El más antiguo debate del escepticismo: una prehistoria de no ser un cretino (1838-2010)

El más antiguo debate del escepticismo: una prehistoria de no ser un cretino (1838-2010)

31 de julio de 2011

Por Daniel Loxton, publicado en el SkepticBlog

Traducción gentilmente autorizada, colaboración de Vitor Moura

La conferencia «The Amazing Meeting 9» – el mayor, más amplio y más importante encuentro de mentes del escepticismo organizado – está llegando. Parece un buen momento para recordar la presentación más debatida de TAM el año pasado: el discurso del astrónomo Phil Plait «No sea un Cretino» (video em inglés) pidiendo menos insultos[1] y más civilidad en la diligencia escéptica:

«La mejor idea ya concebida en la historia de la humanidad es inútil a menos que alguien la comunique. Se morirá en el tubo de ensayo. Y en nuestro caso, lo que estamos aquí comunicando a la gente no es necesariamente algo que quieren escuchar. Y así, nuestra actitud -como pasamos este mensaje- asume una importancia crucial».

Como algunos lectores deben saber, el discurso «NSC» de Plait desencadenó una tempestad en línea que se extiende hasta hoy.

Yo explico la ética del escepticismo bastante frecuentemente[2] (esa es una de las principales razones por las que blogueo además de escribir libros y artículos para la revista Skeptic), pero hoy me gustaría volver a algo más simple y más concreto. Vamos a explorar una pregunta histórica directa:

¿Sería el pedido de Plait por civilidad algo nuevo para el escepticismo?

Sucede que la respuesta es: «No, ni de lejos». (Tenga en cuenta: Esto es largo un artículo, con más de 4500 palabras)

El más antiguo debate interno del escepticismo

Inmediatamente después del discurso de Plait, empecé a oír sugerencias de que en realidad el discurso era un intento velado de proteger la religión, y que podría incluso estar relacionado a algunas entonces recientes controversias en el mundo ateo (controversias que ni voy a fingir ser capaz de acompañar).

Pero llamados similares por un escepticismo más gentil, más cuidadoso, pre-datan la blogosfera atea por casi 200 años (como veremos) y probablemente mucho más. Ellos son sobre el escepticismo basado en la ciencia – y durante los años 1980 y 1990, ellos eran una línea dominante definiendo lo que hacemos.

¿Por qué las solicitudes por una mayor civilidad son tan persistentes? Esto es una consecuencia inevitable de la tensión entre dos de los papeles fundamentales del escepticismo: la crítica (que es inherentemente conflictiva, al menos en algún grado) y el alcance educativo (que debe, por su naturaleza, alcanzar a las personas). El resultado es que los pedidos por «Â¡Más acción! ¡Arremanguen las mangas!» siempre han sido alternados con pedidos por un enfoque más empático y consciente de nuestros objetivos.

Pero vamos a dejar el análisis del «por qué» para otro día. Por ahora, basta con volver a una pequeña selección de siglos de discusiones en el escepticismo sobre el «tono» de lo que hacemos.

Antes de empezar, debo observar de paso que ha erosionado los tambores de la civilidad durante años. (Para ejemplos recientes, considere mi discusión en 2009 sobre civilidad con María Walters y Blake Smith de MonsterTalk en el podcast Skepchick, o la sección «No se burle de la gente» de mi panel de activismo ¿Qué debo hacer a continuación? en PDF. Esas fueron lecciones aprendidas duramente de mi trabajo de criticar la criptozoología y las alegaciones paranormales, y no tenía nada que ver con la religión).

Pero usted ya sabía que yo promuevo esas cosas. Veamos lo que otros han dicho.

Perciba que esto no es en absoluto una revisión exhaustiva de la literatura. Estos son sólo algunos de los primeros ejemplos que me vienen a la mente. A pesar de todo, estoy pasando directamente por algunos de los últimos trabajos relacionados con el tema, incluyendo la presentación de 2010 «No seas un cretino: Etiqueta para Ateos y escépticos» de Rebecca Watson (en la que ella concluye: «Â¡Haz lo que sea necesario para recordar que la persona con quien estás hablando es un ser humano!» y el podcast de corta duración Actually Speaking (que intenta explorar «El Lado Humano del Escepticismo»). Además, tenga en cuenta que esta explícitamente concebida como una introducción a una escuela de pensamiento prominente dentro del escepticismo científico, el otro lado del péndulo va a tener que esperar por otro post. Finalmente, note que estoy dejando de lado discusiones similares en muchas otras esferas (como el ateísmo, política, juegos online y la blogosfera como un todo).

Celos a la Civilidad Antes de NSC

2010

El paralelo más divertidamente exacto de «No seas un Cretino» debe ser «No seas un Idiota!» – un artículo que Jonathan Abrams, presidente de los escépticos de Ottawa escribió pocos meses antes del discurso de Plait. «Al contrarrestar una alegación», Abrams alertó, «haga lo posible para evitar el desentendimiento personal. Sea humilde, admita que usted puede estar equivocado también, pero lo más importante: no sea un idiota».

2008

Abrams, a su vez, fue inspirado por el propio Skepticblog de Brian Dunning, que en 2008 exploró el tema «Como ser un escéptico y aun tener amigos«.

«Diseminar el pensamiento crítico involucrándose en conversaciones con sus amigos debe ser una manera de crear lazos, no heridas. Si desea extraer lo esencial de este podcast, es exactamente eso. Concéntrese en lo que ustedes concuerdan. Yo descubrí que eso convirtió a las personas que me veían como un enemigo y venían a desafiarme con nuevas alegaciones en amigos que buscan mi opinión sobre las historias que les parecen improbables».

2004

Un marco importante fue un artículo del Skeptical Inquirer en 2004 llamado «Cruzando el abismo entre las Dos Culturas«. Escrito por una autora llamada Karla McLaren que formaba parte del movimiento de la Nueva Era que acabó involucrándose con la comunidad escéptica[3], este trabajo conmovedor compartió una perspectiva de la audiencia que los escépticos necesitaban oír.

«¿Por qué tengo que escribir la palabra «˜charlatán»™ cuando quiero un comentario escéptico sobre las elecciones que hago en los servicios de salud? ¿Y por qué tengo que pasar tanto tiempo traduciendo en los sitios escépticos que visito – o apenas saltando palabras como golpista, impostor, charlatán, fraude, creyente y tonto? ¿Por qué yo (el tipo de persona que realmente necesita información escéptica) tengo que verme descrita en términos ofensivos y bajar mi cabeza llena de vergüenza antes de que pueda realmente acceder a la información disponible en su cultura?»

Buena pregunta. Me quedé conmovido con este artículo.

McLaren destacó una falla crítica y sistemática en la divulgación escéptica y en los medios escépticos: ella es creada por escépticos, y su éxito es medido por la aprobación de otros escépticos. Nuestras informaciones que a veces salvan vidas parecen casi intencionalmente dirigidas a alcanzar a la pequeña minoría de personas que no la necesitan, y para rechazar la mayoría[4], que la necesita. (Como el discurso NSUC de Phil Plait dice: «Mire, tenemos que admitir que nuestra reputación entre la mayoría de la población no es exactamente una maravilla»).

Recordando a Carl Sagan de forma profunda, McLaren enfatizó que «la búsqueda de la verdad, la preocupación por el bienestar de los demás, la necesidad de ser tratado con respeto y la necesidad de ser acogido en una cultura – esas son cosas que mi clase comparte con ustedes». Ella imploró por la construcción de puentes: intentos inteligentes, acogedores de genuinamente comunicarse con aquellos que más lo necesitan.

Pero nada de eso era nuevo para los años 2000. Absolutamente.

1999

Considerar el movimiento como se describe en el artículo de la folclorista Stephanie Hall en 1999, «El Folclore y el surgimiento de la moderación entre los escépticos organizados». Su análisis del movimiento en ese momento suena muy diferente a la situación de hoy, pero es consistente con mis propios recuerdos. Durante la década de 1990, el «escepticismo científico» de alcance limitado era dominante entre los grupos escépticos locales, regionales y nacionales y, gracias a la influencia del astrónomo Carl Sagan (casi ciertamente la más ampliamente admirada voz pública por el escepticismo científico) llevar a los escépticos más lejos de la retórica exaltada, hostil, autoritaria.

Los Argumentos NSUC de Sagan

1996

Carl Sagan estuvo involucrado con el primer grupo escéptico norteamericano de éxito (CSICOP, ahora llamado CSI) desde su formación en 1976. Pero su implicación con el activismo escéptico retrocede más allá de esa fecha – e irónicamente, su primer acto fue el de oponerse al «tono» de un proyecto escéptico.

Fue un caso que significó tanto para él que él todavía estaba hablando de eso 20 años después. Como recordó Sagan en el libro de 1996 El mundo y sus demonios (en mi opinión, el mejor libro escéptico escrito),

«A la mitad de los años 70, un astrónomo que admiro redactó un manifiesto modesto llamado «˜Objeciones a la astrología»™, y me pidió que lo endosase. Luché con su frase, y por fin me vi incapaz de firmar – no porque creyera que la astrología tiene alguna validez, sino porque sentía (y aún siento) que el tono del discurso era autoritario»[5].

Le invito a leer «Objeciones a la Astrología» antes de continuar. (Es corto, vamos a esperar.) Usted notará que es ligero para los patrones de la blogosfera, y no muy diferente de los proyectos escépticos actuales (como la campaña «10:23» contra la homeopatía). Entonces, ¿cuál era el problema de Sagan con la declaración, que fue, después de todo, firmada por varios ganadores del Premio Nobel?

La declaración denunciaba lo que llamaba «las afirmaciones pretensiosas de los charlatanes astrológicos», pero no logró hacer una investigación seria, un caso basado en la ciencia para apoyar esta opinión. «Yo habría endosado», reflexionó Sagan, «una declaración que describiera y refutase los principales dogmas de la creencia astrológica».

En vez de eso, él sintió, este «rechazo arrogante por un grupo de científicos», simplemente decretó que la astrología es estúpida. «Criticaba la astrología», Sagan observó, «por tener orígenes encubiertos en la superstición» – pero lo mismo sucede con muchas ciencias legítimas. ¿Y qué? La pregunta es si esto funciona. Sagan continuó:

«Y entonces había especulación sobre las motivaciones psicológicas de aquellos que creen en la astrología. Estos motivos -por ejemplo, el sentimiento de impotencia en un mundo complejo, penoso e imprevisible- podrían explicar por qué la astrología no está generalmente sometida al examen escéptico que merece, pero quedan al margen de la cuestión que es de saber si funciona».

«La declaración enfatizaba que era impensable un mecanismo por el cual la astrología pudiera funcionar. Este punto es ciertamente relevante, pero por sí solo no es convincente».

(Sabíamos que muchas cosas eran verdad mucho antes de saber por qué eran verdad).

Los argumentos de Sagan sobre el tono fueron ampliamente aceptados, y ayudaron a definir el escepticismo de la década de 1990. En particular, sería difícil exagerar la influencia de «El Mundo y sus demonios», que explícitamente reconoció el problema del tono:

«¿He oído a un escéptico hablar de modo superior y despectivo? Ciertamente. A veces hasta he escuchado, para mi posterior consternación, ese tono desagradable en mi propia voz … Por la forma en que el escepticismo es a veces aplicado a cuestiones de interés público, hay una tendencia a apegar a los opositores, tratarlos con aire de superioridad, ignorar el hecho de que, engañados o no, los adeptos de la superstición y de la pseudociencia son seres humanos con sentimientos reales que, como los escépticos, intentan comprender cómo funciona el mundo y cuál podría ser nuestro papel en él. En muchos casos, sus motivos se armonizan con la ciencia. Si su cultura no les dio todas las herramientas necesarias para llevar adelante esa gran búsqueda, vamos a moderar nuestras críticas con bondad. Ninguno de nosotros nace plenamente equipado»[6].

Note que la crítica de Sagan fue en todos los sentidos idéntica a los argumentos del discurso NSC de Plait. Sagan escribió,

«Sin embargo, la principal deficiencia que veo en el movimiento escéptico está en su polarización: Nosotros versus ellos – el sentimiento de que tenemos el monopolio de la verdad; de que las otras personas que creen en todas esas doctrinas estúpidas son imbéciles; de que, si son sensatas, ellas nos escucharan; y de que, si no lo hacen, están fuera del alcance de la redención. Esto no es constructivo. No puede transmitir el mensaje. Condena a los escépticos a un permanente status de minoría; mientras que un enfoque compasivo, que desde el principio reconociera las raíces humanas de la pseudociencia y de la superstición, podría ser aceptada por mucha más gente»[7].

El Buen y Viejo Sentido Común

1992

Algunas veces se dice que el escepticismo no tiene un manual; pero la investigación escéptica, al menos, tiene más de uno. Estos incluyen Piezas Faltantes «” Como Investigar Fantasmas, Ovnis, Psíquicos, & Otros Misterios, por Robert Bakere y Joe Nickell; y la reciente Investigación Científica de lo Paranormal: Como Resolver Misterios Inexplicados de Ben Radford.

Como una guía práctica, el libro de 1992 de Nickell y Baker está, naturalmente, lleno de consejos prácticos. La empatía y la cortesía son enfatizadas por todo el libro como las mejores prácticas. Este pasaje (bajo el encabezado de la sección «Algunas cuestiones éticas») es particularmente contundente.

«Usted puede evitar dilemas éticos la mayoría de las veces usando su buen y viejo sentido común y el buen sentido. Si usted haría más mal para las personas ridiculizando sus creencias religiosas en vez de permitirles mantenerlas y aún ayudarlas a resolver sus problemas inmediatos, usted olvida sus creencias y las ayuda a resolver sus problemas urgentes. Esta es la única cosa ética que hacer. El fanatismo, tanto por parte de un escéptico, como de un psíquico, es igualmente deplorable»[8].

Esta reserva no era simplemente una cuestión de compasión, de acuerdo con Piezas faltantes, sino de responsabilidad.

«Desgraciadamente, muchas veces en los últimos años, los escépticos celosos mostraron a menudo más emoción que lógica, hicieron acusaciones violentas en las que la evidencia falló en dar apoyo, no pudieron comprobar sus afirmaciones y, por lo general, no hicieron lo que era necesario para hacer sus retos creíbles. Tales críticas irreflexivas pueden hacer mucho más mal que bien»[9].

¿Sus consejos? Siguen los pasos descritos por el psicólogo Ray Hyman, en su artículo «La crítica adecuada» (que abordaremos brevemente) – especialmente «El principio de la caridad».

No se debe escarnecer las Acciones Humanas, sino comprenderlas

1992

Fundada en 1992, la revista Skeptic fue inspirada en el ejemplo de Carl Sagan – y ha sido un proyecto explícitamente consciente de su tono desde el primer día. Michael Shermer es bien conocido por su explotación de por qué las personas inteligentes creen en cosas extrañas (un tema que él aborda, una vez más, en su libro lanzado en 2011 El Cerebro Creyente); no es ninguna sorpresa que él y Pat Linse decidieron promover esta máxima de Spinoza como el mensaje en el corazón de la Sociedad de los escépticos:

«Hice un esfuerzo incesante para no ridiculizar, no lamentar, no despreciar las acciones humanas, sino comprenderlas».

Al reflexionar sobre este lema, Pat Linse, co-editor de Skeptic, recuerda,

«Cuando trabajé en una caja registradora, uno de los mejores indicios de que estaba a punto de recibir un cheque sin fondos era una actitud agresiva por parte del cliente. Es lo mismo con una discusión. Uno de los mejores indicadores de un argumento débil es la agresión por parte de la persona que lo hace»[10].

Además, como Michael Shermer enfatiza,

«Si usted comienza una conversación con la gente diciéndoles que sus creencias más queridas y arraigadas son un total absurdo y ridículas, usted cerró la conversación antes de que ella comenzara – y cerró la puerta a cualquier otra comunicación sobre las virtudes del escepticismo»[11].

Estos sentimientos se construyen en sus conferencias, y no son sólo una conversación. Shermer se mantuvo firme en el enfoque tranquilo, de búsqueda de la verdad, incluso ante una presión enorme, e incluso cuando la tentación pudo haber sido juzgar primero y entender después.

El 14 de marzo de 1994, Shermer apareció en The Phil Donahue Show (una fábrica de audiencia pionera del género de entrevistas diarias después dominado por Oprah[12]) para refutar las alegaciones de los negadores del Holocausto Bradley Smith y David Cole (Video). Shermer recordó lo ocurrido durante un intervalo comercial entre los segmentos del debate:

«Pensando que me había salido bien en analizar las metodologías de los negadores, yo estaba cómodamente a la espera del próximo segmento, cuando el productor vino corriendo hacia mí. «˜Shermer, ¿qué estás haciendo? ¿Qué estás haciendo? Necesitas ser más agresivo. Mi jefe está furioso. ¡Vamos!»™ Me sorprendió. Aparentemente o Donahue creía que los negadores del Holocausto podrían ser refutados en cuestión de minutos, o él estaba esperando que yo sólo los llamaría antisemitas como él lo hizo y terminar el asunto»[13].

Shermer ciertamente defendió la historia legítima, y él criticó los argumentos de los revisionistas; pero no pasó a los ataques personales. En vez de eso, él realmente concordó ante la cámara con algunas de las reivindicaciones hechas por los negadores del Holocausto – porque esas afirmaciones particulares por casualidad eran verdaderas. ¿Alguna conjetura sobre si le gustaba estar en esa posición? La respuesta es que no importa: Shermer es un escéptico e historiador. La verdad debe venir en primer lugar.

En su libro de 2000, Negando la Historia, los co-autores Michael Shermer y Alex Grobman rechazaron críticas profesionales de que era inapropiado que ellos tuvieran encuentros cordiales con negadores del Holocausto.

«Al tratar con las reivindicaciones de los negadores del Holocausto, creemos que no es suficiente ser académicos en una torre de marfil, intentando alcanzar la objetividad con la distancia, cuando los sujetos que hacen esas alegaciones son amigables, ansiosos de conversar, y están a sólo una llamada o un vuelo de distancia …»

«Las fuentes primarias son la herramienta más importante del historiador, y ¿qué podría ser más primario en escribir un libro sobre la negación del Holocausto que reunirse con los propios negadores, ver sus oficinas, hacerles preguntas, leer su literatura y, en general, intentar entrar en sus mentes?»[14]

Este es un aspecto poco apreciado para la cuestión del tono: la ventaja de investigación de la colegialidad. Cuando los escépticos tratan a los adversarios con cortesía, estamos mejor posicionados para adquirir la comprensión que necesitamos para ser críticos bien informados y eficaces[15]. Durante la aventura de Shermer en Donahue, el anfitrión pronto se vio en apuros, porque le faltaba el conocimiento específico sobre el revisionismo del Holocausto. Esto puede suceder fácilmente para los escépticos que se niegan a tener conversaciones en profundidad a través de divisiones ideológicas profundas.

El Lado Negro del Ridículo

Los críticos a menudo enmarcan los debates de civilidad como una dicotomía: sea comedido o sea honesto. Pero los escépticos desde hace mucho tiempo han aprendido que la elección es a menudo entre comedimiento honesto e inventar cosas. Es decir, la incivilidad a veces va de la mano con la exageración, imprecisión factual y responsabilidad legal. (Considere frases escépticas comunes tales como «Él es un fraude». Esta frase siempre insulta, pero sólo de vez en cuando es verdadera).

1991

El escéptico Jim Lippard abordó esto en su artículo de 1991, «Como no discutir con Creacionistas«, publicado en el diario Creación/Evolución del Centro nacional para Educación Científica. De acuerdo con Lippard, «los oponentes del creacionismo en Australia se involucraron en tácticas que llevaron al pedido de excusas públicas a los creacionistas por radio y medios impresos, la crítica por otros opositores del creacionismo, e incluso la acción judicial». Los estudios de caso detallados, que invito a los escépticos a leer.

Por ejemplo, Lippard criticó lo que llamó «falsas declaraciones» de Ian Plimer, que estaba entre los adversarios más contundentes del creacionismo. (Plimer es más conocido a los escépticos de hoy por sus ataques muy controvertidos contra la ciencia del clima). Lippard citó casos en que Plimer hizo graves acusaciones sobre irregularidades financieras por parte de organizaciones creacionistas-alegaciones por las que la Compañía de Radiodifusión de Australia y el periódico Media Information Australia[16] más tarde pidieron disculpas.

Lippard también citó una carta en la que Plimer escribió sobre «un grupo de jóvenes (principalmente niños) acompañando al [creacionista Duane] Gish que continuamente lo tocaban. Esto es igual al testimonio de otras fuentes que arrojan luz sobre la vida personal de Gish y que hace que Jimmy Swaggart parezca un guardián moral de la fe». Lippard concluyó que esa alegación era una «insinuación ad hominem sin base». Gish llamó «una escandalosa falsedad calumniosa», diciendo «Yo desafío Plimer a producir un gramo de evidencia para apoyar la acusación de arriba»).

Note que los argumentos de Lippard por «un estilo más cuidadoso de debate y disputa» fueron pragmáticos:

«Ian Plimer y otros han defendido su estilo con el fundamento de que el creacionismo es un movimiento político en lugar de científico. Mi impresión es que creen que el creacionismo debe ser defendido a cualquier costo, por casi todos los medios disponibles … Mientras que el estilo de mano de hierro podría convencer a algunas personas de que el creacionismo es ridículo y que no vale la pena ser considerado seriamente por los científicos, las distorsiones ciertamente vendrán a la luz (como han venido). Cuando esto ocurre, todas las ganancias a corto plazo y más se pierden».

No debemos perder de vista el hecho de que no importa cuán tonto parezca el creacionismo desde una perspectiva informada, aquellos que se adhieren a él son seres humanos … El ridículo y el abuso simplemente confirman sus sospechas sobre los malignos evolucionistas conspiratorios que están tratando de suprimir el punto de vista creacionista[17].

Lippard no fue, por cierto, el primer abogado de la ciencia en expresar su preocupación por el enfoque de Plimer. En 1989, David Suzuki utilizó Plimer como un ejemplo para su crítica que «algunos evolucionistas se volvieron fanáticos en su búsqueda de la verdad, siendo tan rencorosos como sus blancos»[18].

En cuanto a la cuestión, Lippard ofreció una simple conclusión: «Los opositores del creacionismo no deben usar la misma táctica que los creacionistas suelen usar; ellos deben ser cuidadosos, honestos y precisos».

(No está directamente relacionado, pero Plimer más tarde llevó su batalla contra el creacionismo al tribunal – y se dice que acabó teniendo que pagar medio millón de dólares en costos judiciales).

Crítica Apropiada

1987

Esto nos lleva a lo que puede ser el argumento más conciso y valioso ya defendido para el comedimiento escéptico: un artículo de 1987 llamado «La crítica adecuada«, escrito por el psicólogo Ray Hyman (otro fundador del CSICOP). De acuerdo con el director ejecutivo del CSI, Barry Karr, «La crítica adecuada» de Hyman es «probablemente el tema más reimpreso y ampliamente divulgado que apareció en la Skeptical Inquirer o en los Skeptical Briefs», siendo ampliamente adoptado y reproducido por organizaciones escépticas en todo Estados Unidos – y en todo el mundo[19].

«La crítica adecuada» vino al final de la infancia del movimiento escéptico, después de una década pasada aprendiendo la dura lección de que, como dice Hyman, «la tarea del crítico, si es para ser realizada adecuadamente, es a la vez desafiante y llena de peligros imprevistos».

¿Qué peligros? Los procesos estaban en la lista de Hyman (no sin razón: James Randi y el CSICOP pronto acabaron enfrentando un proceso de difamación de $ 15 millones de dólares – una amenaza siempre presente que puede llevar a los escépticos a la ruina hoy). Los desperdicios eran otro:

«Durante la primera década de existencia del CSICOP, los miembros del Consejo Ejecutivo, a menudo se vieron dedicando la mayor parte del tiempo disponible para controlar los daños – generados por los comentarios descuidados de colegas escépticos – en lugar de por la causa común de explicar la agenda escéptica»[20].

Pero Hyman estaba más preocupado por la integridad:

«Podemos hacer mejoras enormes en nuestros esfuerzos colectivos e individuales, por simplemente intentar adherir a esos patrones que profesamos admirar y que creemos que muchos de los vendedores ambulantes de lo paranormal violan. Si nosotros mismos nos vemos como los defensores de la racionalidad, de la ciencia y de la objetividad, entonces debemos mostrar esas mismas cualidades en nuestras críticas. Sólo por intentar hablar y escribir en el espíritu de precisión, ciencia, lógica y racionalidad … elevaríamos la calidad de nuestras críticas por al menos un orden de magnitud».

Hyman tenía sugerencias concretas sobre cómo realizar esto, discutidas en estos subtítulos:

1. Esté preparado.

2. Aclare sus objetivos.

3. Haga su deber en casa.

4. No vaya más allá de su nivel de competencia.

5. Deje que los hechos hablen por usted.

6. Sea preciso.

7. Utilice el principio de la caridad.

8. Evite palabras cargadas y sensacionalismo.

(Usted notará que esta lista de un cuarto de siglo de edad cubre exactamente el mismo terreno que los dos discursos más desafiantes en la conferencia de 2010 de la TAM8: el discurso NSC de Plait y la alerta de Massimo Pigliucci para los escépticos sobre la arrogancia de opinar fuera de nuestra competencia.)

De estos principios, Hyman anticipó que el «principio de la caridad» puede ser el más controvertido.

«Sé que muchos de mis colegas críticos encontrarán este principio intragable. Para algunos, los creyentes en lo paranormal son el «˜enemigo»™, y parece inconsistente darles el beneficio de la duda. Pero ser cariñoso con las alegaciones paranormales es simplemente el otro lado de ser honesto y justo».

Esto es funcionalmente equivalente al «compromiso justo» de Steven Novella, o la «Suposición de buena fe» de Wikipedia: haga un esfuerzo genuino para entender el mejor punto de su oponente, y prosiga en ello; no asuma motivos impíos que no están en evidencia. Como Hyman continuó,

«A menudo podemos cuestionar la precisión o la validez de una afirmación paranormal. Pero raramente estamos en posición de saber si el que la defiende está deliberadamente mintiendo o está auto-engañado. Además, muchas veces tenemos una opción en cómo interpretar o retratar los argumentos de un oponente. El principio nos dice para retratar la posición del adversario de un modo objetivo, imparcial y no emocional».

Esto, dice Barry Karr, «nos proporciona un recordatorio necesario de que estamos en el ramo de examinar las alegaciones y de criticar las ideas, no la persona. Sí, podemos ser firmes en nuestras objeciones, pero sobre todo tenemos que ser justos y honestos en nuestro enfoque».

El Consejo Ejecutivo del CSI sigue luchando con cuestiones éticas espinosas, en las que Hyman y su pensamiento permanecen como luces orientadoras. Como Kendrick Frazier (Editor de la Skeptical Inquirer en los últimos 34 años) explica,

«»˜La crítica adecuada»™ es y ha sido uno de los principales guías éticos y estratégicos para los escépticos. Es especialmente importante que la nueva generación de escépticos la lea y adopte. Ella proporciona una noción de las disputas antiguas por las cuales los escépticos pasaron, cómo evitarlos y, más importante, cómo ser eficaz»[21].

Una Cisma Inicial

1977

El sociólogo Marcello Truzzi fue un miembro fundador del CSICOP (de hecho, el CSICOP fue creado a partir de un grupo novato que Truzzi inició en 1975), y el primer editor de su periódico, The Zetetic (ahora llamado Skeptical Inquirer). Él renunció a ese cargo después de sólo dos ediciones alegando diferencias de principio – incluyendo las cuestiones ligadas a tono y apertura.

Comentando sobre la renuncia de Truzzi, la revista Science resumió la discordancia:

«Hay, por lo tanto, un espectro de opinión sobre el comité entre aquellos que tienden a favorecer una línea más dura, desenmascarando el tratamiento de los paranormales y aquellos que tienden a una evaluación escéptica, pero de mente abierta de las alegaciones paranormales. Los «˜escépticos»™ desean implantar todo el poder del método científico contra creencias paranormales; los «˜zeticos»™ consideran que tal prejuzgamiento de las alegaciones paranormales es tan anti-científico como algunas de las propias alegaciones pueden ser»[22].

Ray Hyman es citado en este mismo artículo de Science, expresando un sentimiento que predice su artículo «La crítica adecuada» 10 años después:

«Personas con un pasado en magia … tienden a ver esto como una cruzada por la mente de las personas, en la que debemos usar fuego contra fuego, y no ser muy sutiles o eruditos o vamos a perder por omisión. Creo que sería más eficaz ser más eruditos y construir nuestra credibilidad».

Truzzi pasó a escribir décadas de críticas del escepticismo organizado, e hizo algunos aciertos notables. (Su artículo de 1987 «Sobre el Pseudo-escepticismo» es esencialmente idéntico en contenido a mi reciente «Escalando el Monte Heinlein«). Sin embargo, sigo persuadido por su desdén general hacia el estilo de escepticismo del CSICOP. Un abogado del diablo, después de todo, dice apenas la mitad de toda la historia. De todos modos, Truzzi fue una figura fundamental en la creación del movimiento escéptico de la lengua inglesa: él ayudó a crear los primeros grupos escépticos norteamericanos, él fue el editor original de la primera publicación escéptica norteamericana, y él recibe el crédito por tener «una afirmación extraordinaria exige pruebas extraordinarias» (más famosa en la forma modificada usada posteriormente por Sagan, aunque el sentimiento antecede a ambos)[23].

Y allí al principio: la batalla sobre el tono.

Sin Lágrimas, Sin Honor, Sin Cánticos

1838

Y, sin embargo, los argumentos sobre el tono del escepticismo anteceden incluso a la fundación de las primeras organizaciones escépticas. Ellos son anteriores a la televisión, aviones y lámparas eléctricas.

Mucho antes de la invención del Pie Grande, o de los discos voladores, o de quiroprácticas, o del espiritualismo, o de la «investigación psíquica», los escépticos estaban haciendo llamados fervientes para otros escépticos sobre el tono.

Voy a cerrar hoy con una larga cita del libro de 1838 Impostores de Nueva York.

Ella realmente lo dice todo.

«Desgraciadamente, sin embargo, aquellos que se han vestido con la armadura contra las locuras de los tiempos, han sido a menudo imprudentes e indiscretos en el carácter y el espíritu de sus acciones. Disgustados con la estupidez de las víctimas de la ilusión, y provocados por su adhesión obstinada al error, las atacaron de forma personal, en vez de atacar la falsa filosofía y la pseudo-filantropía que se les impuso, y así ellos crearon un show de intolerancia que ha sido fatal para su éxito …»

«La persecución sólo sirve para propagar nuevas teorías, sean de la filosofía o de la religión, como la historia del mundo demuestra; y eso nunca falló, fueran esas teorías verdaderas o falsas. Ellas adquieren un vigor nuevo bajo los golpes de la intolerancia, y como insectos vivos parecen multiplicarse por disección. Así, todos los intentos para acabar con los impostores, o los entusiastas, por la censura y la injuria, dirigida contra ellos personalmente, a causa de sus locuras o de sus crímenes, jamás fue vencida. Ellos mismos son tan sensibles que la oposición de este tipo promueve su causa, de modo que ellos desean, invitan, e incluso lo provocan. De hecho, algunas de las locuras populares actuales se deben sólo a las persecuciones alegadas o reales que sufrieron, no sólo a sus devotos, sino a su existencia presente; no fueran, por tanto, habrían bajado a la tumba de los Capuletos, «sin lágrimas, sin honores, sin cantar»™»[24].

https://web.archive.org/web/20160818104639/http://www.ceticismoaberto.com:80/ceticismo/6254/nao-seja-um-cretino


[1] Plait tomó prestada la frase «no sea un cretino» de una máxima existente en internet, la Ley Wheaton, y la incluyó cerca del final de su discurso como una retórica florida. Su argumento podría haber sido hecho sin ella (como, por lo demás, Carl Sagan lo hizo en 1996). Era predecible que «Â¡Phil nos está llamando cretinos!» ¿Iba a dominar la discusión, en muchos casos, dejando de lado los argumentos de Plait? Probablemente. Es lamentable que éste haya sido el resultado, pero eso demuestra lo que Plait quería decir. Cuando las personas se sienten insultadas, el insulto se convierte en la discusión.

[2] Vea (entre otros) mis post: «Horse-Laughs, the Rapture, and Ticking Bombs»;«Skeptics as Model Train Lovers (Part II)»; «The Reasonableness of Weird Things»; o,«Bring on the Science of Honey and Vinegar.»

[3] «Yo no soy sólo un miembro de la comunidad de la Nueva Era», enfatizó McLaren. «Yo también he sido una fuente de muchas de las cosas con las que la comunidad escéptica se preocupa. Yo estuve involucrada en la metafísica y en la Nueva Era por más de 30 años, escribí cuatro libros y grabé cinco cds sobre la materia, y yo era considerada una de las líderes en el campo». Sus libros anteriores incluyen títulos tales como Su Aura y Sus Chakras: Manual del usuario. (Su reciente libro El Lenguaje de las Emociones enfatiza la ciencia social, continuando en una vena de autoayuda.) Mucho se ha hablado sobre su viaje hacia el escepticismo, pero es su visión sobre la cultura de la Nueva Era que es útil a este «tono» de la discusión.

[4] Como observa Michael Shermer en su post «La Demografía de la Creencia«, «Aunque los porcentajes específicos de la creencia en lo sobrenatural y en lo paranormal entre los países y las décadas varían un poco, los números siguen siendo bastante consistentes de que la mayoría de las personas tienen algún tipo de creencia paranormal o sobrenatural».

[5] Sagan, Carl. The Demon-Haunted World. (Random House: New York, 1996.) p. 302

[6] ibid. p. 297″“298

[7] ibid. p. 300

[8] Baker, Robert and Joe Nickell. Missing Pieces: How to Investigate Ghosts, UFOs, Psychics, & Other Mysteries. (Prometheus Books: Buffalo, New York, 1992.) p. 298

[9] ibid. p. 286. Este pasaje fue extraído con poca modificación del artículo de Ray Hyman que ellos estaban discutiendo.

[10] Comunicación personal de Pat Linse. 16 de junio de 2011

[11] Comunicación personal de Michael Shermer. 20 de junio de 2011.

[12] Una potencia de rating que fue pionera en el género de la conversación diurna más tarde dominado por Oprah

[13] Shermer, Michael, Why People Believe Weird Things. (W.H. Freeman and Company: New York, 1997.) p. 179

[14] Shermer, Michael, and Alex Grobman. Denying History. (University of California Press: California, 2002.) p. 2

[15] Un caso clásico en el escepticismo es la «familiaridad agradable» entre Harry Houdini (un desenmascarador implacable de médiums espíritas) e Ira Davenport (la mitad sobreviviente de «Los Hermanos Davenport», que fueron pioneros superstar de la mediumnidad de espíritus). Davenport reveló a Houdini «mucho de valor histórico sobre los hermanos, que nunca apareció en la prensa», es decir, exactamente cómo lo hacían. Mientras todos los registros anteriores de los hermanos habían sido «vagos, especulativos, superficiales», Houdini fue el único investigador en obtener la «confesión de un corazón abierto» de Ira. Houdini, Harry. A Magician Among the Spiritis. (Fredonia Livros: Amsterdam, 2002) p. 17-37

[16] Apología a la Creation Science Foundation Ltd. «Media Information Australia. Nº 55. Febrero de 1990. p. … Media Information Australia desea comunicar que las opiniones y las alegaciones contenidas en el artículo arriba son del Profesor Plimer y no son adoptadas o compartidas por la Escuela de Cine, Televisión y Radio Australiana, sus directores, empleados y agentes o los editores y otros involucrados con la publicación de Media lnformation Australia. Cualquier daño que haya sufrido por la Creation Science Foundation Ltd y sus directivos y otros oficiales y miembros y T Duane Gish le pedimos disculpas y lamentamos».

[17] Lippard, Jim. «How Not to Argue With Creationists.» Creation/Evolution. Vol. 11, No. 2 (Winter 1991″“1992.) p. 9″“21. Full issue PDF. Accesado el 11 de junio de 2011.

[18] Suzuki, David. «Creationism Flourishes in North America.» The Lethbridge Herald, Dec 16, 1989. p. 6

[19] Comunicación personal de Barry Karr. 20 de junio de 2011

[20] Hyman, Ray. «Proper Criticism.» Skeptical Inquirer, Vol. 25, No. 4. July / August 2001. p. 53″“55.

[21] Comunicación personal de Kendrick Frazier. 20 de junio de 2011.

[22] Wade, Nicholas. «Schism Among Psychic-Watchers.» Science 197. 1977. p. 1344

[23] Las articulaciones anteriores de este sentido también existen; por ejemplo, la máxima de David Hume, «Un hombre sabio, por lo tanto, proporciona su creencia a la evidencia». Hume, David. An Enquiry Concerning Human Understanding. (Open Court Publishing Company: Peru, Illinois, 1993) p. 144

[24] Reese, David Meredith. Humbugs of New York: being a remonstrance against popular delusion. (New York: 1838.) p. 14″“16.

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