Golpecitos sanadores para ingenuos

QUE NO LE DIGAN, QUE NO LE CUENTEN

Golpecitos sanadores para ingenuos[1]

Juan José Morales

El asunto no es nuevo. Escribí sobre él hace menos de seis meses, a fines de octubre del año pasado. Pero vale la pena ocuparse nuevamente de él, pues en aquel entonces se quedaron muchas cosas en el tintero. Me refiero a lo que algunos charlatanes denominan pomposamente Emotional Freedom Techniques o EFT para abreviar «”así, en inglés, para que suene más elegante»” y otros llaman «tapping», que también deriva del inglés y significa algo así como «dar golpecitos» (aclaración: no tiene nada qué ver con el tap, aquel baile zapateado que estuvo en boga gracias a los musicales de Hollywood con Fred Astaire y Ginger Rogers en las décadas de los 30 y 40 del siglo pasado).

clip_image001Olvídese de los medicamentos, la cirugía, la quimioterapia, las dietas balanceadas y todo lo que dicen o recomiendan los médicos. Usted solito, con sólo darse golpecitos en ciertos puntos del cuerpo como se indica en esta ilustración, podrá curarse de cualquier mal que le aqueje, hasta de la ninfomanía. Al menos esos afirman los charlatanes que promueven el «tapping».

Pues bien, el dichoso tapping es uno de esos métodos de autocuración que se dicen efectivos contra todo tipo de problemas y enfermedades emocionales, mentales y físicas, desde la depresión hasta la hipertensión.

Por ejemplo: si sufre usted depresión «”un problema que, según se estima, actualmente aqueja al 15% de la población y va en aumento gracias a la obra de individuos como Peña Nieto»”, no necesita gastar su dinero ni perder su tiempo en consultas a un sicólogo. Simplemente dése unos rítmicos golpecitos con la yema del índice y el pulgar en la ceja, y listo. Volverá estar rebosante de buen ánimo y amor a la vida. ¿Cada vez que está por abordar un avión empieza a sudar frío, le sobreviene un ataque de pánico y se resiste a entrar al aparato? En este caso los golpecitos hay que aplicárselos en el dorso de la mano y sentirá cómo la tranquilidad le invade y la sonrisa le ilumina el rostro aunque su vuelo sea por Malasian Airlines o Germanwings.

O tal vez su problema es la alta presión arterial. Tampoco en este caso hay que visitar al cardiólogo ni tomar vasodiladatores o algún otro fármaco para regular su circulación. No. Un rítmico tamborileo sobre la teta izquierda «”método aplicable tanto a hombres como mujeres»” hará que, como por ensalmo, su presión vuelva a la normalidad.

Si ya se cansó de hacer ejercicio, pagar interminables consultas a un nutriólogo, privarse de los tacos de cochinita y seguir dietas de náufrago sin lograr perder ni medio kilo de peso, no se preocupe. El tapping es la solución. Aplíquese unas cuantas sesiones de golpecitos y verá cómo la aguja de la báscula empieza a retroceder y usted se siente ligero cual pluma al viento.

Desde luego, el suave golpeteo no se aplica en cualquier punto del cuerpo, sino en sitios específicos que no vamos a detallar pero que corresponden a puntos de acupuntura y supuestamente son algo así como sitios de concentración de energía. Y es que esta seudoterapia parte de la vieja idea de que todas las enfermedades, ya sean de la mente, el alma o el cuerpo, son de carácter emocional y se deben a que «algunas emociones quedan atrapadas en el sistema energético de nuestro cuerpo, bloqueando el correcto flujo energético de nuestro organismo».

Pero para desbloquear las emociones atascadas, eliminar dolencias y enfermedades y dejar el cuerpo como nuevo, se inventó el «tapping». Todo lo que durante siglos estuvieron haciendo médicos y cirujanos fue una pérdida de tiempo. Cualquier mal habido o por haber puede curarse con esos golpecitos estratégicamente aplicados y acompañados de una especie de ritornelo repitiendo una y otra vez, «aunque me siento <abandonado, deprimido, miedoso, subestimado, agotado, adolorido o lo que sea> me acepto completa y profundamente».

Lo asombroso no es que haya quienes afirmen que de esa manera puede curarse cualquier enfermedad. Lo asombroso es que haya quien lo crea.

Nota final.- Tal vez ya habrá usted notado que esta columna hoy se denomina Que no le Digan, que no le Cuenten. Este nombre llevará todos los jueves, días que usualmente dedicamos a combatir patrañas seudomédicas, falsas terapias, productos milagro y demás timos y engaños.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Jueves 16 de abril de 2015

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