A prepararse para las grandes aguas

IMPACTO AMBIENTAL

A prepararse para las grandes aguas[1]

Juan José Morales

Hace más de 60 años, en 1953, una gran tormenta que dejó más de dos mil muertos en la zona del Mar del Norte, mostró a los habitantes de Londres lo vulnerable que era su ciudad ante los embates del mar. Se decidió entonces construir la llamada Barrera del Támesis, una gran obra a base de compuertas que en caso de un fenómeno similar pueden cerrarse para evitar que las marejadas lleguen hasta la urbe. Construirla, sin embargo, no fue tarea fácil y llevó 30 años.

imageLa Barrera del Támesis, en la desembocadura de este río, consiste en una serie de compuertas que se extiende por más de 500 metros. Puede abrirse y cerrarse según las condiciones del mar. Protege a Londres de inundaciones debidas a mareas excepcionalmente altas y marejadas de tormentas.

Este caso debe servir como antecedente para empezar a tomar medidas ante el aumento en el nivel del mar, que podría llegar a ser de

más de dos metros de aquí a fin de siglo. Así lo señalan en un artículo publicado en la prestigiada revista Science los profesores Michael Oppenheimer, de la universidad norteamericana de Princeton, y Richard Alley, de la de Pennsylvania. Levantar defensas contra el esperado avance de las aguas marinas, subrayan, tomará décadas, así que debemos comenzar desde ahora. Porque la elevación no será súbita, sino gradual. Esto significa que si no se actúa oportunamente, para la segunda mitad del siglo el mar habrá cubierto ya considerables trechos de costa.

Todo esto no nos resulta tan ajeno como podrían suponer algunos. No debe olvidarse que nuestros litorales del Golfo de México y el Caribe son muy bajos, y las proyecciones sobre los efectos del ascenso en el nivel del mar indican grave peligro. Grandes extensiones, incluso zonas donde se asientan importantes ciudades y puertos, se verían cubiertas por las aguas.

No vamos a entrar en detalles. Basta decir que en el caso de la península de Yucatán, las poblaciones situadas a lo largo de nuestras costas se asientan, casi todas, sobre franjas arenosas cuya altura sobre el nivel medio del mar es de apenas un metro o metro y medio o, como Chetumal, en zonas bajas inundables, y la economía de Quintana Roo depende casi totalmente de la existencia de playas que desaparecerían tragadas por las olas.

Hay todavía, sin embargo, quienes restan importancia a los pronósticos de los científicos sobre la elevación del nivel del mar, tildándolos de falsos o exagerados. Uno de ellos es Donald Trump, de quien por tanto debe esperarse que como presidente de Estados Unidos se oponga a cualquier medida contra el calentamiento global y el cambio climático.

Curiosamente, sin embargo, y a despecho de su posición pública, Trump se ha movilizado para proteger del ascenso en el nivel del mar uno de sus negocios: un campo de golf en Irlanda.

Según el diario británico The Independent, la Organización Trump pidió al gobierno del condado de Clare en ese país que se le autorice a levantar una barrera para proteger del avance del mar el campo de golf que tiene en ese lugar, y en los documentos para justificar la solicitud, cita como una de las razones para realizar dicha obra»¦ el aumento en el nivel del mar debido al cambio climático.

La solicitud «”dicho sea de paso»” fue denegada, entre otras razones porque la construcción pondría en peligro a una rara especie de caracol.

Desde luego, cabe preguntarse qué puede hacerse para proteger las costas del ascenso de las aguas marinas. Hay muchas respuestas, desde obras como diques al estilo holandés, hasta el reforzamiento de barreras naturales de protección como son los humedales. Pero el espacio no da para más, así que dejaremos el tema para otra ocasión.

Comentarios: kixpachoch@


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Viernes 6 de enero de 2017

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