Los plastiglomerados, un nuevo tipo de rocas

IMPACTO AMBIENTAL

Los plastiglomerados, un nuevo tipo de rocas[1]

Juan José Morales

Todo aquel que haya pasado por la secundaria sabe que hay tres tipos básicos de rocas: ígneas, que se forman por la fusión de minerales en condiciones de intenso calor, como en las erupciones volcánicas, sedimentarias, que son resultado de la acumulación y compactación de arenas y otros sedimentos, y metamórficas, que originalmente fueron de uno u otro tipo y se transformaron bajo fuertes presiones y altas temperaturas.

clip_image002Un plastiglomerado. Pueden observarse los restos de objetos de plástico que, al fundirse y combinarse con arena, conchas y otros materiales, forman este nuevo tipo de rocas, que sin duda serán cada vez más abundantes dada la enorme cantidad de desperdicios que hay por todas partes no sólo en los basureros, sino también en mares y lagos, de donde el oleaje y las corrientes los llevan a las costas.

Esas rocas son las únicas que por miles de millones de años hubo en la Tierra. Pero en nuestros tiempos, y como resultado de la acción del hombre, está apareciendo un nuevo tipo: los plastiglomerados.

Como su nombre indica, son aglomerados de plástico. Se forman con restos de hilos, cuerdas, popotes, vasos, llaveros, botellas y un sinfín de otros objetos de plástico, cuando por alguna razón «”el fuego de una fogata, por ejemplo»” el plástico se funde y se combina con arena, conchas, piedras otros materiales naturales.

Otros procesos mediante los cuales se forman plastiglomerados son más lentos pero a la vez más generalizados: ocurren a través de reacciones químicas o bajo la acción de la luz solar. En todos los casos, empero, el resultado final es el mismo: la combinación del plástico con materiales naturales.

La aparición sobre la faz de la Tierra de estas nuevas rocas que bien pueden denominarse antropogénicas dado que han sido generadas por el hombre, fue anunciada en la reciente reunión anual de la Sociedad Geológica de Estados Unidos por investigadores norteamericanos y canadienses.

Aunque inicialmente fueron observadas en playas de Hawai, después se les encontró en otros lugares del mundo; en la gran mayoría de los casos como producto del fuego. En ellas «”dicen los geólogos»” pueden reconocerse todavía pedazos de cepillos dentales, vasos y cubiertos desechables, cuerdas y otros muchos productos, semifundidos y firmemente adheridos a conchas, fragmentos de coral y otros materiales.

Y, ciertamente, hay abundante material para que sigan formándose rocas plastiglomeradas. Se estima que desde 1950, cuando se generalizó la producción en gran escala de objetos de plástico, se han producido unos seis mil millones de toneladas de ellos. Esto es, prácticamente una tonelada por cada ser humano. Y como se trata de sustancias no degradables, que permanecen en el ambiente durante siglos o milenios, y como además gran parte de la basura de plástico termina tirada por aquí y por allá sin que se disponga adecuadamente de ella en los basureros, sin duda seguirán formándose las nuevas rocas en todo aquel sitio donde la radiación solar, los cambios químicos, una fogata, la quema de desperdicios, los incendios forestales, y hasta los propios incendios en los basureros urbanos, fundan el material y lo hagan combinarse con elementos naturales.

Y dentro de algunos siglos o al cabo de algunos miles de años, quizá los arqueólogos de ese entonces estarán examinando los plastiglomerados para tratar de obtener pistas acerca de cómo vivían y qué materiales y objetos utilizábamos los seres humanos del siglo XXI, de igual manera que los arqueólogos del presente hurgan en los basureros de los antiguos mayas, egipcios, caldeos o neandertales en busca de información.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Lunes 30 de junio de 2014

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