Archivo de la categoría: Forteanismo

El misterio de las centellas (629)

El misterio de las centellas (629)

Hace unos catorce años mi familia y yo vivíamos en el Valle Tehachapi (Teh-Hatch-uh-pee) en las montañas del sur de California. Yo tenía catorce años en ese momento. Vivíamos en una colina en una casa grande de dos pisos con vista de 270 grados a millas de distancia de nosotros. Hubo una tormenta con algunos relámpagos, aquí y allá. Sin embargo, dado que ni una sola gota de lluvia había caído, mis padres, dos hermanas y yo estábamos viendo el espectáculo desde la terraza de madera. Entonces, como si un tsunami negro hubiera rodado sobre el fondo del valle, todas las luces de Tehachapi se apagaron. Era, en efecto, un espectáculo impresionante, pero también un poco espeluznante. No había viento, ni lluvia, ni luz, ni frío. Sólo la oscuridad y los relámpagos ocasionales. Así que decidimos entrar y encender unas velas.

Unos 15 minutos después de la interrupción de la energía estaba en mi habitación en el segundo piso con una linterna en busca de mi saco de dormir y una almohada (mis hermanos y yo íbamos a dormir en el piso de la sala). En mi camino de vuelta hacia las escaleras fui a la habitación de mis hermanas a mirar por su ventana, porque ellas tenían una visión diferente de la mía. A medida que me asomé a la oscuridad, pasó lo más extraño (estoy teniendo escalofrío recorriendo la espalda mientras escribo esto). Una brillante esfera azul flotante, tal vez de dos o tres pies de diámetro, se materializó fuera de la ventana justo delante de mí (tenga en cuenta que la ventana estaba en el segundo piso con una caída de doce pies hacia abajo). Emitía su propia luz y parecía un poco transparente. También parecía deslizarse hacia atrás y adelante un poco como si flotara en las corrientes de aire. Ni que decir, estaba aterrorizado. Me quedé allí durante unos segundos sin saber qué hacer, con la mirada fija. Luego salí corriendo de la habitación y al salón de la planta baja. De inmediato informé a mi papá de lo que acababa de presenciar y, por supuesto, pensaba que estaba haciendo una tormenta de un vaso de agua. «Probablemente, sólo un poco de electricidad estática creada por la tormenta», dijo. Eso parecía lógico, así que me olvidé de ella.

Más tarde esa noche salí a la cubierta de nuevo, después de todo, los rayos se habían apagado. Todavía no había viento, todavía estaba caliente, pero la luz había llegado de nuevo. Y desde la cubierta fui testigo del mismo fenómeno otra vez. Alrededor de un cuarto de milla de distancia pude ver una bola azul flotando al lado de una de las casas en el fondo del valle. Sin embargo yo no podía decir si era cerca de una ventana.

Jim Blanchette

WA USA

El misterio de las centellas (628)

El misterio de las centellas (628)

Cuando yo tenía alrededor de 8 años de edad pasaba los veranos en casa de los abuelos en Flatwoods Alabama.

Mi abuela tenía el sueño muy ligero y se despertaba con el sonido más leve de los truenos. Una noche nos enteramos que se levantó para ver el pronóstico del tiempo por lo que nos unimos a ella en el patio delantero.

Nos dimos cuenta que ella miraba alrededor de la esquina de la casa y cuando nos unimos a ella fuimos testigos de una esfera de color rojo brillante flotando en el horizonte. Se estaba moviendo relativamente lento y se movió en una línea recta por encima de las líneas eléctricas luego desapareció detrás de unos árboles de pino. Si tuviera que adivinar, tenía que estar alrededor de 2 a 3 millas de distancia.

Le preguntamos a la abuela lo que era eso y ella dijo «yo no sé pero no te preocupes por eso», por lo que nunca le di mucha importancia.

Ahora tengo 46 y la memoria es tan vívida que parece que fue ayer. No fue hasta que vi un especial en el Discovery Channel que me di cuenta que lo que vimos esa noche era de hecho una centella.

Ronnie Lee

Slidell , LA. USA

Una mezcla peligrosa: incultura y candidez

ESCRUTINIO

 

Una mezcla peligrosa: incultura y candidez[1]

 

Juan José Morales

No quisiera yo tener que andar ocupándome de Enrique Peña Nieto. Mucho menos mofarme de él. Pero no queda más remedio que hacerlo. Como se diría en términos coloquiales, él mismo se pone de pechito para que se le ridiculice, al exhibir su incultura y su ignorancia. Así, durante su reciente gira por Yucatán, el 13 de enero, soltó la siguiente perla: «Díganle a los jóvenes de México, desde Yucatán, que en el legado de la cultura milenaria de los mayas, está escrito que en el 2012 viene un cambio, viene una nueva era.»

clip_image002Algo así ha de haber visto Peña Nieto en alguno de los muchos programas sobre ovnis, brujería y hechos sobrenaturales que se transmiten por televisión y dio por hecho que las supuestas profecías mayas realmente existen.

¿Dónde está escrita tal cosa? ¿A qué legado milenario se refiere EPN? ¿De qué nueva era habla? ¿Acaso de la era de Acuario de los hippies? ¿Del New Age?

Lo que ocurre es que alguna vez Peña Nieto oyó hablar de unas supuestas profecías mayas según las cuales 2012 marcará el inicio de una nueva era (originalmente se decía que el fin del mundo). Y, en su profunda ignorancia, supuso que en verdad existen tales vaticinios, aunque no supiera en qué consisten. Así que, para pasar por culto, aprovechar el asunto para relacionar ese hipotético cambio con las elecciones de julio próximo y de paso darle una «cultivada» a su auditorio yucateco, mencionó lo de las tales predicciones, sobre las que ningún arqueólogo, antropólogo o historiador ha escrito jamás una línea, excepto para desmentirlas.

Y es que, como ya hemos dicho varias veces en estas páginas, y como se ha repetido hasta la saciedad, las supuestas profecías mayas fueron inventadas por un charlatán, un tal Fernando Malkún, colombiano, que no tiene la menor preparación en arqueología o antropología pero ha sabido hacer jugosos negocios, no sólo con los mayas sino también con los egipcios, los tibetanos o la Atlántida, sobre los cuales dice igualmente haber hecho descubrimientos extraordinarios que nadie más que él ha logrado.

Pero no vamos a entrar en detalles sobre los engaños y los negocios de Malkún. Volvamos a Peña Nieto.

Que dé por cierta la existencia de las inexistentes profecías mayas, es explicable, lógico y natural. No podría esperarse otra cosa de un hombre que «”como atinadamente dijo alguien»” ha escrito más libros (uno) de los que ha leído. Si no lee, no pudo haber sabido de los incontables desmentidos que investigadores del INAH y otras personas verdaderamente informadas han publicado al respecto de este cuento de Malkún para bobos. Pero que ninguno de sus numerosos asesores y consejeros le haya orientado al respecto, resulta todavía más grave: demuestra que está rodeado por gente tanto o más ignorante e inculta que él y que ni siquiera se le ocurre buscar orientación y asesoría de expertos. Toda esa gente, por lo visto también cree en lo que oye o ve en algún programa de chismes, brujería o hechos sobrenaturales de los que se transmiten por la televisión comercial.

Entre los muchos comentarios que se han publicado acerca de Peña Nieto y su analfabetismo funcional, hay uno que me parece especialmente atinado. Dice «”palabras más, palabras menos»” que ser un hombre culto no es necesariamente garantía de ser buen gobernante, pero ser un hombre inculto si es garantía de un pésimo gobierno, y si alguien lo duda, ahí está Vicente Fox para probarlo.

Todavía podríamos agregar que si además de inculto e ignorante se es lo bastante cándido para creer en charlatanerías y se tiene por compañera a una mujer de nivel intelectual comparable «”Martita en el caso de Fox, La Gaviota en el de EPN»” la certidumbre de que será un mal gobernante es del 200%.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Jueves 26 de enero de 2012. Reproducción autorizada por Juan José Morales.