LA MANZANA
Otro caso de abuso infantil, esta vez generado por el fanatismo y las normas religiosas, es el de las niñas gemelas Zahra y Massoumeh Naderi. Su padre, un anciano de 65 años sin empleo, llamado Ghorban Ali Naderi aplicó la ley musulmana de una forma cruel y estúpida. Mantuvo a estas niñas iraníes alejadas de todo contacto con cualquier otro ser humano. Incluso él mismo, la madre y otros familiares no tenían acceso a las niñas, mucho menos los vecinos.
Ghorban era un hombre estricto y religioso que estaba preocupado por su honor y no deseaba que sus hijas estuvieran expuestas a las pecaminosas influencias del mundo exterior mientras él estaba fuera de la casa. Su esposa, una mujer ciega, estaba de acuerdo y entre ambos decidieron mantener encerradas a las niñas en un cuarto de tres por cuatro metros. Las niñas crecieron tras las rejas y paredes de una casa pobre de Teherán, sin bañarse sin aprender a caminar correctamente y emitiendo solamente gruñidos inarticulados.
Durante años nadie se dio cuenta de esta atrocidad. Pero luego, en 1997 cuando las niñas tenían unos 10 años de edad, unos vecinos dieron parte a las autoridades, a la Dirección de Asuntos Sociales, la dramática situación en la que se encontraban las dos hermanas gemelas, encerradas por su padre desde su nacimiento, y las niñas, al fin, pudieron ser rescatadas. Eran una piltrafa. Apestaban, no podían caminar y emitían gruñidos y otros ruidos sólo comprensibles entre ellas.
La trabajadora social examinó la situación y se enfrentó a los padres que aseguraban protegerlas así del mundo exterior: esa fue la opción que tomaron para mantenerlas seguras del mundo, alejadas del ojo masculino. La asistente social advirtió a los padres que tomaría a las muchachas bajo su cuidado si sus circunstancias no mejoraban. Se permitió que el matrimonio conservara la custodia a condición de que quitaran las rejas y candados de su puerta delantera.
Cuando la trabajadora social volvió, las encontró de nuevo inmovilizadas por su padre. Ghorban se quejó, lloró e insistió inútilmente en que no había hecho otra cosa que cumplir con el mandato de lo que le enseñó la tradición. Para apoyar sus palabras sacó un vetusto libro de Consejos para los Padres que inspiró literalmente su política hogareña. En el libro se podía leer: «La mujer es una flor que se marchita al sol y la mirada de los hombres es ese sol».
Eventualmente ocurrió una inversión de papeles: mientras que las niñas consiguieron salir a la calle e interaccionar con otros niños, Ghorban fue forzado a permanecer en casa tras las rejas de la puerta.
La noticia apareció en todos los diarios y la televisión de Irán. Después de conocer sobre esta tragedia, la hija del director de cine iraní Mohsen Makhmalbaf, Samira Makhmalbaf, una joven de 17 años, se comenzó a interesar en el destino y futuro de las gemelas.
Samira Makhmalbaf entró en contacto con la familia y consiguió que actuaran en una especie de documental basado en sus vidas: La Manzana. Aunque escrita por su padre y con el trabajo de la madre (Marziyeh Meshkini) como asistente de director, La manzana es una pequeña obra de arte ganadora de varios premios: Premio del público del Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires, así como también el de la OCIC, que nuclea a los críticos internacionales; el trofeo Sutherland para la mejor opera prima en el festival de películas de Londres; y obtuvo buenas críticas en el festival de películas de Nueva York y en Cannes 98.
La manzana relata el encuentro de las dos gemelas con el mundo exterior. El momento en que quedan libres, atraviesan el umbral, y se enfrentan a un nuevo mundo totalmente desconocido para ellas en donde todo las sorprende. Juntas, descubren lo que hay más allá de la puerta de su casa y se relacionan con otros niños.
También se le da voz al padre, quien insiste en decir que obedece a los preceptos tradicionales. No entiende porqué se le ha presentado como un monstruo. Se siente desconcertado y herido.
Esporádicamente aparece la silueta de la madre cuyo rostro jamás podrá verse, cubierto perpetuamente con el chador, maldice a la trabajadora social ante la impotencia de su ceguera.
Samira abordó la historia de las niñas en el intervalo que va desde su retorno al hogar (luego de un breve período de atención médica) y la disolución del sistema de encierro en que consistía la totalidad de su mundo.
Se asiste a la humanización de las hermanas con un regocijo que no puede dejar de trasladarse al espectador. En una entrevista Mohsen Makhmalbaf declaró: «Como ves en la película, estas dos muchachas al principio de la película parecen animales. Sólo hacen sonidos igual que los animales. Filmamos esto en 11 días, y durante estos 11 días, cambiaron más que durante esos 11 años, sólo debido a tener contacto con nosotros».
La «actuación» de las dos niñas es simplemente mágica. Su pureza e inocencia se ve en su comportamiento natural y genuinamente encantador vistos tan raramente en las películas. Zahra y Massoumeh ejecutan ante cámara la ínfima articulación de las escasas palabras que han aprendido. Aun cuando son liberadas, las muchachas no pueden inicialmente funcionar en un mundo del que no tienen ningún concepto y regresan al único lugar que les es familiar: su patio trasero. Pero poco a poco se van integrando. El encuentro con otros chicos o un animal, el simple hecho de cruzar la calle, de alejarse de la cuadra de casa o ir a comprar a algún negocio asume las formas del asombro propias de la infancia. Su sentido de descubrimiento en las calles diarias de Teherán se colorea con un temor encantador por los placeres simples. El sabor del helado, el encuentro con una cabra, las interacciones con los vendedores y los potenciales amigos dan lugar a situaciones cómicas y profundamente humanas.
Ficha técnica
Título original: Sib
Dirección: Samira Makhmalbaf
Guión: Mohsen Makhmalbaf y Samira Makhmalbaf
Fotografía: Mohamad Ahmadi y Ebrahim Ghafori
Música: Philippe Sarde
Producción ejecutiva: Iraj Sarbaz
Montaje: Mohsen Makhmalbaf
Intérpretes: Massoumeh Naderi (Massoumeh), Zahra Naderi (Zahra), Ghorban Ali Naderi (el padre), Azizeh Mohamadi (la madre), Zahra Saghrisaz (la asistente social).
Año 1998
Nacionalidad Irán
Estreno 26-11-98
Género Drama
Duración 85 m
Continuará…