Un charlatán y un producto milagro en la SEP

QUE NO LE DIGAN, QUE NO LE CUENTEN

Un charlatán y un producto milagro en la SEP[1]

Juan José Morales

Generalmente las palabras charlatán y producto milagro se relacionan únicamente con promotores de falsas curas o con seudomedicamentos. Pero, estrictamente hablando, el secretario de Educación, Aurelio Nuño, es un charlatán, y la llamada reforma educativa, un producto milagro.

En efecto, Nuño «”a quien Peña Nieto intenta colocar como su sucesor en el trono»” practica la charlatanería por cuanto presenta como reforma educativa lo que en realidad es un simple examen, de cuyos resultados depende la permanencia en su puesto de maestros que pueden tener 20 ó 25 años de servicio. Y la tal reforma educativa es tan solo un producto milagro, por cuanto Nuño y Peña Nieto la presentan como la cura para la grave y lamentable situación en que se halla la educación en México.

clip_image002Aurelio Nuño es un secretario de Educación sin la mínima experiencia ni preparación académica en el campo educativo, sin educación especializada, sin haber jamás dado clase y, por supuesto, sin haber sido evaluado para certificar su preparación y capacidad intelectual para desempeñar el cargo. Pero como represor, está demostrando ser maestro.

Al decir de Nuño, todos los problemas de la educación se resolverán como por arte de magia con sólo someter a ese examen a los maestros y echar a la calle o sentar tras un escritorio a quienes no lo aprueben. Pero así como una píldora de azúcar sin compuestos químicos activos, o cualquier otro menjurje de charlatán, no cura enfermedad alguna, evaluar a los maestros no cambiará el estado actual de la educación si no se introducen cambios en los programas, contenidos, métodos y sistemas educativos»¦ y todo ello está ausente en la supuesta reforma.

De hecho, como señaló tajantemente hace poco en una de sus primeras declaraciones públicas el rector de la UNAM, «no es una reforma educativa… es una reforma en la forma de contratación de los profesores y evaluación de ellos. Esperamos ver la verdadera reforma educativa pronto».

Otra autoridad en materia de educación, el Instituto Nacional de Evaluación Educativa, el INEE, fue también categórico al respecto al decir que esta sedicente reforma no produce en sí misma una mejora ni se enfoca en las causas de los problemas educativos, que deben ser atendidas por los gobiernos estatales y el federal. «La evaluación «”precisó el INEE»” descubre las dimensiones de los problemas, la ubicación, sus diferencias y permiten acercarnos a atender sus posibles causas. Pero la verdadera mejora solamente se logra cuando se combaten las causas de los problemas. Esto le corresponde al Ejecutivo federal, de los estados y del Distrito Federal.»

Aquí cabe señalar que el INEE no es una entidad ajena al gobierno y opuesta a él, sino un organismo del propio gobierno y tiene justamente la misión, como su nombre indica, de evaluar la educación y sugerir formas de mejorarla.

En realidad, como decíamos hace casi tres años, la llamada evaluación «”que, repetimos, es un simple examen»” «se maneja como un fin en sí mismo para poder contratar y despedir maestros y no como un medio para detectar las deficiencias del sistema educativo, buscar la manera de corregirlas y así tener una educación de calidad.»

Peor aún: es un medio para apretar más el control del gobierno sobre los maestros. Por muchos años, ese control se ejerció a través del SNTE. Pero ahora, con la insurgencia magisterial, se ha ido debilitando. Por eso se ideó este nuevo mecanismo. Algo que oculta la información oficial sobre la evaluación, es que estará en manos de los gobernadores, los cuales de esta manera tendrán un instrumento para seguir presionando, controlando y corrompiendo a los maestros, ya sea favoreciendo a incondicionales y recomendados, o usando la evaluación para librarse de quienes no se dejen manipular. Serán los gobernadores quienes en última instancia dictarán las reglas del juego y podrán decidir a su antojo la suerte de los maestros.

De modo, pues, que no le digan, que no le cuenten. Ni los maestros son un hatajo de vándalos y holgazanes ineptos que se niegan a ser evaluados para que no se descubra su impreparación, ni la llamada reforma educativa «”que, repetimos, es un simple examen»” la panacea que resolverá la crisis de la educación.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Jueves 23 de junio de 2016

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