiosaurio habita las aguas del Loch Ness la dio Leslie Noè, del Sedwick Museum de Cambridge, cuando en octubre del 2006, señaló que «la osteología del cuello establece con toda certeza que los plesiosaurios no podían erguir la cabeza fuera del agua, como lo hacen los gansos».

Algo similar dijo Richar Forrest: «El hecho es que el cuello de los plesiosaurios es demasiado rígido. Los huesos del cuello se entrelazan y tienen grandes espinas en la parte superior del cuello. Los animales no pueden sacar el cuello fuera del agua». Con eso eliminaba toda posibilidad de que el supuesto Nessie pudiera ser un plesiosaurio.

Son animales bien identificados -y no un monstruo- los que habitan las aguas del Loch Ness. Se trata de cormoranes, serretas, patos, nutrias, sal­mones, etc.

Estos animales pueden confundir a cualquiera. El mismo Mackal tuvo dos de estas confusiones:

«Observamos con creciente excitación. Por último surgió un cuerpo y, tras algo de agitación de las aguas, de poderoso aleteo se elevó (un cormorán) hasta perderse de vista en el cielo.

«Si hubiéramos sido interrumpidos antes de que el ave hubiera levanta­do el vuelo podríamos haber concluido con la errónea impresión de que efectivamente habíamos visto y filmado el monstruo».

La segunda confusión la relata de esta manera:

«El lago exhibía una superficie perfectamente calma y lisa, semejante a la descrita por nuestros informantes. ¡Yo también vi un monstruo de tres gibas que se desplazaba a una velocidad de 40 nudos! Resultó que la super­ficie del lago actuaba a modo de espejo; reflejando la imagen de tres patos en vuelo rasante, que proyectaban tres sombras oscuras sobre las aguas. Las aves eran casi invisibles dado que sólo era posible apreciar su presencia contra el fondo de la orilla opuesta, consistente de árboles, rocas y detritus de toda suerte».

Varias veces los Mustélidos (nutrias) han sido confundidos con el monstruo cuando sólo su cola era visible mientras buceaban en busca de alimento. Los grupos de salmones juguetones, las bandadas de patos silvestres rozando la superficie del lago, los troncos huecos, habitados por especies submari­nas que suben a la superficie cuando sus huéspedes los abandonan y se sumergen cuando éstas vuelven a él después de sus correrías en busca de comida, son otros productores de visiones.

Otros creen que se trata de un enorme esturión, lucios (Esox lucius), salmones (Salmo salar L.), delfines, perros, pájaros, grandes moluscos o nutrias. Peter Costello, creía que el «monstruo» era en realidad una foca de cuello largo. Gordon R Williamson[3] Ha aportado evidencia gráfica a esta hipótesis. Él dice que las focas comunes (Phoca vitulina L.) y las focas grises (Halichoerus grypus Fabricius) viven en el mar cerca de Inverness. Ha habido varios reportes de focas en el Loch Ness e incluso en el río Oich.

Neil Clark, curador de paleontología en el Hunterian Museum de Glasgow sugirió que algunos avistamientos se debieron a elefantes de un circo trashumante.

Algunos piensan que el monstruo es un pez remero (Regalecus rene), de cuerpo alargado que mide de 6 a 8 metros de longitud y que tiene en su aleta dorsal una especie de crin con la que marca a veces la superficie del agua. Apoya esta hipótesis 14 reportes de testigos que han informado sobre la existencia de una «crin». También apoya esta suposición la casualidad de que se ha pescado algunos ejemplares de pez remero en el fiordo de Fyne situado en el condado de Argyll, cerca del Loch Ness.

ContinuarỦ


[1] Mackal P. Roy, El monstruo del lago Ness, Editorial Bruguera, S. A., Barcelona, 1979.

[2] Sobel Dava, Leaf monster, OMNI, 5, (5), 97, febrero de 1983.

[3] Williamson R. Gordon, Seals in Loch Ness, Sci. Rep. Whales Res. Inst., No. 39, 1988, www.lochnessinvestigation.org/SILN.html

4 pensamientos en “El Monstruo del Loch Ness. El Monstruo de las mil caras”

  1. yo cre que todas las afirmacines que creen saber estas personas son solo cosas que ello querian ver .con tanto anelo siento mucho tener que decir esto pero es la verdad

  2. SOY LA MISMA NIÑA DE ANTES SIENTO MUCHO SI MI COMENTARIO DE HACE UN MOMENTO AFECTO A ALGUIEN QUE CREE EN ESTAS COSAS ESQUE YO SOLO DIGO LO QUE PIENSO , SOY UNA NIÑA DE 13 AÑOS INCREDULA SOBRE TODO ESTE TEMA

  3. AVER CON RESPECTO A LO DEL MONSTRUO DEL LAGO NESS YO NO CREO QUE EXISTA Y SI ESTOY EQUIVOCADA Y EXISTEN YO NO ME LO VOY A CREER ASTA QUE LO VEA O DEMUESTREN CON PRUEVAS CONCRETAS Y CONCLUYENTES LA EXISTENCIA DEL SUZO DICHO ANIMAL QUE SE CREE QUE ES PREHISTORICO.ADEMAS EN QUE CABEZA CABE DE QUE UN ANIMAL «PREHISTORICO» EXISTA EN UN LAGO Y NO HAYA INTENTADO ATACAR A UN PESCADOR O ALGO POR EL ESTILO.I NO ME SALGAN CON QUE LA SUPUESTA CRIATURA ES INOFENSIVA POR QUE HASTA LA MAS INOFENSIVA CRIATURA ATACA PARA DEFENDER SU TERRITORIO ONO Y ADEMAS NADIE CONOSE EL CARACTER DE LA SUPUESTA CRIATURA.

  4. no existe , no se dan las condiciones en el lago… es imposible que no lo haya visto nadie con exactitud y ademas es muy dificil que en un LAGO no en el maaar k es inmenso… un bicho ENORME no lo hayan capturado dios!! nosotros los seres humanos somos la especie mas inteligente , tenemos sentimientos y la capacidad de pensar. Un animal no puede esconderse tanto tiempo sin ser descubierta eh eh?xD io tmb tengo 13 anios (solo opino =) )

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