ESCRUTINIO
Nuestras benéficas avispas depredadoras[1]
Juan José Morales
La lectura de un estudio científico acerca de las avispas depredadoras de las áreas naturales protegidas de Yucatán, recientemente publicado en la Revista Mexicana de Biodiversidad, me hizo reflexionar sobre ese aspecto poco comprendido «”la depredación»” del papel que tales insectos tienen en la naturaleza.
Aunque el término depredadoras pudiera interpretarse en sentido negativo, como animales destructores y nocivos, en realidad tal actividad cumple una función muy positiva en los ecosistemas. Como señalan los autores del estudio, por su tipo de alimentación, que incluye a otros invertebrados, las avispas depredadoras, «regulan las poblaciones de otros insectos manteniendo un balance ecológico y contribuyen a regular plagas en cultivos». Esto sin contar que algunas especies actúan como polinizadoras de plantas silvestres y cultivadas.
Un hecho poco conocido es que casi todas las especies de insectos que se consideran plagas agrícolas, forestales o de jardín tienen al menos una especie de avispa que las ataca o las parasita, para utilizarlas como alimento de sus larvas. Por ello se les emplea cada vez más en el control biológico de plagas en vez de insecticidas químicos. En la imagen, una avispa depredadora de la familia Pompilidae, que junto con la familia Vespidae es una de las que en México tienen mayor número de especies de avispas depredadoras.
El estudio a que nos referimos fue realizado por investigadores de la UNAM y la Universidad Autónoma de Yucatán y se desarrolló en las reservas de Dzibilchaltún al norte de Mérida, Dzilam y El Palmar en la franja costera, Kabah y Tabí en el sur del estado y Yalahau en la zona central. Gracias a él, pudo aumentarse considerablemente el número de especies de avispas depredadoras cuya existencia ha sido confirmada en Yucatán. En total, se encontraron 50 especies de las que no se tenía registro anteriormente en la entidad. Con estos hallazgos se elevó a 126 el total, lo cual significa cerca del diez por ciento de la riqueza de avispas depredadoras del país.
Un detalle sobre el cual hacen hincapié los autores, es que existía la idea de que en las selvas de Yucatán «”que en gran parte son del tipo conocido como bajas caducifolias o selvas secas porque la mayoría de los árboles pierden su follaje durante la temporada de secas»”, eran pocas las especies de avispas. Sobre todo porque la vegetación original ha sido muy perturbada por siglos de explotación agrícola y ganadera.
En todo el mundo hay una gran cantidad de especies de avispas depredadoras, algunas de las cuales tienen una amplia área de distribución, en tanto que otras son exclusivas de ciertas regiones. Las hay de muy diferentes tamaños, y muchas se distinguen por presentar en el cuerpo franjas de vivo color amarillo o anaranjado.
Las hay asimismo solitarias y sociales. Es decir, que viven agrupadas en colonias, que pueden ser de miles de individuos, con una reina productora de huevos. Solitarias o sociales, sin embargo, acostumbran alimentar a sus crías con insectos y otros animalillos. Pueden hacerlo capturando y dando muerte a sus presas y masticándolas previamente para ablandarlas antes de darlas a sus larvas. O bien, las inmovilizan con su veneno y depositan en ellas sus huevecillos, de modo que al nacer, las larvas se alimentan con el cuerpo de ese animal, todavía vivo.
No vamos a entrar en detalles sobre la clasificación de esas diez docenas de especies identificadas en Yucatán. Tales detalles son de interés únicamente para especialistas. Sólo mencionaremos, de manera general, dos tipos de ellas: las llamadas papeleras o cartoneras, y las depredadoras de arañas. Ambas tienen hábitos muy especiales, pero como el espacio es limitado, será en otra ocasión cuando nos ocuparemos de ellas.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Viernes 8 de julio de 2016
Es normal q una avista se acerque a un humano y en la parte trasera una especie insectos entrando o salíendo de ella?