¿Una experiencia extracorpórea? Culpa a esta parte de tu cerebro con forma de salchicha

¿Una experiencia extracorpórea? Culpa a esta parte de tu cerebro con forma de salchicha

5 de julio de 2023

Jon Hamilton

El Dr. Josef Parvizi recuerda que conoció a un hombre epiléptico cuyos ataques le provocaban unos síntomas muy inusuales.

“Vino a mi clínica y me dijo: ‘Mi sentido del yo está cambiando’”, cuenta Parvizi, profesor de neurología de la Universidad de Stanford.

El hombre le dijo a Parvizi que se sentía “como un observador de conversaciones que están ocurriendo en mi mente” y que “simplemente siento que estoy flotando en el espacio”.

Parvizi y un equipo de investigadores acabaron por localizar los síntomas del hombre en un “trozo de cerebro con aspecto de salchicha” llamado precuneus anterior.

Esta zona, situada entre los dos hemisferios cerebrales, parece fundamental para que una persona sienta que habita su propio cuerpo, según ha informado recientemente el equipo en la revista Neuron.

El hallazgo podría ayudar a los investigadores a desarrollar formas de anestesia que utilicen la estimulación eléctrica en lugar de fármacos. También podría ayudar a explicar los efectos antidepresivos de drogas que alteran la mente, como la ketamina.

Encontrar la sede del yo físico

Al equipo de Parvizi le llevó años de investigación descubrir la importancia de este oscuro trozo de tejido cerebral.

En 2019, cuando el hombre llegó por primera vez al Programa Integral de Epilepsia de Stanford, Parvizi pensó que sus síntomas eran causados por convulsiones en la corteza posteromedial, un área hacia la parte posterior del cerebro.

Esta área incluye una red cerebral implicada en el yo narrativo, una especie de autobiografía interna que nos ayuda a definir quiénes somos. El equipo de Parvizi pensó que la misma red debía ser responsable también del yo corporal.

“Todo el mundo pensó: ‘Quizá el mismo sistema descodifique todos los tipos de yo’”, explica.

Una serie de experimentos con el paciente inicial y otros ocho voluntarios apuntaban hacia una explicación diferente.

Todos los pacientes sufrían epilepsia grave y estaban ingresados en el hospital para localizar el origen de sus crisis. El proceso requiere colocar electrodos en el cerebro y esperar a que se produzca un ataque.

Estos electrodos también pueden utilizarse para administrar pulsos de electricidad. Así, el equipo de Parvizi pudo estimular distintas zonas del cerebro para ver si afectaban al sentido de sí mismo de una persona.

Cuando el equipo estimuló el precuneus anterior, “he aquí que todo el mundo tiene cambios en su sentido de lo que llamamos el yo corporal o físico”, dice Parvizi.

En otras palabras, la estimulación produjo una experiencia extracorpórea. Las personas se sentían separadas de sus propios pensamientos y ya no estaban ancladas en su propio cuerpo.

El hallazgo fue sorprendente porque el precuneus anterior está separado del sistema cerebral para mantener un yo narrativo. En cambio, parece estar dedicado a la sensación de que algo “me está pasando a mí”, no a otra persona, afirma Parvizi.

“Creemos que podría ser una forma de que el cerebro etiquetara cada experiencia del entorno como ‘mía’”, afirma.

Un cambio de perspectiva

Según Christophe Lopez, investigador del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, esta función del precuneus anterior tiene sentido.

López ha realizado investigaciones que sugieren que nuestro sentido del yo físico procede en parte del oído interno, que detecta el movimiento y controla la posición del cuerpo en el espacio. Y los resultados del equipo de Parvizi sugieren que las señales del oído interno son procesadas por el precuneus anterior.

“Cuando se estimula el precuneus anterior, se puede evocar que el cuerpo está flotando o que el cuerpo está cayendo”, dice López.

Eso significa que el cerebro tiene que dar sentido a información contradictoria: Por ejemplo, las señales del oído interno pueden decir que el cuerpo está cayendo mientras que las señales de los ojos dicen que está inmóvil.

Como resultado, dice López, el cerebro puede intentar arreglárselas adoptando una perspectiva diferente.

“A veces, la mejor solución que encuentra el cerebro es pensar que estás en otro lugar, fuera del cuerpo”, explica.

El cerebro puede enfrentarse a un dilema similar cuando se toman drogas como la ketamina, que afectan al precuneus anterior.

“Parece que la ketamina produce un ritmo artificial [en el cerebro] que altera la función de esa zona”, afirma Patrick Purdon, profesor asociado de anestesia en la Facultad de Medicina de Harvard.

Ese ritmo lento es similar al que observó el equipo de Parvizi cuando estimuló el cerebro de pacientes epilépticos, afirma Purdon.

Eso podría significar que algún día será posible utilizar pulsos eléctricos en lugar de fármacos anestésicos como la ketamina, afirma.

“Se podría llegar a las zonas cerebrales específicas deseadas sin tener que causar un efecto cerebral y sistémico que podría acarrear muchos efectos secundarios”, afirma Purdon.

https://www.npr.org/sections/health-shots/2023/07/05/1185868647/brain-out-of-body-experience

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