Bender renunció al trabajo
Albert K. Bender afirma haber sido visitado por tres hombres misteriosos en negro hace seis años después de que supuestamente encontró la solución al misterio de los platillos voladores.
Todavía sigue tan asustado por el incidente que desde entonces se ha rehusado a desvelar la naturaleza de la visita y ha abandonado toda investigación posterior relativa a los extraños objetos del espacio.
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El entusiasta de la ciencia de Bridgeport, quien es jefe de cronometrador en la Acme Shear Co., esta semana continúa manteniendo su silencio de seis años relativo al incidente.
Dijo que al principio consideró escribir un libro sobre el asunto, luego decidió quemar todas sus notas y tirar el proyecto. Enfatizó que el público «sabrá tarde o temprano de qué se trata y entonces no será necesario un libro».
Gray Barker, quien fue jefe de investigación para el International Flying Saucer Bureau de Bridgeport, relata en su libro «They Knew Too Much About Flying Saucer», que la visita de los tres hombres misteriosos hizo que Bender abandonara la oficina que había fundado y dirigido.
Sigue parte de una conversación entre Bender y dos miembros de su organización, poco después de que los tres visitantes misteriosos llamaron a su casa:
P. ¿Cuándo te visitaron los tres hombres?
R. No puedo responder eso.
P. ¿Quiénes eran los hombres?
R. No puedo responder eso.
P. ¿Eran del gobierno?
R. No puedo responder eso.
Continuó rehusándose a contestar las siguientes preguntas.
¿Los platillos vienen del espacio? ¿Son reales los platillos? ¿Están hechos de algo sólido? ¿Tienen algo que ver con la plataforma espacial? ¿Los platillos nos van a dañar de alguna forma? ¿Tienen vida en su interior los platillos?
Según Barker, Bender reveló que el gobierno de los EE.UU. había conocido sobre los platillos dos años antes que Bender descubriera sobre ellos.
Sin embargo, en una conversación con The Herald esta semana, Bender dijo que se rehusaba a discutir lo que sabía con cualquiera, incluyendo su esposa y «una persona en lo alto del gobierno» quien le hizo una visita.
Cuando los miembros de su grupo le preguntaron a Bender porqué no podía hablar libremente sobre lo que sabía, él replicó:
«Justo cuando los hombres se fueron, uno de ellos dijo, «˜Supongo que sabes que estás en tu honor como estadounidense. Si escucho otra palabra de tu oficina, estás en problemas».
¿Qué harían contigo si dieras información? Le preguntaron.
«Ponerme en la cárcel y mantenerme encerrado», replicó Bender.
Parece como si Albert Bender mantendrá el secreto que sólo él conoce.