Una llamada en la madrugada (Final)

Capítulo doce

POCOS SON LOS ESCOGIDOS

(Fragmentos)

ACallAtDawn7Habrá algunos de mis lectores que preguntarán, «¿Cuáles son los nombres de esta gente de otros planetas?» Durante mis primeros contactos telepáticos yo, también, pregunté. «¿Por favor me podría dar su nombre para que pueda identificarlo?» Esto fue respondido, «Los nombres pueden ser muchos; no son necesarios. Los nombres como los usa tu gente de la Tierra, no tienen significado sólo personalidad. Tu sabrás cuando se haga un cambio en el contacto; sentirás la diferencia y nos identificarás individualmente por ese sentimiento (conciencia consciente). Si se dan nombres e identificaciones, ¡se muy cuidadoso porque muchos son falsos! Nosotros no identificamos los planetas con los apelativos que tu gente les ha aplicado; los conocemos por órbitas. Todos los planetas están trabajando juntos como Uno con el Creador».

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Si un hombre de la Tierra fuese transportado a un planeta vecino para visitarlo, en algunas instancias necesita ser aclimatado antes de llegar a su destino ya que ahí hay algunas diferencias entre la atmósfera de la Tierra y la de esos otros planetas, aunque no muy grande. Esta aclimatación debe ser completada en ruta a bordo de la nave, y entonces él no sentirá diferencia perceptible en la atmósfera a su arribo. En la mayoría de los casos un nativo de la Tierra será incapaz de resistir las altas vibraciones espirituales de la gente de ahí o la alta frecuencia planetaria sólo por una cuestión de horas, de acuerdo con las vibraciones del plano finito sobre el cual esté funcionando. Esto es, mientras más grande sea espiritualmente más se habituará.

Sin embargo, para mi conocimiento, no es posible para un ser de la tierra vivir en otro planeta de mayor evolución excepto bajo ciertas condiciones, habiendo pasado bajo la preparación previa necesaria. Deberá aproximarse a su primer grado de Iluminación si aún no ha sido Iluminado, o al menos haber alcanzado el estado de conciencia donde sinceramente se esfuerce por un desarrollo espiritual y estudie su naturaleza espiritual así como la material, y aplique y ponga en operación el conocimiento que ha obtenido. Cuando todos los planetas sean llevados a su harmonía original de movimiento el hombre podrá moverse libremente de la Tierra a otros mundos.

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Sólo una vez, hasta 1956, había escuchado una voz de tono más bajo, y eso fue cuando fui presentado vía clariaudiencia al Hermano del planeta Urano. Él reconoció, «Estoy muy complacido de conocerte. Esperamos poder contactar con más gente como tu en tu planeta. Será de gran beneficio para todos». Él estaba a bordo de una enorme nave transportadora con quinientos invitados de varios otros planetas. En ese momento hablé con otros tres al lado de este Hermano de Urano. Sin duda, para aliviar mi decepción, dijeron, «Sería maravilloso si también estuvieras aquí, pero aún no es tiempo para ti. No debes ser impaciente». Y como ya he relatado mi paciencia y fe, y mis esfuerzo para hacerme digno han sido ampliamente recompensados.

Desde la primera vez que fui elevado a dos mil setecientas millas en el espacio a bordo de un gigantesco transportador en forma de cigarro, para regresar refrescado e infundido con vida a pesar de las largas horas sin dormir. Mi primer viaje en el espacio ocurrió en marzo de 1956. Dejé la Tierra con dos Hermanos en una pequeña nave exploradora de alrededor de cuarenta pies de diámetro. Viajamos una hora y quince minutos antes de llegar a la Nave Madre, cuyo gusto ni remotamente se acerca a este mundo prisión, de cuarentena. Algunos pueden pensar en estos viajes como viajes de placer, pero afirmo que aunque para mí fue el mayor placer de mi vida estar con estos queridos amigos, y un privilegio viajar en su nave celestial, para presentarme en una conferencia o reunión de concilio, y escuchar la sabiduría de un Maestro[1], nunca estos viajes pueden ser considerados como viajes de placer como los de la Tierra, pero cada evento siempre es de gran importancia. Teniendo el coraje y el deseo de traer, en la mejor forma que pudiera, la Verdad a aquellos en la Tierra que estén listos para la Verdad, asistiendo a aquellos en la oscuridad para ver la Luz, si sólo un diminuto parpadeo los pudiera llevar un paso adelante.

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[1] «En realidad no hay tal cosa como los así llamados Maestros. Uno se convierte en Uno con el Divino no se eleva sobre nada. Él simplemente se transforma en uno con todas las cosas, y en Divino. En ningún momento hay maestro y sirviente, sólo la Eterna Unicidad. Esos que llamamos maestros son los que se han liberado a sí mismos de la esclavitud de la negación, y superado circunstancias y cosas en lugar de ser dominados por ellas, y él no es diferente de ti ni de nadie más, sólo en el tema de desarrollo. Tu tienes potencialmente los mismos poderes que tienen los Maestros. Sin embargo, ellos están conscientes de sus poderes y son capaces de usarlos, y tú no».

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