Archivo de la categoría: Divulgación científica

Rayas y quimeras bajo amenaza

IMPACTO AMBIENTAL

Rayas y quimeras bajo amenaza[1]

Juan José Morales

Ya hemos comentado en esta columna que existe preocupación a nivel mundial por la acentuada declinación de las poblaciones de tiburones, lo cual está afectando gravemente los ecosistemas marinos. Pero no sólo ellos se encuentran en peligro. También sus primas hermanas, las rayas y las quimeras, que junto con los tiburones constituyen el grupo de peces que los biólogos denominan cartilaginosos porque tienen el esqueleto formado por cartílago y no por huesos.

Hay, en total más de mil especies de tiburones, rayas y quimeras. Y, de acuerdo con un reciente informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, la UICN, las tres cuartas partes de ellas están bajo amenaza, principalmente por la sobrepesca. Hay también una considerable mortandad accidental de ejemplares que caen en artes de pesca destinadas a capturar otros animales y que a menudo ni siquiera se aprovechan sino que se tiran al mar ya muertos para dejar lugar a productos más valiosos «”camarón o atún por ejemplo»” en las bodegas del buque.

clip_image001Las quimeras, como la de la imagen, son parientes poco conocidos de los tiburones y las rayas. Se les llamó así por referencia a la quimera de la mitología griega, ya que tienen una apariencia muy extraña, con una larga cola en vez de aleta caudal. Al igual que algunas rayas, poseen una espina venenosa, pero no en la base de la cola sino en la aleta dorsal, sobre el lomo. Hay sólo medio centenar de especies en todo el mundo.

Uno de los factores que más han contribuido a diezmar las poblaciones de tiburones y sus parientes es la creciente demanda de aletas, usadas para elaborar un tipo de sopa que en Oriente se considera una delicadeza gastronómica y que «”dado el desarrollo económico de China»” cada vez más gente puede darse el lujo de pagar. Como resultado del gran aumento en el consumo, ahora también se pescan ciertas especies de rayas cuyas aletas, una vez secas, pueden venderse como si fueran de tiburón.

Por su parte, los entusiastas de la medicina tradicional china están ayudando a empeorar las cosas al consumir productos, como cierto tónico, elaborado con branquias y otras partes del cuerpo de rayas y mantarrayas. Y en algunos casos a los tiburones se les mata deliberadamente por juzgarlos un peligro para los bañistas, o bien porque los pescadores consideran que pueden dañar sus aparejos de pesca.

Los efectos de la sobrepesca se acentúan por el hecho de que tiburones, rayas y quimeras son animales de limitada capacidad reproductiva. En su casi totalidad, tienen muy lento crecimiento «”lo cual significa que tardan mucho en llegar a la madurez sexual y comenzar a reproducirse»” y por lo general tienen pocas crías. El resultado de ello es que cuando se les pesca en grandes cantidades, sus poblaciones no pueden recuperarse y van disminuyendo inexorablemente.

Pero, contra lo que podría pensarse, el mayor peligro no lo corren los tiburones, sino las rayas. A ellas «”dice el informe de la UICN»” pertenecen cinco de las siete familias de peces cartilaginosos más gravemente amenazadas de extinción. Sin embargo, mientras la atención se centra en el gran tiburón blanco y en otros escualos famosos, poca o ninguna atención se presta a las rayas.

Ciertamente, desde hace algún tiempo se ha estado llamando la atención sobre este problema y ya se han tomado algunas medidas para tratar de resolverlo o al menos paliarlo un poco. Pero la situación es tan grave, y la capacidad de recuperación de las poblaciones de esos animales tan limitada, que habrán de pasar años antes de que empiecen a surtir efectos.

Por cierto, y como detalle anecdótico, puede señalarse que el informe de la UICN sobre la dramática situación de las poblaciones de tiburones, rayas y quimeras «”realizado con la colaboración de más de 300 expertos de 54 países»” se publicó a principios de este año, en el cual se celebra el quincuagésimo aniversario de la aparición de la ahora famosa Lista Roja de especies en peligro o amenazadas.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Lunes 31 de marzo de 2014

El enigma de las palomas negras

IMPACTO AMBIENTAL

El enigma de las palomas negras[1]

Juan José Morales

Seguramente ya lo habrá observado: en las ciudades, hay mucho más palomas negras que blancas. Esto ocurre en todas partes, lo mismo en Mérida que en Cancún, París, Londres, Ámsterdam, Venecia, Beijing o Madrid, sin que se sepa bien a bien la razón de ello.

clip_image001Como puede verse en esta fotografía de una gran cantidad de palomas capturadas en una ciudad de España durante una campaña de «despalomización» para eliminar esa plaga, predominan los ejemplares de color negro o gris oscuro. Son pocas las palomas blancas.

Ahora, una investigadora francesa, Marion Chatelain, ecóloga de la Universidad Pierre y Marie Curie de París, puede haber hallado la respuesta. La clave, dice, está en cierta sustancia que compartimos con las palomas y otros muchos animales: la melanina, que en los seres humanos da color a la piel y el cabello, en las cebras y los tigres a las rayas de su pelaje, y en las aves a las plumas.

La predominancia de palomas negras sobre las blancas en las áreas urbanas, se debe «”explican»” a que son más eficientes para eliminar sustancias tóxicas que ingieren al alimentarse, y ello lo logran con ayuda de la melanina, pues esta sustancia no solo actúa como un pigmento que da color a las proteínas de plumas, piel, pelo y cabello, sino que también forma enlaces químicos con ciertos metales, como plomo y zinc. Al ocurrir tal cosa, esos metales «”que son tóxicos»” son eliminados del torrente sanguíneo y van a dar a las plumas, donde no causan daño.

Ahora bien: plomo y zinc son muy nocivos para las aves. Se ha observado que cuando poseen altas concentraciones de esos metales en su organismo, se reduce la fertilidad de los machos y las hembras ponen menos huevos. Así, cualquier factor que contribuya a reducir los niveles de plomo y zinc en el organismo de las palomas les ayudará a evitar los daños causados por la contaminación y por tanto mejorará su potencial reproductivo.

Para comprobar su hipótesis de que las palomas negras son más abundantes porque son más eficientes para eliminar metales pesados de su organismo con ayuda de la melanina, realizó un experimento consistente en capturar cierto número de ellas, de diferentes colores, determinar las concentraciones de zinc y plomo en su sangre y sus plumas, y tras mantenerlas en cautiverio durante un año alimentadas con una dieta controlada, repetir las mediciones. Resultado: al cabo de ese tiempo, los metales en la sangre de las palomas oscuras se habían reducido sustancialmente, y en cambio sus plumas de repuesto «”las que les crecen anualmente para reemplazar a las viejas»” mostraban mayores concentraciones que las de las palomas blancas. De esto puede concluirse que, con igual alimentación y en las mismas condiciones, las palomas de plumaje negro o gris oscuro concentran más los metales pesados en sus plumas y no en la sangre.

Y aquí entra en escena el amigo Darwin: el hecho de que puedan eliminar los metales tóxicos de su sistema circulatorio le da a las palomas negras una mayor capacidad reproductiva y por tanto pueden tener más crías que las blancas. Generación tras generación, nacen más palomas oscuras que claras, hasta que aquellas terminan siendo las más abundantes. Esto, por lo demás «”dice la autora del estudio»” ocurre también con otras aves. En términos generales, en las zonas urbanas predominan las de color oscuro.

Desde luego, hay quienes no comparten los puntos de vista de Chatelain y consideran que hay otros factores en juego. Por ejemplo, el hecho de que las palomas negras son más agresivas que las blancas y eso les ayuda en la lucha por la sobrevivencia. O bien, que su color les permite confundirse con el asfalto negro y así pasar inadvertidas a los ojos de aves de rapiña y otros depredadores.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Viernes 4 de abril de 2014

Un vistazo al nacimiento del Universo

ESCRUTINIO

Un vistazo al nacimiento del Universo[1]

Juan José Morales

Un par de lectores me piden comentar por qué ha armado tanto revuelo el anuncio de que fueron detectadas ondas gravitacionales en un observatorio situado en la Antártida, y por qué se le considera un gran descubrimiento científico.

Para entenderlo mejor, hay que recordar la teoría llamada de la Gran Explosión o Big Bang, según la cual el Universo se originó hace unos 13 800 millones de años en un gigantesco estallido a partir de un minúsculo pero increíblemente denso punto en el cual estaba concentrada toda la materia que lo constituye, y a partir de entonces ha estado expandiéndose sin cesar.

clip_image001La ilustración muestra gráficamente la polarización de la radiación de fondo del Universo detectada por el observatorio de microondas BICEP2. La longitud de las líneas indica la intensidad de la radiación, y los colores la intensidad de su polarización: rojo en el sentido de las manecillas del reloj y azul en sentido opuesto. Esa polarización es causada por las ondas de gravedad originadas durante los primeros instantes de vida del Universo, en la etapa llamada Gran Inflación.

Para confirmar la teoría, desde luego, se requieren pruebas, y una de ellas se obtuvo hace casi medio siglo, en 1965, cuando los físicos norteamericanos Arno Penzias y Robert W. Wilson detectaron lo que ahora se conoce como radiación cósmica de fondo, una radiación «”equivalente a una temperatura de 270 grados bajo cero»” que llena todo el Universo y es un remanente de la Gran Explosión. Ese descubrimiento, dicho sea de paso, les valió el Premio Nobel.

Pero el Big Bang o Gran Explosión tiene, por así decir, un complemento: la Gran Inflación.

De acuerdo con esa teoría «”usualmente atribuida al físico norteamericano Alan Guth pero expuesta antes que él por el soviético Alexei Starobinsky«”, inmediatamente después de nacer, el Universo experimentó una expansión increíblemente rápida, que en cuestión de apenas un millonésimo de millonésimo de millonésimo de millonésimo de millonésimo de segundo lo hizo aumentar de volumen 1075 millones de veces (trate de escribir esta cifra: es un 1 seguido de 75 ceros).

Al igual que la Gran Explosión, la Gran Inflación también debió haber dejado un rastro observable. Concretamente, ondas de gravedad, que son anomalías causadas por campos gravitacionales muy intensos. Y esas marcas, esas ondas, deben haber quedado registradas en la propia radiación de fondo, que habría sido polarizada durante la inflación. Es decir, en lugar de que sus ondas «”las de la radiación de fondo»” vibren en todas direcciones, deben hacerlo preferentemente en algunas.

Ahora bien, la polarización causada por la Gran Inflación es muy tenue, tan débil que resulta extraordinariamente difícil registrarla. Pero se logró en el observatorio de microondas BICEP2 de la estación científica norteamericana Amundsen-Scott en el Antártico. Ese observatorio está formado por 512 detectores de microondas de muy alta sensibilidad, enfriados hasta sólo una fracción de grado por encima del cero absoluto y capaces de registrar sutiles diferencias en la polarización de la radiación de fondo. Con ese equipo, un grupo de investigadores encabezado por John Kovac, astrónomo del Centro Harvard-Smithsoniano de Astrofísica, registró la huella dejada en la radiación de fondo por la Gran Inflación.

Desde luego, el hallazgo tiene que ser confirmado por ulteriores observaciones, pero en principio ha sido aceptado por los científicos, y se le considera uno de los descubrimientos más importantes de las últimas décadas. Permitirá conocer y comprender mejor nuestro Universo al danos más información sobre su origen, lo que ocurrió en sus primeros instantes de vida y la manera en que lo sucedido en aquella lejanísima época determinó las características del Cosmos.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Martes 25 de marzo de 2014

El año perdido de las tortugas

IMPACTO AMBIENTAL

El año perdido de las tortugas[1]

Juan José Morales

Uno de los enigmas que por más tiempo han persistido en el campo de la biología es el del año perdido de las tortugas marinas. El misterio estriba en que inmediatamente después de nacer en playas de tierra firme, estos reptiles se dirigen al mar, y una vez que entran al agua, prácticamente desaparecen durante todo un año o dos, sin que se sepa por dónde andan ni qué hacen en todo ese tiempo. Casi invariablemente, cuando se hallan tortugas en el mar, son ejemplares de más de un año de edad. Y esto se aplica a todas las siete especies de estos animales que hay en el mundo.

La incógnita aún persiste, pero empieza a aclararse. En una reciente investigación se pudo seguir el rastro a 17 tortuguillas con ayuda de pequeños radiotransmisores que les fueron adosados al cuerpo antes de que se les liberara en el mar para iniciar sus correrías. Las señales de los aparatos, captadas mediante satélites artificiales, permitieron registrar continuamente no solamente su posición y por ende sus desplazamientos, sino también la temperatura del agua y cuánto tiempo permanecían en la superficie o sumergidas. Esto último podía inferirse por la intensidad de la radiación solar que registraban los instrumentos del transmisor.

clip_image001Al rastrear los desplazamientos de las pequeñas tortugas marinas con radiotransmisores, se han tenido las primeras pistas sobre dónde y cómo pasan su primer año de vida. Entre otras cosas, se encontró que gran parte del tiempo se mantienen en la superficie o muy cerca de ella.

La investigación, cuyos resultados aparecieron recientemente en la revista británica Proceedings of the Royal Society B, fue encabezada por Katherine Mansfiel, bióloga del Grupo de Investigaciones sobre Tortugas Marinas de la Universidad de Florida. Las tortuguillas, colectadas en las costas de aquel estado norteamericano, fueron liberadas a los tres meses y medio de edad, cuando tenían un tamaño adecuado para poder llevar adosado el transmisor sin que interfiriera con sus movimientos y pudieran nadar normalmente.

Así se pudo establecer que, ya en plena libertad, se estuvieron moviendo a lo largo de la costa oriental de Estados Unidos, lo cual era de esperarse ya que la Corriente del Golfo o Gulf Stream corre por esa zona con rumbo al norte, y que penetraron a diferentes bahías y estuarios. Se observó asimismo que aparentemente se formaban congregaciones de tortugas en ciertos lugares donde había alimento y temperaturas benignas.

Se pudo comprobar también que las pequeñas tortugas pasan gran parte del tiempo en la superficie o cerca de ella. Se cree que la razón de ello es que buscan calentarse con la luz solar, y de este hecho puede deducirse que requieren mantener su temperatura más alta de lo que se pensaba. De esto puede a la vez inferirse que su metabolismo es bastante elevado y que probablemente esto implica un crecimiento más rápido de lo que se suponía.

Por supuesto, esta investigación no esclarece del todo el misterio del año perdido de las tortugas. Sólo arroja algunas buenas pistas. Pero, sobre todo, sirvió para poner a prueba una técnica que permite rastrear permanentemente a las tortuguillas, y que usada en mayor número de crías y en diferentes lugares, ayudará a conocer mejor la vida de las tortugas marinas, en particular aquellos que requieren de protección especial, como la tortuga de carey, que ha sido diezmada por la explotación para aprovechar su valiosa concha, o la tortuga lora, Lepidochelys kempii, especialmente vulnerable porque todas las hembras de esta especie se concentran en un solo lugar para desovar: la zona de Rancho Nuevo en Tamaulipas.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Viernes 28 de marzo de 2014