¿Un fenómeno atmosférico en el origen del cristianismo?

FENÓMENOS DE REFLEXIÓN

Luis Ruiz Noguez

«In Hoc Signo Vinces»

Constantino (312)

Después de la visión de lo que se supone era el crismón X (monograma de Cristo), Constantino I (Cayo Flavio Valerio Aurelio Claudio o Constantino el Grande del 274 al 337) recibió en sueños, pocos días después, la noticia de su próxima victoria. Se dice que vio la leyenda en griego «En Touto Nika» («In Hoc Signo Vinces». IHSV. En este signo vencerás) y luego de colocar el crismón en los escudos y estandartes de sus soldados, ganó la batalla de Saxa Rubro, cerca del Puente Silvio que cruza las aguas del Tiber, en el 312. Luego de derrotar a Majencio, su cuñado, atribuyó su éxito a una intervención del dios cristiano.

Cayo Flavio Valerio Aurelio Claudio, Constantino el Grande o Constantino I.

El crismón o la cruz que vio Constantino era muy probablemente un efecto de reflexión de la luz sobre cristales de hielo.

Estos fenómenos luminosos debidos a la reflexión de la luz abarcan un amplio espectro de formas y tamaños.

Pilares de Sol, pilares de Luna y pilares artificiales.

Los pilares son columnas verticales de luz que se extienden por encima y debajo del Sol, la Luna o cualquier otro objeto luminoso cuando estas fuentes de luz se encuentran a baja altura.

Pilar de Sol.

En climas fríos, cuando la atmósfera está en calma los cristales de hielo que se encuentran flotando en el aire tienden a adoptar una posición paralela a la superficie de la Tierra, reflejando hacia el suelo la luz que les llega de los cuerpos luminosos localizados a baja altura. Esto produce haces o pilares verticales de luz blanca que se extienden por encima y por debajo de la fuente de luz. Los movimientos o fluctuaciones debidas a la ligera brisa y que dispersan la luz lateralmente no llegan a tener un efecto importante si la fuente de luz y los cristales se encuentran en la misma dirección. Si el Sol se encuentra lo suficientemente bajo, la columna adoptará una intensa coloración roja.

Pilar de Sol.

Durante la noche aparecen con frecuencia sobre el horizonte unos extraños haces de luz verticales. No los causa ni el Sol ni la Luna sino las luces artificiales de nuestra civilización.

Pilares artificiales.

En ocasiones, cuando el Sol está sobre el horizonte, aparece encima de él un falso Sol, desde el que a veces se eleva al cielo una columna solar.

En las nubes Cirrus se encuentran los cristales menos densamente empaquetados, por lo que éstas producen más fácilmente los Pilares de «Fuego».

Pilar de Fuego.

Las observaciones en países fríos y las ascensiones en globos meteorológicos han confirmado la estructura laminar de los cristales que producen las columnas, y la naturaleza prismática de los cristales que forman al halo de 22°.

Subsol.

Si el Sol se encuentra lo suficientemente alto y los cristales planos están debidamente orientados, el pilar toma la forma de una mancha alongada totalmente bajo el horizonte. Para ciertas elevaciones, estas manchas dejan de parecerse a los pilares y toman la apariencia de discos luminosos.

El Subsol sólo es visible desde las alturas y se debe al reflejo del Sol en la cara superior de un banco de nubes de cristales y es tan brillante como el Sol mismo. Este fenómeno puede desarrollar sus propios parhelios produciendo formaciones complicadas.

Subsol y Parhelio.

Cuando las caras de los cristales se encuentran totalmente horizontales, las manchas se acortan en su dimensión vertical. Los cristales reflejan el Sol como si se tratara de un espejo plano y sin inclinación. Esto ocurre cuando el Sol está sobre el horizonte y los cristales se encuentran debajo de él. El fenómeno se observa perfectamente desde los aviones o las montañas. Por lo regular su forma es imperfecta ya que la reflexión tiende a formar una elipse vertical. El Subsol se mueve a la par con el avión, girando, acelerando o frenando cuando éste lo hace, de la misma manera en que lo haría un arco iris. Desaparece repentinamente cuando la nube de cristales lo hace. Robert Greenler sospecha que este fenómeno puede explicar algunos reportes de OVNIs.

Subsol.

Círculo Parhélico

Ocasionalmente pasa por el centro del Sol un círculo blanco débil y difuso, paralelo al horizonte y cruzando las posiciones del Parhelia, Antihelio, Parantihelia, etc. Es el Círculo Parhélico, en el que se forman los falsos soles.

Círculo Parhélico con un Falso Sol.

Cuando los cristales planos y los prismas hexagonales se encuentran distribuidos horizontalmente, las caras laterales de los primeros y los extremos de los segundos se encuentran orientados verticalmente formando un espejo vertical. La luz del Sol «“colocado a 30° sobre el horizonte- se reflejará en esta capa produciendo un círculo de luz blanca a una elevación constante bajo el horizonte y que pasa a través del Sol.

Subsol.

El Círculo Parhélico podría también corresponder a reflexiones en las bases de los prismas horizontales o mejor aún, de las laminillas adheridas a ellos.

Esta sugerencia de Dobrowolki no parece haber sido considerada con toda la importancia que tiene, porque es la única capaz de explicar la frecuencia de los parhelios (Según Louis Besson se veían en París un día de cada trece, siendo el halo ordinario visible un día de cada tres).

Subsol.

Subparhélia de 22°. Falsos Subsoles.

A veces se puede ver a los lados del Subsol dos objetos luminosos. Son los Subparhélia de 22°. Como hemos dicho, un Subsol lo suficientemente brillante puede crear sus propios falsos Subsoles.

Círculo Subparhélico.

Cuando el Sol se encuentra a altitudes mayores a los 32° puede ocurrir una doble reflexión en las caras de los cristales.

Subsol.

Cuando ocurre esta reflexión el rayo emergente saldrá por la parte superior del cristal con el mismo ángulo que el rayo incidente. Esto produce un Círculo Parhélico reflejado de tal manera que aparecerá por debajo del horizonte. Este es el círculo Subparhélico, visible desde los aviones.

Parhelia de 120°.

Es un efecto relativamente raro. Aparece como una mancha brillante sobre el Círculo Parhélico de 120°. Se debe principalmente a la reflexión total interna de una, o a veces dos, caras adyacentes que forman 120° entre si, y en segundo lugar a la reflexión externa a través de ángulos de 50° o 120°.

En el Punto Antihélico se producen varios efectos lumínicos. El primero de ellos es la formación de una especie de X o cruz en dicho punto. Otro efecto es la concentración de luz (antihelion) y una columna vertical de luz llamada Pilar Antihélico.

Subsol.

El Punto Antihélico es aquel que se encuentra en la posición contraria al Sol en el Círculo Parhélico, es decir, a 180° en el azimut del Sol (180° medidos en un plano horizontal).

El Parhelia de 120° se encuentra a 60° en azimut con el Punto Antihélico. Debido a esta proximidad a veces se le llama Paranthelia.

Arcos Antihélicos.

C. S. Hastings en 1920 y Alfred Wegener (1880 «“ 1930) en 1926, sugirieron mecanismos similares para explicar el Arco Antihélico. Se debe a la reflexión de los rayos del Sol en los prismas hexagonales. La luz entra por una de las caras laterales del cristal, se refleja en uno de los extremos del mismo y sale por otra cara.

Alfred Wegener.

R. A. R. Tricker ha dado una explicación diferente y C.S. Hastings proporciona otros dos mecanismos.

Subsol.

Antihelio.

En raras ocasiones se ve una mancha brillante y blanca dentro del Círculo Parhélico y opuesta al Sol. Esto es producto de la combinación del Círculo Parhélico y del Arco Antihélico en un punto común.

Franjas Antihélicas.

Los prismas hexagonales contribuyen a la formación del Antihelio cuando dos de sus lados se encuentran orientados verticalmente. Sin embargo, si estos lados están más o menos inclinados la luz se reflejará arriba y abajo, y a izquierda y derecha del Antihelio, apareciendo como arcos cortos que cruzan el Antihelio.

Subsol.

Arcos Antihélicos Oblicuos.

Subsol.

Los arcos oblicuos blancos se ven emerger del Sol (sin cruzarlo), simétricamente sobre la vertical solar y están inclinados cerca de 60°. Estos arcos se unen en una curva continua sobre el Sol y producen Parhelios en su intersección con otros halos, especialmente con el de 22°. Se deben a la reflexión de la luz en agujas de hielo en posiciones particularmente estables «“el eje mayor y dos caras completamente horizontales.

Parhelia de 90°.

Se ven entre el Sol y el Antihelio. Se deben a la intersección de este círculo con el halo de 90°.

Haz de luz.

Parhelia de posiciones variables.

Obviamente la intersección del Círculo Parhélico con los halos antisolares de 38° y 44° produce parhelios cuyas distancias al Antihelio son de 38° y 44° respectivamente. Esto, cuando el Sol está sobre el horizonte. La distancia decrece progresivamente con el incremento de la elevación solar.

Haz de luz.

Arcos Parhélicos de 120°.

Haz de luz.

Un arco pequeño y sin color cruza a veces el Círculo Antihélico oblicuamente a cada antihelio de 120°. Estos arcos se deben al extremo horizontal de los cristales que producen el Parhelio de 120°, es decir, los que además de ser horizontales tienen un eje menor paralelo al plano de la vertical solar.

La visión de Constantino.

Halo de Bouger.

Es un ancho anillo suspendido en el cielo, frente al Sol. Es incoloro y se le conoce también como Arco Iris Blanco porque, al igual que el común, surge en la parte del cielo opuesta al Sol.

Mosaico del Crismón.

Cruces.

Citemos, para terminar, las raras apariciones de cruces solares o lunares, consistentes en dos trazos luminosos que se cruzan sobre el Sol o sobre la Luna. Se deben, presumiblemente, a la ocurrencia de un Círculo Parhélico o segmento de él (trazo horizontal) y a un pilar o columna luminosa (trazo vertical). También pueden ser producidos por la intersección de halos de 22° secundarios o a alguna combinación de pilares, círculos parhélicos y halos secundarios.

Cruz formada por un halo de 22°, dos Parhelios y un Arco de Parry.

Existen también los Arcos Subhélicos, los Arcos Subantihélicos o Arcos Antisolares, los Arcos de Kern»¦

Cruz de un halo de 22° y Falsos soles.

La presencia de estos complicados meteoros luminosos provoca siempre interés y emoción y ha tenido a veces consecuencias históricas como en el caso de Constantino. La cruz que según los relatos vio en el cielo hacia el año 312 de nuestra era, y que motivara su conversión al cristianismo, pudo ser uno de esos fenómenos. Pudo haber sido la cruz que se forma en el punto antihélico o también las cruces que se forman frente del Sol o de la Luna. Cuando los cristales están distantes, la cruz aparece en el cielo lejano, pero cuando los cristales se encuentran cerca, la cruz también lo está, al parecer a pocos metros.

Cruz parhélica con Subsol y Falsos Subsoles.

Otro tanto pudo haber ocurrido con la visión de Ezequiel. Dos halos concéntricos con un arco invertido sobre ellos y atravesados por una cruz con el centro en el Sol, daría la impresión de una rueda.

¿Ocurre lo mismo con algunas de las modernas observaciones de OVNIs?

Cruz parhélica con Subsol y Falsos Subsoles.

REFERENCIAS

Besson Louis, Concerning Haloes of Abnormal Radii, Journal of the Optical Society of America, Vol. 51, 1923, pág. 254.

Dietze Gerhard, Einführung in die Optik der Atmosphaere, Akademische Verlagsgesellschaft, Leipzig, 1957.

Greenler G. Robert, Monte Drinkwine, Mallmann A. James & Blumenthal George, The Origin of Sun Pillars, American Scientist, Vol. 60, 1972, pág. 292.

Greenler G. Robert, Rainbows, Halos, and Glories, Cambridge University Press, Cambridge, 1980.

Hastings C. S., A General Theory of Halos, Monthly Weather Review, Vol. 48, 1920, pág. 322.

Humphreys William Jackson, Physics of the Air, Dover, New York, 1964.

Knight C, & Knight N., Snow Crystals, Scientific American, Vol. 228, 1973, pág. 100.

LaChapelle R. Edward, Field Guide to Snow Crystal, University of Washington Press, Seattle, 1969.

Lynch David & Schwartz Peter, Origin of the Anthelion, Journal of the Optical Society of America, Vol. 69, 1979, pág. 383.

Mallmann A. James & Greenler G. Robert, Origins of Anthelic Arcs, the Anthelic Pillar, and the Anthelion, Journal of the Optical Society of America, Vol. 69, 1979, pág. 1103.

Minnaert Marcel, The Nature of Light and Colour in the Open Air, Dover, New York, 1954.

Tricker R. A. R., A Simple Theory of Certain Helical and Anthelic Halo Arcs: The Long Hexagonal Ice Prism as a Kaleidoscope, Quaterly Journal of the Royal Meteorological Society, Vol. 99, 1973, pág. 649.

Tricker R. A. R., Introduction to Meteorological Optics, American Elsevier, New York, 1970.

Tricker R. A. R., The Kern Arc, Weather, Vol. 26, 1971, pág. 315.

Wegener Alfred, Theorie der Haupthalos, Archiv der Deutschen Seewarte, Vol. 43, No. 2, 1926.

13 pensamientos en “¿Un fenómeno atmosférico en el origen del cristianismo?”

  1. Me parecen maravillosas ésas fotos de éstos fenómenos ópticos, y me parece que refuerzan el Significado teológico del Crismón, pues Según el texto sagrado, Cristo es «el sol que nace de lo alto» y «el sol de Justicia». Es maravilloso que Dios halla pintado en el sol (creatura que lo representa), la imagen del Crismón signo que lo identifica y que nos da una gran enseñanza de su amor Redentor, y de la fuerza que acompaña al cristiano en el combate espiritual. Dios los Bendiga.

  2. Además, hay un detalle histórico que invalida vuestras hipótesis, es que cuenta que la experiencia mística que él tuvo fue un sueño, luego él en el sueño vio la cruz, lo cual difiere de lo que queréis hacer ver, pues ustedes atribuyen la figura a un fenómeno óptico, cosa imposible que sucede en el sueño. Además lo que permite ver la cruz en el sol y el círculo, es la distorsión de la lente de una cámara, y es preciso considerar que la óptica ocular, es muy superior y proporciona una distorsión menor, puesto que cada una de las células de la retina tienen la propiedad de «comprimir» la potencia de la señal lumínica que envía al cerebro; es decir, a diferencia de una cámara fotográfica, a pesar de exponer el ojo a contraluz, éste puede observar claramente los objetos más oscuros en su intensidad lumínica aproximada. (el efecto de encandilar el ojo es mucho más tenue que en el de una lente artificial).

    Por tanto lo que debéis hacer es graduar mejor vuestro lente Intelectual, por que este distorsiona la realidad, enfocadlo mejor, para que veáis el esplendor perfecto, y la majestuosidad de la obras de Dios.

    Vosotros no podéis hablar de una realidad que no vivís, y es la vida interior, la vida contemplativa, abrid vuestros corazones a ésta, pues no es un argumento lógico echar por tierra algo a lo que no me he abierto a experimentar.

  3. David:

    Tienes razón en cuanto a que Constantino tuvo su visión en un sueño. De hecho así lo establecemos en el primer párrafo. Pero te equivocas en cuanto a que las fotos muestran una distorsión de la cámara. Una cruz parhélica con falsos subsoles se ve tal cual a simple vista, sin cámaras fotográficas. Lo que vez es un reflejo en la capa de cristales de agua.
    El asunto de la «visión» antes de la batalla de Saxa Rubro no es un hecho histórico.
    De tal forma que si lo cristianos quieren creer que esa «visión» fue una señal de los cielos para Constantino (aun cuando no haya ocurrido o no existan evidencias históricas), me parece que es válido que yo piense que (de haberse dado el fenómeno) fácilmente se puede atribuir a un meteoro atmosférico.
    Aún más. Pensemos que algo así realmente ocurrió. Que las legiones de Constantino vieron algo en el cielo. Eso explicaría, también, que Constantino la haya «visto» en sueños (uno sueña lo que conoce, no lo que desconoce, o ¿has soñado con un gamborimbo?)
    Agradezco tus comentarios y los hago extensivos para ti: «gradua tu lente intelectual».
    Yo ya viví esa «realidad», esa «vida interior contemplativa». Vamos, ya lo «experimenté». Pero te aseguro que tú no has experimentado una vida sin religiones. Eso es lo que distorsiona tu realidad, porque sólo conoces un lado del espejo. Atrévete a ver la «majestuosidad de las obras» de la Naturaleza.

  4. pueden poner la bibliografia de donde sacan el primer parrafo, el que cuenta la historia de Constantino, gracias, me es muy util

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