Mireles y el triple mensaje de Peña Nieto

ESCRUTINIO

Mireles y el triple mensaje de Peña Nieto[1]

Juan José Morales

En mis colaboraciones periodísticas no soy muy dado a expresar mis opiniones. Más bien prefiero aportar información y dejar que el lector haga sus propios juicios y conclusiones. Pero en el caso del Dr. José Manuel Mireles y las docenas de miembros de las autodefensas de Michoacán que junto con él fueron encarcelados bajo la acusación de tenencia de armas de uso exclusivo del ejército, creo que con esa acción Peña Nieto nos ha enviado un claro y muy preocupante triple mensaje a los mexicanos: que no hay quien nos defienda de la cada vez más extendida delincuencia organizada, que tampoco permitirá a los propios ciudadanos adoptar medidas para defenderse, y que hay ciertos grupos delictivos que evidentemente gozan de impunidad.

clip_image002Aunque se ha especulado y desinformado mucho acerca de las autodefensas, el hecho real y concreto es que en su mayor parte las integran gente cansada de la indefensión en que se encontraba por la lenidad de las autoridades, que tomó las armas para proteger sus vidas, sus bienes y sus familias.

En efecto, como se ha dicho hasta la saciedad en incontables reportajes de prensa, radio y televisión, en Michoacán se llegó a una verdadera situación de ingobernabilidad en la que amplias regiones, incluidas las estructuras locales de gobierno, se salieron del control del Estado y cayeron en manos de diversas bandas de facinerosos «”muchas veces rivales y enfrentadas entre sí»” dedicadas no sólo al narcotráfico como a menudo se cree, sino también a la extorsión, el secuestro, el lenocinio y otros delitos.

Vastas zonas de Michoacán se convirtieron así en un verdadero infierno para sus pobladores, que al sentirse inermes, indefensos y desamparados por el gobierno, reaccionaron de una manera lógica y natural: organizándose para darse a sí mismos la protección que los organismos del Estado les negaban tácitamente. Así nacieron los grupos de autodefensa.

Y el gobierno federal inicialmente los dejó actuar. Se valió de ellos para acabar con ciertos grupos de delincuentes. Incluso hubo acuerdos explícitos e implícitos para que fueran una especie de coadyuvantes de la policía y el ejército. Pero, de pronto, las cosas cambiaron. Los miembros de las autodefensas dejaron de ser auxiliares para restaurar la legalidad, y se convirtieron en violadores de la ley. Y el gobierno, que por años dejó que Michoacán se convirtiera en tierra sin ley y obligara a los michoacanos a tratar de restablecerla por sus propios medios, se transformó súbitamente en celoso guardián de la ley y decidió aplicarla con todo rigor»¦ contra quienes habían tenido que recurrir a las armas para defenderse. Concretamente el Dr. Mireles «”quizá la figura más destacada de las autodefensas»” y buen número de sus seguidores.

Es aquí donde brota la suspicacia y empieza uno a preguntarse si las autoridades permitieron a las autodefensas actuar, se les estimuló a hacerlo y hasta se les protegió, sólo para que acabaran o debilitaran a ciertos grupos de delincuentes y así eliminaran la competencia al más fuerte y poderoso: el de los Caballeros Templarios, a cuyo jefe máximo, Servando Gómez Martínez, mejor conocido como «La Tuta», ni la policía, ni el ejército, ni la marina logran encontrar, a diferencia de otros capos de cuya aprehensión o muerte se vanagloria el gobierno.

Como decíamos al principio, la detención de Mireles y coacusados parece decirnos a los mexicanos que hay ciertos grupos de delincuentes intocables, que por tanto la inseguridad habrá de seguir, que del gobierno no podemos esperar que cumpla su mínima función de protegernos, y que si los ciudadanos intentan defenderse y protegerse por propia mano les espera la cárcel.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Martes 1 de julio de 2014

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