No se sabe la fecha exacta de su nacimiento. Algunos creen que William Ockham (Guillermo de Occam) nació en una localidad de Surrey llamada Ockham, al Sur de Londres, en 1280, pero otros opinan que fue en 1290 o en 1295, y otros más dan la fecha de 1300.
Guillermo de Occam.
Es poco lo que se conoce de su infancia. Muy joven viajó a Londres e ingresó a la Orden Franciscana. Estudió lógica y fue ordenado subdiácono en 1306. Hacia 1307 se trasladó a Oxford a estudiar teología, muy probablemente con Duns Scoto (Juan Escoto, 1266-1308). De 1315 a 1319 daría clases en Oxford y en París. Es precisamente en Francia, y luego en Alemania, en donde transcurriría la vida intelectual de De Occam.
En la Edad Media el texto oficial de Teología era la obra de Pedro Lombardo (1095-1160), Sentencias. Guillermo fue un encarnado crítico de esta obra y eso le impidió obtener el título de Teología en Oxford. Salió de la Universidad como «Inceptor» (principiante o bachiller) y continuaría sus estudios en conventos de Francia. El rector de Oxford, Jhon Lutterrell le acusó ante el Papa Juan XXII de haber cometido «56 errores», pero durante años, y gracias a su retiro a Francia, Occam continuaría sin ningún sobresalto.
Juan Escoto.
En 1323 Lutterrell, al no obtener respuesta, viaja a Aviñón para hablar con el Papa. Un año después Juan XXII ordena que Occam se traslade a Aviñón. Allí se le abrió un proceso para juzgar sus obras, mismo que duró varios años. La sentencia se dicta luego de tres años de deliberaciones, pero no satisface a Lutterrell, quien pide mayor dureza.
Durante el proceso, pero independiente de él, va tomando fuerza una nueva corriente dentro de la orden de los franciscanos: la llamada corriente «espiritual». Estos franciscanos decían que, ya que Jesús y sus apóstoles no habían tenido propiedades, los religiosos tampoco deberían tenerlas y tenían que vivir en la pobreza. Entre los líderes de este movimiento estaban el propio General de la Orden, Miguel de Cesena, y fray Bonagracia. Guillermo de Occam rápidamente se adhirió a esta corriente.
Juan XXII.
No es difícil comprender que esta tesis fuese declarada herética, pues afectaba los intereses de la Iglesia. Es entonces que en 1326, el Papa manda detener a Cesena, Bonagracia y a Occam. Los tres escaparían el 26 de mayo de 1328 para dirigirse a Alemania, en donde les daría asilo Luis IV de Baviera, quien ya había sido excomulgado en 1324.
Fue este hecho, y no sus críticas a Lombardo, lo que haría que el Papa lo excomulgara el 5 junio de 1328. Misma suerte correrían sus compañeros, pero Cesena, además, es destituido de su cargo, aunque tenía en su poder el sello de la Orden Franciscana. En 1329 Occam pasa a residir en el convento franciscano de Munich, ciudad-corte del emperador. Aprovecha su estancia en Munich para criticar las bulas del Papa sobre la pobreza. Escribe Ocho cuestiones sobre la autoridad del Sumo Pontífice y Compendio de los errores del Papa Juan XXII. Para Occam, Juan XXII es un antiPapa y, además, hereje.
También defendía que la Iglesia debería tener una función meramente espiritual, y por lo tanto el emperador tenía primacía temporal sobre el Papa. Sostenía que debería haber una separación entre el poder Papal y el temporal, y que la fe y la razón también deberían disociarse. Siguiendo las enseñanzas de Escoto, se opuso a Tomás de Aquino (que pretendía explicar la existencia de Dios mediante razonamientos filosóficos). Para Occam no podía haber una teología racional, ya que la existencia de Dios y otros dogmas religiosos, como la inmortalidad del alma, no pueden ser demostrados por medio de la razón, ya que se basan exclusivamente en la fe.
Luis IV de Baviera.
Juan XXII muere en 1334, pero Occam no se reconcilia con el sucesor, Benedicto XII. Continúa escribiendo sobre Lógica y Filosofía, pero principalmente sobre Política y Teología. También sus compañeros mueren y él queda como vicario de la orden franciscana sediciosa. Finalmente muere Luis de Baviera en 1347, quien había sido destituido un año antes. Cansado y sin apoyo, en 1348 entrega el sello de la Orden Franciscana y pide una reconciliación al Papa Clemente VI, quien lo perdona a condición de que firme una serie de retractaciones, se ignora si las llegó a firmar ya que a partir de ahí se pierde su rastro. Algunos piensan que murió en la epidemia de peste negra de 1349, pero para otros el Venerabilis Inceptor (Venerable Bachiller) o Doctor Invincibilis (Doctor Invencible) murió el 10 de abril de 1350 en la ciudad de Munich.
PENSAMIENTO POLÃTICO
Occam pensaba que todo el poder, político y religioso, proviene de Dios. A los hombres sólo les queda elegir a sus gobernantes (políticos y religiosos). El Papa, al ser elegido por un grupo de hombres (los cardenales) y al ser él mismo un hombre, puede equivocarse. Un cristiano está sometido al Papado, pero no al Papa. De igual forma, ni el Papa debe estar sometido a los reyes, ni estos al Papa ya que sus poderes provienen de Dios y son independientes.
Tomás de Aquino.
El Papa, al ser el sucesor de San Pedro, es la cabeza de la iglesia y príncipe de todos los obispos y su autoridad sólo alcanza las cuestiones religiosas y no a las civiles. Los reyes, a su vez, no tienen jurisdicción religiosa y su autoridad es sólo civil. La Iglesia y el Estado son independientes, aunque puede haber coordinación y colaboración debido a su común origen divino, con el fin de buscar un bien para la comunidad.
PENSAMIENTO FILOSÓFICO
Guillermo de Occam fundó el Nominalismo y también fue el responsable del Voluntarismo. El primero sostiene que todos los conceptos universales no son más que palabras, y al ser producto de la mente, son subjetivos. No hay ninguna realidad que responda al calificativo de universal. El segundo se refiere a la Voluntad omnipotente de Dios, es decir, odiar a Dios podría ser un acto bueno, siempre y cuando él mismo lo prescribiera (Deus potest praecipere quod voluntas creata odiat eum (…). Odire Deum potest esse actus rectum in via, puta si praecipiatur a Deo: ergo et in patria!). No hay un Bien y Mal naturales. Estos son sólo así porque Dios lo ha querido (ha sido su voluntad) y no a la inversa. Esto lleva a la negación de la existencia de Dios, ya que al poder hacer algo absurdo, él mismo sería un absurdo
Benedicto XII.
Según Occam, existen dos tipos de verdad:
a) Racional o Filosófica. El hombre capta esta verdad mediante la razón y la evidencia de los razonamientos.
b) Teológica. El hombre capta esta verdad mediante la fe, que se rige por la voluntad.
PENSAMIENTO CIENTÃFICO
Para Occam la Naturaleza siempre escoge el camino más simple. Este era un pensamiento común entre varios escritores medievales, como Durand de Saint-Pourcain, un dominico filósofo y teólogo fallecido en 1332, y también se encuentra enunciada en la obra de Duns Scoto.
Clemente VI.
Pero De Occam decía que la simplicidad no era un atributo de lo real pero sí debía serlo de las teorías sobre lo real. Para él la mejor teoría era aquella que puede explicar lo mismo con menos elementos o recursos. En particular cuestionó la teoría del ímpetu diciendo que afirmar «un cuerpo se mueve debido a que adquiere un ímpetu» era más complicado que decir sencillamente «un cuerpo se mueve», ya que la expresión «adquiere un ímpetu» no decía nada y por tanto no agregaba nada nuevo (flatus vocis = palabra vacía).
Sean Connery como Guillermo de Baskerville.
El concepto de asociar sencillez con verdad no era nuevo en el siglo XIV. De hecho se encuentra ya en la Física de Aristóteles, pero Occam lo utiliza, por ejemplo, para reinterpretar las ideas de causalidad del filósofo estagirita, afirmando que no se puede justificar una causa universal por simple acumulación de casos individuales.
LA FAMOSA NAVAJA
Esta búsqueda de la simplicidad y la sencillez es lo que llevó a Occam a afilar su navaja. La Navaja de Occam, el también llamado Principio de parsimonia (en el sentido de moderación) o de economía, es una de las herramientas más potentes y eficaces de la ciencia moderna. Implica que en el conjunto de teorías ofrecidas para explicar un hecho hemos de preferir, en general, la más simple. La forma más conocida dice: «Entia non sunt multiplicanda praeter neccesittatem» (No multiplicar los entes más allá de lo necesario). Pero de esa forma nunca la escribió Occam. En su obra encontramos la idea enunciada de diversas maeras, por ejemplo, cuando en los comentarios a las Sentencias de Pedro Lombardo, afirma: «Nunquam ponenda est pluralitas sine necesítate» (No debe suponerse una pluralidad sin motivo), o «Pluralitas non est ponenda sine necesítate» (No hay que suponer una pluralidad sin ser necesario). También en la expresión «Frustra fit per plura quod potest fieri per pauciora» (Es vano hacer con mucho lo que puede hacerse con menos); «Non sunt ponenda plura ubi sufficiunt pauciora», o bien «Quando propositio verificatur pro rebus, si duae res sufficiunt ad eius veritatem, superfluum est ponere tertiam», lo que quiere decir que cuando una afirmación puede ser verdadera por dos razones, y estas son suficientes, es superfluo suponer una tercera.
Una redacción más moderna dice que: «Las descripciones deben mantenerse lo más simples posibles hasta el momento en que se demuestre que resultan inadecuadas».
EL NOMBRE DE LA ROSA
Varios autores han señalado la influencia que tuvo Occam en la novela de Umberto Eco. En efecto, el mismo Eco informa en su Postille a Il nomme della rosa, que pensó originalmente en William de Ockham para el personaje que finalmente se llamaría William de Baskerville. Su origen franciscano y sus conocimientos de la filosofía natural lo hacían el candidato ideal para resolver los crímenes del monasterio. De hecho la trama ocurre en 1327, justo cuando De Occam estaba encarcelado en Aviñón.
Humberto Eco.
En toda la novela hay referencias al franciscano, como en el primer día (Vísperas), Baskerville le dice a Adso que «no conviene multiplicar las explicaciones y las causas mientras no haya estricta necesidad»; o cuando menciona ser amigo Guillermo de Occam.
SU OBRA
La obra de Occam es bastante extensa, y cubre varios campos del conocimiento, como Filosofía, Lógica, Naturaleza y Teología. Están, por ejemplo, sus estudios sobre la obra de Aristóteles: (In librum praedicamentorum; In duos libros Perihermeneias; In duos libros Elenchorum; Expositio super octo libros Physicorum).
Las críticas a los libros de Lombardo (Ordinatio sobre el libro primero de las Sentencias y Reportatio sobre los tres libros restantes).
También se ocupó de Porfirio en Expositio in artis logicae proemium et expositio in librum Porphyrii de praedicabilibus.
Hay que considerar también De Sacramento altaris; Scriptum in librum primum Sententiarum y Tractatus de praedestinatione et praescientia Dei.
Compendium logicae; Logicae tractatus minor y Tractatus logicae junto a Elementarium logicae; Summa totius logicae y Logica maior son sus obras más destacadas.
Finalmente hay libros dedicados a la Física: Quaestiones in octo libros physicorum; Quodlibetos y Quaestio Prima Principalis Prologi. Y sus escritos en los que se debate el problema de la potestad Papal y civil y se critica los errores y herejías de los Papas Juan XXII y Benedicto XII, como Tractatus de successivis.
REFERENCIAS
De Andres T., El nominalismo de Guil1ermo de Ockham como filosofía del lenguaje, Madrid, 1969.
Newman, J. R. The world of mathematics, Simon & Shuster, Nueva York, 1956.
Rábade S. Romeo, Guillermo de Ockham y la filosofía del siglo XlV, Madrid, 1966.
Shapiro H., Motion, time and place according to William of Ockham, Nueva York, 1957
Trueba Atienza Carmen, «Lógica filosófica medieval: San Anselmo y Guillermo de Occam», Analogía, 11(1): 151-166, ene-jul, 1997.