El misterio de las centellas (1422)

El misterio de las centellas (1422)

Zas es otra vez blanco de los rayos con un impacto inusual y dañino

1 de marzo de 2016

J. V. LADOCEE / LA VOZ

imageJosé Manuel Casal

Vecinos de Vilaestévez vieron una bola de fuego que dejó importantes destrozos

Ya sea porque, como dicen algunos meteorólogos, las tormentas que entran por Camariñas descargan con especial virulencia o por simple casualidad, el Concello de Zas parece abonado a la caída de rayos dañinos. Ocurrió en diciembre de 1993 con la muerte de varias vacas en Muíño, volvió a repetirse en Pudenza en mayo del 2000 con otra decena de reses y tanto en septiembre del 2004 como en enero del 2009 se vieron afectados sendos hórreos. Ahora le ha tocado el turno a Vilaestévez, en Gándara, donde siguen sin alumbrado público, el teléfono fijo e Internet tampoco funciona en la mayoría de casas y los vecinos tardarán en olvidar el tremendo susto del sábado por la mañana, cuando una rarísima y potente descarga eléctrica dejó un reguero de daños.

Los testigos la describen como una nube o bola de fuego que cayó como una bomba -algunos dicen que sobre la zona un pinar y un riachuelo- quedó parada unos instantes y de ella empezaron a salir descargas como pequeños rayos.

José Antelo Souto, uno de los vecinos afectados, calcula que fue sobre las 11.00 horas y que no recuerda nada parecido en toda su vida. “Teño visto moitos raios, pero tan forte coma este, nunca. Pensei que viña a casa abaixo. Aquí hai un poza de auga bastante grande, que incluso apartan os coches dela. Fíxoa saltar polo aire e quedou o chan fumeando. Foi moito o que caeu enriba das casas”, relata José, que también sufrió daños en su propio domicilio. “Unha lámpada de barro que tiñamos colgada estoupou por completo e quedou só o soporte colgado e os enchufes voaron todos”, detalla.

Como en su casa, muchos otros vecinos sufrieron pérdidas importantes. A unos se les averió la calefacción, a otros se le quemaron ordenadores, el conector de Internet y todo tipo de aparatos eléctricos e incluso en algunos muros, postes y en un árbol se nota todavía el impacto de la descarga.

Por ejemplo, en la vivienda de Sara Mira Souto, que también fue testigo del impacto y lo recuerda como algo absolutamente fuera de lo común, produjo daños en la fachada, además de quemar la videoconsola de su nieto, que quedó completamente inservible y ya la tiraron a la basura.

Pensaron en un meteorito

Incluso los que no viven permanentemente en el lugar, como José Teijeira Rama, se mostraban ayer impresionados por el panorama que se encontraron y por las descripciones de lo que pasó que le dieron los otros vecinos.

Teresa Mira García, que acudió con su marido a repararle la caldera de la calefacción a un familiar, no podía creerse que eso fuese el impacto de un rayo. De hecho, en un primer momento varias personas trataron de encontrar cerca del riachuelo y en el pinar los restos de algún meteorito o de otro cuerpo espacial, que pudiese encajar con esa bola de fuego que vieron.

Sin embargo, el catedrático de Electromagnetismo de la USC, Jorge Mira, que es natural de una parroquia vecina, señala que los datos que aporta la gente coinciden con lo que se conoce como rayo bola. “É algo moi pouco común, pero posible e responde á descrición que dan os veciños”, apunta el profesor, que, sobre todo, destaca el hecho de que el fenómeno se mantuviese durante algunos segundos, porque es una de sus principales características.

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/carballo/zas/2016/03/01/zas-vez-blanco-rayos-impacto-inusual-danino/0003_201603C1C1995.htm

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