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Crean centellas en el laboratorio

Físicos generan una centella en el laboratorio.

Una centella como una nube de plasma es producida en una descarga subacuática. (Foto: D. Lange, IPP)

Los científicos en el grupo de estudio del Max-Planck-Institut für Plasmaphysik y de la Universidad Humboldt de Berlín han generado una centella en el laboratorio -o, para ser más exactos, una centella como una nube de plasma. Los físicos producen las bolas luminosas de plasma sobre una superficie de agua que dura casi medio segundo y de 10 a 20 centímetros de diámetro.

La centella se describe como un fenómeno luminoso que ocurre durante las tempestades. Es un misterio, sin embargo, cómo es que son visibles no como un breve flash, es decir apenas por microsegundos, sino que existen por varios segundos, es decir cientos de miles de veces lo que dura el destello del relámpago. Además personajes famosos tales como el filósofo romano Séneca, Plinio el viejo, Carlomagno y Enrique II de Inglaterra, y en épocas modernas los ganadores del premio Nóbel en física, Niels Bohr y Pjotr Kapitza, afirman haber observado este fenómeno.

Observadores menos famosos también divulgan encuentros inesperados con las centellas; el Internet ofrece más de un millón de entradas sobre el tema. Por otra parte, el fenómeno es tan raro que todavía no hay datos confiables disponibles. Por consiguiente, las dudosas tentativas de interpretación son tan desenfrenadas, que van de hoyos negros a mini explosiones nucleares y explicaciones esotéricas.

«Debido a esta incertidumbre se han hecho varios intentos para inducir el fenómeno bajo condiciones controladas en el laboratorio», informa el profesor Gerd Fussmann líder del grupo de estudio de física de plasmas del IPP y la HUB en Berlín. Un grupo de investigación que ya tuvo éxito en producir plasmoides con microondas -bolas luminosas de plasma que consisten en un gas ionizado- que sería justo clasificar como centella. Un efecto similar es causado por chispas eléctricas conducidas por materiales orgánicos. Hace aproximadamente cuatro años un grupo de estudio en San Petersburg utilizó con éxito descargas eléctricas sobre superficies de agua para producir formaciones luminosas esféricas que se parecen mucho al fenómeno natural. Para él es probable que los destellos del relámpago y el agua deben interactuar cuando ocurre una centella.

Estimulado por los experimentos rusos, el grupo de estudio de física de plasmas en Berlín está conduciendo investigaciones en las cuales los plasmoides se producen sobre una superficie de agua que tienen tiempos de vida de cerca de 0.3 segundos y diámetros de 10 a 20 centímetros. Esto implica encender de una descarga corta de alto voltaje en un tanque de agua; cuando decae una bola de plasma emerge de la superficie.

Aparte del poderoso banco de capacitores necesarios para proveer energía, el dispositivo experimental es algo simple: Un vaso de cristal lleno con agua salada que contiene dos electrodos que sobresalen, uno de los cuales es aislado del agua circundante por un tubo de arcilla. Cuando se aplica un alto voltaje, una corriente de hasta 60 amperios atraviesa el agua por 0.15 segundos. La descarga sobre el agua permite a la corriente entrar en el tubo de arcilla, donde hace que el agua contenida allí se evapore. Después del pulso aparece un plasmoide luminoso que consiste en moléculas de agua ionizadas.

El aparato puede generar «centellas impresionantes» de todos los colores posibles cada cinco minutos. Profesor Fussmann: «Porqué los fenómenos luminosos ocurren no es del todo claro: Continúan siendo visibles por cerca de 300 milisegundos después de que se ha parado la corriente y se ha cortado la entrada de energía; sin embargo, realmente deberían durar tan sólo unos milisegundos a lo más. Además, el plasma brilla muy intensamente, aunque los plasmoides parecen ser algo fríos. Una hoja de papel colocada sobre ellos consigue ser levantada, pero no coge el fuego».

Estos fenómenos físicos ahora desconcertantes deben ser clarificados en varias tesis. Esto reclama análisis sistemáticos de los procesos implicados -por ejemplo, por métodos espectroscópicos- y la comparación con las formulaciones teóricas existentes. «Aunque «la centella» no cabe directamente en el campo de investigación del IPP, viz. la investigación de plasmas extremadamente calientes, por ejemplo, es necesaria para una planta de energía de fusión», establece el profesor Fussmann, «es también un asunto atractivo de la física de plasma con la cual los estudiantes pueden adquirir conocimiento de técnicas de medición y de teorías sofisticadas de un fenómeno natural interesante.»

Fuente: Max-Planck-Institut

http://www.physorg.com/news68812957.html

La historia de Billy Meier (Primera parte)

BILLY MEIER

EL MÁS POLÉMICO FRAUDE FOTOGRÁFICO

Eduard «Billy» Meier nació el 3 de febrero de 1937 en el pueblo suizo de Bulach. En su juventud se dedicó a viajar (durante doce años) por África, Asia y Europa. Aunque sus aduladores afirman que su primera experiencia contactista fue la del 28 de enero de1975, en realidad la primera fotografía de Meier publicada en un medio alemán (de cinco luces en formación), apareció en 1959 en la revista UFO Nachrichten, en donde se decía que la foto había sido tomada por «Eduard Meier, del Grupo UFO_IFO de Uitikon, Suiza».

Un periodista de Nueva Delhi llamado S. Venkatesh publicó, en The Statesman del 30 de septiembre de 1964, el que tal vez sea el primer artículo, en inglés, sobre Billy Meier. Los encabezados de la nota decían: «El hombre de los platillos volantes se va de Nueva Delhi. El suizo alega que ha visitado tres planetas».

En esa nota se le identificaba con sus nombres de pila: Eduard Albert. Se menciona que el contactado había vivido en cuevas desde su llegada a la India, hacía de eso cinco meses. Venkatesh le encontró «desnudo sentado en uno de los monumentos rupestres de Mehrauli, cerca de Buda Vihara».

«No sólo he visto las naves del espacio exterior «“dijo Albert-, sino que las fotografié e incluso viajé en ellas». Para demostrar esto enseñó al reportero un álbum con ochenta fotos (aunque afirmó haber hecho más de cuatrocientas, pero la mayoría se las habían robado en Jordania y la India) pero no quiso proporcionar ninguna para ilustrar el artículo, antes bien pidió que no se le hiciera publicidad.

De acuerdo a la descripción de Venkatesh: «Los objetos fotografiados varían en tamaño y forma. Uno de ellos es un objeto globular con un disco redondo en el centro; otro tiene forma de embudo; un tercero se parece a un tubo de neón; un cuarto es una gran luz brillante, y otros líneas luminosas en zigzag. Algunos han sido fotografiados en el suelo y otros volando en el cielo».

Pasó cerca de 8 meses (entre 1963 y 1964) estudiando las prácticas budistas de meditación con V. B. Dharmawara, también conocido como Ananda Mahatma, del Ashram de Ashoka, en Mehrauli, cerca de Nueva Delhi.

Meier afirmaba haber viajado a otros planetas. En uno de ellos «todos los objetos eran blancos» (¡¿?!). Los habitantes eran como nosotros, aunque mucho más altos y utilizaban la telepatía para comunicarse.

Tiempo después de la entrevista, Meier fue expulsado del país. Fue acusado de vagancia y de haber estafado a incautos vendiéndoles fotos trucadas de ovnis construidas con maquetas (lugar común en su vida).

DE REGRESO A SUIZA

A finales de otoño de 1964 el primer violín de la Orquesta Sinfónica de Londres, Timothy Good, llegó a la India, y al leer el artículo del Statesman intentó establecer contacto con Albert, pero éste ya había partido hacia Turquía en donde, a causa de un accidente de tráfico, le fue cortado el brazo izquierdo por encima del codo (1965).

En vista de su fracaso, Good contactó con la famosa ufóloga suiza Louise Zinsstag, de Basilea, preguntándole si conocía algún dato sobre un tal Eduard Albert. Lou recordó que en una revista ufológica de 1956 alguien había escrito un artículo de un muchacho llamado Eduard Meier que decía haber tenido su primer contacto a los cinco años, en 1942. Y a partir de entonces mantenía contacto con «ellos» cada once años.

La señora Zinsstag logró establecer contacto con Meier hasta 1976, y entonces le escribió a Good:

«Por unos cien francos conseguí 50 fotos en color, y el joven me prometió la más representativas. Además de las fotos de ovnis y de una espléndida película de veinte minutos, nos mostró algunas fotos más que me resultan difícil describir.

«… hay una foto que causa sensación. En el platillo volante, él y sus compañeros observaron el último acoplamiento Soyus-Apolo a una distancia de tres metros. En esas fotos se podía ver la espalda de un cosmonauta ruso, su casco y las tres COI de su uniforme. En otra, se contemplaba la maniobra de acoplamiento en acción mucho mejor que en la tele. Las otras fotos no voy a describirlas en la carta. Resulta demasiado difícil».

«Aún sigo sin saber cómo juzgar éste hombre. Su formación es incluso más pobre que la de George (Adamski), pero eso no importa. Sin embargo, no me gustan sus modales… Es antirreligioso, y según me he enterado por un opúsculo suyo, defiende a las brujas y ataca a la iglesia católica por ignorarlas».

Viajando en un camión de segunda hacia el puerto de Iskenderun, en Turquía, Meier sufrió el accidente en el que perdió el brazo izquierdo. El autobús en el que viajaba chocó con otro y Billy salió volando por una ventanilla. Estuvo dos semanas hospitalizado y al dársele de alta viajó a Tesalónica, en Grecia, donde en la fiesta de navidad del 65 conoció a Kalliope Zafrireou, una chica griega de diecisiete años con la que se casó y regresó a su país natal, Suiza.

Billy Meier se retiró a la vida familiar y durante algunos años los círculos ufológicos no supieron nada de él. En diciembre de 1971 llegó al pueblo de Hinwil, 50 Km al sudeste de Zurcí, en medio de colinas verdes y bosques de treinta metros de altura. Ahí, por una suma simbólica, alquiló al Ayuntamiento una vieja granja en medio de varios departamentos. En ese entonces la familia Meier estaba constituida por Billy, Kalliope, a la que llamaban familiarmente Popi, y sus tres niños: Nina, Atlantis y el bebé Bashenko. La familia Meier era atípica y sólo mantenía relaciones con una vecina: Erika Mägi, que tenía una niña de la misma edad que Nina, de quien era muy amiga.

LOS PRIMEROS CONTACTOS

La vida de Meier siempre estuvo inmersa en el escándalo. A los catorce años el Tribunal de Menores le mandó al correccional de Albisbrunn, por cometer pequeños hurtos durante sus escapadas de la escuela. Allí pasó tres años antes de que las autoridades le devolviesen a sus padres, y abandonó la escuela sin haber completado la enseñanza primaria. En otra ocasión, con otros varios jóvenes, fue detenido por la policía por robo y enviado al centro de detención preventiva de Aaburg, de donde escapó para enrolarse en la Legión Extranjera Francesa. Unos meses después de completar su entrenamiento desertó y regresó a Suiza, donde lo atraparon y le enviaron nuevamente a Aaburg.

Meier afirmaba haber tenido contacto con entidades extraterrestres desde hacía mucho tiempo… desde una encarnación anterior.

Para el padre de Meier el avistamiento de 1942 había sido un arma secreta de Adolfo Hitler. Era una esfera luminosa que descendió, pasó por la torre de la iglesia y desapareció a continuación hacia el Oeste. Dos meses después, mientras jugaba solo, Meier tuvo otro avistamiento, pero en esa ocasión comenzó a tener los contactos telepáticos con un ser, Sfath, de «hablar suave y armónico».

El 3 de febrero de 1953 el contacto con Sfath cesó para siempre, para ser sustituido, meses después, por «una voz joven y fresca, plena de fuerza».

Se trataba de Asket, que procedía del Universo DAL. Fue ella quien le ordenó hiciese su periplo al oriente, con el fin de poder transmitirle el conocimiento oculto. Fue en la India donde Asket le permitió, por primera vez, fotografiar su nave espacial. El suceso ocurrió en las afueras de Mehrauli y en la fotografía, una de las menos nítidas de Meier, aparece un objeto discoidal con una pequeña cúpula en la parte superior. Eran sus inicios en el arte del truco fotográfico.

El primer contacto con Semjase fue la tarde del martes 28 de enero de 1975. Se encontraba solo en un prado a unos kilómetros de Hinwill. Su intención era registrar en cinta «las voces de los muertos», actividad de moda en los círculos metafísicos de aquella época. Repentinamente escuchó un sonido pulsante y, alzando la vista, vio un disco volante que estaba descendiendo «suavemente» sobre un prado a unos cien metros de distancia. Después de sacar varias fotografías del disco, trató de acercarse, pero «un campo de fuerza invisible» le había impedido proseguir. Después vio descender del disco una figura humana que parecía una estatua griega: se trataba de una mujer de aspecto nórdico, de cabellos rojizos y de un metro setenta de estatura. Lo único que la diferenciaba de los humanos eran los lóbulos de las orejas, ligeramente más grandes de lo normal. Se trataba de Semjase.

Ella le informó que la civilización pleyadiana se habría originado muchos miles de años atrás, no en las Pléyades, un sistema estelar muchísimo más joven que el nuestro, sino en la constelación de Lira. Cuando se declaró la guerra, antes de que el planeta fuese destruido, gran parte de la población emigró a otros sistemas estelares, a las Pléyades, a las Híades y a un planeta que orbitaba cerca de una estrella llamada Vega.

La Tierra había tenido una historia similar. En dos ocasiones sus propios habitantes la habían destruido. La primera vez fue por los propios pleyadianos que se casaron con los primitivos seres humanos, y la segunda por una nueva invasión de pleyadianos. Las visitas actuales de Semjase no tenían intenciones hostiles, pues eran descendientes de los pleyadianos de Lira.

LA VIDA EN HINWILL

Meier mantenía su familia con los 700 francos que le pasaba cada mes el Gobierno por la pérdida del brazo. El accidente no había mermado sus facultades ni sus habilidades. El día en que el granero adjunto a la casa se hundió, uno de sus vecinos, Julio Kägi, vio a Meier reconstruir la pared sin ayuda, colocando las tablas en su sitio con el muñón mientras clavaba las puntas con su única mano.

«Era más rápido con una mano que otras personas con las dos», dijo Kägi.

Según los registros de Hinwill, Meier había sido criador de pájaros, entibador de minas y vigilante. Tenía permiso de portar armas porque, durante un tiempo, trabajó en una fábrica como vigilante nocturno. Para ayudar a sus ingresos criaba gallinas y Popi vendía los huevos en el pueblo.

En agosto de 1974 la publicación alemana Esotera publicó un anuncio de Meier en donde solicitaba le escribiese gente interesada en formar un grupo para discutir sobre metafísica. Pronto logró formar un club de personas interesadas en los paranormal y en los ovnis. Muchos de ellos venían de Munich y llegaban los sábados al número 10 de la Wihaldenstrasse, hogar de los Meier.

Al final de 1974 sumaban diez los miembros de su círculo ocultista.

Estas reuniones llegaron a oídos de la ufóloga Ilse von Jacobi, que de inmediato contactó con Billy, pero éste seguía reacio a que publicaran nada sobre él. Von Jacobi mandó su artículo al semanario Quick y el mismo fue publicado en el número del 8 de julio de 1976.

Los vecinos de Meier leyeron el artículo y quedaron sorprendidos. Meier alegaba haber entrado en contacto físico y telepático con seres de las Pléyades. Las visitas se habían dado en lugares cercanos a Hinwill, donde aterrizaban en una nave plateada de siete metros, desembarcaban y se encontraban con él cara a cara.

Los vecinos estaban seguros de que Meier había enloquecido. El alcalde comentó que los relatos eran pura fantasía. Meier era un «spinner» (chiflado) y «verrückte» (lunático). «¿Estamos ciegos o somos estúpidos, simplemente porque no vemos lo que él ve?» Uno de los concejales del pueblo, Rudolf Rüegg, creía que todos los relatos de Meier eran imaginarios y fantásticos. «Creo que se lo ha inventado todo».

Durante más de un año y medio habían visto gran actividad en la granja de los Meier. Durante las noches claras los vecinos de los edificios de apartamentos le habían visto de pie en el callejón que da al Oeste, observando el cielo con unos prismáticos durante horas. Y en las noches en que no salía de casa, veían una luz encendida en el segundo piso hasta altas horas de la noche. De vez en cuando lograban ver un destello de flash fotográfico. Frecuentemente salía al bosque guiando su motocicleta. A veces desaparecía a primeras horas de la tarde y no se le volvía a ver antes de la hora de la cena; en otras ocasiones se evadía furtivamente de la casa a la una o a las dos de la madrugada y no regresaba hasta el amanecer. Las salidas al bosque se daban hasta cinco veces por semana. Ninguno de los vecinos se había preguntado sobre su actitud ni acudido a aquellas visitas al bosque. Meier tuvo la libertad de acción para poder hacer sus fotografías sin la presencia indiscreta de los vecinos.

A mediados de 1975 Meier le enseñó por primera vez las fotografías a su esposa. «¿Qué te parece esto?», le preguntó.

«Aquello me conmocionó porque vi algo totalmente nuevo y no quería creer que existiese. Él no me dijo nada en absoluto. Ninguna explicación. Ni una sola palabra».

EN LA CIMA

El artículo del Quick había causado sensación en los círculos ufológicos europeos. Pronto aparecieron nuevos artículos en Il Giornale dei Misteri, de Italia, Blick de Suiza, Echo del Frau y Neue Welt, de Alemania, y Contactos Extraterrestres, de México. Esto atrajo a miles de curiosos a la granja de los Meier. La mayoría de ellos eran pudientes que viajaban en Mercedes. Gracias a ellos Billy Meier logró comprar una granja en Herzog, en Schmidruti, por la nada despreciable suma de 300,000 dólares.

Meier comenzó a transmitir sus enseñanzas editando un boletín titulado Wassermannzeit (La era del barquero).

«Existen 8 razas de extraterrestres diferentes que poseen estaciones aquí en la Tierra. Exploran, estudian, están aquí para observar. Su fin no es hostil. Si una raza de esas cruza una distancia muy grande, tal vez años luz de espacio, no va a venir aquí para plantear problemas o para comenzar una guerra. El ser humano es una criatura combativa, toda su vida se basa en la lucha, por lo que cree que si hay aquí una raza procedente de otro planeta, esas criaturas harán exactamente lo mismo que él. Pero eso no es cierto».

«Si lo deseasen los pleyadianos destruirían la Tierra en cuestión de minutos y hubieran esclavizado a todos los terrestres hace miles de años. Si los pleyadianos u otras entidades se llevan a seres humanos, sólo es por satisfacer su legítima curiosidad. De vez en cuando se comete algún error y un humano secuestrado muere, lo mismo que los médicos de la Tierra cometen errores que originan alguna muerte, pero nunca han sacrificado a propósito la vida humana».

«Los pleyadianos realizan el viaje de su planeta natal, Erra, a la Tierra en siete horas».

En el verano del 76 Lou Zinsstag envió una serie de fotografías tomadas por Billy Meier al investigador americano Wendelle C. Stevens pidiéndole su opinión al respecto. En aquel entonces Stevens pertenecía a la APRO y realizaba algunas investigaciones de campo. Quedó sumamente impresionado por las fotos por lo que decidió viajar a Suiza para entrevistar a Meier. A su regreso, sin decirle nada a Jim Lorenzen (director del APRO), se puso en contacto con Tom Welch y los esposos Brit y Lee Elders, que habían formado una compañía especializada en seguridad con equipo electrónico, computacional y telefónico: Intercep. Juntos comenzaron a investigar el caso Meier. Haciendo continuos viajes a Suiza y colectando información, poco a poco se fueron quedando sin fondos, por lo que decidieron formar la editorial Genesis III Publishing y editar Ufo… contact from the Pleiades, un libro sobre Meier, unos ejemplos de las citas de Semjase, un breve resumen de las experiencias de Meier desde 1975, información astronómica y mitológica de las Pléyades, y algunos de los «análisis» hechos a las pruebas proporcionadas por Meier. La investigación de Intercep abarcó un periodo comprendido de 1976 a 1981.

En el otoño de 1979 un equipo japonés de producción de la Nippon Television Network Corporation, contactó con los Elders para usarlos como intermediarios en la realización de un documental de Billy Meier. El Suizo sufrió un golpe de angustia y no quiso recibir a nadie. ¿Tenía miedo de que los técnicos japoneses descubrieran sus trucos?

«No quería salir de su escritorio «“declaró Lee Elders-. No comía. Le llevaban una bandeja con comida, la dejaban delante de la puerta y quedaba sin tocar. Lo único que tomaba era una taza de café y sus cigarrillos».

Durante tres días, Meier se encerró en su despacho hasta que, convencido por los Elders, accedió a hacer el documental.

No se sabe cuánto cobró por la producción del mismo, pero se conoce que todo en la granja de los Meier se había convertido en negocio. Cualquier persona que se quedase en ella más de treinta minutos debía trabajar en algo. Y si alguien deseaba hablar con Meier debía pagar con trabajo o en metálico.

Jun-Ichi-Yaoi y el equipo de producción japonés llegaron a Schmidruti a fines de septiembre para filmar durante tres emanas. ¿Obtuvieron algún beneficio los Elders de este documental? Lo preguntamos porque en 1987 los Elders suscribieron un contrato con Gary Kinder, autor de Años Luz, que indicaba que: «recibiría un porcentaje de los derechos de autor por presentarme a Meier, y por facilitarme archivos, correspondencia, cintas magnetofónicas con entrevistas y su investigación acerca de las Pléyades, más fotografías, grabaciones sonoras, cintas de video y otros materiales de su propiedad y con derechos de autor por parte de Elders».

¡EN CONTACTO! OTROS TESTIGOS

Se conocen sólo dos reportes en los que testigos independientes a Meier lograron ver algo. Uno de ellos fue el contacto del maestro de escuela Guido Moosbrugger que logró fotografiar una «luz con tentáculos», que en nada se parece a los bonitos modelos de Meier y que puede ser cualquier cosa, puesto que la toma se hizo de noche. El segundo es más interesante pues involucra a toda la familia Meier y a otros dos testigos.

A pesar de ser su esposa y de haber vivido con Billy durante muchos años, Popi sólo tuvo una experiencia visual, aunque muy poco convincente.

Cierta tarde Billy entró en contacto telepático y se le informó que debía acudir al bosque, junto con todos los presentes en la casa en ese momento.

Hans Schutzbach, uno de aquellos testigos, relata así el momento:

«Hice entrar a todos en mi coche como de costumbre y Billy fue delante con su motocicleta. Nos dijo que nos limitásemos a seguirle, y así lo hicimos. En las afueras de Hinwill, llegamos finalmente a una pequeña colina poblada de árboles. Era muy excitante».

Meier les dijo: «Esperen aquí». Luego se alejó.

«No recuerdo cuánto tiempo permanecimos en aquel lugar «“explicó Popi. De repente, Atlantis dio un salto y gritó: «˜Â¡Mira, mamá, mira allí!»™. Todos nos pusimos de pie, y allí estaba la nave, a unos mil metros de distancia. Era grande y esférica. Deseamos ver más, pero el navío desapareció enseguida».

Cuando el niño gritó, Schutzbach se incorporó y vio algo que ascendía desde atrás de los árboles por el aire.

«Supongo que pudo tratarse de un globo «“dijo-, pero no tengo ninguna prueba al respecto».

Intentó tomar una foto pero estaba tan nervioso y temblaba tanto que movió la cámara. La foto no es muy nítida y lo único que se ve es un puntito.

Continuara…

Billy Meier en Amman, Jordania, en 1963.

Un año después en Mehrauli.

Dos de las fotografías obtenidas en el ashram de Ashoka, en Mehrauli.

V. B. Dharmawara y dos de sus nietos.

Billy en el unifrme de la Legión Extranjera.

Billy con su familia.

Pasaporte con el sello de Jordania.

Dos fotografías de Billy Meier en 1977. Se ve extraño sin su barba.

El ufólogo inglés Timothy Good.

Louise Zinsstag, ufóloga suiza que había investigado a George Adamski e hizo lo mismo con Meier.

Kalliope Zafrireou (Popi), la esposa de Meier.

Billy Meier y Popi.

Los Meier y sus hijos: Nina, Atlantis, Bashenko y el pequeño Methusalem.

Billy Meier, sus hijos y Shirley Mcklein.

Dibujo de Sfath.

Fotografía de Asket.

Dibujos de Semjase.

La era del barquero (Wassermannzeit).

Wendelle Stevens.

De izquierda a derecha: Lee Elders, Stevens, Meier y Tom Welch.

Brit Elders y Popi.

Jim Lorenzen.

Gary Kinder.

Guido Moosbrugger.

Billy Meier.

Dos pinturas que relatan la historia de Billy Meiers.

El dios del vino y su ilusión óptica

El mosaico recién encontrado es una ilusión óptica

John Hooper

Los arqueólogos que estudiaban un mosaico antiguo encontrado por los trabajadores que ponían un cable al sur de Roma se han asombrado al descubrir que es una ilusión óptica.

Visto de cierta forma es un viejo hombre calvo con barba, pero al darle vuelta es un joven lampiño.

Roberto Cereghino, funcionario arqueológico del gobierno, dijo al diario italiano Corriere della Sera que era «un trabajo muy hermoso, de gran significado».

Dijo que parecía ser una pintura de Baco.

La doble cara esta rodeada por los objetos que fueron utilizados en las bacanales: un instrumento musical antiguo, el sistrum, un tazón con dos asas para beber, y una varita. El truco óptico del mosaico se puede ligar al hecho de que Baco era el dios del vino.

En África del norte se han encontrado mosaicos que contienen ilusiones ópticas, pero éste se piensa que es el primero descubierto en Italia.

La doble cabeza fue descubierta el mes pasado en un área industrial cerca de la ciudad de Pomezia. El mosaico ha sido removido de su sitio para su restauración, y hay planes para ponerlo en exhibición en Roma a finales de este año.

http://arts.guardian.co.uk/news/story/0,,1789631,00.html

Cuando se conozcan fotos de este mosaico las pondremos en Marcianitos verdes. Mientras tanto incluimos una ilusión óptica llamada «El convicto y el general».

Subastada por U$ 96,000 la radiografía del pato

La radiografía del pato que se comió al ET alcanzó los 9,600 dólares en la subasta

Por William Shatner

CORDELIA, California. Una radiografía de lo que parece la cabeza de un extraterrestre dentro de un pato enfermo se ha vendido por $96.000.

Un casino en línea llamado GoldenPalace.com compró la extraña imagen ayer en e-Bay al Centro de Investigación Internacional de Rescate de Aves en Cordelia.

El Centro descubrió la aberración mientras examinaba un pato que llegó el mes pasado enfermo y con un ala quebrada.

Las especulaciones sobre el origen de la cabeza van desde un extraterrestre a un raro arreglo del grano.

Los ingresos se destinarán para ayudar al Cetro inaugurado hace 35 años.

Mientras tanto, el casino puede agregar la singularidad a su colección de artículos extraños ofrecidos en un show itinerante.

GoldenPalace también pagó, según se informa, $28.000 por la virgen del sándwich que mostraba una imagen de la Virgen Maria, y $25.000 para una gran piedra del riñón.

http://cbs2.com/topstories/local_story_156074943.html

http://www.cbs2.com/video/?id=19258@kcbs.dayport.com

http://www.thereporter.com/news/ci_3901122#

Burbujas aéreas luminosas

LOS OVNIS DEL ULISES CRIOLLO

José Vasconcelos (1881-1959)

Escritor, abogado, filósofo y educador mexicano nacido en Oaxaca. Estudió en la Escuela Nacional Preparatoria y en la de Jurisprudencia donde se recibió de abogado en 1907. Tomó parte activa en la Revolución de 1910, dentro del maderismo. Rector de la Universidad Nacional (1920-1921) y director del Ministerio de Instrucción Pública (1921-1924) desde donde impulsó la creación de la Secretaría de Educación Pública (1935).

Organizó la primera campaña de antianalfabetismo, las misiones culturales y las bibliotecas populares. Celebró la Primera Exposición del Libro en el Palacio de Minería, inició un amplio programa de publicaciones, y fomentó la pintura mural mexicana, ofreciendo contratos a pintores como Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Sequeiros y Roberto Montenegro, para que pintaran en edificios públicos. En 1924 renunció al Ministerio de Instrucción Pública por estar en desacuerdo con la elección del candidato Elías Calles a la presidencia. Regresó en 1928 y lanzó su candidatura a la Presidencia de la República. Su intento fracasó y volvió a exiliarse, viajando por Europa, Asia, América del Sur.

En 1940 regresó a México y se le nombró director de la Biblioteca de México. Fue miembro de numerosas agrupaciones culturales extranjeras y del país. Doctor Honoris Causa por las universidades Nacional de México y de Puerto Rico, Chile, Guatemala y El Salvador. Perteneció a la Academia Mexicana de la Lengua.

Escribió casi un ciento de libros, pero en los que se aprecia su vena «espiritualista» son: La revolución de la energía (los ciclos de la fuerza, el cambio y la existencia) (1924); Teoría de los 5 estados (1924); La raza cósmica (1925); Tratado de metafísica (1929). En La raza cósmica plantea una imagen espiritualista y dinámica del universo. Afirma que los latinoamericanos (la raza cósmica) son la fusión de lo mejor de las dos culturas. Su obra abarca filosofía, sociología, historia y literatura, destacando Prometeo vencedor (1916); Ulises Criollo (1936); La tormenta (1936); El desastre (1938); El proconsulado (1939); Apuntes para la historia de México, desde la conquista hasta la revolución (1943); El viento de Bagdad (1945).

José Vasconcelos tuvo una extraña visión en compañía de su padre y sus hermanos. No sabemos si fue una imagen «espiritualista», una «alucinación colectiva» (como él mismo apuntó), o un fenómeno quimiluminiscente o triboluminiscente. Lo interesante es que el relato, afortunadamente, no cayó en manos de los ufólogos quienes rápidamente lo hubieran asimilado al fenómeno ovni.

LA VISIÓN DE VASCONCELOS

Regresábamos de un paseo. La mañana estaba luminosa y tibia. Leves gases de niebla borraban el confín y se esparcían por la llanura. Serían las once de la mañana y comenzaba a quemar el sol. Desde el puente contemplábamos la margen arenosa, manchada de grana y mezquites, cortada de arroyos secos»¦

De pronto, nacidos del seno humoso de ambiente, empezaron a brillar unos puntos de luz que, avanzando, ensanchándose, se tornaban en discos de vivísima coloración bermeja o dorada: con mi padre y mis hermanos éramos cinco para atestiguar el prodigio.

Al principio creíamos que se trataba de manchas producidas por el deslumbramiento del sol»¦ Nos restregábamos los ojos, nos consultábamos y volvíamos a mirar. No cabía duda: los discos giraban, se hacían esferas de luz, se levantaban de la llanura y subían, se acercaban casi hasta el barandal donde nos apoyábamos»¦

Como trompo que zumbara en el aire, las esferas luminosas rasgaban el tenue vapor del ambiente. Hubiéramos dicho que la niebla misma se cristalizaba, se acrisolaba para engendrar forma, movimiento y color»¦

Asistíamos al nacimiento de «seres de luz». Conmovidos comentábamos, emitíamos gritos de asombro, gozábamos como quien asiste a una revelación.

En tantos años de lecturas diversas no me he topado con una explicación del caso, ni siquiera con un relato semejante, y todavía no se si vimos algo que nace del concierto de las fuerzas físicas o padecimos una alucinación colectiva de las que estudian los psicólogos.

Esta visión de Vasconcelos es muy semejante a otros reportes de burbujas aéreas luminosas que han sido vistas en diversas partes del mundo. Veamos tan sólo cinco ejemplos.

Frank Wards y su padre, visitaban un viejo molino en una región rural de Georgia, USA, en 1938, cuando vieron materializarse una pequeña bola de luz azul, a la altura de su rodilla, que creció de pocos centímetros a medio metro. La siguieron por más de un kilómetro hasta que llegó a una cabaña de madera, entró por la puerta, voló en su interior y volvió a salir, para regresar al camino y recorrerlo todo a la inversa. Cuando llegó al punto en donde había aparecido, se esfumó. Ward logró escuchar cierto ruido como el de un transformador eléctrico.

Charles Fitshugh Talman, un meteorólogo del United States Weather Bureau, cuenta que una tarde de verano dos mujeres caminaban a lo largo del precipicio en Ringstead Bay, en la costa Sur de Inglaterra. El clima era bochornoso, y en la distancia ocasionalmente relampagueaban los rayos. Repentinamente vieron numerosos globos de luz, del tamaño de bolas de billar, que las rodeaban por todas partes. Era como si aparecieran de la misma atmósfera, moviéndose de arriba abajo. Algunos de los globos estuvieron a pocos centímetros de las mujeres, pero siempre eludían sus intentos de ser atrapadas. A un tiempo «miles aparentemente las envolvieron». Finalmente desaparecieron.

En Bélgica, durante la segunda Guerra Mundial, un caporal canadiense relató lo siguiente:

«Hacia las 9 h 00, vi un globo luminoso que se dirigía del frente hacia atrás. Tenía un metro de diámetro, parecía estar dentro de una copa de humo y poseer una luz interna. Emitía una suave luz blanca. Estaba a unos 13 metros sobre el suelo y tenía una velocidad de unos 50 km/h y era totalmente silencioso. Visiblemente, no se movía con el viento sino más bien parecía guiado. Estaba sobre otro globo, y éste sobre otros. En total había cinco».

Esta visión es muy semejante al relato de Nicolás Roerich por el número de objetos observados. Quien también observó varias lucecitas brillantes fue el filósofo alemán Johann Wolfgang von Goethe. En el tomo VI de Conversaciones con Goethe, la biografía de Goethe, narra una curiosa aparición que presenció a la edad de 16 años, en un lodazal, mientras se dirigía en carruaje desde Frankfurt a la Universidad de Lepzig una noche que amenazaba tormenta:

«»¦ de repente, a un lado del camino, vi una especie de anfiteatro enormemente iluminado. En un espacio con forma de tubo había un sinfín de pequeñas lucecitas tan brillantes que dañaban la vista. Estas luces no eran fijas, ya que saltaban en todas direcciones, aunque había algunas que permanecían inmóviles».

«Sentí mucho tener que abandonar aquel maravilloso espectáculo, que hubiera querido observar más de cerca, para continuar el viaje. Queda por saber si se trataba de un pandemónium de fuegos fatuos o una asamblea de criaturas luminosas; no podría decidir».

Luego se enteró que en el lugar había existido una vieja cantera. ¿Eran fuegos fatuos como apuntó el filósofo? ¿Son estas visiones debidas a fenómenos de quimiluminiscencia o triboluminiscencia? ¿Acaso son centellas? Es difícil saberlo

REFERENCIAS

Acharius E., Account of an Extraordinary Meteoric Phenomenon, North American Review, 3:320, 1916. (Burbujas aéreas luminosas)

Anonimo, Un misterioso globo infuocato sorvola la provinciale di Filicaia, La Nazione Italiana (Lucca Edition), Florence, November 22, 1954, p. 2. (Refiere una luz esférica que se ve frecuentemente a ras del suelo en la villa de Tuscana, Italia)

Anonymous, Ball Lightning, Meteorological Magazine, vol. 57, 1922, p. 46 (Burbujas aéreas luminosas)

Anonymous, Ball Lightning, Scientific American, 57:53, 1887. (Burbujas aéreas luminosas)

Anonymous, Electrical Phenomena near Weymouth, Nature, 126:262, 1930. (Burbujas aéreas luminosas)

Anonymus, Spurious Daylight Observations of Leonids, Observatory, 23:68, 1900. (Burbujas aéreas luminosas)

Batchler Janet Newton, Seeing the Lights, Fate, August, 1986, p. 127. (Una serie de «bolas luminosas» vistas en el desierto de Mojave, California, in 1932)

Bonney A., Note on an Appereance of Luminous Bubbles in the Atmosphere, Quarterly Journal of the Royal Meteorological Society, 13:306, 1887. (Burbujas aéreas luminosas)

Dabaev Valery, The Ulan-Ude Lights, Fate, vol. 54, No. 5, May 2001. (Grupos de «bolas de luz» vistas en Siberia entre junio y diciembre de 1994)

Eaton H. S., Note on a Display of Globular Lightning at Ringstead Bay, Symon’s Monthly Meteorological Magazine, vol. 32, 1898, p. 127. (Burbujas aéreas luminosas)

Eaton H. S., Note on a Manifestation of Electricity at Ringstead Bay, Quarterly Journal of the Royal Meteorological Society, 13:305, 1887. (Burbujas aéreas luminosas)

Eckermann Joham Peter, Conversaciones con Goethe, UNAM , Colección Nuestros Clásicos, México, 2001, página 38. (Burbujas aéreas luminosas)

Ehlinger Kelly, Wimberley Lights, artículo en Internet 1999. (Tres pequeñas esferas vistas en Texas)

Marwick E. E., Curious Phenomenon, English Mechanic, 75:417, 1902. (Burbujas aéreas luminosas)

Poey M. A., Sur le passage d’une quantité considerable de globules lumineux, Comptes Rendus, 56:88, 1863. (Burbujas aéreas luminosas)

Smith-Gordon Lionel, Ball Lightning, Meteorological Magazine, vol. 57, 1922, p. 336 (Burbujas aéreas luminosas)

Swinnerton Henry U., Aerial Bubbles, Science, 21:136, 1893. (Burbujas aéreas luminosas)

Talman Charles Fitzhugh, Ball Lightning, American Mercury, vol. 26, 1932, p. 69. (Burbujas aéreas luminosas)

Vasconcelos José, Ulises Criollo, Ediciones Botas, México 1935, página 50. (Burbujas aéreas luminosas)

Diversas fotos de José Vasconcelos, desde su juventud hasta la vejez.

Libros escritos por Vasconcelos.

La biografía escrita por Joaquín Cárdenas Noriega.

Estos fueron los objetos observados por Nicolás Roerich. ¿Algo similar sería lo presenciado por la familia Vasconcelos?

Johann Wolfgang von Goethe