Los ovnis boludos (Primera parte)

EL ENIGMA DE LAS ESFERAS METALICAS

DEDICADO A MANUEL BORRAZ

Desde finales de la década de los cincuentas, hasta nuestros días, se ha reportado, en diversas partes del mundo, el hallazgo de curiosas esferas metálicas, que han caído a la Tierra y que algunas personas han tomado como fragmentos de platillos voladores o hasta como OVNIs mismos. Se trata de un curioso fenómeno que ha sido investigado por diversos ufólogos a nivel mundial, pero que yo sepa, hasta el momento nunca se le había dado una explicación racional. Existen, como decía, muchos reportes en la literatura ufológica a este respecto, pero los que siguen son los que se citan con más frecuencia. Veamos de forma cronológica una lista de estos hallazgos para luego dar una explicación de los mismos.

FRANK EDWARDS Y LOS OVNIS AUSTRALIANOS

Aún antes del lanzamiento del Sputnik se tienen datos de restos de objetos metálicos que han caído a la tierra. Tal es el caso de un disco de 1,2 metros de diámetro, que cayó a principios de abril de 1949 en Colorado, USA, en dos piezas fragmentadas. Tenía inyectores y otros adminículos como un anillo de aluminio. En ese entonces se iniciaban los primeros experimentos en la cohetería americana, por lo que no sería raro que el objeto perteneciera a estos proyectos. Sin embargo este caso no lo consideraremos porque tenemos puesta nuestra atención en los casos de esferas o, por lo menos, cilindros, y de restos asociados directamente a este tipo de avistamientos.

A principios de la primavera de 1953, un niño encontró, en unos tiraderos de basura de Connecticut, una esfera de 36 pulgadas de diámetro, con un interior hueco en el que se podía observar un disco. La esfera estaba fabricada de una aleación de Fe-Al-Co. Desconozco las proporciones de estos elementos en la aleación. (Caso 1)

Un granjero de Skene, condado de Västergötland encontró otra esfera el 28 de noviembre de 1957. A las 15:30 había viajado al pueblo sin encontrar nada anormal en su camino. A su regreso, una hora más tarde, vio sobre el camino la esfera. El reporte de la Agencia de Defensa Sueca (FAO) es simplemente la copia del documento de la policía local dirigido al personal de Defensa en Estocolmo. El reporte no indica las dimensiones ni el peso de la esfera, pero el artículo en el Borås Tidning, aparecido al día siguiente, menciona que tenía unos 40 centímetros de diámetro.

El policía Edvin Cederfeldt, dijo a los reporteros que la esfera no tenía nada que ver con globos meteorológicos ni radiosondas que eran lanzados ocasionalmente en el área.

Una nota manuscrita del capitán Lennart Bunke (quien investigó OVNIs para la FAO de 1957 a 1961), indica que el objeto fue identificado como un reflector de radar para pruebas de tiro de una base militar a 30 kilómetros a Noreste de Gothenburg.

El ufólogo sueco Svahn Clas trató de identificar el objeto de Skene como perteneciente a un Sputnik.

El Sputnik 1 reingresó el 4 de enero de 1958, pero el cohete que lo puso en órbito, el Alfa 1, lo hizo el 1 de diciembre. El Suptnik 2 reingresó el 14 de abril de 1958. Probablemente la identificación de Bunke sea la más correcta. (Caso 2)

El 1 de abril del 1958, en Neuquén, Argentina, cayeron algunos fragmentos de objetos construidos con un material negrusco, identificado como titanio, por el profesor Tomás Suárez Mignon. No se menciona la forma de dichos objetos. Probablemente eran restos del cohete que puso en órbita al Suptnik 2. (Caso 3)

En su libro Alien Liaison (1991), Tim Good relata este caso. Un hombre que trabajó durante 5 años (1956 a 1960) en el National Weapons Research Establishment (NWRE), Woomera Test Range, Salisbury, Australia, dijo que en una fecha no determinada (1958 o 1959) se recuperó una esfera de 2 pies 9 pulgadas de diámetro. La esfera parecía haber estado sometida a grandes temperaturas pues presentaba un color gris oscuro metálico.

Se intentó cortarla pero ninguna herramienta (martillos, seguetas, cinceles, desarmadores) le hizo mella.

Los americanos informaron que el objeto les pertenecía y fue enviado a la Base Aérea de Wright Patterson. (Caso 4)

En total once piezas de restos de metal, entre los que se incluía una bola de metal de 22 pulgadas de diámetro y 21.7 kilogramos de peso, fueron encontradas en Brasil, entre marzo y junio de 1962. En ese mismo período de tiempo se recuperó otra esfera en Sudáfrica (Casos 5 y 6).

En julio del mismo año se encontró otro recipiente esférico de 16 pulgadas de diámetro, cerca de Porto Allegre, Brasil. (Caso 7)

Un residente de Las Víboras, a 20 kilómetros de Gancedo, en la provincia de Chaco, encontró un tetraedro metálico y pulido, de aspecto macizo, de unos 90 kilogramos de peso y 16 pulgadas de lado. Fue en julio de 1962. (Caso 8)

Luego de conocerse la noticia del hallazgo, en agosto llega al sitio el profesor Cassidy, de la Universidad de Colorado. Desde General Pinedo, que fue tomado como base, partía todos los días, en un avión de la Marina Argentina para explorar los alrededores. Luego, en un Land Rover, dirigió un equipo de escavadores, reclutado entre la gente del pueblo y campesinos. La consigna era desenterrar varias piezas metálicas diseminadas en el campo, pero sin tocarlas.

En noviembre Cassidy regresa a los Estados Unidos, llevándose consigo el tetraedro y los demás restos encontrados. Luego volvería a Las Víboras el año siguiente.

Luego tenemos dos esferas halladas en septiembre de 1962, en Wisconsin y Carolina del Norte, la última de las cuales tenía antenas por doquier semejando un «erizo». Era muy parecida a la que caería en Irlanda, en 1968. La esfera de Wisconsin estaba fabricada con acero. Se le identificó con los restos del Sputnik 4. (Casos 9 y 10)

Pero, tal vez el primer reporte de objetos esféricos caídos a la Tierra, que fue relacionado con OVNIs, provenga de Australia. En 1963 se encontraron tres esferas huecas en el desierto australiano. Medían 6, 15 y 18 pulgadas de diámetro (aproximadamente 15, 38 y 46 centímetros) y eran de metal. (Casos 11 a 13)

La primera fue vista, el 24 de marzo de 1963, desde una avioneta que sobrevolaba el desierto de Broken Hill, en Nueva Gales del Sur. El piloto descubrió un pequeño objeto esférico que resplandecía bajo los rayos del Sol. Se trataba de una esfera del tamaño de una bola de boliche.

Veinticinco días después, el 30 de abril, el Ministro Australiano de Abastecimientos, Allen Fairhall, declaró ante la Cámara de Representantes, que las tres esferas serían entregadas a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos «sus legítimos dueños». Más adelante veremos el porqué de esta extraña declaración.

Frank Edwards escribió a la Embajada de Australia en Washington para solicitar información del caso. Se le informó que se trataba de simples unidades congeladoras de un viejo modelo descontinuado de refrigerador eléctrico.

De acuerdo con Peter Twist, de The Weapons Research Establishment, de Salisbury, South Australia, la esfera encontrada en Broken Hill, conocida como la Boulia Ball, fue enviada al National Weapons Research Establishment (NWRE) en Adelaida para su examen. Se trató de enviar la esfera por avión, pero el piloto se negó a partir pensando que la bola podría explotar. Finalmente se decidió enviarla por vía terrestre.

La esfera fue identificada por el capitán D. W. Boucher, de la USAF, como perteneciente a un satélite espacial, posiblemente el Cosmos 428.

Después de ser analizada se determinó que pesaba unos 7.5 kilogramos y medía 18 pulgadas de diámetro.

Luis Andrés Jaspersen relata estos casos en el número 58 de Reporte OVNI y pone como referencia el libro Flying Saucers Message, de Rex Dutta. En realidad su fuente fue un artículo de Edwin Möller aparecido en la revista Duda. Lo increíble es la verdad No. 586. En ese artículo se hace referencia al libro de Rex Dutta, pero no se da la editorial ni el año de publicación, por lo que Luis Andrés tampoco proporciona ese dato. No he leído este libro, pero el caso realmente apareció en el libro de John Michell y Robert J. M. Rickard, Phenomena: A book of wonders, publicado en Londres en 1977 por Thames & Hudson Ltd. En esta obra se dice, además, que las esferas tenían una serie de números que casi no se distinguían debido a la fusión del metal. Este detalle fue censurado por Möller y Jaspersen. Este libro es fuente de varios de los casos reportados en este artículo, por lo que el comentario un tanto vanidoso de que sólo él (Jaspersen) y Hynek se habían ocupado del asunto de las esferas metálicas que caen del cielo es una mentira (por lo menos podemos contar a Rex Dutta, John Michell, Robert J. M. Richard, Frank Edwards, Allen Hynek, Tomas Doreste, Edwin Möller y Antonio Las Heras).

Ya el doctor Edward U. Condon se había ocupado de este caso. En el informe Condon, sección III, capítulo 3 («Direct Physical Evidence»), apartado 3 («Parts of UFOs, or UFO Equipment»), podemos leer lo siguiente:

«Se ha encontrado en el campo y en los bosques, esferas de metal de uno o dos pies de diámetro, que se han reportado como OVNIs o evidencia de los mismos. Estas esferas huecas son realmente blancos de prueba para calibrar equipos de radar. Uno de estos objetos, que en este caso no fue considerado como un «OVNI» por el que lo encontró, es de sumo interés. Se trata de un objeto encontrado en una granja de Arkansas el 3 de noviembre de 1967. La esfera fue fabricada por la Universal Metal Spinning Company de Alburquerque, Nuevo Mexico, por el Physical Science Laboratory de la New Mexico State University en Las Cruces. Estas esferas, de acuerdo con el fabricante, están hechas de aluminio, tienen diámetros que van de 3 3/16 a 28 pulgadas y se lanzan desde aviones, globos y cohetes. Por lo regular, caen libremente, alcanzando una velocidad de 90 millas por hora. Por lo regular se les deja caer en lugares deshabitados. Unas de tales esferas, las encontradas en Australia, fueron mencionadas por Edwards en un contexto ufológico (1967)».

ALGUNOS CASOS DE LOS SESENTA

En marzo de 1964 cayó otra esfera de 11 kilogramos cerca de Belem, Brasil. (Caso 14)

El 8 de septiembre de 1964, un cazador sueco encontró una en un paraje desolado cerca de Vemdalen, en el condado de Härjedalen. Tenía unos 371 mm de diámetro y pesaba 5.28 kilogramos. Los análisis espectrales identificaron que estaba hecha de titanio.

Los investigadores de la FOA encontraron seis posibles fuentes para la esfera. En todos los casos se trataba de tanques presurizados pertenecientes a un cohete Agena D. La fuente más probable era la misión 1964-43A, lanzada el 5 de agosto de ese año. El cohete había reingresado a la Tierra el 31 de agosto y, seguramente, parte de él fue encontrado por el cazador una semana después.

Se calculó que la chatarra espacial había llegado a Vemdalen desde el Mar del Norte, con una inclinación de 80 grados, lo que explica que no hubiese reportes de su caída. (Caso 15)

En la Navidad de 1964 en Tío Pujío, Córdoba, República Argentina, cayó una esfera de más de 32 pulgadas de diámetro y 100 kilogramos de peso. El administrador de DINFIA, comodoro Sixto Fernández y el comodoro Jorge L. Ballesteros, comunican en junio de 1965, en el Casino de Aeronáutica, que la esfera estaba fabricada con Titanio y que en su interior se encontraron vestigios de hidrógeno o de helio (¿?). (Caso 16)

Poco tiempo después del caso anterior, en enero del año siguiente, una esfera gemela a aquella, es ubicada en Villa María, Córdoba, a escasos kilómetros de Tío Pujío. (Caso 17)

En Santa Fe, Argentina, también en enero de 1965, se encontró un tanque considerablemente más largo, de 40 pulgadas de diámetro por 200 de largo, que mostraba señales de haber sido impactado por micrometeoritos. (Caso 18)

En ese mismo mes y año, pero en Mendoza (¿San Luis?), se hallaron fragmentos metálicos sin forma definida, o de forma circular con «alerones». Hicieron unos cráteres de regular tamaño en el suelo[1]. (Caso 19)

En Lavalle, Mendoza, el 13 de enero de 1965, se encontró un tanque de 13 pies de largo por 4 de diámetro, y 99 kilos de peso. DINFIA realizó una investigación oficial. (Caso 20)

Según los ufólogos, las comunicaciones se interrumpieron por 4 días y se «observaron seres diminutos enfundados en traje de buzo, que despedían una fosforescencia verdosa».

También en Mendoza, en la localidad de Luján, el 30 de enero se encontró un cuerpo fusiforme de unas 16 pulgadas, provisto de 4 alerones. (Caso 21)

Luego, muy cerca de donde se había hallado la esfera de Tío Pujío, se encontró otra, el 21 de febrero de 1965. La esfera era muy parecida a la primera, pero con dos tuercas en sus extremos. (Caso 22)[2]

El 5 de abril de 1965 un objeto similar cayó en el pueblo de Borås, al sur de Suecia, en el condado de Västergötland. Medía 310 mm de diámetro y pesaba 4.16 kilogramos. Estaba casi intacta pues cayó en un área lodosa cercana a un lago. (Caso 23)

La FOA estudió las tablas de decaimiento de chatarra espacial de la NASA e identificó la bola como perteneciente a la misión 1965-26A, lanzada el 25 de marzo. Se trataba de restos del TAT-Agena-D que había reingresado a la Tierra el 4 de abril.

Anders Liljgren encontró en una librería de viejo, un ejemplar de un reporte sobre la literatura OVNI, de la Agencia de Investigación de Defensa Sueca (FOA). El reporte de unas 43 páginas no fue considerado «Hemlig» (secreto). Formaba parte de los archivos privados del doctor Tage O. Eriksson, el meteorólogo que dirigió las investigaciones OVNI oficiales para la Defensa Sueca, entre 1966 y 1976.

En el reporte aparecen este y otros casos de esferas metálicas recobradas en Suecia.

La gente de la localidad de Borås escuchó un fuerte ruido. En el reporte de la FAO se puede leer:

«»¦ existen numerosos avistamientos de la 1965-26A por toda Europa. La inclinación de 96.1 grados significa que su trayectoria pasó por diversas áreas densamente pobladas de Europa».

Se descubrió otro objeto «extraño» en Rolon, La Pampa, el 9 de julio de 1965[3]. (Caso 24)

En 1965 se encuentra un objeto «similar a un circuito electrónico de los utilizados en Aeronáutica», en San Luis, San Luis, Argentina. Las autoridades de DINFIA hicieron una investigación. (Caso 25)

También en 1965, en San Miguel Tucumán fue hallado un cilindro de titanio. (Caso 26)

El ufólogo brasileño, doctor Olavo T. Fontes aseguró que se trataba de objetos de origen extraterrestre.

La llamada Bola de Merkanooka, cayó en septiembre de 1965 cerca de ese pueblo de Australia. Era de titanio y medía 20 pulgadas. (Caso 27)

Tres meses después, el 6 de diciembre de 1965, caían tres esferas de metal en Lora del Río, cerca de Sevilla, España. Eran esferas de 15 pulgadas de diámetro que pesaban, 9.6, 14.6 y 14.7 kilos, respectivamente. Tenían una protuberancia en la parte superior y un cordón de soldadura que las circundaba por su ecuador. (Casos 28 a 30)

Cinco días después, el 11 de diciembre, se encontraron otros dos objetos en Montemolinos, Badajoz. Esta vez eran dos cuerpos cilíndricos de 15 pulgadas de longitud por 8 de diámetro y 6.4 kilos de peso. (Casos 31 y 32)

Otro objeto fue encontrado el 28 de ese mismo mes en Fuentes de Cantos, en la misma región de Badajoz. Era otra esfera de 15 pulgadas de diámetro y 4.7 kilos. (Caso 33)

El INTA encontró que estaban hechas de una aleación de titanio y que en su interior se podían leer algunas letras en alfabeto cirílico. Se estableció que eran restos de algún satélite soviético y se inició un rastreo de nuevos objetos. En total se recuperaron otros 9 pequeños cuerpos, algunos de ellos metálicos, otros estaban carbonizados.

El gobierno de los Estados Unidos pidió que los restos fueran enviados al Battelle Memorial Institute para su análisis. El BMI emitió un comunicado de 284 páginas, el 15 de junio de 1967 (Investigation of five metallic bodies recovered alter space flight(s), #T67 94769 «SECRET No foreign dissem except Spain«)

Se decía que eran recipientes para almacenar gas a presión.

Durante el proceso de desclasificación OVNI español, los militares encargados encontraron el informe y toda la documentación oficial generada en su día. Los documentos no se desclasificaron porque no estaban relacionados oficialmente con los OVNIs. Sin embargo Vicente Juan Ballester Olmos fue autorizado, por el jefe del estado Mayor del Aire, para consultar dichos documentos en la base de Torrejón. Obtuvo una copia de los mismos y luego investigó en la base de datos del NORAD, encontrando que el cohete SL-6, que había puesto en órbita el satélite Luna 8, había caído el 6 de diciembre de 1965. El 28 de diciembre cayó el cohete SL-3 (que había colocado en órbita el satélite Cosmos 99). Pero no encontró un dato que coincidiera con el suceso del 11 de diciembre.

El Lunik 8 (NSSDC ID: 1965-077A), fue lanzado el 3 de diciembre de 1965 a las 10:48:00 UTC, desde el cosmódromo de Baikonur. La sonda tenía un peso de 1,552 kilogramos. Todo el conjunto pesaba 40 toneladas. El cohete impulsor un SS-6 modificado (Sapwood), constaba de dos etapas. Parte de estos cohetes fue lo que cayó en España.

Su misión era aterrizar en la Luna, pero como los retrocohetes se tardaron en encender, el aparato se destrozó al caer en el Mar de las Tormentas (Oceanus Procellarum).

La señora Schirmer, de Florence, Oregon, encontró una esfera el 2 de enero de 1966. Estaba incrustada de barnaclas y medía 2 pies de diámetro. Tenía dos tubos que sobresalían a lados opuestos. Apareció sobre la playa después de una tormenta. La señora Schirmer la ocultó con ramas y llamó a la Guardia Costera de Siuslaw.

Las autoridades pensaron que podría tratarse de una mina, por lo que llamaron al equipo especializado de la Marina, en Bremerton. Los militares hicieron un hoyo de 4 pulgadas y encontraron que la esfera estaba vacía.

El objeto estaba hecho con placa de titanio de 1/4 de pulgada de grosor. En su superficie había grabados varios números, lo mismo que en las placas que sostenían las válvulas.

La señora se quedó con la esfera y la mantuvo en su casa por casi treinta años. En noviembre de 1996 la señora Schirmer la donó al Oregon Air & Space Museum de Eugene. Los curadores del museo creen que se trata de parte del equipo modular de una nave Géminis.

Este objeto debió estar en la parte trasera de la cabina del Géminis. La esfera se separó poco antes que la cabina, que transportaba a los dos astronautas, reentrara a la atmósfera. Estas esferas contienen oxígeno y helio. Probablemente, por la fecha, haya pertenecido a las Géminis 3, 4 o 5, que fueron lanzadas en marzo, junio y agosto de 1965. (Caso 34)

Pescadores brasileños encontraron frente a las costas brasileñas, en abril de 1966, una esfera metálica, conteniendo trazas de helio, de 1 metro de diámetro y unos 113.3 kilogramos de peso. (Caso 35)

Un mes después, en mayo de 1966, una pieza ligera de metal de unas 20 por 12 pulgadas; otra de forma oval, de 16 por 8 pulgadas; una tercera en forma de colmena negra, de 4 por 5 pulgadas; y cuatro piezas de alambre fueron encontradas en el distrito de Río Negro, Brasil. (Casos 36 a 39)

En octubre de 1966 se encontró un recipiente esférico de titanio en Tomahawk, Wisconsin. Era de 37 centímetros de diámetro y pesaba 13.6 kilogramos. (Caso 40)

El 27 de octubre de 1966 se encontraron tres objetos cilíndricos en Punta Arenas, Chile. Cada uno pesaba unos 120 kilogramos. (Casos 41 a 43)

En enero de 1967 otra esfera cayó en Perú. Era de 23 pulgadas de diámetro y pesaba 15.8 kilogramos. (Caso 44)

«Bolitas y clavos de titanio y platino» (respectivamente), fue lo que se encontró en algún lugar no determinado de los Estados Unidos en 1967. (Casos 45 y 46)

1967 EN MÉXICO

Un objeto ovalado y con hendiduras cayó en Escobar, Buenos Aires, el 7 de febrero de 1967[4]. (Caso 47)

No solo en la parte austral del planeta ocurrían estos hallazgos. En nuestro propio país, ese mismo 7 de febrero de 1967 cayeron dos esferas metálicas, al parecer de titanio, en Monterrey. En 1996 no sabía más de este caso, ni el destino de estas esferas, pero años después supe que tenían 15 y 24 pulgadas de diámetro y pesaban 17 y 30 kilogramos, respectivamente. (Casos 48 y 49)

El suceso ocurrió en el pueblo de General Terán, Estado de Nuevo León. Los testigos enviaron una carta al secretario privado del Gobernador de Nuevo león, y anexaron un memorando en el que firmaban su declaración. A finales del siglo XX, gracias al Acta de Libertad de Información, se liberó una serie de documentos que relacionaban este caso. En dichos documentos se puede leer lo siguiente (memorando):

«En la villa de General Terán, Estado de Nuevo León, a los 15 días de febrero de 1967, a las once en punto, el profesor Ernesto Torres Malagón se presentó ante el Presidente Municipal, Ingeniero Plutarco Elías Calles Sáenz. El profesor Torres es un maestro de la Escuela Rural Federal del Ejido «Las Anacuitas» Sección Victoria del Municipio de General Terán, informando que llegó a trabajar el día martes 7 de febrero cuando los vecinos alarmados le informaron que cerca de las 10:30 horas de ese día, escucharon 2 ó 3 explosiones y súbitamente vieron descender una esfera de tamaño indefinido, dirigiéndose al Oeste, cubierta por humo y algo de fuego, cayendo en el ejido, cerca de 1,500 metros de la cantera del pueblo, considerando la posibilidad de desplazarse hacia el lugar en donde el objeto cayó, sin embargo desistieron de acercarse debido al olor tan fuerte que despedía el objeto, como de pólvora, por lo que decidieron regresar a sus casas.

«Posteriormente, el señor Reyes Perales Pérez, el domingo 12 encontró accidentalmente el objeto visto, consistente en una esfera de metal, de un material desconocido, de color indefinido, de 30 kilogramos de peso aproximadamente y cerca de 60 centímetros de diámetro. Por aviso del profesor acudieron las siguientes personas a observar el objeto: cc. Profesor Rubén Garza Rodríguez, Secretario del Ayuntamiento; señor Genaro Rodríguez Ramírez, segundo Comandante Municipal y el Profesor Leopoldo Díaz Alejandro, jefe del Departamento de Tránsito del pueblo, los cuales estuvieron de acuerdo con los testimonios de los vecinos del maestro, además pudieron investigar que el objeto, quebró ramas de un árbol, así como también se impactó en una colmena. Para transportarlo al pueblo, fue desplazado cerca de 40 metros sobre un camino para posteriormente subirlo a una camioneta y llevarlo a la población en donde tres pequeños tornillos le fueron removidos. Vecinos de la comunidad también informaron que otras partículas del objeto continuaron cayendo y una de ellas lo hizo en una propiedad privada, siendo incapaces de poder localizarla. Se debe decir que el individuo de encontró la esfera, dio muy poca información y parecía estar muy engreído por la información que poseía. La esfera, al caer, hizo un gran ruido, una especie de zumbido.

«Este memorando fue escrito como una prueba y es firmado por los que intervinieron y así lo desearon. Estamos de acuerdo.

Torres Malagón (firma) Garza R (firma) Leopoldo Díaz (firma)»

En los documentos liberados se menciona que la esfera fue enviada a la ciudad de México. Ahí, en la oficina del Director Nacional del Arsenal de Artillería, el Jefe Científico del Departamento de Seguridad Nacional, un tal De la Rosa, por parte de las autoridades mexicanas, y Abernethy Mackay, por las americanas, hicieron un cuidadoso análisis llegando a determinar que se trataba de parte o restos de un cohete fabricado con titanio. Abernethy dijo que se trataba de una esfera de titanio usada para almacenar combustible. Pertenecía a la última etapa del Titan III-C, del DoD, que cayó el 7 de febrero de 1967, después de poner en órbita 7 satélites de comunicaciones.

La esfera había caído sobre un árbol de mezquite, quebrándole las ramas, para luego caer sobre el panal. La esfera fue trasladada, el 17 de febrero, a la oficina del Gobierno del Estado, en la Ciudad de Monterrey.

En toda esa investigación no se menciona nada de la esfera de 14 pulgadas. ¿Serían los restos reportados como caídos en una propiedad privada y que, al momento de redactar el memorando, no se habían encontrado?

A finales de marzo de 1967, un objeto en forma de cilindro luminoso y del tamaño de un autobús, se precipitó contra la ladera de un cerro ubicado entre Mezcala y Xochilapa[5] en medio de una explosión. El misterioso objeto volante fusiforme cayó a tan sólo 30 kilómetros de la ciudad de Chilpancingo, capital del Estado de Guerrero, a 400 kilómetros al Sudoeste del Distrito Federal y muy cerca del lugar de operaciones de la Brigada Campesina de Ajusticiamiento del Partido de los Pobres, comandada por el líder guerrillero Lucio Cabañas.

Fue un diario de la capital de la República, Últimas Noticias, del 28 de marzo, el que informó de la caída y explosión. El corresponsal de dicho periódico informaba que al menos un millar de habitantes de la vecina población de Xochilapa, vieron caer el objeto del cielo y escucharon una atronadora explosión cuando chocó contra el suelo. El impacto hizo retumbar muchas casas. Varios testigos dijeron al corresponsal que el objeto tenía forma de cigarro, despedía una luz cegadora y era imposible de confundir con un meteorito. Al parecer, una unidad de infantería recibió la misión de buscar los restos del aparato.

La noticia sería reproducida en diversos periódicos del mundo, como el Evening News of India, del 30 de marzo; Le Maine Libre, del 30; y Ouest-France de Caen, del 31; La Tribune de Sherbrooke, del 12 de julio. También apareció en la Flying Saucer Review, de mayo-junio de 1967 (págs. 32), citando el nombre del pueblo como Ochilava.

La noticia en el Últimas Noticias añadía además que el objeto había sido visto desde la ciudad de México (?) por la señora Amy Sziper. Este último avistamiento fue sometido a reencuesta por Héctor Escobar Sotomayor en 1985, variando ampliamente la versión de la señora Sziper, con la versión de la prensa. Según los periodistas la señora Sziper vio un objeto luminoso en forma de puro, pero ella declaró que no fue así, sino que únicamente vio un destello similar al de un rayo, cerca de la medianoche. Escobar afirma que, «probablemente no hay ninguna relación con lo visto en Guerrero». (Caso 50)

Otras dos esferas cayeron en México en Julio de aquel año. También tenían 24 pulgadas de diámetro, con una circunferencia de 38.5 pulgadas. Se sabe que una de ellas era de titanio. Desconozco el material con el que estaba fabricada la otra. También se halló una placa de metal con tornillos. (Casos 51 a 53)

El guardia rural Jack McClure nos muestra cómo domina los mini OVNIs esféricos.

La famosa fotografía del OVNI de Mendoza, que incluso llegó a aparecer en la Flying Saucer Review. Chatarra espacial.

La esfera de Borås.

Las esferas españolas son de las pocas que han caído casi intactas a la tierra. Aquí una rara foto de las mismas.

Actualmente la esfera se encuentra en exhibición en el Oregon Air & Space Museum de Eugene.

Perforación que hicieron los miembros de la Marina.

Probablemente esta foto pertenezca al caso peruano, pero no tengo la confirmación.

Traducción del memorando de Torres, Garza y Díaz, en donde mencionan del hallazgo de una esfera en el General Terán, Nuevo León.

Aerograma del 17 de febrero de 1967, dirigido al departamento de Estado de los Estados Unidos, con copias para la NSF, NASA y OST. Informa de la caída de la esfera sobre territorio mexicano.

Telegrama del 17 de febrero en donde se informaba de un futuro análisis de la esfera. Se veía la posibilidad de que vinieran técnicos de la NASA.

Telegrama del 6 de marzo en donde se indica que el objeto es un tanque de combustible de los utilizados en las sondas espaciales.

Rubén Garza Rodríguez, Secretario del Ayuntamiento del pueblo de General Terán, posa con la esfera en su oficina, poco antes de enviarla para su análisis.

[1] Según el Clarín, del 31 de enero de 1965; y Los Andes, de Mendoza, del 13 de enero de 1965, Pág.. 5; 14 de enero de 1965, Pág.. 6; 15 de enero de 1965, Pág.. 5; y 16 de enero de 1965, Pág.. 5.

[2] Estos casos argentinos fueron relatados en los diarios Clarín, en sus ediciones del 27 y 28 de diciembre de 1964, 13, 14 y 15 de enero de 1965; Crónica, del 27 de diciembre de 1964; y La Razón, del 13 de enero y 24 de febrero de 1965.

[3] El diario Crónica, del 10 de julio de 1965, menciona esta noticia originada en Rolón, La Pampa.

[4] Según el diario Crónica, del 8 de febrero de 1967.

[5] El nombre del poblado fue escrito, indistintamente, como Xochilapa y Ochávala.

5 pensamientos en “Los ovnis boludos (Primera parte)”

  1. Hace algún tiempo empecé una investigación sobre el objeto caído en General Terán el 2 de Febrero de 1967. En esa investigación di con el documento Nº 29 de los liberados por la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (NSA), en ese documento se hace referencia a la carte/memo que mencionan en este documento. He solicitado a través del IFAI una copia de dicha carta, pero no le dieron validez al documento de la NSA, y lo rechazaron con recurso de revisión. El motivo de escribirles es para solicitarles una copia de esa documentación para complementar mi investigación. A cambio les paso el link
    donde localicé el documento donde mencionan el memo de su
    artículo:
    http://www.nsa.gov/ufo/

    Espero les sirva para complementar su archivo.

    Sin más por el momento, quedo a sus órdenes.

    Leopoldo Zambrano Enríquez
    Fundación Cosmos, A. C.
    Monterrey, N. L.

  2. hola,aqui en uruguay hoy 26/4/2011 cayo una de estas esferas en una cantera en el interior del pais tiene algo asi como dos metros de diametro,dicen que se la van a devolver a la nasa

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